lunes, 16 de mayo de 2011

Parashá 33 B´hukotai

Parashá 33 B´hukotai (Vaikrá 26: 3 – 27: 34)

Tema: “Si van a seguir Mis Leyes”.

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (25:1-18): El año sabático de descanso de la tierra. El año del iobel (jubileo). Leyes referentes a la honestidad en el comercio.

Segunda aliá (25:19-28): La bendición Divina en el año del iobel. La recuperación de las tierras.

Tercera aliá (25:29-38): Las leyes de las ciudades amuralladas. La ayuda al necesitado y leyes de préstamos.

Cuarta aliá (25:39 - 26:9): Las leyes de los esclavos de los judíos y de los gentiles. La recompensa por el cumplimiento de los preceptos.

Quinta aliá (26:10-46): El castigo por la desobediencia. La destrucción y el arrepentimiento.

Sexta aliá (27:1-15): Las leyes de las valuaciones caritativas de las personas. Valuaciones caritativas de los animales.

Séptima aliá (27:16-34): Valuaciones caritativas de las tierras. Leyes varias referentes a distintas obligaciones monetarias y donaciones.

Introducción:

Los primeros temas que encontramos en parashat Behar son los preceptos relacionados con el año séptimo - entre ellos la mitzvá de reposo de la tierra durante un año, en hebreo: la mitzvá de la shemitá - y los preceptos relacionados con el año número cincuenta, el año del iobel, después de siete ciclos de shemitot.

"Habló D'os a Moshé en el monte Sinai diciendo: Habla con los hijos de Israel y diles: Cuando vengan a la tierra que Yo les doy a ustedes, descansará la tierra un descanso para D'os" (25:1-2).

Inmediatamente al comenzar a leer la parashá encontramos un dato extraño en el texto, ya que rara vez la Torá nos dice dónde fueron dadas las mitzvot. Es por eso que Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105) nos trae en su comentario de la Torá, las palabras del Midrash Torat Cohanim, que haciéndose eco de este detalle pregunta:

"¿Qué relación especial tiene la mitzvá de la shemitá con el monte Sinai? ¡Todas las mitzvot fueron ordenadas en el Sinai!".

A lo que responde el Midrash:

"Así como en la shemitá fueron ordenados hasta sus más mínimos detalles en el Sinai, asimismo respecto de todas las mitzvot fueron ordenados hasta sus más mínimos detalles en el Sinai" (25:1).

El Rav Iosef Sorotzkin en su libro "Mégued Iosef" nos explica que existe una gran enseñanza relacionada con estos dos preceptos, es decir la shemitá y el iobel.

Nosotros vemos que en el año de la shemitá los campos de los ricos dejan de tener el estatus de propiedad privada para que los pobres puedan tomar todo lo que crezca en ellos en ese año, y también se borran las deudas que los pobres hayan contraído al pedir dinero prestado de los ricos. Por otro lado, en el año del iobel los campos vuelven a sus antiguos dueños - que necesitaron venderlos por la pobreza - y también los esclavos quedan libres en ese año.

No debemos pensar que esta clase de ideas "revolucionarias" fueron una exclusividad de la Torá. También entre los otros pueblos se han creado, en distintas épocas, movimientos basados en estos sublimes ideales. Pero aquí está la diferencia: así como estos grupos surgieron entre los distintos pueblos, ellos también desaparecieron, y solamente la mitzvá de la shemitá sigue existiendo para siempre en el seno del pueblo de Israel.

La pregunta es: ¿por qué desaparecieron? La razón para explicar su desaparición es que aquellos movimientos fueron creados a partir de determinadas ideas, pero con el correr del tiempo las personas que los formaban comenzaron a discrepar en lo referente a los caminos que debían adoptar para llegar a cumplir sus objetivos, y a veces tampoco se ponían de acuerdo en los ideales mismos, ya que lo que para uno estaba bien para el otro no. Es por eso que se perdieron en el olvido, puesto que algo que está expuesto a diferencias de opiniones y cambios, no puede tener perdurabilidad.

