domingo, 29 de mayo de 2011

Parashá 35 Naso

Parashá 35 Naso (Bamidbar 4: 21 – 7: 89)

Tema: “Las leyes del Nazir”.

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (4:21-37): La función de los descendientes de Guereshón y de Merarí.

Segunda aliá (4:38-49): El recuento de los hijos de Guereshón y Merarí.

Tercera aliá (5:1-10): La pureza del campamento de Israel. Reglas referentes a los sacrificios.

Cuarta aliá (5:11 - 6:27): Leyes referentes a supuestos adulterios. Leyes del nazir. La bendición de los sacerdotes.

Quinta aliá (7:1-41): Los actos de la inauguración del Mishkán (Tabernáculo). La ofrenda de las tribus de Iehudá, Isajar, Zebulún, Reubén y Shimón.

Sexta aliá (7:42-71): La ofrenda de las tribus de Gad, Efráim, Menashé, Biniamín y Dan.

Séptima aliá (7:72-89): La ofrenda de las tribus de Asher y Naftalí. Moshé escucha la Voz de D'os en la Tienda de Reunión.

Introducción:

Entre los variados temas de la parashá de esta semana, encontramos que en el capítulo 5 del libro, la Torá nos habla acerca de la sotá y en el capítulo 6 acerca del nazir.

La Torá nos enseña que si una mujer no se comportaba decentemente respecto de la fidelidad que le debía a su esposo, pero el marido no tenía pruebas suficientes para demostrar que ella cometió un acto de adulterio, sino que sólo tenía pruebas para acusarla a ella de que se comportó de una forma indecente, ella era considerada una sotá ("listot": desviarse). Él debía llevarla al Templo y allí se llegaría a saber la verdad sobre sus actos de manera milagrosa, es decir: si ella sólo se ocultó con otro hombre sin hacer nada más con él, o si también cometió un pecado con él.

El tema siguiente en la Torá son las leyes del nazir:

"Habló D'os a Moshé diciendo: Habla con los hijos de Israel y diles: Un hombre o una mujer cuando explicite al hacer un voto de nazir (alejado, apartado), para alejarse para D'os. De todo tipo de vino se alejará…" (6:1-3).

Los comentaristas de la Torá explican que la palabra nazir significa alejado o apartado, como aprendemos del versículo 3 de nuestro capítulo, que dice que este hombre deberá alejarse (iazir) del vino así como de cualquier otra bebida alcohólica.

En su comentario a la Torá, Rabenu Bejaié Ben Asher (1263 - 1340) nos muestra que también el profeta Oshéa se refirió a las nefastas consecuencias relacionadas con la ingestión excesiva de bebidas alcohólicas, al reprender a los hijos de Israel por haberse desviado del camino de D'os. El profeta explicó la causa de sus actos diciendo que "la prostitución del vino y el licor tomaron el corazón" de ellos, para desviarlo del camino de D'os (Oshéa - Oseas - 4:11).

Sin embargo, a pesar de que formalmente hablando, la Torá solamente le prohibió al nazir el vino (y otras bebidas parecidas), Rabenu Bejaié nos enseña que la Torá no sólo viene a enseñarnos cómo cuidar nuestra salud, sino que el mensaje de la Torá es mucho más amplio y el vino es un ejemplo solamente. Él dice que al nazir - es decir al hombre que desea alejarse de los placeres mundanos - le fue prohibida la ingestión de vino, pues todo el que va detrás del vino, de hecho se encamina en pos de los deseos excesivos, y a pesar de que es natural que el hombre albergue aspiraciones y deseos dentro de él, tener deseos excesivos conlleva a muchos pecados y le provoca a la persona incurrir en grandes errores.

Desarrollo:

Por otro lado, el nazir debía dejarse crecer el cabello, y explica nuestro autor que el objetivo de esto era provocar su preocupación, ya que a la mayoría de las personas les gusta tener el pelo bien arreglado a través de un bonito corte de pelo, y al ver el nazir que él no podía mejorar su aspecto, esto provocaría su preocupación y su tristeza (en un aspecto positivo de los mismos) para que su corazón sea sumiso en el servicio a D'os. También, a través de esta acción, él aprenderá a cuidarse de los excesos que lo afeaban, así como el pelo largo es un excedente que afea al hombre.