Pero no así ocurre con la Torá. En ella no existen sublimes "ideales" éticos, sino 613 mitzvot solamente, y por cuanto que las mitzvot no están expuestas a cambios o interpretaciones, nuestra Sagrada Torá es eterna e incambiable.

Y ahora podremos entender mejor las palabras del Midrash que citamos anteriormente:

"¿Qué relación especial tiene la mitzvá de la shemitá con el monte Sinai?… Así como en la shemitá fueron ordenados hasta sus más mínimos detalles en el Sinai, asimismo respecto de todas las mitzvot fueron ordenados hasta sus más mínimos detalles en el Sinai" (Torat Cohanim 25:1).

Al estudiar la mitzvá de la shemitá podríamos habernos confundido creyendo que ella no fue ordenada por D'os en el monte Sinai, sino que es simplemente un lindo ideal que también existe entre los pueblos. Pero al ver que los detalles de esta mitzvá son inmutables, queda demostrado que D'os los ordenó en el monte Sinai, y también enseñan sobre la eternidad y la Fuente Sagrada del resto de las mitzvot.

Y es por eso que la Torá quiso escribir específicamente que esta mitzvá fue ordenada en el monte Sinai por D'os, para que de ella podamos aprender que también las 612 mitzvot restantes fueron ordenadas en el monte Sinai junto con todos sus detalles.

Desarrollo:

IM BEJUKOTAI TELEJU… (VAIKRA 3-26)

Si van a seguir mis leyes…

Esta historia ocurrió en la ciudad de Londres y su protagonista fue un Iehudí, gran estudioso del Daf Haiomi (estudio diario de guemara según un orden mundial), quien asistía diariamente a estos shiurim (clases), sin perderse ninguno, sucediera lo que sucediera.

Sus compañeros de estudio comentaban con admiración su absoluta entrega y dedicación en cada clase. La Tora se hallaba primera en su escala de valores.

Este hombre era dueño de grandes fábricas, siendo una de las personas más ricas de Inglaterra. Sin embargo, a la hora exacta en que el shiur de Daf Haiomi comenzaba, dejaba todas sus ocupaciones de lado como si no existieran, y corría presuroso a su clase.

Muchas veces se quedaba después de hora comentando con su maestro y sus compañeros acerca de lo estudiado. Sus clientes sabían que debían esperarlo hasta que terminara de estudiar ya que de ninguna manera podrían molestarlo mientras se desarrollaba su estudio, pues no serian atendidos.

Con el tiempo llego a ser un ejemplo para todos los habitantes de Londres por su entrega total e incondicional al estudio de la Tora.

En cierta oportunidad debió realizar un viaje de urgencia que lo obligo a faltar. Como no estaba dispuesto a perderla bajo ninguna circunstancia, se llevo un casete con la clase grabada correspondiente a ese día para escucharlo durante el viaje.

En cuanto puso en marcha su auto, apago todos los celulares y cerro todas las ventanillas para quedar aislado de los ruidos externos y se dispuso a disfrutar, sin interrupciones de ninguna índole.

Ya lejos de la ciudad, en medio de la ruta, se topo con un camión con acoplado que iba delante de su auto a muy baja velocidad.

Impaciente, el Iehudí decidió pasar al camión que lo estaba demorando innecesariamente, pero en ese momento escucho la sirena de un patrullero. Entendió que debía volver a su carril para dejarlo pasar primero porque evidentemente llevaba mayor urgencia y así lo hizo con premura.

Se mantuvo entonces, detrás del camión esperando que pase el patrullero, mirando por los espejos de su auto, pero en realidad si bien había escuchado la sirena, no lograba visualizarlo.
Casi al instante, con un ruido ensordecedor debido a la alta velocidad que llevaba y haciendo vibrar no solo su auto, sino también su propia neshama (alma), paso otro camión con acoplado en sentido contrario al que el viajaba.