Y es por todo esto que Rabí Abraham Ibn Ezrá (1102 - 1167) nos explica que en el versículo que dice: "Un hombre o una mujer cuando explicite al hacer un voto de nazir (alejado, apartado), para alejarse para D'os", las palabras "ki iaflí" que tradujimos como: "cuando explicite", deben ser entendidas como: "cuando se separe" (es decir: cuando se separe de la costumbre del resto de las personas), o también siguiendo con esta idea, "iaflí" puede provenir de la palabra "pele" que significa: "algo maravilloso, fuera de lo común", ya que la mayoría de las personas van en pos de sus deseos en forma desaforada, pero esta persona que decidió por propia voluntad ser nazir se aleja de ellos, y esto es algo que no se ve frecuentemente.

Siguiendo la idea, Rabenu Bejaié agrega que la palabra "nazir" - además de tener la connotación de alejamiento y apartamiento - también proviene de la palabra "corona", como encontramos más adelante en la Torá: "pues la corona (nézer) de su D'os está sobre su cabeza [del nazir]" (6:7). El nazir es "coronado" porque él es un rey que gobierna sobre sus deseos, contrariamente al resto de los hombres, que son esclavos de ellos.

Pero el nazir será merecedor de toda esta honra sólo si él formuló su voto "para alejarse para D'os", es decir "leshem shamaim", como explica el comentarista Rashí (Rab Shlomó Itzjaki, 1040 - 1105). El nazir solamente será elogiado cuando se aparte del exceso de los placeres mundanos no porque su naturaleza sea ser extremista o porque él no siente ningún placer obteniéndolos, sino porque entiende que ese es su deber por ser una creación de D'os, y su objetivo debe ser servirlo a Él lo mejor posible.

Ahora podemos comprender mejor la profundidad de las palabras del Talmud citadas también por Rashí en su comentario a la Parashá:

"Rabí dice: ¿Por qué fueron juntadas la parashá de la sotá y la parashá del nazir? Para enseñarte que todo aquel que ve a una sotá en su vergüenza debe alejarse del vino" (Sotá 2a).

La mujer sotá es el prototipo de quien se deja llevar por sus deseos, mas el nazir es quien los controla más que el resto de las personas; y es aparentemente ilógico que estos dos temas aparezcan seguidos en la Torá, ya que estas dos formas de ser representan una antítesis.

Es por eso que Rabí nos enseña que la razón que tuvo D'os para escribir en Su Sagrada Torá estos dos temas en forma seguida, es para enseñarte que no debes dejarte estar. Debes salir de tu letargo y elevarte hacia el mundo de la espiritualidad y las buenas cualidades, dejando atrás el materialismo y todo lo que se relaciona con él.

Algo más nos dice Rabí. Debemos aprender de los errores de los demás para mejorar y de esta manera no necesitaremos equivocarnos nosotros mismos para aprender la moraleja. Es incorrecto pensar que lo que le ocurre al otro no tiene nada que ver con nuestras propias vidas, porque si D'os quiso que yo vea lo que le ocurre al otro, sin ningún lugar a dudas, yo tengo algo para aprender de su situación. Es por eso que si alguien "ve a una sotá en su vergüenza, debe alejarse del vino".

Conclusión:

"...Habló el Eterno a Moshé diciendo: "Habla a Aharón y a sus hijos diciéndoles: El Eterno te bendiga y te guarde. Ilumine el Eterno tu rostro y te agracie. El Eterno dirija su rostro a ti y te conceda paz.
Y pondrán Mi nombre sobre los hijos de Israel y los bendeciré"
..." (Bamidbar 6:22-27)

Tres bendiciones pronuncian los sacerdotes, descendientes de Aharón, al pueblo, abarcando dos conceptos aparentemente contradictorios como son lo material y lo espiritual. La primera bendición guarda el deseo de la prosperidad material : "que toda la bendición del Altísimo recaiga sobre la descendencia y en los bienes de la persona", y por eso, como expresa el Or HaJaim z"l: "el versículo, al decir: "…El Eterno te bendiga y te guarde…" adelantó la bendición a la protección, ya que esta última proviene de la primera", sin la bendición del Creador nada es posible de obtener, y por eso ella funciona con "un preparativo" para la segunda parte, para poder ingresar al ámbito espiritual , pues parecería ser que era necesario una tranquilidad material para perfeccionar lo espiritual .

La segunda bendición posee un secreto metafísico, al ocuparse del plano espiritual su nivel aumenta sobrepasando la jerarquía de la primera bendición, ya que lo espiritual sostiene la existencia de lo material.

Una dicotomía, un ida y vuelta, donde lo espiritual depende de lo material y viceversa, donde ambos conceptos se funden en una única realidad, un único mundo compuesto, paradójicamente, por ambos mundos como si uno se ubicara detrás del otro, separados por una línea fina que constituye la muerte, pues "el pasillo y el Salón" que afirma el Pirkei Avot (4:16) conviven, ambos pertenecen a una misma casa, a "una única casa" como expresa el Rab Elazar Menajem Shaj z"l, distintas en su uso pero unidas por un mismo techo.

El Gaón Eliahu z"l de Vilna al final de su comentario a la Meguilá Ester explica la genuina filosofía que encierra la forma de sentir y asumir el judaísmo, allí expresa: "meditar y así, con dicha "herramienta", saber qué es lo que verdaderamente desea el Creador, además del Deseo que Sus Mandamientos sean cumplidos.

Pero existe algo más -no con una escala de valores ya que la graduación no existe en el mundo espiritual-: adquirir cualidades para perfeccionarse como ser humano. Y por esa trascendencia, la adquisición de dichas cualidades no aparece en ninguna de las tantas enumeraciones de los preceptos, ella está por encima de todos los Mandamientos".

Ya que la esencia del judío trasciende el mundo material, al mundo de las acciones estrictamente se rige por los estatutos implícitos en la Torá; pero aquí, en este mundo, estamos "trabajando" para el mundo venidero, en que lo trascendente constituye lo espiritual, por eso las cualidades, que son parte de ese mundo espiritual, no figuran en la Torá, ya que ellas son parte y esencia de la Torá espiritual.

Simplicidad.

Sin pulir las virtudes la persona no podrá cumplir con la voluntad Divina plasmada en los Mandamientos, y así nos lo trasmite el Tana Rabí Eliahu (Rabá 1): "El buen comportamiento se antepone a la Torá" y aunque la persona cumpla todos los Preceptos, sin esa "pizca de gracia" todo pasa a ser un acto ficticio.

La acción está hecha y seguramente existirá un pago por ello, pero hacerlo por convicción, sabiendo que esa es la voluntad del Todopoderoso, es producto de una total fidelidad hacia Él. La labor del ser humano no se refleja en comprender los designios Divinos vislumbrando el verdadero y profundo significado del deseo del Omnipotente, sino todo lo contrario, encontrarlo en una aparente "ingenuidad" producto de la simplicidad, y así la persona se hará acreedora del mérito de llegar a los excelsos niveles espirituales.

Así solía explicar el Rab Najman z"l de Breslov: "Todo se puede explicar asociándolo a un concepto similar ya comprendido pero ello puede ser contraproducente", ese carácter transitivo puede ser perjudicial, lo parecido no implica que sea igual, de todo se puede armar un edificio que de tan sólido resulta pesado, todo termina siendo peligroso, ficticio, pero esa construcción intelectual puede rebatirse o respaldarse, según el caso, con un único postulado "ese es el deseo del Altísimo", con esta concisa frase alcanza y sobra.

La sinceridad, basada en esa aparente simplicidad constituye la experiencia más gratificante, sentirse "protegido" por el Omnisciente confiando plenamente en Él, pues, como el mismo Rab Najman z"l de Breslov solía decir: "La fidelidad al Creador puede ser explicada por infinitos caminos, incluso hasta senderos intrincadísimos, pero todos esos trayectos llegan a un único destino, un único postulado: la simpleza; ella constituye la expresión más sublime para comprender el concepto de fidelidad, saber con sencillez que la voluntad Divina es realizar cada uno de los seiscientos trece Mandamientos Divinos únicamente porque esa es Su voluntad".

Paz, fundamento de la creación.

El "shalom", la paz, es el fiel sinónimo del concepto de tranquilidad interna, constituye el único estado donde las virtudes y los defectos se fusionan, pero de por sí las cualidades positivas doblegan a las negativas y estas últimas tienden a desaparecer, como lo dice el Sforno z"l:

"La paz es producto del Eterno". Y por eso, el Rab Najman z"l de Breslov explica: "el versículo dice: "...y cuenta al hombre cuál es su conversación..." (Amos 3:13). La palabra "shalom" contiene la primer letra de cada una de las palabras del versículo: "UMaguen LeAdam Má Sijó", "shalom"; significando que: así como la primera parte de ese versículo: "...He aquí que Él es quien formó las montañas y creó el viento...", es Él mismo quién: "...cuenta al hombre cuál es su conversación..." quien creó la paz, ya que "todo es obra de Él".