Sintió un estremecimiento en todo su cuerpo y su corazón se oprimió en su pecho, al tomar conciencia que si no hubiera escuchado la sirena que le hizo decidir mantenerse en su carril se hubiera dirigido a una muerte segura, ya que el camión que iba delante de el, era tan largo que no solo le impedía ver quien venia de la mano contraria sino que le hubiera sido imposible pasarlo antes de chocar frontalmente con el otro camión.

Nuevamente intento visualizar al patrullero que le había salvado la vida, pero no lo encontró. ¡Parecía como si la tierra se lo hubiera tragado! Continúo su viaje. Cuando logro tranquilizarse se dio cuenta que había dejado de prestarle atención a su shiur.

Rápidamente retrocedió el casete para escucharlo nuevamente desde el comienzo, y mientras se repetía nuevamente la grabación, otra vez volvió a escuchar la sirena. Pero esta vez se dio cuenta que este sonido no venia de afuera sino que formaba parte de la grabación y que acababa de ser protagonista de un increíble milagro.

Al volver a su hogar, decidió investigar el origen del casete que le había salvado la vida.
Averiguando se enteró que el mismo había sido grabado en un pequeño Colel (Casa de estudios para hombres casados), en el barrio de Mea Shearim, en Jerusalén hacia veinticinco años. Por tratarse de un lugar muy pequeño, evidentemente y mientras el Rab daba el shiur, paso un patrullero y el sonido de su sirena quedo grabada en el casete sin que nadie lo advirtiera.

Solo Hashem podía saber, 25 años antes, que en el preciso momento que escuchara ese casete este Iehudí salvaría su vida.

De esta historia aprendemos el impresionante pago que Hashem otorga a la persona que fija un horario para el estudio de Tora y lo cumple ininterrumpidamente, sin que ninguna situación por importante que sea lo aparte del mismo.

A nadie le es posible saber, cuando fija un momento para estudiar diariamente Tora, y no lo deja de ninguna manera, de que se esta salvando por este mérito.

Como dice la Perasha: Im Bejukotai Teleju – “si van a seguir mis leyes…”. Explica Rashí: esto se refiere al estudio de la Tora, si se van esforzar en su estudio, les voy a dar muchas bendiciones Tal como se enumeran precisamente en esta Perasha.

Conclusión:

El séfer Vaikrá concluye con el fragmento en que Moshé contrapone las diferentes actitudes que seguirán a la obediencia o la contravención de los judíos a los mandamientos de HaShem. la adhesión a las leyes se traducía en prosperidad y paz para el pueblo.

La tierra producirá en abundancia y los granjeros estarán ocupados todo el año en la siembra de semillas y el levantamiento de las cosechas. Con la protección del Señor, ningún enemigo atacará a los judíos y éstos disfrutarán la paz y felicidad.

Por otro lado, la contravención a las leyes de HaShem conducirá a la catástrofe. Si los judíos se rebelan contra Di-s, serán castigados con enfermedades, hambre y los horrores del asedio de los enemigos, a los cuales seguirá el exilio nacional.

Pero si los judíos se arrepienten de sus malas acciones, el Señor recordará de nuevo Su pacto con los patriarcas y los aceptará una vez más como Su pueblo.

Se analizan previsiones para aquellos que han hecho la promesa de contribuir al mantenimiento del Santuario. Si alguien consagra su propio capital o el de un miembro de us familia al Santuario, el monto que debe pagar varía según la edad y el sexo.

Quien ofrece un animal casher que podría ser usado para un sacrificio en el Santuario, no puede sustituirlo por otro. Sin embargo, puede redimir un animal defectuoso pagando al cohén su valor monetario más un quinto.

La redención de una fracción de tierra entregada debía estar basada en la cantidad de años que restaban hasta el próximoiovel. Un primogénito (bejor) no puede ser destinado como ofrenda voluntaria porque ya es propiedad de HaShem.

El maaser (diezmo) de producción agrícola podía ser redimido pagando su valor más un quinto, en tanto que el diezmo de animales recién nacidos (que fueron apartados para el sacrificio) no podía ser redimido.