No se trata de que la paz sea y represente una porción de Él, sino que va mucho más lejos. La paz es Él en su esencia, como afirman nuestros Sabios en el Midrash (Bamidbar Rabá 11:18): "Varios Nombres posee el Todopoderoso, según Su atributo, uno de ellos es: Shalom”, y al ser parte del Todo, ese Nombre se trasforma en el Todo, pues parte del Infinito es infinito.

Los defectos en este mundo existen, Él no puede ni acepta ser engaño, sin importar el costo que ello conlleve, incluso despreciando parte de Su esencia, como dice el Midrash Bereshit Rabá (8:5): "El Santo Bendito Sea pidió consejo a cuatro de sus creaciones para saber si era bueno crear al hombre, la paz constituía una de ellas, ella aconsejó no crearlo y fundamentó su postura diciendo: "ya que en el ser humano todo se basa en peleas y discusiones". Consecuentemente, si la persona no debiera haberse creado, nada tendría valor. Pero la verdad y la paz no podían abandonar sus argumentos ¡aunque todo deba desaparecer yendo en contra de Su voluntad! Pero buscar la autenticidad era su deseo.

El Creador tomó la verdad y la arrojó, por eso el versículo dice: "...La verdad surge de la tierra..." (Tehilim 85:12), allí donde cayó por la acción del Creador, pero ¿por qué la paz quedó indemne? El Rab Menajem Mendel z"l de Kotzk explica: "cuando no existe verdad, automáticamente la paz desaparece", cuando no hay verdad en el ser humano, el Creador, llamado "Shalom", abandona Su creación, se autoexilia, pues en definitiva: "Todo tiene que estar en función del Creador".

Por eso, nuestros Sabios afirmaron: "el Todopoderoso no encontró un recipiente mejor para posar Su bendición para el pueblo de Israel sino la paz”. La paz constituye ese elemento que posibilita adquirir la sabiduría innata de la Torá, pues, como afirma el Talmud, en el tratado Meguilá (folio 18a): "La bendición del Creador es la paz, como afirma el versículo: "…El Eterno dará fuerza a Su pueblo, el Eterno bendecirá a Su pueblo con la paz…" (Tehilim 29:11)", y como expresa el Talmud, en el tratado Taanit (folio 24b): "Todo tiempo en que la paz no exista la bendición del Omnipotente no puede recaer" ya que como expresa el Talmud, en el tratado Oktzín (3:12): "no existe un recipiente más propicio para recibir la bendición del Creador que la paz". Autor: Daniel Domb

Shabat Shalom.

Haftarat Naso Shoftim 13: 2 – 25 (Sefaradim)

En la haftará de esta semana leeremos acerca del comienzo de la historia de uno de los personajes bíblicos más famosos que tuvo el pueblo de Israel: el juez Shimshón (Sansón, s. X a.e.c.). Al comienzo del relato vemos cómo la futura madre de Shimshón - hasta ese momento, una mujer estéril - recibe la noticia de que dará a luz un hijo. Después de que ella le informó a su esposo Manóaj sobre la buena nueva, él le pidió a D'os que quien se le había aparecido a su esposa anteriormente para informarle eso, se le aparezca a él nuevamente para saber qué hacer con el niño que nacerá, y D'os escuchó su pedido:

"Le dijo Manóaj al ángel de D'os: 'Te demoraremos ahora y haremos delante de ti un cabrito'. Le dijo el ángel de D'os a Manóaj: 'No me demores, no comeré de tu pan; mas si harás un sacrificio a D'os, lo ascenderé' - pues no sabía Manóaj que un ángel de D'os era él. Le dijo Manóaj al ángel de D'os: '¿Cuál es tu nombre? - pues cuando se cumpla tu palabra te honraremos'. Le dijo el ángel de D'os: '¿Por qué es que preguntas mi nombre? Él es oculto'" (13:15-18).

Nuestros Sabios en el midrásh (Bamidvar Rabá 10:5) nos explican que Manóaj no se dió cuenta que quien estaba delante de él era un ángel. Él pensaba que su interlocutor era un profeta de D'os, ya que generalmente cuando los profetas cumplían su función como enviados de D'os, el Rúaj Hakódesh (Espíritu de Santidad) que reposaba sobre ellos, provocaba que todos lo que los veían temieran de ellos, ya que los encontraban parecidos a los ángeles.