La Torá concluye enfatizando que "éstos fueron los mandamientos dados por HaShem a Moshé en el monte Sinaí".

Shabat Shalom.

Haftarat B´hukotai Yirmiyahu 16: 19 – 17: 14 (Sefaradim)

Otro ejemplo de este tenor es una disputa entre Rabí Iehudá y Rabí Shimón en cuanto al trabajo en Shabat.

Hay treinta y nueve melajot —categorías de trabajo— que esta prohibido realizar en Shabat, abrazando prácticamente cada acto de construcción y creación por parte del hombre.

Sin embargo, a fin de que un acto se considere una transgresión plena a la prohibición de trabajar en Shabat, y por lo tanto sujeto a las penas prescriptas por la Torá, debe tratarse de un “trabajo consciente” (melejet majshevet en la terminología halájica), donde el resultado del acto es precisamente lo que uno esperaba que resulte del mismo.

Veamos un ejemplo: El primero de los mencionados treinta y nueve trabajos es el dejoresh (arar), una categoría que incluye todas las formas de excavar y trabajar la tierra. No obstante, quien arrastra en Shabat una silla por el césped, abriendo con ello un surco en la tierra, está absuelto de pena pues el “trabajo” en cuestión no fue intencional. El resultado —abrir el surco- no era la intención del acto—llevar la silla de un lugar a otro-.

Pero, si bien este individuo está absuelto de pena, ¿está permitido realizar en Shabat un trabajo (melajá) no-intencional?

Esto es tema de otro debate entre Rabí Iehudá y Rabí Shimón.

Según Rabí Iehudá, un acto de estas características cae bajo la categoría de “absuelto, pero prohibido”: si bien sólo el “trabajo consciente” provoca la aplicación concreta de una pena, sigue vigente la prohibición de hacer algo que podría resultar en un acto creativo, siquiera uno que no satisface por entero los criterios definitorios de melajá.

Rabí Shimón, sin embargo, es de la opinión que la persona puede seguir haciendo lo suyo y arrastrar aquella silla, incluso cuando sabe que al hacerlo podría abrir un surco en la tierra; a su entender, si la Torá define “trabajo” como un acto conscientemente creativo, sólo un trabajo tal nos está prohibido en Shabat.

Una vez más, su discusión gira alrededor de la definición de hashbatá. “Seis días trabajarás”, ordena la Torá, “y en el séptimo desistirás”. La palabra hebrea para “desistirás”,tishbot (usualmente traducida como “descansarás”), no es sino otra forma de hashbatá, como, de hecho, lo es la palabra “Shabat”.

¿Pero hasta qué grado nos dice la Torá que extingamos, desistamos de, el trabajo en Shabat?

Según Rabí Iehudá, hashbatá implica el cese absoluto de la existencia de una cosa; ningún rastro de melajá ha de ser concretado en Shabat, ni siquiera la pseudo-melajá de un trabajo no-intencional.

De acuerdo a Rabí Shimón, sin embargo, mientras la característica definitoria de melajá, su creatividad consciente, haya sido eliminada, aunque persista el cuerpo de la melajá, la hashbatá de Shabat se ha concretado plenamente.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Si con mis leyes os encaminaréis y Mis mandamientos cuidarán…" (Vaikrá 26:3).

En parashat Bejukotai vemos que la clave de la existencia del pueblo judío es el estudio de la Torá. El comentarista Rashí nos explica que la falta de estudio de Torá es la causa que provoca que las personas no cumplan las mitzvot, y que además no les guste que otros las cumplan.

Estas personas, con el correr del tiempo, pueden incluso llegar a negar la existencia de D-os, y como es sabido esta fue una de las causas principales de la destrucción del Templo.

El estudio de la Torá ha salvado al pueblo judío de la desaparición y es la causa principal por la cual Mashiaj llegará, si D'os quiere prontamente, para redimir al pueblo judío.

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Fuente: www.tora.org.ar

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