Manóaj le preguntó su nombre, ya que quería ofrecerle algún tipo de presente por la buena noticia, pero el ángel de D'os no quiso tener ningún beneficio por lo que había hecho, ya que ésta no era la costumbre de los que ejecutan la voluntad de D'os.

Nótese que aquí este ángel se comportó distinto que los ángeles que se le aparecieron a Abraham (Bereshit -Génesis- 18) ya que en aquella oportunidad los ángeles sí comieron de la comida de Abraham Avinu. Pero la diferencia radica en que los ángeles de Abraham se le aparecieron a él como personas, y por cuanto que él los invitó a su casa, no quisieron hacerle sentir mal al no poder cumplir él la mitzvá de ajnasat orjim (hospitalidad). Sólo después de que comieron, los ángeles cumplieron la función que D'os les había encomendado, y es por eso que allí no parecía que recibían recompensa por su misión. Pero en nuestro relato, este ángel, inmediatamente después de que se le apareció a Manóaj cumplió su misión, y en este caso sí iba a parecer que él estaba recibiendo alguna ganancia por su función.

"Tomó Manóaj el cabrito y la ofrenda, y los subió sobre la roca para D'os, y [el ángel] maravillas obraba, y Manóaj y su esposa veían. Y fue que al ascender el fuego por encima del altar hacia el cielo, subió el ángel de D'os con el fuego del altar, y Manóaj y su esposa veían, y se prosternaron sobre sus rostros contra la tierra. Y no se mostró más el ángel de D'os a Manóaj, entonces supo Manóaj que un ángel de D'os era él" (13:19-21).

El Rav Iosef Sorotzkin en su libro "Mégued Iosef" nos muestra una gran enseñanza que podemos obtener de todo este pasaje, ya que es sorprendente lo que vemos aquí.

El ángel obraba maravillas mientras Manóaj y su esposa observaban, pero todavía no estaban seguros quién era ese "hombre de D'os". Luego, al ver que el ángel subió al cielo junto con el fuego del altar, llenos de veneración y temor, ellos se estremecieron y se prosternaron conmovidos por aquella visión. Pero todavía no estaban convencidos sobre la verdadera identidad de ese "hombre". Sólo cuando el ángel de D'os no se les apareció más a ellos, sólo en ese momento, Manóaj se dió cuenta que ese hombre era un ángel de D'os. Lo que no pudieron lograr todos los milagros, lo logró el simple hecho de que Manóaj no lo vió más al ángel!!!

Esto nos enseña - explica nuestro autor - que los milagros y las proezas que una persona puede llegar a ver con sus propios ojos que ocurren delante de él no son ninguna garantía para la santidad y la grandeza de esa persona, ya que también es posible obrar milagros a través de las "fuerzas de la impureza", así como encontramos que con toda su grandeza Moshé Rabenu convirtió el agua en sangre, pero también los hechiceros del Faraón hicieron lo mismo, gracias a la brujería y a la magia negra.

Por otro lado, quien hace una buena acción con su prójimo - específicamente si lo hace a través de milagros - seguro pedirá que le devuelvan el favor, o por lo menos volverá a ese lugar para que lo honren y le agradezcan por su gran acción. Aún si él es un hombre justo colmado de buenas cualidades, y no busca el loor y el honor, de todas formas seguramente volverá a ese lugar para ver lo bueno que hizo y tener alguna clase de provecho del beneplácito que les provocó a los otros. Y por cuanto que es imposible para un ser humano no volver a ese lugar para ver las maravillas que hizo, el hecho de que esa persona no retorne al lugar, demostrará contundentemente que él es un ángel y no un hombre.

Sólo cuando el ángel no se le apareció más a Manóaj (y por la forma que se fue, entendió Manóaj que él no volverá más), entonces supo Manóaj sin ningún lugar a dudas, que ese hombre era un ángel de D'os.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

En el shabat previo a la fiesta de Shavuot, se lee la parashá Nasó. Nasó es la parashá más larga de toda la Torá, conteniendo 176 versículos, el mismo número de versículos que contiene el capítulo más largo de Tehilim (Salmos), el 119. Interesantemente, el tratado más largo del Talmud, Babá Batrá, contiene 176 hojas. Asimismo, los comentarios del Midrash y el Zohar en parashá Nasó son mucho más extensos que en otras parashot.

De esta manera el pueblo de Israel expresa su aprecio y amor por la Torá en este primer shabat después de Shavuot - la fiesta que celebra la entrega de la Torá.

Basado en el Séfer HaTodaá.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

1 comentario: