sábado, 25 de diciembre de 2010

Parasha Vaera

Moshé acusadoramente preguntó a Hashem por qué el sufrimiento de los Ben e: Israel se había intensificado aún más desde su arribo. “¿Se ha convertido Tu Atributo de Misericordia en Atributo de Justicia?” se quejó1.

''No, tú estás equivocado,” Hashem lo reprendió. “Yo soy Hashem. Aún cuando Mis acciones parezcan duras, emanan de sentimientos de Misericordia2. Tú no te pareces a los ancestros. Ellos nunca se quejaron a pesar de que Yo Me les presenté sólo con el Nombre de Shadai, y nunca les revelé Mi Nombre Hashem que es el Nombre por el cual Yo soy conocido cuando cumplo Mis Promesas3. Los patriarcas nunca presenciaron el cumplimiento de Mis promesas a ellos, y aún así no se quejaron.

Yo le aseguré a Abraham que él heredaría la totalidad de Eretz Israel, mas cuando él tuvo que salir y comprar un lugar para sepultar a su esposa Sará, no pronunció queja.

Yo prometí a Itzjak, ‘Mora en esta tierra y Yo estaré contigo,’ (Bereshit 26:3). A pesar de ello cuando él necesitó agua potable, los pastores de Guerar disputaron su derecho al pozo. No obstante no expresó una sola queja.


Yo dije a Iaacov, ‘La tierra sobre la que tú yaces Yo te la daré a ti y a tu simiente’ (Bereshit 28:13), mas cuando él quiso erigir su tienda, tuvo que comprar un campo por cíen kesitá; no obstante, no tuvo segundos pensamientos y no me cuestionó a Mi como tú lo hiciste.

Incluso los Benei Israel permanecieron leales a Mi. No se revelaron bajo el yugo Egipcio sino que aceptaron Mi voluntad sin quejas, emulando a sus ancestros. Por consiguiente, son dignos de ser redimidos con motivo del pacto que Yo celebré con sus patriarcas.4

Vé y proclama que Yo indudablemente los redimiré a ellos, y díles,

Vehotzetí- Yo los conduciré a ustedes fuera de la esclavitud Egipcia.

vehitzaltí- Yo los libraré a ustedes de cualquier tipo de servicio aún del trabajo más sencillo.

vega’altí- Yo los redímíré a ustedes sin rescate, a pesar de que un prisionero sólo es usualmente liberado cuando un rescate es pagado.

velakajtí- Yo los tomaré a ustedes como Mi pueblo entregándoles Mi Torá. Este es el propósito por el cual están siendo liberados.5

Las cuatro formas de liberación listadas precedentemente les son concedidas a ustedes como una compensación por cuatro leyes que el Faraón decretó en contra vuestra:

penosísima labor esclavizada

arrojar a los recién nacidos al Nilo

masacrar niños para el baño del rey

rehusar paja necesaria para hacer ladrillos.”6

Nosotros bebemos cuatro copas de vino en la noche de Pesaj para agradecer a Hashem por cada uno de los precedentemente mencionados tipos de libertad.7

Hashem concluyó Sus palabras prometiendo,


“Vehevetí- Yo los llevaré a ustedes a la Tierra que juré dar a sus antepasados como herencia.”

Moshé retornó a los campamentos de labor y proclamó el mensaje de libertad de Hashem a los Benei Israel. El anunció que ellos deberían abandonar la idolatría Egipcia y consagrarse a si mismos al Servicio de Hashem porque estaban a punto de ser redímidos.9 Pero los Judíos estaban tan duramente oprimidos que no prestaron atención a su mensaje10, protestando, “¿Puede un esclavo servir a dos amos simultáneamente? ¡ Nosotros estamos esclavizados por el Faraón y tememos transgredir sus leyes!” Ellos también estaban ganados por la idolatría Egipcia y encontraban difícil renunciar a las prácticas a las que se habían acostumbrado.11

Hashem ordenó a Moshé, “¡Ahora vé al Faraón y ordénale que deje ir a los Benei Israel!”

“¿Cómo puedo hacer eso?” Moshé protestó. Cuando les revelé a los Benei Israel sobre la próxima redención, no escucharon a pesar de que estas noticias albergaban regocijo para ellos . ¡Si así fue, Earaón ciertamente no escuchará noticias que son desagradables para él!12 ¡Yo no soy orador, mi habla está obstruida!” A causa de la renuencía de Moshé, Hashem envió a Aharón para acompañarlo y explicar las palabras de Moshé al Faraón.13 (A pesar de que Hashem ya le había revelado previamente a Moshé que Aharón se le uniría El se había sólo referido entonces a la actuación de Aharón como intérprete para los Benei Israel. Ahora El ordenó que Aharón asistiera a Moshé también cuando hablara al Faraón.)14

Hashem dio instrucciones a Moshé y Aharón de ser pacientes al guiar a los Benei Israel y de tratar al Faraón respetuosamente. “A pesar de que ustedes van a afligiría”, Hashem dijo, “dénle todo el honor debido porque él es un rey.”15

Moshé y Aharón Realizan Señales Milagrosas

Hashem ordenó a Moshé y Aharón comandar al Faraón dejar ir a los Benei Israel. El predijo, “Yo endureceré el corazón del Faraón y luego multiplicaré Mis señales y maravillas en Egipto.”

Esto no significaba que el Faraón seria incapaz de arrepentirse porque Hashem estaba endureciendo su corazón. Las palabras del Todopoderoso implicaban, “Yo le daré una oportunidad de hacer teshuvá por la duración de las primeras cinco Plagas. Sólo si él después de eso persiste en su iniquidad Yo detendré de él Mi Mano Auxiliante que está lista para asistir a aquéllos que hacen teshuvá.16

Moshé y Aharón se presentaron en el palacio. Al verlos , el Faraón montó en cólera. Volviéndose a los guardias, gritó, “¿No he dado yo órdenes explicitas de no admitir más a estas personas?” Los guardias estaban confundidos. “Nosotros no sabemos cómo ellos pudieron haber entrado,” contestaron. “Todas las puertas del palacio están sumamente vigiladas.”17

El Faraón se había jurado a sí mismo,”¡Cuando este Ben­Amram venga aquí la próxima, lo apuñalaré, lo colgaré, lo quemaré encontraré algún tipo de muerte que lo acabe!” Pero tan pronto como Moshé entró, el Faraón se volvió tan mudo como una estaca y no se atrevió a tocarlo.18

Moshé y Aharón transmitieron el mensaje de Hashem al Faraon. Cuando el rey solicitó una señal, Aharón, en presencia de la corte Egipcia entera arrojó su bastón al suelo, y él fue transformado en una serpiente. El Faraón comenzó a reír. “¿Son éstas las maravillas de vuestro Di-s? se mofó. “¡Las personas usualmente intentan vender mercadería en un lugar donde se necesita, no en un lugar donde existe abundancia de ella! Nosotros los Egipcios somos los más famosos hechiceros en el mundo y ¡vosotros creísteis que podríais enseñarnos a nosotros magia! ¡Este truco es tan fácil para nosotros que hasta mí esposa sabe cómo realizarlo! El hizo señas a su esposa- quien en realidad era tan experta en brujería como todos los otros magos Egipcios combinados20 y le dijo , “¿Véis a estos Judíos que han venido aquí para burlarse de nosotros?”21 El dio a su esposa un bastón, ordenándole convertirlo en una serpiente. Ella lo hizo. El Faraón se burló, “¡Aún los niños Egipcios son capaces de realizar esta suerte!” Ordenó que algunos niños de cuatro o cinco años fueran traídos y les entregó varas. Todos pudieron convertir los palos en culebras.*22

El patio completo se llenó con retorcidas culebras. Los dos renombrados magos Egipcios, Iujani y Mamré, ridiculizaron a Moshé diciendo, “¿Intentásteis vos vender paja en Ofaraim, una ciudad superabundante en paja?¿Realmente creísteis que nosotros seriamos impresionados con vuestra magia en este país el cual originó el arte de magia negra?”

Moshé contestó, “Ese es precisamente el por qué Hashem me envió a mi aquí. Si alguien tiene buenas verduras para vender, las lleva a un mercado donde los compradores son expertos y las apreciarán. “23

Las palabras de Moshé implicaban, “Eventualmente vosotros quienes sóis expertos en magia deberéis testificar la verdad, que nuestras maravillas no tienen sus orígenes en magia. Son fenómenos sobrenaturales los cuales pueden sólo ser logrados por el poder de Hashem “24

La serpiente de Aharón abrió su boca de par en par y devoró a todas las otras culebras que estaban deslizándose por el suelo.

“Este truco es tan viejo como Adám,” se mofó el consejero Bilám. “Todo el mundo sabe que una culebra puede tragar a otra.25 Que Aharón nos muestre si él sabe cómo hacer que un bastón trague a todos los otros bastones. ¡Si él es capaz de eso, nosotros sabremos que no es un hechicero común sino que es socorrido por la fuerza de Hashem!”

Un milagro ocurrió y la serpiente de Aharón se volvió nuevamente un bastón y devoró a todos los otros bastones. A pesar de ello, no era perceptible que recién había devorado docenas de varas porque permaneció tan delgado como antes. El Faraón tembló. “¿Qué si él ahora ordena a su bastón tragarse tanto a mí como a mi trono?” pensó.26

No obstante, como Hashem había predicho, el Faraón endureció su corazón y rehusó dejar libres a los Benei Israel.


La Primera Plaga: / Sangre

Hashem dijo a Moshé, “El Faraón rehúsa dejar ir al pueblo. Adviértele a él que a menos que Me escuche, Yo le causaré una plaga devastadora a él y a su pueblo. Baja al Nilo temprano en la mañana para encontrar al Faraón y adviértelo a él allí. El finge ser un dios y por consiguiente va al Nilo a cumplir sus funciones corporales en secreto.”27

Cuatro reyes alegaron falsamente ser divinos, y todos ellos fueron humillados por Hashem.28

Jirám, rey de Tzur, se proclamó a sí mismo un dios. En medio del mar, erigió un maravilloso palacio para sí mismo que alcanzaba siete pisos de altura a imitación de los Siete Cielos. Iluminó su palacio con luces que se asemejaban a aquéllas de los planetas e imitó los sonidos de truenos y relámpagos usando fricción generada por piedras preciosas.

Hashem dio instrucción al profeta Iejézkel, “Vé a Jirám, rey de Tzur, y repróchalo, diciendo, “¿Por qué eres presuntuoso? ¡Tú sólo eres humano!”

“Señor del Universo,” contestó Iejézkel, “¿cómo puedo presenta rme ante él? ¡El sabe cómo estar suspendido en el aire!” Hashem trajo un viento que llevó a Iejézkel arriba hasta lo de Jirám. Cuando Jirám vio al profeta, tembló.

“¿Cómo líe gásteis vos aquí?” preguntó a Iejézkel.

El profeta respondió, “Hashem me comandó a mi deciros ‘¿Por qué te consideras espléndido tú mismo?¡Sólo eres h u mano!

“Yo pude haber nacido de una mujer, pero soy inmortal,” respondió Jirám. “Al igual que Di- s tiene dominio sobre las profundidades del mar, así está mi palacio en las profundidades del mar. Al igual que Di- s está sobre los Siete Cielos, así estoy yo. Ved a cuántos reyes he sobrevivido durante mi vida; veintiún reyes de la dinastía de David fueron sepultados y también veintiún reyes del reino de Israel, y cincuenta profetas y diez kohanim. Vos véis, por consiguiente, que soy divino.” (Jirám se refería a todos los reyes que rigieron hasta la destrucción del Beit Hamikdash. El vivió un muy largo tiempo- casi 1200 años.) Iejézkel lo reprochó y dijo, “¡Existieron personas más grandes que vos que no se volvieron vanidosas!”


El orgullo de Jirám se originaba en el hecho de que él había asistido al Rey Shlomo en construir el Beit Hamikdash enviándole árboles de cedro.

Hashem finalmente castigó a Jirám enviando al emperador Nevujadnetzar (Nabucodonosor) quien lo venció, abusó de su madre, y lo expulsó de su encumbrada posición.

Todos los días, Nevujadnetzar cercenaba una capa de carne de Jirám del ancho de dos dedos, la sumergía en vinagre y la devoraba.29

Nevujadnetzar también fingió ser divino. Exclamó, “¡Ascenderé al Cielo en una nube!”

Hashem replicó, “¡Tú serás arrojado al interior de las más hondas profundidades!”

Hashem lo desterró al desierto donde el ex- emperador tuvo que sustentarse a sí mismo con hierbas, como las bestias. Las bestias lo consideraron uno de su propia clase. Incluso después de que Nevujadnetzar muriera, fue sujeto a la más grande vergúenza y humillación puesto que los Babilonios no creyeron a su hijo Evil Merodaj que su padre estaba realmente muerto hasta que él arrastró el cadáver de su padre fuera de la sepultura, atado con cadenas de hierro, y lo mostró al pueblo.30

Otro rey que se volvió arrogante y pensó que era divino fue el Rey Ioash. Ioash, rey de Iehudá, permaneció oculto en el Kodesh Hakodashím (Sanctasanctórum) por seis años para escapar de la ira de Ataliahu, madre del rey Ajaziahu, quien quería destruir la progenie real de Jehudá. Cuando Ataliahu fue muerta, y él pudo abandonar su lugar de escondite y establecerse a sí mismo como el soberano, los príncipes de Iehudá lo ensalzaron , diciendo, “¡Vos debéis ser divino! El kohén gadol entra al kodesh hakodashím sólo una vez al año, y la nación entera ora para que él sea permitido partir en paz; no obstante, vos emergisteis del kodesh hakodashim ileso después de seis años.” Ellos se postraron a sí mismos ante el rey y Ioash en su corazón creyó lo que habían dicho. Hashem por consiguiente hizo que el ejército de Aram lo atacara al fin del año, y ellos derrotaron a Ioash, dejándolo muy enfermo. Después de eso, sus propios sirvientes conspiraron en su contra , y lo mataron, sin darle siquiera el honor de sepultarlo en las tumbas de los reyes.31


El Faraón Egipcio también alegó falsamente que él se había creado a si mismo y que él era el creador del río Nilo. Hashem por consiguiente lo humilló, enviando a Moshé a revelarle quién es el verdadero Di~s.32

Hashem ordenó a Moshé, “Vé al río temprano en la mañana para probar al Faraón que él no es divino. Lleva contigo el bastón que fue convertido en una serpiente porque él lo reconocerá, recordará los milagros ejecutados con él, y se atemorizará.33 Dile, “Hashem, Di- s de los Hebreos, me ha enviado a comandaros, ‘Deja ir a Mi pueblo para que ellos puedan servirme en el desierto. Mas si tú rehúsas escuchar, sabe que con este bastón en mi mano Yo golpearé al agua en el río, y ella se volverá sangre.¡A través de esto tú sabrás que YO SOY HASHEM!”’

La estrategia de Hashem en castigar al Faraón fue enteramente diferente de la contienda armada conducida por seres humanos. Si un hombre desea derrotar a su enemigo, él prepara su ataque con la más grande reserva a fin de tomar a la otra persona por sorpresa. Hashem por el contrario, envió a Moshé anteriormente a la primera Plaga para dar una advertencia explícita al Earaón. De esto es evidente que Hashem esperaba que él hiciera teshuvá y la plaga por consiguiente fuera innecesaria.34

Moshé encontró al Faraón temprano en la mañana junto al Nilo y lo censuró , diciendo, “Vos alegáis divinidad. ¿Qué, entonces, estáis vos haciendo aquí ahora? ¿Cumple también un dios funciones humanas?”

“¿Quién dijo que yo soy divino?” El Faraón le preguntó a él.

“¿No les decís eso a los Egipcios?”

“¿Y quiénes son los Egipcios? Esos tontos, no son seres humanos, ¡son asnos! ¿Importa lo que yo les digo a ellos?” el Faraón se mofó.35

Moshé repitió las palabras de Hashem al Faraón, advirtiéndole a él que el Nilo se volvería sangre, mas el Faraón hizo caso omiso de la advertencia.

Hashem por consiguiente ordenó a Moshé, “¡Extiende tu mano y golpea al río!”

Moshé objetó, “¿Es correcto que yo golpee al Nilo? Alguien que bebió de un pozo no debería después arrojar piedras dentro de él. Al ser puesto en el Nilo cuando fui bebé, las aguas del río no hundieron la canasta sino en lugar de ello me protegieron. ¿Debería yo ahora golpear a esa misma agua?”36


Hashem desafió a Moshé intencionalmente, esperando que él respondiera como lo hizo. De la respuesta de Moshé nosotros somos requeridos aprender el alcance de nuestra obligación en demostrar gratitud. Debiéramos razonar que si nosotros debemos ser agradecidos a cualquiera quien nos hizo una bondad, cuán más grande debe ser nuestra gratitud a Hashem Mismo Quien es la causa de todos los beneficios que una persona recibe y Quien siempre se propone hacernos bondad a nosotros.37

Moshé advirtió al Faraón por un período de más de tres semanas,* pero el Faraón no hizo caso.

Luego, los Egícios despertaron una mañana encontrando al Nilo fulgurando con un inusual color rojo. La espantosa noticia pronto se esparció. El líquido que llenaba el río, lucía, sabía, y olía como sangre.38 Todos los peces en el río habían muerto, y el río hedía. (La plaga acarreada a Egipto fue, de una forma, aún más severa que el mabul durante el cual los peces permanecieron con vida)39 Los Egipcios comenzaron a buscar diferentes fuentes de agua, diciendo, “Debe haber agua subterránea que esté limpia. Moshé pudo golpear sólo al agua que es perceptible al ojo.”40

Ellos cavaron pozos alrededor del río, mas incluso el agua subterránea se había tornado sangre. Egipto pareció estar saturado con sangre. Sangre chorreaba de los pilares del palacio del Faraón; sangre goteaba de madera y piedras; sangre fluía de sus ídolos. Las frutas ya no producían jugo de fruta, porque cuando los Egipcios exprimían una fruta , sangre se escurría fuera. Incluso la salíva que salía de sus bocas se volvía sangre.41

Existía sólo una fuente de clara, pura agua potable - el agua de la tierra de Goshen. Los Benei Israel tenían tanta agua como ellos querían. Los Egipcios corrían a Goshen para obtener un poco de aquel precioso liquido, pero tan pronto como ellos intentaban tomar un sorbo de agua, ella se convertía en sangre. Aún si un Egipcio compartía una jarra de agua con un Judío, el Judío bebía agua mientras que el liquido que corría por la garganta del Egipcio era sangre. Pronto, sin embargo, los Egipcios descubrieron que si pagaban dinero por el agua, ella permanecía agua. Fueron a Goshen trayendo oro y plata y así enriquecieron a los Benei Israel 42

En las profundidades de sus corazones, los Egipcios sabían por qué Hashem los había afligido con esta plaga. Ellos adoraban al Nilo. El Di- s de los Judíos les estaba demostrando que el río no era, de hecho, divino43. Por añadidura, la vista de la sangre recordó a los Egipcios la inocente sangre Judía que habían derramado.44 Además, Hashem los estaba castigando por medio del Nilo porque los Egipcios habían intentado impedir a las mujeres Judías sumergírse a sí mismas en el río para estar puras para sus maridos.45

El Faraón citó a sus magos y los interrogó. “¿Sabéis vosotros convertir agua en sangre?”

“Nosotros lo sabemos,” ellos replicaron.

Los hechiceros egipcios convirtieron agua en sangre con magia. Viendo esto, el Faraón decidió ignorar la plaga lo mismo que él había ignorado la señal del bastón que había devorado a los otros bastones.46

Esta primera plaga no dañó personalmente al Faraón por tres razones:

1. Hashem era paciente con él en su sufrimiento a causa de que Moshé había sido nutrido y criado en su casa.

2. Hashem esperaba que él aún hiciera teshuvá.

3. Hashem causó que el Faraón se tornara eminente a los ojos de los Egipcios para que su subsecuente caída pareciera tanto más drástica .47

La Plaga de la Sangre duró siete días y fue acompañada por una Plaga de Pestilencia secundaria que mató a muchos Egipcios. Todas las Plagas subsiguientes fueron también acompañadas por la adicional Plaga de Pestilencia48

Cuando los siete días de la Plaga finalizaron, Hashem ordenó a Moshé advertir al Faraón acerca de la próxima plaga, diciendo, “Di al Faraón, ‘Si tú rehúsas despedir a los Benel Israel, Yo afligiré todas tus fronteras con ranas. ¡El río pululará con ranas, y ellas entrarán en tus casas y alcobas, en tus camas y en las casas de tus sirvientes, en tu pueblo y en tus hornos y tus artesas de amasar!”’

Moshé advirtió al Faraón por tres semanas acerca de la Plaga de las Ranas, mas el Faraón no hizo caso de la advertencia.


La Segunda Plaga: / Ranas

La segunda Plaga fue traída por mediación de Aharón y no por Moshé puesto que ella nuevamente ocasionaba afligir al río, y no era correcto para Moshé afligir al río que había protegido su canasta.50

Hashem ordenó a Moshé, “Di a Aharón, ‘Extiende tu mano con tu bastón de forma tal que todas las corrientes, ríos y estanques de Egipto produzcan ranas.

Tan pronto como Aharón extendió su mano, los Egipcios quedaron pasmados al contemplar una horrible vista. Fuera del río brincó una horrible rana de excesivo tamaño que comenzó a marchar bajando el camino principal hacía el palacio del Faraón.51

Hashem dio a los Egipcios una última oportunidad de arrepentírse antes de que ellos fueran invadidos por ranas adicionales. 52

Los Egipcios llevaron armas y estacas con las cuales pretendían matar a la monstruosa rana. En lugar de caer muerta, ella abrió su boca de par en par y escupió legiones de ranas bebés.53 Dejó salir un silbido estridente, y ante esta señal, ejércitos de ranas salieron brincando fuera del río54, acompañadas por otros reptiles de mar con colosales bocas y dientes. Ellos formaron una procesión y marcharon bajando el camino principal, aparentemente con un propósito definido en mente. El horror de los Egipcios puede ser bien imaginado cuando el ejército de ranas se encaminó directamente hacia el palacio del rey. Hashem hizo que la plaga visitase primero al Faraón ya que el Faraón se había tornado arrogante cuando vio que él personalmente no había sufrido de la Plaga de la Sangre. Hashem por consiguiente dijo, “Tú serás el primero en ser afectado por la Plaga de las Ranas.”55

Las ranas corrieron atravesando las entradas del palacio, subieron los escalones, y entraron al cuarto privado del Faraón. El Faraón estaba en cama cuando las ranas saltaron dentro de sus cobertores, se arrastraron bajo su ropa blanca, y mordiéndolo a él, se entremetieron dentro de su cuerpo. Después del Faraón, la totalidad de los otros nobles de la corte Egipcia fue infestada y luego la gente común.56

Las ranas llenaron las casas Egipcias, saltando sobre mesas y sillas y dentro de las camas de los Egipcios y mordiéndolos.57 La más grande y gorda de las ranas se asentó en el palacio del Faraón 58

Las ranas no perecieron incluso después de que se hubieron deslizado dentro de los cuerpos de los Egipcios. Continuaron haciendo un ruido ensordecedor en los estómagos de todos, gritando, “¿Cuánto tiempo tendremos que permanecer aquí?” Otro coro de ranas en las paredes del estómago croó de nuevo, “Hasta que Moshé, hijo de Amram, venga y rece para que nosotras seamos puestas en libertad.”59

La Plaga de las Ranas cubrió la tierra entera. Las ranas brincaron dentro de los campos y devoraron el producido del cultivo.

incidentalmente, las ranas solucionaron una vieja disputa entre Egipto y las tierras vecinas concerniente a las demarcaciones precisas del país. Los Egipcios reclamaban ciertas tiras de tierra que los kushím sostenían formaban parte de su territorio. La plaga claramente definió las fronteras Egipcias porque dondequiera que las ranas se asentaron era incuestionablemente territorio Egipcio 60

¿Cómo fue posible que las ranas entraran en las casas de piedra y mármol incluso después de que los Egipcios cerraran con llave sus puertas y ventanas? Este fue uno de los milagros de Hashem Quien cambió las leyes de la naturaleza, dando a una sustancia blanda el poder de penetrar una más dura. Tan pronto como las ranas gritaron, Nosotras somos mensajeras de Hashem Quien creó el mundo, el mármol y las piedras inmediatamente se separaron, permitiendo a las ranas penetrarlos.61

En el curso de la historia, Hashem frecuentemente realizó para nuestro pueblo el milagro de permitir a una sustancia más flexible atravesar una más dura. Algunos ejemplos son:

Cuando los Benei Israel comenzaron la conquista de Eretz Canaán, los canaanim se escondieron en cuevas cuyas entradas obstruyeron con rocas. Hashem envió avispas al frente de los Benei Israel que tenían la milagrosa habilidad de penetrar las rocas e inyectar veneno dentro de los ojos de los canaanim.

Combatiendo contra el gigante Goliat, David le arrojó una piedra. Aquella piedra tras pasó la armadura de hierro del gigante y se hundió en su frente, y Goliat cayó muerto.

El gusano - shamir fue utilizado por los Benei Israel para partir los diamantes y rocas necesarios en la construcción del Mishkán y del Beit Hamikdash.62


Toda vez que una mujer Egipcia calentaba su horno a fin de hornear pan, las ranas brincarían dentro de la masa y la mordisquearían. La mujer por consiguiente la ponía apresuradamente dentro del horno. Las ranas, a pesar de ello, se asían a la masa, permitiendo ser ellas mismas horneadas junto a ella. Atemperaban el calor de tal modo que ningún pan nunca fue bien horneado.63

Cuando el emperador Nevujadnetzar erigió una estatua en su honor y ordenó a sus súbditos prosternarse a sí mismos ante ella, Jananió, Mishael, y Azarió se rehusaron. Ellos razonaron, “Nosotros debemos tomar una lección de las ranas en Egipto. Ellas brincaron dentro de los hornos, sacrificando sus vidas por kidush Hashem. Si las ranas estuvieron listas para sacrificar sus vidas por Hashem, nosotros debemos ciertamente estar preparados para hacer lo mismo.''64*

Los Egipcios sufrieron severamente de la Plaga de las Ranas. Ni un solo Egipcio pudo evadir la plaga de las ranas; tan pronto como él llenaba una taza para tomar un trago, la encontraba llena de odiosas ranas.65 A pesar de ello, consideraron al croar que continuaba aún después de que ellas entraran a los estómagos Egipcios peor que sus acciones destructivas.66 No había absolutamente ningún modo de deshacerse de las ranas pues si un Egipcio intentaba matar una con una vara o piedra, seis nuevas ranas brotaban en su lugar, y así tuvieron que abandonar todo intento de destruirlas.67

Hashem estaba castigando a los Egipcios midá- kenegued­midá. Los Egipcios solían torturar a sus infortunadas victimas Judías ordenándoles recolectar todo tipo de aborrecibles animales rastreros e insectos (los que no necesitaban excepto por el placer sádico de hacer miserables las vidas de los Benei Israel); Hashem por tanto produjo a cambio ranas repulsivas que los nausearon.68

Faraón llamó a sus magos y les preguntó si también eran capaces de producir ranas.

“Ciertamente,” ellos respondieron y trajeron a la vista ranas adicionales, (mas quedaron perplejos cuando llegó el tiempo de deshacerse de las existentes). El Faraón no tuvo más alternativa que llamar a Moshé y Aharón. “Implorad a Hashem que El quite las ranas de mi y de mi pueblo,” él rogó “y yo dejaré ir a los Benei Israel.”

“Ahora yo os probaré a vos que esta Plaga es un milagro Divino y no una ocurrencia natural,”69 Moshé anunció al Faraón. “Fijad el momento cuando esta Plaga debería finalizar,, y yo resaré a Hashem que le ponga fin en el tiempo que vos desígnéis.”

“Mañana,” dijo el Faraón.

“Será como vos decís,” proclamó Moshé, “para que vos sepáis que NO EXISTE NADIE COMO HASHEM, nuestro Di- s.”

Moshé clamó al Todopoderoso. Al preciso día siguiente, las ranas en las casas, patios, y campos perecieron, mas hubo una excepción: Todas las ranas que habían voluntariamente brincado dentro de los hornos permanecieron vivas y les fue permitido a retornar al río. Hashem de este modo demostró que quienquiera se sacrifica a sí mismo por Hashem nunca sufrirá una pérdida.70

Las ranas muertas no desaparecieron sino fueron dejadas yaciendo sobre todo Egipto. Los Egipcios tuvieron que palearías juntas. Puesto que había tantas de ellas, cada Egipcio recolectó al menos cuatro pilas de ranas. Las ranas muertas eran aún más repugnantes que las vivientes.71 Emitían un hedor nauseabundo que penetró la tierra entera. Los Egipcios fueron de este modo devueltos midá- kenegued- midó por haber golpeado a los Judíos sin piedad hasta que un fétido olor emanó de sus bocas.72

La Plaga de las Ranas afligió sólo a los Egipcios mas exceptuó a los Benei Israel. De hecho, sí un Judío y un Egipcio caminaban por el camino al mismo tiempo, la rana huía del Judío y saltaba sobre el Egipcio.73

Tan pronto como la Plaga finalizó, el Faraón nuevamente endureció su corazón. Esto es típico de todos los reshaím que no hacen jamás teshuvá sincera sino sólo hacen promesas bajo compulsión, rescindiéndolas tan pronto como sienten alivio.74

La Tercera Plaga: / Piojos

La tercera Plaga no fue precedida por una advertencia ya que el Faraón babia ignorado las advertencias precedentes a las dos últimas Plagas.75

Hashem comandó a Moshé, “¡Ordena a Aharón extender su bastón y golpear el polvo de Egipto para que pueda tornarse piojos!” El mandato de dar origen a esta Plaga fue una vez más dirigido a Aharón y no a Moshé puesto que sería impropio de Moshé golpear el polvo que había ocultado el cuerpo del Egipcio a quien él mató.76

Cuando Aharón golpeó el polvo, piojos aparecieron e infestaron a los Egipcios y sus animales. Picaron sus cuerpos como agujas,77 y también llenaron los campos y se asentaron sobre las cosechas.

¿Por qué fueron los Egipcios atribulados con esta Plaga? El Todopoderoso los castigó de esta manera por haber ordenado que los Judíos barrieran el polvo de las calles y los bazares del mercado. Midá- kenegued- midá, todo el polvo de Egipto fue convertido en piojos. Aún si cavaban debajo de la profundidad de un amo (aprox. 50 cm.) dentro del suelo, no podían encontrar tierra sino sólo piojos. Tan pronto como esta Plaga comenzó, los Benei Israel fueron libertados de labor esclavizada ya que no había ninguna tierra despejada disponible para construir.79

El Faraón citó a sus magos para producir piojos también, pero esta vez fallaron. A pesar de que habían sabido cómo convertir un bastón en una culebra y agua en sangre y cómo producir ranas, no tuvieron éxito en crear piojos con magia. “Nosotros somos incapaces de producir piojos,” admitieron al Faraón. “La magia no tiene poder sobre un objeto más pequeño que un grano de cebada. Nosotros estamos obligados a admitir que esta plaga resulta del Dedo de Di~s.”80

De la Plaga de los Piojos ellos pudieron comprender retroactivamente que ambas Plagas anteriores también habían sido maravillas Divinas. Los magos por consiguiente se retiraron y de allí en más ya no intentaron imitar las maravillas de Moshé.81

Cuán grandes fueron nuestros ancestros, puesto que Hashem les reveló a ellos eventos que ocurrirían muchas centurias más tarde. De hecho, El les reveló a ellos el futuro íntegro hasta el fin del tiempo. Nuestro ancestro Iaacov proféticamente previó las Diez Plagas. El ordenó a Iosef sacar su cuerpo fuera de Egipto puesto que le fue revelado a él que la Plaga de los Piojos infestaría en el futuro a Egipto, y no quería que su cuerpo sufriera por ello.

La Cuarta Plaga: / Bestias Salvajes

(Las primeras nueve Plagas pueden ser divididas en grupos de tres. Las primeras dos Plagas de cada grupo fueron precedidas por una advertencia mientras que la última llegó sin anuncio. La cuarta Plaga fue por consiguiente precedida por una advertencia).83

Hashem ordenó a Moshé levantarse temprano a la mañana, encontrar al Faraón junto al Nilo, y advertirle dejar partir a los Benei Israel.

“Díle,” Hashem dio instrucciones a Moshé, “‘Si tú no dejas ir a Mi pueblo, Yo enviaré una mezcla de bestias salvajes, serpientes, y escorpiones sobre tu tierra. Ellos llenarán las casas de Egipto y también la tierra. Yo distinguiré la tierra de Goshen donde Mí pueblo mora no permitiendo a las bestias entrar a ella. Tú comprenderás entonces claramente que a pesar de que Mi shejiná (divinidad) reside en el Cielo, ¡YO SOY HASHEM QUIEN EJERCE SU PROVIDENCIA EN MEDIO DE LA TIERRA! “‘84

Hashem instruyó a Moshé encontrar al Faraón más temprano que lo usual en la mañana porque El estaba enterado de las intenciones del Faraón. Los pensamientos secretos del Faraón eran:

Este Ben Amram viene a encontrarme todas las mañanas. Hoy yo me daré prisa y partiré antes de que él arribe. Hashem por consiguiente ordenó a Moshé encontrar al Faraón más temprano de lo usual.85

El Faraón no prestó atención a la advertencia de Moshé la cual él transmitió repetidamente por tres semanas. Las Bestias Salvajes por lo tanto afluyeron al interior de Egipto. Consistían de leones, osos, culebras, escorpiones, ratones, comadrejas, aves de rapiña, e insectos. Las bestias rugieron y atropellaron sobre todo y mordieron personas; las moscas y mosquitos pulularon dentro de sus ojos y oídos. Las bestias primero invadieron el palacio del Faraón y sólo luego todas las otras casas Egipcias.86

Los Egipcios se encerraron a sí mismos con llave en sus casas, asegurando las puertas con todas las cerraduras y cerrojos que poseían. Luego tremendos monstruos marinos con brazos de diez amot (aprox. 5 m.) de largo emergieron del océano. Subieron a la parte superior de los tejados, extendieron sus largos brazos, atacaron tenazmente todas las cerraduras, y abrieron puertas y ventanas. Las bestias salvajes en seguida entraron a todo cuarto de las casas Egipcias y se prepararon para pasar allí la noche. ¡Y terror sobre terror! Los animales domésticos de repente ya no fueron mansos. Los bueyes y burros rebuznaron salvajemente, descubriendo sus dientes y mordiendo a los Egipcios hasta la muerte.87

¿Por qué Hashem infestó a Egipto con Bestias Salvajes?

Después de la Plaga de los Piojos, cuando los Egipcios se dieron cuenta de que los Benei Israel ya no construirían ciudades para ellos, idearon una nueva forma de barbaridad para atormentarlos. Ordenaron a los Judíos atrapar bestias salvajes para ellos en la esperanza de que fueran muertos en el proceso.

Moshé clamó a Hashem. “¿Cómo pueden atrapar leones sin ser devorados por ellos?”

Hashem lo tranquilizó. “¡No temas! Sal a los campos, vuélvete a las bestias, y exclama, ‘Así dice Hashem: Mañana vosotros os juntaréis, invadiréis Egipto y lo destruiréis.¡Esta tarea había sido destinada para vosotros desde que fuisteis creados! “‘88

Otra razón por la cual los Egipcios fueron afligidos con la Plaga de las Bestias Salvajes fue que afligieron a los Benei Israel ordenándoles vigilar sus hijos. Ellos solían obligar a un Judío a cargar cuatro niños Egipcios al mismo tiempo, dos sobre sus hombros y dos en sus brazos.

Cuando la Plaga de las Bestias Salvajes comenzó y un Judío caminaba hacia el mercado, respirando con dificultad y gimiendo bajo el peso de los niños Egipcios, un león llegó y arrebató uno, un oso cargó a otro sobre sus hombros, el lobo se llevó un tercero, y la pantera arrebató un cuarto. El Egipcio más tarde preguntaba al Judío, “¿Dónde están mis hijos?”

“No sé,” el Judío respondía. “Cuando yo fui de compras, llevando cuatro niños, un oso llegó y tomó uno sobre sus hombros, un león asió uno, un lobo arrebató uno y una pantera a otro. Yo no los he visto a ellos desde entonces.”89

Hashem, sin embargo, no permitió a las bestias invadir la tierra de Goshen donde los Benei Israel vivían.

El Faraón convocó a Moshé y Aharón. “Vosotros podéis sacrificar para vuestro Di-s en esta tierra, pero yo no puedo dejaros ir al interior del desierto,” les dijo a ellos.

Nosotros no podemos hacer eso,” Moshé replicó. “Nuestros sacrificios son las ovejas que los Egipcios adoran. Ellos ciertamente no nos permitirán a nosotros sacrificar sus dioses delante de sus mismos ojos sin lapidarnos. Déjanos viajar un recorrido de tres días al interior del desierto y sacrificar a Hashem nuestro Di-s como El nos comande a nosotros.”

El Faraón replicó, “¡íd y sacrificad para vuestro Di-s, pero no os vayáis muy lejos!¡ Implorad a Hashem tenerme misericordia y quitar las Bestias Salvajes!”

Moshé dijo, “¡Yo imploraré para Hashem en vuestro favor, mas no nos engañéis a nosotros respecto del cumplimiento de vuestra promesa!”

Moshé abandonó al Faraón y rezó a Hashem traer fin a la Plaga. La tefilá de Moshé fue aceptada por Hashem, y las Bestias Salvajes fueron removidas. Ellas no perecieron como las ranas lo habían hecho para que los Egipcios no derivaran beneficio usando sus pieles para cuero o su carne para alimento. En vez de ello, desaparecieron sin dejar rastro.90

Mas el Earaón nuevamente endureció su corazón y no permitió partir a los Benei Israel.

La Quinta Plaga: /Pestilencia

Hashem ordenó a Moshé advertir al Faraón que a menos que él pusiera en libertad a los Judíos, densa Pestilencia seria impuesta sobre Egipto al preciso día siguiente. Hashem fijó el comienzo de la Plaga para el día siguiente para impedir a los Egipcios alegar que ésta era una dolencia natural antes que un milagro. Además, el anuncio de que la Plaga ocurriría un día más tarde daba al Faraón tiempo para arrepentirse.91

El Faraón ignoró la advertencia. Al día siguiente, una densa Pestilencia afligió a los animales Egipcios, y ellos todos perecieron. No sólo los animales murieron, sino los jinetes perecieron también junto con sus caballos, los pastores con sus ovejas, los conductores de burros junto con sus burros, y los conductores de camellos con sus camellos.92

La pestilencia, no obstante, exceptuó a todos los animales pertenecientes a los Benel Israel así como también a aquéllos que eran propiedad común de un Judío y un Egipcio. Todo Egipcio que se había apoderado del animal de un Judío y fraudulentamente alegaba que era suyo, era ahora refutado. Puesto que el animal no pereció ,el Egipcio tuvo que admitir que le pertenecía a un Judío y era obligado a devolverlo.93 No sólo los animales de los l3enei Israel no fueron dañados, sino, de hecho, éste fue un tiempo de bienestar para los Benei Israel durante el cual no sufrieron pérdidas financieras o ansiedad.94

¿Por qué Hashem trajo la Plaga de Pestilencia? Los Egipcios habían forzado a los Judíos a volverse pastores y conductores de burros en parajes desiertos y montañas distantes para impedirles a ellos multiplicarse. Como castigo, todos sus animales perecieron.95

La Sexta Plaga: / Forúnculos

Las primeras tres Plagas, Sangre, Ranas, y Piojos (las cuales fueron plagas elevándose desde lo bajo) habían sido causadas por Aharón.

Tres Plagas (originándose del cielo) fueron causadas por Moshé: Granizo, Langostas, y Oscuridad.

Tres Plagas fueron causadas por Hashem mismo: Bestias Salvajes, Pestilencia y Destrucción de los Primogénitos.

La Plaga de los Forúnculos fue causada por una sociedad de todos los tres- Hashem, Moshé, y Aharón.96

Hashem ordenó a Moshé y Aharón que cada uno de ellos debía tomar dos puñados de hollín de una caldera. Aharón debía entregar sus dos puñados de hollín a Moshé, y luego Moshé debía lanzar todo el hollín arriba al cielo. Hashem lo convirtió en Forúnculos leprosos los cuales descendieron sobre los Egipcios y sus animales.97

Moshé y Aharón recogieron el hollín en presencia del Faraón, y Moshé lo lanzó arriba hacia el cielo.

El acto de acarrear Forúnculos a los Egipcios incluyó tres milagros:

1. A pesar de que normalmente una persona es incapaz de lanzar una flecha más lejos de cien amot, (aprox. 50 m.) el hollín echado al aire por Moshé alcanzó el kisé hacabod (trono celestial) mismo (a pesar de que el hollín es una sustancia ingrávida y usualmente no volaría muy lejos).

2. La mano de Moshé milagrosamente sostuvo cuatro puñados de hollín (dos de los cuales él había recogido con sus ambas manos y dos que le fueron entregados a él por Aharón).

3. Esta cantidad de hollín ordinariamente sería suficiente para cubrir sólo un área de cuatro amot (aprox. 2 m.), pero cuando Moshé la echó al aire se dispersó sobre la tierra entera de Egipto.98

Esta plaga fue efectuada de una manera espectacular por la acción común de Hashem, Moshé y Aharón ya que era la más perjudicial de todas las Diez Plagas, acarreando sufrimiento fisico sobre cada particular egipcio (y no meramente dañando sus posesiones) .99

La Plaga de los Forúnculos fue diferente de todo mal que los Egipcios hubieran experimentado jamás. Sus síntomas se parecían a aquellos de la lepra, pero su dolencia no podía ser definida como una particular clase de lepra puesto que, de hecho, incluía una combinación de veinticuatro tipos diferentes de lepra. Las ampollas que cubrían sus cuerpos eran húmedas en el interior y secas sobre la superficie. Era imposible aliviar el dolor. Cualquier ungúento que suavizara la costra seca exterior irritaba la capa húmeda interna, y toda medicación que aliviara la humedad exudada irritaba la parte seca.100

Los magos del Faraón fueron afligidos tan severamente con los forúnculos que fueron incapaces de pararse sobre sus pies cuando Moshé y Aharón entraron al palacio. Ellos fueron de este modo castigados por sugerir que los recién nacidos Judíos fueran arrojados al interior del Nilo con el propósito de exterminar a Moshé y por haber pronunciado la sentencia de muerte sobre Moshé cuando, como un niño, él tomó la corona del Faraón.101 Los magos no se recobraron de los forúnculos incluso después de que la Plaga acabara, y permanecieron enfermos hasta que murieron.102

La Plaga de los Forúnculos sobrevino a los Egipcios para castigarlos midá- kenegued midá por uno de sus crímenes contra los Judíos. Habían compelido los Benei Israel a preparar sus baños de agua calentando o enfriando el agua. Ahora ellos ya no podían bañarse, porque, infestados de forúnculos, no podían tolerar contacto con tanto agua caliente :orno fría.103 Por medio de esta plaga, los Egipcios fueron tambien devueltos por haber inexorablemente conducido a los Benei Israel a ejecutar trabajo, sin permitir nunca a un Judío siquiera un solo momento de descanso para interrumpir y rascarse a si mismo si él sentía el impulso. ¡Ahora les fue dado a ellos el sentir en sus propios cuerpos cómo era ser irritado sin poder aliviar la picazón!104

En tanto que los Egipcios no habían sido grandemente perturbados por las Plagas anteriores, consideraron los forúnculos intolerables y gritaron, “¡Esta es una horrible Plaga!”105

El Faraón citó a Moshé y Aharón, rogándoles terminar la Plaga. Mas una vez que los Forúnculos desaparecieron, el Faraón no guardó sus promesas. Hashem endureció su corazón para castigarlo por haberse rehusado a hacer teshuvá durante las primeras cinco Plagas.106

Se tomó cada vez más difícil para el Faraón arrepentirse, pero él no obstante aún retenía la libertad de elección para obedecer a Hashem si él solamente fuera a hacer un esfuerzo sincero.

La Séptima Plaga: / Granizo

Hashem ordenó a Moshé, “¡Levántate muy temprano para presentarte en el palacio del Faraón, y advertirle a él acerca de la Plaga del Granizo!” Hashem sabía que el Faraón, en esta mañana particular, planeaba ocultarse él mismo de Moshé. Por esta razón, El ordenó a Moshé presentarse en el palacio más tempranamente que lo usual, incluso antes de que el Faraón saliera al Nilo. 108

“Dile, ‘Así dice Hashem, el Di-s de los Hebreos, ‘Deja ir a Mi pueblo para que ellos puedan servirme. Porque esta vez Yo envíaré todas Mis plagas sobre ti para que tú sepas que NO EXISTE NADIE COMO YO SOBRE LA TIERRA. Yo podía fácilmente haberlos borrado a todos ustedes en la Plaga de Pestilencia, pero Yo confiné aquella plaga a los animales, manteniéndolos a ustedes con vida; para mostrarles Mi poderío de modo tal que Mí Nombre sea proclamado por todo el mundo!”’109

Hashem anunció que mediante la Plaga de las Piedras de Granizo, Su grandiosidad sería reconocida por los Egipcios. Al ver las piedras de granizo que eran una combinación de fuego y agua la cual claramente negaba la ley natural, tendrían que admitir que el cosmos estaba gobemado por la Divina Providencia y no por ley natural.110


Hashem dio instrucciones a Moshé de decir al Faraón. “Puesto que tú aún pisoteas a Mí pueblo y rehúsas dejarlos ir. Yo haré caer un copioso Granizo a esta hora mañana, Granizo cuya semejanza jamás fue vista, ni en Egipto ni en ninguna otra parte en el mundo. ¡Ahora ingresen su ganado y todo cuanto ustedes tengan en los campos porque todo lo que no sea ingresado será golpeado por el Granizo y perecerá!”

La advertencia de Hashem es reveladora de Su gran compasión aún por los malvados y sus pertenencias. Hashem tuvo lástima de los Egipcios y sus animales. El por consiguiente los exhortó a ingresar a sus animales a fin de que fueran eximidos del Granizo.”111

Moshé transmitió las palabras de Hashem al Faraón. El hizo una muesca en el cuadrante solar del Faraón para indicar la hora exacta en que la Plaga comenzaría al día siguiente.112 El Earaón, no obstante, exclamó, “¿Por qué deberíamos nosotros escuchar ahora a este Ben- Amram más que en todas las ocasiones previas?” El dejó sus animales en el campo y así hicieron la mayoría de los Egipcios113 a excepción de unos pocos que eran temerosos de Di-s, tales como el consejero del Faraón lov. 114

Los malvados pueden ser comparados al tempestuoso mar. La primer ola declara, “Yo arrollaré hasta la orilla e inundaré el mundo.” Mas tan pronto como alcanza la arena, se rompe. La ola que le sigue nuevamente anuncia,”Yo voy a inundar al mundo,” mas ella también rompe en la orilla. Cada ola hace la misma proclamación. Nunca toma lección de la anterior.

Así el Faraón era vanidoso y por lo tanto sufrió, pero Amalek falló de aprender de él. Amalek fue también castigado por su arrogancia. Con todo Sijón, Qq, Balak, y todos los opresores del pueblo Judío no aprendieron de la caída de sus predecesores. 115

Esta Plaga comenzó como una mera lluvia pues Hashem esperaba que los Egipcios hicieran teshuvá.116 Eventualmente la lluvia fue convertida en una tempestad. Truenos estallaron, rayos golpearon, y la tierra se estremeció. Luego colosales piedras de granizo llovieron desde el Cielo, compuestas por bloques de hielo y de fuego, mas el fuego no consumía al hielo, ni el hielo extinguía al fuego.117

Dos clanes estaban envueltos en una contienda familiar de toda la vida que era transmitida de una generación a la próxima. Ellas tomarían toda oportunidad de dañar y hacer perjuicio la una a la otra. Un día un poderoso rey sitió el país, amenazando tomar posesión de la tierra íntegra. El soberano del amenazado país hizo un breve anuncio acerca de la planeada invasión del enemigo. Los dos clanes oponentes inmediatamente abandonaron su disputa personal y se unieron para echar al común peligro exterior.

Similarmente, a pesar de que fuego y agua por naturaleza son elementos hostiles el uno al otro, cuando el Todopoderoso los convocó para hacer guerra contra los Egipcios, inmediatamente unieron fuerzas.118

Hashem castigó a los Egipcios con Granizo compuesto por fuego a fin de castigarlos de una manera similar a los reshaím en Guehinam (infierno) quienes deben padecer los tormentos del fuego.119

El ruidoso estallido de las piedras de granizo cayendo bamboleó la tierra. Quienquiera que estaba en los campos, hombre o bestia a la par, fue golpeado, congelado por el hielo y quemado por el fuego. El espanto de los Egipcios era abrumador.¡Se apresuraron a retornar sus animales a los establos, pero era demasiado tarde! Las piedras de granizo se amontonaron frente a ellos, formando una sólida pared de hielo y fuego, la cual no pudieron atravesar. Viendo que no había chance de llevar sus animales a los establos, con vida los Egipcios los sacrificaron para que al menos se beneficiaran de su carne. Colocaron los animales sacrificados sobre sus hombros, pero grandes aves de rapiña bajaron volando del cielo y devoraron todos los animales muertos.120

El granizo quebró árboles enteros y destruyó las cosechas incluso hasta el origen, hasta las más profundas raíces en el suelo. Todo producido fue destruido a excepción del trigo y el espelto los que Hashem quería eximir para que las langostas pudieran devorarlos.121

Algunos Egipcios corrieron a la tierra de Goshen para escapar del Granizo, pero las piedras de granizo cayeron sobre ellos allí también sin tocar nunca a un Judío. 122

El Faraón estaba atónito ante la maravillosa unificación de fuego y agua 123 y espantado ante el estrago que el Granizo había forjado. El envió por Moshé y Aharón y confesó, “Yo he pecado esta vez. Hashem es justo porque El nos advirtió a nosotros anteriormente ingresar a las personas y animales para que fuéramos salvados, y yo y mi pueblo somos malvados por no haber atendido a Su advertencia y causado que sangre inocente fuera derramada.124


¡Implorad a Hashem que la Plaga finalice. Yo os dejaré ir a todos vosotros!”

Moshé le respondió, “Yo oraré por vos, mas no puedo orar aquí en la ciudad que está llena de ídolos. Yo abandonaré la ciudad y rezaré fuera a la intemperie. Yo no creo en realidad vuestras palabras porque sé que vos no teméis verdaderamente a Di-s y cambiaréis más tarde vuestra opinión. ¡Yo no obstante finalizaré la Plaga mediante mis plegarias a fin de que vos reconozcáis la grandeza de Hashem!”125

Moshé abandonó la ciudad y extendió sus manos en súplica. Tan pronto como él alzó sus manos, antes de que pronunciara una palabra de tefilá , el Granizo cesó.126 Incluso las piedras de granizo que estaban en su camino abajo hacia el suelo no continuaron cayendo sino permanecieron suspendidas en el aire. Permanecieron allí cuarenta y un años, finalmente lloviendo hacia abajo en el tiempo de Iehoshúa.127

¿En qué ocasión sucedió esto?

Cuando cinco reyes Emoritas se reunieron contra los Benei Israel, Hashem prometió a Iehoshúa “No temas, porque Yo los he entregado en tu mano.” Iehoshúa atacó a los enemigos, tomándolos por sorpresa. Hashem los golpeó con confusión, y los Benei Israel los persiguieron. Cuando las tropas enemigas estaban en el descenso a Beit Jaran, Hashem abatió grandes piedras de granizo y ellos murieron.128

El trueno también llegó a un súbito alto tan pronto como Moshé se preparó para orar. El estallido inconcluso del tronar reanudó su sonido en el tiempo de lehoram.

En los días de Iehoram ben Ajav (quien era un rashá -malvado-), el rey de Aram sitió a los Benei Israel. La comida en Eretz Israel era escasa, y en el sexto año del sitio, la hambruna había alcanzado su máximo. Los Benei Israel cocinaban y comían a sus propios hijos, como predicho en el Reproche. El Rey Iehoram envió un mensajero al profeta Elishá (a quien él culpaba por la desgracia), con la intención de ejecutar al profeta. Elishá, sin embargo, estaba enterado de sus intenciones y se cuidaba a sí mismo. El profetizó, “Mañana a esta hora una medida de harina será vendida por un shekel, y dos medidas de cebada por un shekel (un precio muy bajo).” Cuando el mensajero oyó las palabras del profeta, él las ridiculizo. El fue maldecido por Elishá.

En aquel tiempo había cuatro leprosos fuera de los portones de la ciudad (quienes habían sido apartados de acuerdo con la ley de la Torá concerniente al leproso). Ellos dijeron, “¿Por qué deberíamos nosotros esperar aquí para morir? ¡Vayamos al campamento de Aram; si nos dejan vivir, bien, y sino, dejemos que ellos nos maten!” Cuando entraron al campamento de Aram, se encontraron con una vista inesperada. El campamento había sido desertado precipitadamente; y las pertenencias de los enemigos dejadas atrás. Hashem los había amenazado con el atronador retumbar de caballerías y carruajes, causando sobre ellos aquel mismísimo tronar el cual había sido reservado para aquel propósito desde el tiempo del Faraón. Ellos creyeron que un vasto ejército salía en su contra y todos huyeron. La plata, oro, y la vasta cantidad de comida del campamento de Aram cayó en las manos de los Benei Israel, y la profecía de Elishá fue literalmente cumplida. 129

Algunas de las piedras de granizo están aún suspendidas en el cielo y lloverán en el futuro durante el periodo de Gog y Magog.130

El Midrash nos enseña a nosotros que Hashem había preparado una cierta cantidad de castigo para el Faraón. A causa de la tefilá de Moshé, El retuvo parte del castigo, reservándolo para los reshaím quienes oprimirian a K’lal Israel en generaciones futuras.131

Del hecho de que el Granizo cesase en el exacto momento que Moshé se aprestó a orar a Hashem, nosotros discernimos la grandeza de un tzadik. El tzadik tiene el poder de decretar y Hashem cumple su voluntad inmediatamente.132

Nosotros encontramos ejemplos adicionales de tzadikím cuyas palabras fueron inmediatamente cumplidas por el Cielo.

En el tiempo de Joní Hameaguel, Eretz Israel sufría de tres años sucesivos de hambruna. A pesar de todas las plegarias y ruegos al Todopoderoso, no cayó ninguna lluvia. Una delegación de estudiantes de Joní Ham aquel fue al tzadik solicitando, “Oro por lluvia”.

“Den ingreso a todos los hornos que están en los patios para que ellos no sean arruinados por la lluvia,” él ordenó. Joní oró, pero ninguna lluvia descendió. El trazó un círculo, se paró en el medio (imitando al profeta Jabakuk quien se había parado en un círculo y dicho, “¡Yo no me moveré de aquí, Hashem, hasta que Tú contestes mi tefilá!”), y oró, “Señor del Universo, Tus hijos se han vuelto a mí porque yo soy como un ben- bait (un miembro de la casa) Tuyo. ¡Yo juro por Tu gran Nombre que no me moveré de aquí hasta que Tú tengas misericordia sobre Tus hijos!”

Lluvia comenzó a gotear poco a poco.

“Rabí,” los estudiantes le imploraron a él, “esta lluvia no es suficiente; aparentemente sólo una mínima cantidad cayó, suficiente para absolveros de vuestro juramento ( que vos no saldríais de este círculo a menos que lloviera).¡No permitáis que nosotros muramos de la hambruna!”

Joní dijo a Hashem, “¡Esto no es por lo que yo pedí- quiero lluvia suficiente para llenar todas las cisternas y pozos!” Un diluvio de lluvia destructiva se derramó con cada gota tan grande como un barril.

“Rabí,” los estudiantes clamaron, “¡esta lluvia destruirá el mundo! ¡No nos permitáis morir!”

“Esto no es por lo que yo pedí,” Joní dijo a Hashem.” ¡Yo quiero una lluvia de bondad y bendición!”

Entonces una lluvia bienaventurada comenzó a caer Todos los Judíos debieron abandonar la ciudad de Jerusalem y buscar resguardo bajo la cima del har habait (la cual estaba protegida). Los estudiantes de Joní le rogaron, “¡Rabí, al igual que vos rezásteis para traer lluvia, así rezad ahora que ella cese!”

El replicó, “Yo sé por tradición que no es correcto rezar para que una bendición se marche. Pero no obstante, traedme un buey sobre el cual colocar mis manos y recitar el vidui.”

El colocó ambas manos sobre el buey y rezó, “Señor del Universo, Tu pueblo Israel a quien Tú sacaste fuera de Egipto no puede soportar ni demasiada bondad ni demasiado castigo. Cuando Tú estabas enojado con ellos, ellos no podían aceptarlo, y ahora que Tú los estás colmando con abundancia de bendición, no pueden soportarlo tampoco. ¡Sea Tu voluntad que la lluvia cese y el mundo encuentre alivio!”

Inmediatamente, un viento comenzó a soplar, las nubes se dispersaron, y el sol apareció. Cuando la gente salió a los campos, ellos encontraron que hongos habían brotado en la lluvia. R. Shimón ben Shátaj, el nasí (presidente del Sanhedrín), envió un mensaje a Joní, diciendo, “Si vos no fuérais Joní, yo os desterraría a causa de la manera imperiosa de hablar que usásteis hacia el Todopoderoso. Mas qué haré yo, vos rogáis a Hashem como un hijo que suplica ante su padre, y El cumple vuestro deseo. “133

Si aún Joní, uno de los descendientes de Moshé fue capaz con su tefilá de cambiar las leyes de la naturaleza, cuánto más fue Moshé mismo.

R. Janiná ben Dosá viajaba por el camino, sosteniendo en su mano un recipiente de sal cuando comenzó a llover. Dijo R. Jan iná, “Todos están felices (porque la lluvia irrigará los campos) pero Janiná está triste (porque la sal se disolverá).” La lluvia paró inmediatamente. Cuando arribó a casa, él oró, “Señor del Universo, ¿debe todo el mundo estar triste y Janiná feliz?” La lluvia comenzó a caer una vez más.135

Los modelos de rectitud de nuestros grandes Sabios fueron tales que Hashem inmediatamente cumplió sus deseos.

¿Por qué Hashem finalizó esta Plaga más rápidamente que las anteriores, contestando la tefilá de Moshé aún antes de que él comenzara a orar? El Faraón había comenzado a encomiar a Hashem, diciendo, “Hashem es justo.” Ya que Hashem no quiere las alabanzas de un rashá , El inmediatamente eliminó la Plaga a fin de impedir al Faraón continuar loándolo a El.136

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 47 a 73

sábado, 18 de diciembre de 2010

Parashá Shemot

¿Por qué el Exilio Egipcio Acabó en Esclavitud?

Todos los descendientes de Iaakov vivían en Goshen. Mientras los hijos de Iaakov, las Tribus, estaban vivos, los Benel Israel evitaron cualquier contacto social con sus vecinos egipcios.1 Pero luego de la muerte de los hijos de Iaakov, los judíos comenzaron a entrar en la sociedad Egipcia. Ellos ya no deseaban estar confinados en Goshen. Llenaron la tierra, mezclándose con los Egipcios y asistiendo a sus teatros y circos.2 Ellos se sintieron atraídos al culto Egipcio de adoración al animal e imitaron sus prácticas.* La Tribu de Leví, empero, y los tzadikím de las otras Tribus nunca se convirtieron en adoradores de idolos.3

Debe ser entendido que a pesar de que los Judíos imitaron extemamente las acciones de los Egipcios, sus valores espirituales eran sumamente diferentes. Mientras los Egipcios eran intrínsecamente corruptos, los Benei Israel poseían una pureza innata de alma y caracteres refinados puesto que ellos eran descendientes de Abraham, ltzjak, y Iaakov.4 La atmósfera moral fuertemente corrupta de Egipto era la más degenerada en el mundo y en aquel tiempo había alcanzado su punto más bajo.5 Aun así los Beneí Israel sin excepción mantuvieron su alto nivel de kedushá Durante el exilio egipcio íntegro, la inmoralidad era inexistente entre ellos (con una excepción, el caso de Shlomít bat Dívrí, el cual la Torá especifica), y no existieron casamientos con no Judíos. Hashem Mismo testificó luego que todos sus hijos eran de linaje puro limpio.6

Los Judíos se distinguieron a si mismos de los Egipcios en cuatro categorías:


Ninguno de ellos le dio a un niño un nombre no Judío.

Además de eso, ellos no cambiaron al lenguaje del país, sino continuaron hablando lashón hakodesh (hebreo).

No se vistieron conforme al uso Egipcio.*

Practicaron bondad entre sí y no delataron a un semejante Judío ante los egipcios.7

Luego de la muerte de los hijos de Iaakov, el Faraón prohibió por decreto el brit milá. Todos los Judíos por consiguiente discontinuaron el rito de la circuncisión a excepción de la Tribu de Leví la que observó la mitzvá a pesar del peligro que implicaba.8

Cuando Hashem vio que la asimilación progresaba, cambió los sentimientos de los Egipcios hacía los Judíos haciéndoles sentir odio hacia ellos. Su antisemitismo recién despertado se manifestó en una serie de decretos malvados contra K’lal Israel. *

El Primer Decreto del Faraón: Trabajo Esclavizado

A pesar de que los Benei Israel asumieron externamente las prácticas Egipcias de adoración de ídolos, Hashem los amaba profundamente porque ellos eran los hijos de las sagradas Tribus.10 El por consiguiente, causó que se multiplicaran de una manera extraordinaria. Las mujeres Judías daban a luz a sextíllizos,11 sus nacimientos múltiples similares a aquellos de los insectos, peces y escorpiones los cuales producen descendencia a una velocidad excepcional.12


R. Gamliel enseñó, “¡En el tiempo del Mashíaj, una mujer dará a luz todos los días!”

Uno de los oyentes, quien ridiculizó todas sus afirmaciones comen tó,: “Yo no creo en lo que usted acaba de explicar ¡no existe nada nuevo bajo el sol!” “Este no será un fenómeno nuevo,” R. Gamliel replicó. “Usted puede encontrar un paralelo dentro de su propio rango de experiencia. ¿ No pone una gallina un huevo diariamente ?“.13



Ninguno de sus sextillízos nacía muerto o tenía constitución débil, más bien todos los niños Judíos fueron fuertes y sanos.14

Los Egipcios tuvieron miedo de la creciente población Judía. Los nobles egipcios advirtieron al Faraón, “Existe una gran probabilidad de guerra futura entre nosotros y los reyes de Canaan.Ellos pueden pensar en recuperar las riquezas que nosotros reco]ectamos de ellos durante los años de hambruna.15 ¡En caso de guerra, los Judíos se unirán a nuestros enemigos y nos forzarán a dejar la tierra! ¡Debemos tomar acción en su contra!”

“¡Tontos!” el Faraón los reprendió. “Sí no fuera por su antepasado Iosef quien salvó al país en los años de hambruna, todos

nosotros no estaríamos vivos hoy. ¿Cómo pueden ustedes pensar en hacerles daño?”17



Los Egipcios se enfurecieron por la simpatía del Faraón hacia los Judíos. Lo derrocaron del trono, exponiéndolo a un destino de vergúenza y humillación porque él se rehusó a tratar a los Judíos injustamente.

El Faraón no cambió su actitud por tres meses. Después de ese período de tiempo decidió que era más provechoso para él obrar de acuerdo con las demandas de la nobleza y del pueblo. Anunció que deseaba reasumir su posición habiendo formulado una nueva política hacía los Judíos.18

El Faraón que ascendió al trono tres meses después no era el mismo hombre que lo había dejado. Era un “nuevo” rey frío y cruel, determinado a poner fin a la “plaga Judía.”

Ahora actuó como si nunca hubiera conocido a Iosef (el benefactor históricamente famoso del país quien, como era de público conocimiento, había sustentado a la población durante los años de hambruna). Así como el Faraón alegó que él no sabía nada de Iosef, así él pronto declararía que tampoco conocía a Hashem.20



Un noble que era un conocido es trecho del emperador fue hallado muerto, con una balo en su cabeza. El homicida fue atrapado y conducido ante el emperador. “¡Decapiten lo inmediatamente!” ordenó eh emperador “¡Si él fahió ah considerar mi estrecha rehación con mi amigo y lo ases inó despiadadamente, yo estoy convencido que es capaz de asesinarme también!”21



Similarmente, por negar su gratitud a losef el Faraón reveló la bajeza de carácter que le causaría finalmente desconocer asimismo a Hashem.

El Faraón ideó un astuto plan con el que esperaba debilitar a los Benei Israel - separando los maridos Judíos de sus esposas y conteniendo de esta manera la corriente de expansión Judía. Dio orden de que se apostaran proclamas en Goshen y en todo el país que exponían:


¡EL PAíS TE NECESITA!



Las ciudades de Pitóm y Ramsés tienen necesidad urgente de renovarse. Su fortificación es de suma importancia para asegurar el almacenamiento seguro de nuestros tesoros nacionales.23 El gobierno ha consolidado este proyecto con millones de piezas de oro. Quienquiera que firme el contrato recibirá paga generosa todos los días.24 Se espera de todo hombre y mujer que son leales al país que se alisten como voluntarios para esta digna causa.

Para atraer a los Judíos, el Faraón mismo apareció en el emplazamiento con una azada y una pala en su mano. Si alguien después de eso alegara que este tipo de trabajo estaba más allá de su dignidad, él seria reconvenido, “¿Eres tú de naturaleza más delicada que el Faraón? ¡El también tomó parte en la construcción!”25



La nobleza Egipcia se alístó y así hicieron muchos Egipcios. ¿Cómo podían los Judíos ser indiferentes a la causa patriótica? Corrieron al emplazamiento, y los supervisores del Faraón compilaron listas de nombres de aquellos que se presentaron para trabajar.26

El primer día, los Judíos trabajaron entusiastamente. Dado que ellos eran hombres fuertes, hicieron rápido progreso con la construcción. Al anochecer, los soldados del Faraón les dijeron; ‘¡Cuenten el número de ladrillos que colocaron hoy ya que se espera que alcancen la misma cuota mañana y todos los días!”27



Por un mes el Faraón pagó a los trabajadores. Después de eso, los Judíos estuvieron aún comprometidos en el proyecto mientras algo extraño sucedió a los Egipcios - cada día, algunos mas desaparecieron quedamente hasta, que después de dieciséis meses, todos los Egipcios se habían retirado. Ahora, los Judíos fueron informados que el rey no tenía más dinero para pagar por su labor. Ellos protestaron pero el Faraón había organizado un ejército de brutales policías. Ellos se les arrojaron a los Judíos y vociferaron:

“¡Ustedes deben continuar trabajando para el rey!” A estos policías, los superintendentes egipcios, les fue dada la tarea de asegurarse de que todos aparecieran en la mañana para trabajar. También forzaron a los Judíos a devolver todo el dinero que ellos habían ganado previamente.



Una Tribu entre los Benei Israel nunca fue reclutada por el Faraón, la Tribu de Leví. Cuando el Faraón emitió la proclamación original, ellos no se presentaron a trabajar, diciendo, “¡Nosotros estamos constantemente comprometidos en el estudio de la Torá y no tenemos tiempo para ir!” Subsecuentemente el Faraón los dejó tranquilos y ellos permanecieron libres hasta el fin del exilio. Si

hubieran salido del Beit HamidrQsh para ofrecer sus servicios siquiera por un dia, las consecuencias hubieran sido ¡doscientos diez anos de esclavitud!

Los leviím habían sido instruidos por su antepasado laakov para concentrarse en el estudio de la Torá.3O*

El emplazamiento de la construcción de las dos ciudades particulares de Pitóm y Ramsés las que los Benei Israel tenían que construir fue elegido con gran astucia. Ellos nunca serían completados, sin importar cuán celosamente los Judíos trabajaran. Estaban situados sobre pantanos donde todas las construcciones se colapsaban continuamente y se hundían dentro del suelo.31



Los Ben ej Israel no sólo tuvieron que hacer trabajo esclavizado para el rey, más aun los Egipcios también los forzaron a realizar tareas en sus propias casas y campos después que retornaban del sitio de la construcción.32 Además de esclavizar a los Judíos con tareas agobiantes, ellos idearon una forma de crueldad tras otra para torturarlos. Un Egipcio le asignaba un trabajo a un Judío sin decirle cuánto tiempo éste duraría. ´´Sólo continúa trabajando,” él le ordenaba, añadiendo agonía mental al esfuerzo físico.33 Los Egipcios solían ordenar a los Benel Israel que realizaran trabajo apropiado para el día en la noche y trabajo apropiado para la noche en el día. A las mujeres. ellos les asignaban tareas de hombres, diciéndoles, “¡Mezclen cemento y pongan ladrillos!” A los hombres Judíos ellos les daban trabajo mejor hecho por mujeres, ordenándoles, ´´Esta noche ustedes deben coser, hilar y cocinar para nosotros.” Pensando alegremente que alcanzaría de tal modo su propósito de rebajar sus números, el Faraón dio órdenes de que los hombres fueran detenidos en sus campamentos de labor en los campos toda la noche mientras las mujeres permanecían en la ciudad.

El Heroísmo de las Mujeres Judías



El decreto del Faraón fue más efectivo en dirigir los corazones de los Benel Israel a Hashem que cuarenta años de guías y enseñanzas bajo Moshé en el desierto36. Ellos clamaron a Hashem e hicieron teshuvá. Cuando la esposa de Amram dio a luz a una niña, ella la llamó Miriam, significando, “Los Egipcios han amargado nuestras vidas,” ya que en ese tiempo la labor esclavizada fue intensificada.37 Pero las mujeres Judías no serían derrotadas. Ellas eran descendientes de Sará, Rivká, Rajel y Leá quienes habían vivido para construir la nación Judía, y estaban determinadas a continuar este compromiso, venciendo todos los obstáculos.38

Cuando las mujeres salían a conseguir agua, Hashem causaba que encontraran pequeños peces en ella. Con ellos en mano, salían sin ser vistas hacía los campos y refrescaban a sus maridos con jarras de agua caliente y pescado cocido. Ellas lavaban y alimentaban a sus maridos y encontraban palabras de consuelo y aliento confortándolos “Nosotros no estaremos esclavizados para siempre, porque Hashem eventualmente nos redimirá.” Ellas continuaban teniendo hijos con el gran bitajón (fe) de que Hashem los protegería.40

Hashem respondió a su confianza en El realizando milagros revelados. Cuando las mujeres Judías daban a luz en los campos y eran forzadas a abandonar a sus recién nacidos, El les enviaba un ángel para alimentar y asear a los infantes así como El alimenta y sustenta a todas Sus criaturas, de la hormiga al ciervo. Toda vez que las patrullas Egipcias arribaban a los campos para buscar bebés Judíos, la tierra se abría para ocultar a los infantes. Los Egipcios estaban estupefactos por su desaparición, pensando que habían sido engañados por alguna forma de magia. Ellos estaban determinados a matar a los niños y revolvieron el suelo con sus arados. (Sabían que la magia no puede ejercer poder más lejos que la profundidad a la que una mano puede alcanzar. Ellos por consiguiente estaban seguros de que una vez que labraran el suelo hasta la profundidad del largo de una mano, los niños serian suyos para ser exterminados.) Pero nunca descubrieron un solo niño.41



Tan pronto como los Egipcios se hubieran retirado, los niños brotaban fuera del suelo como pasto del campo. Cuando crecieron, retornaron en muchedumbres a las casas de sus padres.42

Los Egipcios estaban perplejos. ¿Cómo podía ser que la nación Judía continuara creciendo y floreciera?

K’lal Israel le dice a Hashem, “¡Considera cuántas intrigas insidiosas las naciones traman en contra nuestra!”

“Déjen las planear” Hashem contesta. “Ningún plan llegará a cumplirse nunca a menos que Yo lo permita.”



► El Faraón decretó aniquilar a la nación Judía. Yo, sin embargo, ordené lo contrario. Consecuentemente, cuanto más ellos fueron torturados tanto más ellos se incrementaron y multiplicaron.

► Hamán planeó exterminar a la totalidad del pueblo Judío, jóvenes y ancianos a la par. Yo, sin embargo, deseaba que ellos vivieran, y por consiguiente revertí la situación y él fue muerto.

► El profeta Bilám intentó maldecir a la nación Judía. Yo no estuve de acuerdo, y por consiguiente el tuvo que bendecirla.43




El Segundo Decreto del Faraón: Infanticidio por medio de las Parteras Judías



El Faraón comprendió que el plan de campos de labor había fallado. “La solución final parece ser más complicada de lo que yo pensé,” él murmuró. “Nosotros debemos cambiar nuestra estrategia” El Faraón tenía miedo de asesinar a los Judíos abiertamente, temiendo tanto la opinión pública como el castigo [)ivíno. Buscó por consiguiente, agentes para asesinar a los bebés Judíos secretamente. Decidió convocar a las parteras Judías a quienes les ordenaría llevar a cabo esta horrorosa misión. El pensó que a los ojos del Cielo, no él sino las parteras cargarían por lo tanto con la responsabilidad por las acciones asesinas.44



El Faraón ordenó que las dos parteras Judías, Shífrá y Puá llegasen a su palacio. Estas no eran otras que Iojeved y Miríam mas ellas eran conocidas por nombres diferentes. Iojeved era llamada Shifrá porque ella solía lavar y asear a los infantes (Shifrá denota que solia rneshaperet /embellecer a los niños) y Míríam era llamada Puá porque ella sabía como tranquilizar a los llorosos recién nacidos (Puá significa que solía hacer sonidos arrulladores para calmar a los infantes.)45 Por añadidura, el nombre Puá le había sido dado a Miríam porque ella clamó con espíritu profético, “¡Mí madre dará a luz en el futuro al salvador de K’lal Israel!”46



En aquel tiempo Míríam era una niña de sólo cinco años pero solía acompañar a su madre para asistirla en su tarea y era tan hábil como un adulto.47

El Faraón ordenó a las dos parteras matar a todos los recién nacidos varones y dejar sólo a las niñas sobrevivir,

Tan pronto como la pequeña Míriam escuchó el vil edicto, exclamó,”¡Qué vergúenza!¡Qué rey malvado!¡Infortunio para él en el día que Di- s le imponga castigo!”



El Faraón empalideció e indicó a su verdugo que llevara a Miriam inmediatamente a su muerte. Pero su madre cayó al suelo delante del rey, rogándole misericordia para su hija. Ella rogó, “¿Por qué debería usted estar enojado ante las palabras de una niña pequeña? ¡Ella es sólo una niña!”

Finalmente el Faraón consintió en dejar a Míríam con vida.48



Tanto Iojeved como Míriam abandonaron el palacio con el claro conocimiento de que desafiar la orden del rey significaba la muerte para ellas. Pero no tenían la intención de obedecerlo porque temían al Todopoderoso más de lo que temían a un rey humano.49 “¿Cómo podríamos perpetrar la horrible acción de matar niños Judíos?” clamaron. ¿Nuestro antepasado Abraham no abría posadas para sustentar aun a gentiles? ¿Cómo podemos entonces actuar de manera opuesta, aniquilando y destruyendo niños Judíos?”50

De ahí en más, ellas no estuvieron meramente satisfechas de cumplir con sus obligaciones como parteras, sino que también se preocuparon de que los recién nacidos de familias pobres fueran sustentados. Recolectaban comida de las casas de las mujeres ricas, llevándola a aquéllas de las mujeres Judías pobres. Más aún, antes de cada parto, ellas permanecían orando a Hashem. Le rogaban a El que el niño naciera sano. “Hashem,” rezaban, “Tú sabes que nosotras actuamos desafiando la voluntad del Faraón de forma de cumplir con Tu voluntad. Permite que este niño entre al mundo libre de defecto (aun sí Tú habías destinado para él nacer rengo o ciego), de otra forma los Judíos nos sospecharán de acciones malignas. Ellos dirán, “¡El niño nació impedido ya que las parteras intentaron matarlo!” También rogaron a Hashem en beneficio de niños y madres que estaban destinados a morir en el alumbramiento. “Sé misericordioso y concédeles vída,”ellas oraban, “¡de forma tal que nosotras no seamos culpadas por sus muertes!” Hashem aceptó sus tefílot. Todos los niños que ayudaron a alumbrar nacieron sanos y bien. Por esto puede decirse que Iojeved y Miriam realmente concedieron vida a los niños Judíos.51



El Faraón pronto descubrió que los bebés Judíos no eran muertos. El convocó a lojeved y Miriam al palacio.

“¡Ustedes son culpables de haber transgredido mis órdenes!” el Faraón las acusó.



“Usted debe entender, su majestad,” Iojeved explicó, “que las mujeres Judías son diferentes de las Egipcias. Nuestros antepasados nos compararon a las bestias- la Tribu de Iehudá es comparada al león, Bíniamín al lobo y Naftali a una cierva. Así como las bestias dan a luz sin ninguna asistencia, así las mujeres Judías no tienen necesidad de parteras durante el alumbramiento. Nosotras sólo somos requeridas después para dar una mano de ayuda.52

lojeved, de hecho, dijo la verdad. Las mujeres Judías en Egipto eran tzidkaniot (mujeres rectas) y alumbraban sin dolor.53



El Faraón se satisfizo con la explicación y las despidió. Subsecuentemente, sin embargo, lamentó el haber creído sus palabras. El envió soldados a la casa de Amram para arrestar y ejecutar a lojeved y Miríam.

Pero Hashem realizó un milagro para ellas. Ellas se volvieron invisibles a los soldados del Faraón, tragadas por las paredes de la casa.54

Hashem dijo, ´´¡Ellas merecen milagros por su gran temor a Mi!”

Además de salvación del Faraón, Iojeved y Míriam recibieron recompensa eterna. Miríam se casó posteriormente con Kalev de la Tribu de lehudá y por consiguiente se convirtió en la madre de la dinastía real de David. Iojeved se convirtió en la madre del primer kohén gadol, Aharón y del primer leví, Moshé, y en la antecesora de todos los kohaním y leviím.55


El Tercer Decreto del Faraon: Arrojar a los Bebés Varones al Nilo



El Faraón comprendió que no podía depender de las parteras para disminuir el número de los Judíos.

El también estaba urgido a la acción por un sueño aterrador que lo acosaba: En su sueño, se había visto a si mismo sentado en su trono. Un hombre anciano aparecía ante él, sosteniendo una gran balanza que suspendió delante del Faraón. Se extendió con una mano, tomó a todos los nobles y príncipes de la corte Egipcia, los amarró y los colocó de un lado de la balanza. Luego trajo una pequeña oveja blanca y la puso del otro lado de la balanza, y, ¡he aquí!- la balanza continuó descendiendo hasta que la pequeña oveja blanca los hubo bajado a todos. El Faraón se despertó con un sudor frío sobre su frente.56 Convocó a sus tres consejeros principales. Ellos eran Bilám, el mago universalmente famoso, Itró (en aquel tiempo conocido como Ieter o Reuel) quien era un hombre sabio y filósofo, e Iov, un hombre recto de la tierra de Utz.



Bilám, al escuchar el sueño, declaró inmediatamente. “No hay duda acerca del significado de vuestro sueño. El presagia que un niño Judío un día destruirá Egipto.”



El Faraón pidió a sus tres consejeros su opinión acerca de cómo tratar a los Judíos. Itró elevó su voz. ´´Como ustedes saben,” declaró, “toda vez que nosotros intentamos dañar a los Judíos en el pasado, nos convertimos en los perdedores. Ustedes recuerdan que el difunto Faraón que detuvo a Sará por una noche fue afligido por una p laga. Así también fue Abímelej, rey de los pelishtím. Más aún es nuestro deber recordar la deuda de gratitud que nosotros debemos a Iosef, la que nos obliga a abstenemos de cualquier plan malvado contra los Judíos.” Itró observó el creciente disgusto en la cara del Faraón y se dio cuenta que ella auguraba peligro para él. Hizo apresuradamente su salida a través de una puerta posterior del palacio. De allí huyó a Mídián para escapar de la furia del Faraón.

Luego Bílám expuso su opinión: “¡Escúcheme, su majestad!,” dijo. “Yo conozco bien a esta nación. Le diré a usted cómo habérselas con ellos. Como es claro de la historía, el fuego no los daña. Su Di- s salvó a su ancestro Abraham de la caldera ardiente. -Espadas no los matan nosotros sabemos que Itzjak fue salvado del cuchillo de Abraham sobre el altar y que un carnero fue sacrificado en su lugar. Está claro que ellos son inmunes a la esclavitud. Iaakov fue esclavizado por Laván con todo tipo de trabajo concebible, y no obstante, él emergió exitoso y rico. Tanto como yo puedo ver, existe sólo un elemento que tiene poder sobre ellos ¡agua! ¡Ordenád a vuestros soldados arrojar a los bebés varones Judíos al Nilo para ahogarlos! “57



Todos los astrólogos del Faraón concordaron con las palabras de Bilám porque ellos pensaron que Hashem no podría castigarlos por ahogar niños Judíos. Ellos conocían el principio de que Hashem trata con el hombre mídá - kenegued - midá. Por arrojar niños al agua, razonaron, incurrirían en el castigo de muerte por inmersión. No obstante, asumieron, dado que Hashem se había obligado a Sí mismo por un juramento a Noaj de no traer otro mabul nunca sobre el mundo, inevitablemente escaparían al castigo. Su razonamiento, no obstante, era imperfecto. Hashem había jurado solamente no anegar la tierra íntegra nuevamente, pero El aún podía traer un diluvio sobre naciones individuales (los Egipcios finalmente fueron ahogados en el 1am Sul como castigo por haber ahogado bebés Judíos.)58



El Faraón también consultó a su tercer asesor, Iov, para escuchar su opinión en la materia, pero Iov eligió permanecer en silencio. El Faraón por consiguiente decidió implementar el consejo de Bilám.



Todos los tres consejeros fueron recompensados por Hashem mídá- kenegued- midá:



► Itró que arriesgó su vida por emitir un juicio veraz fue recompensado con descendientes que se convirtieron en jefes del Sanhedrin y que tuvieron la oportunidad de juzgar a otros justamente.

► Bilám que aconsejó que los Judíos fueran masacrados fue eventualmente muerto por ellos.

► Iov que permaneció silencioso fue afligido con sufrimiento.59



Quien tiene la oportunidad de protestar contra el mal y permanece indiferente es juzgado culpable por Hashem.



Cuando los Egipcios supieron del edicto que significaba muerte para los niños judíos, se regocijaron grandemente. Siendo ellos la mas inmoral de las naciones, su pensamiento inmediato fue que todas las niñas Judías sobrevivientes serian suyas para tomarlas.61


El Nacimiento de Mosbe



El líder de la generación y cabeza del San hedrín en aquel tiempo era Amram de la Tribu de Levi.62 El era un tzadik perfecto. (Amram fue una de las cuatro personas que no pecaron nunca de ningún modo y murió sólo porque Hashem había decretado muerte sobre la humanidad .)63

Cuando la nueva ley del Faraón fue publicada, Amram tenía dos hijos, Aharón y Miríam, y su esposa estaba embarazada de tres meses de un niño.



Cuando Amram escuchó que todos los varones recién nacidos estaban predestinados al exterminio, razonó, “¿Para qué deberíamos nosotros tener más hijos sólo para verlos masacrados?”



A fin de establecer un ejemplo que todos los Judíos siguieran, él dívorció a su esposa públicamente. Subsecuentemente todos los hombres Judíos también se separaron de sus esposas. Pero su pequeña hija Míriam discutió con él. “Tu decisión es más dura que la del rey,” dijo. “Mientras que la ley del Faraón rige solamente para los hijos varones, tú impides el nacimiento tanto de niños como de niñas. El Faraón puede privarlos de sus cuerpos, mas sus almas continuarán viviendo en el olam habá. Tú, sin embargo, impides que sus almas siquiera entren al mundo. ¡Más aun, yo estoy segura de que el edicto del Faraón será revocado pronto mientras que tu decreto perdurará!” Amram reconoció la fuerza de sus argumentos. El decidió que Iojeved debía unírse a él de modo notable para que todos los Bemei Israel comprendieran. Una jupá fue erigida y Aharón y Míriam danzaron frente a ella. Los Benei Israel siguieron el ejemplo de Amram nuevamente y volvieron a casarse con sus esposas.65

Un milagro le sucedió a Iojeved quien tenía ciento treinta años de edad en aquel tiempo. Sus arrugas y pelo gris desaparecieron y ella fue rejuvenecída.*66



Durante aquel tiempo, los astrólogos Egipcios se presentaron ante el Faraón y anunciaron, “Nosotros prevemos que el redentor de los Judíos está a punto de nacer. No estamos seguros, sin embargo, de sí es Judío o Egipcio.”67

La visión de los astrólogos fue confundida ya que Moshé, a pesar de haber nacido de madre Judía, seria criado por una mujer Egipcia, Batía, la hija del Faraón en el propio palacio del Faraón.68

“Sí existe una posibilidad de que el redentor pueda ser Egipcio,” el Faraón declaró, “nosotros debemos incluir a todos los recién nacidos varones en el decreto de aniquilación, por los próximos nueve meses.



Los Egipcios se enfurecieron ante las palabras del Faraón. Ridiculizaron la idea de que un líder de los Judíos pudiera emerger de su pueblo. El Faraón, no obstante, no prestó atención a sus protestas y ordenó a los soldados arrojar también a los bebés Egipcios al Nilo.69

Los astrólogos de] Faraón creían firmemente que el futuro redentor perecería si sólo fuera arrojado al Nilo. Sus visiones astrológicas revelaban que sería castigado por medio de agua. Interpretaron que esto significaba que se ahogaría. En realidad, esta predicción se refería al posterior castigo de Moshé mediante el agua de Merivá donde fue decretado sobre él que moriría en el desierto y no entraría a Eretz Israel.70



El siete de Adar, a Iojeved y Amram les nació un hijo.

Cuando él entró al mundo, la casa brilló con la luz de la shejiná.71

El bebé nació circuncidado, una señal de que sería un tzadik.72

Amram besó a su hija Míríam. “Tenias razón,” le dijo. “Profetizaste que tu madre daría a luz al redentor de Benei Israel. “73 Amram y lojeved llamaron a su hijo Iekutiel,74 pero él se volvería eternamente famoso por el nombre de Moshé.

De hecho, Moshé tenía diez nombres.75

El se llamaba:



► lered, que significa:

1. El que bajó la Divina Torá a esta tierra.

2. El que restauró la shejiná que antes de matán Torá se había retirado al Séptimo Cielo.

3. El término “íered” también denota “soberano” (puesto que Moshé fue un líder de K’lal Israel con la autoridad de un rey.)76



► Avigdor: (Este nombre deriva de la palabra raíz cerco.) Moshé fue la cabeza de todos los Sabios que instituyeron guedarím, medidas precautorías, para proteger la ley de la Torá de ser violada.



► Jever: Este nombre denota que Moshé llevó a los Benei Israel más cerca de su Padre en el Cielo por medio del Mishkán que él construyó significa juntar).



► Abi Sojó, ya que Moshé fue el más grande profeta que jamás vivió (visualizar).



► Iekutiel, que significa que enseñó a los Benei Israel a poner su esperanza en Hashem. / está relacionado con espsranza



► Abi Zanúaj: Fue más exitoso que cualquier líder que lo sucedió en hacer que los Judíos abandonasen la idolatría ¡abandonar).



► Tubiá: Moshé fue llamado así porque cuando nació, su madre vio que él era /bueno.



► Shmaiá: Moshé mereció este nombre porque Hashem escucharía / escuchar,) sus tefilot.



► Ben Netanel: A él le fue dado este nombre porque fue el hombre a quien Hashem le dio la Torá (natan kel ¡ Di- s dio).



► Leví fue también uno de los nombres de Moshé porque él era de la familia de Leví.77

A pesar de ello, la Torá no usa otro nombre más que Moshé. Hashem dijo, “¡Puesto que la hija del Faraón salvó tu vida, Yo juro que sólo te llamaré por el nombre que ella te dio!”78



Hasta que Moshé tuvo tres meses de edad, Iojeved pudo ocultar su existencia de los Egipcios. Ellos sólo habían comenzado a observarla después de que su esposo la hubiera tomado nuevamente,contando nueve meses a partir de allí.79 Cuando Moshé tuvo tres meses de edad, Iojeved fue prevenida, “¡Los soldados Egipcios están buscando a tu infante!” “Yo lo esconderé bien para que ellos no lo encuentren,” contestó Iojeved. Los vecinos, no obstante, le advirtieron. “¿No sabes tú cuán astutas son las mujeres Egipcias? Ellas llevarán a sus bebítos a tu hogar y los harán llorar. Cuando tu bebé escuche sus lloros, él gritará también y revelará así su presencia.”80 Al escuchar los trucos engañosos de las taimadas mujeres Egipcias, Iojeved temió que se perdiera la vida de su hijo sí continuaba en la casa. Por lo tanto ella ídeó un plan.

Tomó una pequeña cajíta y embadurnó el interior con barro y el exterior con brea para hacerla impermeable. Fabricó un pequeño casquete sobre la cajíta, porque dijo tristemente, “¡Quién sabe si presenciaré la jupá de mí hijo!”.81

Ella depositó la cajíta con el bebé en su interior próxima a las márgenes del río Nilo. Mientras preparaba a su infante para esta peligrosa prueba palmeó a su hija mayor Miriam en la cabeza y le preguntó. “¿Qué le pasó a tu profecía, Miriam?” Miriam,no obstante, no perdió la fe. Acompañó a su madre al río y permaneció parada a la orilla del Nilo, esperando ver cómo Hashem cumpliría Su palabra.83



Iojeved tenía una buena razón para depositar la caja en el Nilo antes que esconderla en cualesquiera de otros numerosos lugares. Ella tenía la esperanza de que los signos astrológicos indicasen entonces que el salvador Judío había sido arrojado al Nilo y los Egipcios abandonasen su persecución de potenciales candidatos. Esto fue precisamente lo que sucedió. Tan pronto como la cajíta de Moshé fue puesta a flote en el Nilo, los astrólogos se apresuraron a decirle al Faraón, “¡El redentor de los Judíos ha sido arrojado al Nilo!”. El Faraón inmediatamente abolió su edicto, y desde entonces no fueron arrojados más niños al Nilo.84

En verdad, Hashem salvó a todos los niños Judíos que habían sido lanzados al río. El ordenó al río arrojarlos sobre tierra seca.EI río los depositó sobre tierras desiertas donde fueron alimentados por Hashem que ordenó a la roca de un lado de los niños producir miel y a la roca al otro lado dispensar aceite y alimentar a los infantes.85



Estos niños que habían sido salvados y criados por la shejiná (divinidad) más tarde reconocieron a Hashem en el 1am Sul y exclamaron (Shemot 15:2), “¡Este es mi Di- s, y yo ¡o glorificaré!”.86

El día en el que Moshé fue expuesto a las aguas del Nilo era el seis de Siván. Los ángeles en el Cielo, rogaron a Hashem, “¿Debe Moshé perecer en este día, el preciso día en el que se lo destinó a entregar la Torá a los Benei Israel?”87




Moshe es adoptado por Batia



Hashem trajo la salvación de Moshe del modo más milagroso. Las mismas personas que procuraban destruirlo el Faraón y su casa­fueron empleados por Hashem para salvar su vida y criarlo hasta su madurez.*88

Batía, la hija del Faraón, había rechazado mucho tiempo atrás el culto sin sentido de los Egipcios y aceptado sobre si las leyes de la nación Judía.89

Hashem había dispuesto que Moshé seria salvado no por una gentil sino por una mujer digna, una Judía conversa.90

En esta mañana particular, ella caminaba hacia el río para lavarse dado que sufría de lepra.*91



De pronto notó una pequeña cajita flotando sobre las olas y comprendió que ésta contenía un niño. “¡Traedme este niño!” ordenó a sus doncellas.

“Princesa,” ellas protestaron,”¡ Eso es contrarío al decreto de vuestro padre!¡Un extraño podría transgredir la ley pero seguramente no la propia hija del rey.

Cuando Hashem vio que las doncellas de Batía intentaban impedirle salvar a Moshé, El envió al ángel Gabriel para darles muerte.92

Batía estaba a punto de abandonar su plan93 mas Hashem ordenó a Gabriel golpear a Moshé y hacerlo llorar y evocar la misericordia de Batía94. Ella estiró su mano hacia la canasta la que estaba más allá de su alcance, y su brazo se extendió milagrosamente varios amot (un ama es aproximadamente 50 cm.) para que pudiera tomarla-95. Tan pronto como tocó la canasta de Moshé, la lepra que la había infestado desapareció y ella fue curada.96 “Este debe ser un niño recto,” exclamó y decidió que lo criaría.97



“Tú adoptaste un niño que no era el tuyo propio, llamándolo tu hijo,” Hashem dijo. “A cambio, Yo te llamaré Mi hija.” Por lo tanto la Torá la llama /Batia que significa “La hija de Di- s. “98

Cuando Batía examinó al bebé, lo encontró circuncidado y rodeado por la gloria de la shejiná. Batía comprendió que él era un niño Judío. “Debe llorar porque está hambríento,”díjo. “¡Traedme una nodriza!”.Una nodriza Egipcia fue traída, pero el infante rehusó mamar.

“¿Qué sucede?” Batía preguntó. “¡Conseguid otra mujer!” Mas Moshé no tomaría de una mujer Egipcia. La boca que hablaría mas tarde a Hashem era demasiado santa para tomar leche de una gentil. 100

La hermana de Moshé, Miriam, quien había estado observando la escena,ahora se adelantó y ofreció,” “¿Os consigo una muy buena nodriza Judía?” “Si,” Batía replicó.



Míriam caminó rápidamente a casa101 y retornó con su madre. La princesa ordenó a Iojeved, “¡Llevadlo. es vuestro!” (ignorante del hecho de que estas palabras eran literalmente ciertas).102 “Amamantadlo, y yo os pagaré por vuestro servicio. ¿Véis cuán perfectos son sus miembros?” La princesa alzó al bebé y se lo mostró a su madre. “Asegúrate de devolverlo a mi sano y bien.”103

´´Yo no me atrevo a aceptar esta tarea. ¡Temo al decreto de vuestro padre!” Iojeved protestó.”No temáis,” la princesa la tranquilizó. “Es para mi que vos lo estáis amamantando.”104

Iojeved (quien era la partera Shífrá) había salvado niños Judíos de la muerte. Hashem la recompensó ahora salvando a su propio hijo del decreto del Faraón y aun pagándole a ella por cuidarlo.

Ella lo amamantó por veinticuatro meses, y luego Batía le solícitó traerlo al palacio.106


El Niño Moshé en el Palacio del Faraón



Batía nombró a su hijo adoptivo “Mashé” que significa “el que fue sacado.” Su nombre así significa que Hashem había causado que él fuera sacado del agua con el fin de que él a su vez salvara a otros. 107

El nombre que Batía le dio a Moshé fue conservado por la Torá como recompensa por su bondad al salvar su vida. Esto demuestra la gran recompensa de aquéllos quienes practican jesed (actos de bondad).108

Moshé de dos años de edad era tan alto y apuesto que era un placer mirarlo. El Faraón mismo gustaba de agasajarlo.



Cierto día, cuando Moshé tenía tres años de edad, el Faraón estaba sentado a la mesa junto con la reina Alfrenít, sus ministros y su hija Batía quien sostenía al níñíto sobre su regazo. Moshé bajó del regazo de Batía y caminó hacia el rey. Levantó su corona y la colocó sobre su propia cabecita. Todos miraron con fijeza sin atreverse a pronunciar palabra hasta que el consejero Bílám se levantó bruscamente. “¡Recordad, su majestad, lo que os dije a vos acerca de vuestro sueño!” exclamó. “Este níñito debe ser Judío y con su conducta vergonzosa está imitando a sus antepasados. Abraham e Itzjak engañaron al anterior Faraón y a Abimelej, fingiendo que sus esposas eran sus hermanas. Iaakov engañó a su hermano tomando su prímogenitura. Luego él secuestró a las hijas de Laván y robó todas sus posesiones. Iosef trajo a su familia entera de la tierra de Canaán a Egipto y los alimentó aquí a nuestras expensas.



Este niño aquí actúa como todos ellos lo hicieran, tratando de engañaros. ¡El quiere arrebatar vuestra corona y también vuestro reino!¡Vos haríais mejor en disponer de él antes, de que sea demasiado tarde!.”

¿.Vosotros todos concordáis con las palabras de Bilám?” el Faraón preguntó vacilantemente a los ministros sentados a la mesa. El ángel de Hashem asumió la personalidad de uno de los ministros y contestó, “Vos podéis hacer un simple experimento para determinar qué motivó a este pequeño niño cuando arrebató vuestra corona. Ordenad que un diamante y un carbón ardiente sean traídos y colocadlos frente a él. Sí él se esfuerza por tomar el diamante e ignora al carbón, nosotros sabremos que pensamiento y astucia dictan sus acciones. Sin embargo, sí recoge también el carbón, entonces sera evidente que él se esfuerza por tomar indíscriminadamente cualquier objeto brillante como hacen todos los niños pequeños.”



El diamante y el carbón fueron traídos mientras la corte en su totalidad esperaba en suspenso ver qué sucedería. El pequeño Moshé escrutó ambos objetos bien consciente de la diferencia entre ellos. El no tenía intención de escoger el pedazo de carbón encendido. Estiró su mano para tomar el diamante, mas Hashem lo impidió. El envió al ángel Gabriel para empujar su mano hacia el carbón. Moshé lo tomó, se lo puso en su boca, y, como resultado, quemó sus labios y lengua. De ahí en más, le fue dificultoso hablar. * 110

Moshé Soporta la Carga Junto con sus Hermanos



El Faraón reconoció las excepcionales habilidades del joven muchacho Moshé y lo puso a cargo de la casa real.111

El palacio egipcio con todo su esplendor y lujos pudo haber provisto a Moshé de una fácil y confortable juventud. Pero lejos de volverse indulgente consigo mismo, Moshé, tan pronto como supo de sus origenes Judíos, salió del palacio todos los días para visitar a sus hermanos en los campamentos de labor.112 Fingiendo que él estaba asistiendo a los supervisores egipcios, inclinó sus hombros y cargó las pesadas cargas junto con los Benei Israel. El lloró ante su dolor, doliéndose, “¡Vuestras torturas me lastiman a mi también; sólo deseo poder morir por vosotros!”113



Si la comunidad sufre, una persona no debiera decir, “No me atañe. Iré a casa, com eré, beberé, y me haré confortable.” Por el contrario, él debiera tomar parte en las penurias de la comunidad.114



Moshé trazó un plan para mejorar la suerte de sus hermanos. Fue al Faraón y manifestó, “Yo noto que vos no sabéis tratar sabiamente con vuestros esclavos.”

“¿Como es eso?” el Faraón inquino.

“Una persona que es sujeta a labor incesante está forzada a perecer. Vos aumentaréis grandemente la eficiencia de vuestros esclavos siles permitís a ellos descansar un día a la semana.

“Lo que dices es cierto,” contestó el Faraón. “Arregla que descansen un día a la semana.

Moshé dio órdenes de que los Judíos descansaran todos los Shabat.

En Shabat los Benei Israel eran así libres de su labor de esclavos. Empleaban el tiempo estudiando los rollos de pergamino en su posesión que contenían la promesa de que Hashem los redimiría finalmente.”115



Un día, cuando Moshé estaba visitando a sus hermanos judíos, en su diario recorrido a través de los campamentos de labor, sus ojos encontraron una vista terrible. Un superintendente Egipcio permanecía inclinado sobre un Judío, asestándole golpes mortales. Moshé se preguntó qué podía haber inducido al Egipcio a golpear al Judío de esta manera brutal que excedía la medida usual de crueldad Egipcia. El ruaj hakodesh descansó sobre Moshé y pudo percibir el episodio que había conducido al maltrato de esta infortunada víctima.116

Datán, no era un trabajador corriente. Era un supervisor Judío a cargo de supervisar a los Judíos en el trabajo. Cuando el superintendente Egipcio había golpeado a su pueda aquella mañana para despertarlo para el trabajo, había visto a la hermosa esposa de Datán, Shlomit. El Egipcio retornó a la casa después de que Datán hubo salido, fingiendo ser su esposo. Datán descubrió que su esposa había sido deshonrada. Ahora, el superintendente Egipcio- temeroso de ser castigado por su acción- había despedido a Datán de su tarea como supervisor. En vez de ello, lo arrojó nuevamente al campamento de labor, y lo golpeaba asesinamente, esperando matarlo. 117



“¡Tú hombre malvado!” Moshé le gritó al supervisor Egipcio. “¿No es suficiente que abusárais de su esposa, que también procuráis golpearlo hasta la muerte?”118

Moshé cuidadosamente consideró qué castigo merecía el Egipcio por su delito y llegó a la conclusión que debía ser sujeto a la pena de muerte.*119

Moshé miró arriba hacia el Cielo. “¿Existe algún ángel defensor para redimir a este hombre?” No hubo respuesta desde lo Alto. “¿Es él el progenitor de descendientes rectos por cuyos méritos deba ser perdonado?” El ruaj hakodesh reveló a Moshé que no había un solo tzadik entre la descendencia del Egipcio.120



Moshé luego miró en todas direcciones para asegurarse de que no había ningún Egipcio cerca para observarlo, pronunció el shem hameforash (el hombre oculto de Di-s), y el Egipcio cayó muerto.121 Moshé cubrió su cuerpo con arena. El advirtió a los Judíos presentes mantener el asunto en secreto.122


Cuando Moshé retornó al campamento de labor al día siguiente, encontró a Datán, el Judío cuya vida había salvado, envuelto en un serio altercado con su hermano Avirám. Datán quería divorciar a su esposa después de lo que había ocurrido, pero su hermano. Avírám objetaba violentamente.123 Datán había levantado su mano para golpear a su hermano124 cuando Moshé intervino. “¡Rashá!” gritó. “¿Por qué pegáis a vuestro semejante?”



Cuatro personas son calificadas de malvadas:



► Alguien que levanta su brazo para pegar a su semejante (aún si no lo golpeo)

► Alguien que pide prestado dinero y deja de reintegrarlo

► Un individuo descarado

► Un baal majloket, alguien empeñado en incitar contiendas.125



“¿Quién eres tú para meterte en nuestros asuntos?” Datán y Avirám se dirigieron a Moshé descaradamente. “¡Tú no tienes siquiera edad suficiente para actuar como juez!¡Nosotros sabemos que tú mismo te llamas hijo de Batía mientras en realidad sólo eres hijo de Iojeved!”126

Datán y Avirám solicitaron una audiencia con el Faraón. “Este Moshé no toma en serio vuestro honor,” ellos se quejaron.

“No me importa,” el Faraón contestó.

“¿No sabéis vos que él no es realmente hijo de vuestra hija sino que él es un Judío?”

“Eso no me importa a mí,’´´ replicó el Faraon.

Finalmente ellos le reportaron que Moshé había asesinado a un Egipcio.

“Eso es ir demasiado lejos,” decidió el Faraón. “El debe ser sentenciado a muerte.”127



La tristeza y desilusión de Moshé ante la traición de Datán y Avírám fue enorme. “Hasta ahora yo no entendía por qué K’lal Israel más que ninguna otra nación debía ser sujeta a esta esclavitud,” dijo. “Mas ahora yo lo sé, entre ellos existen informantes.”128

Moshé fue arrestado y llevado ante el verdugo. El blandió una espada tocando el cuello de Moshé, pero Hashem transformó el cuello de Moshé en una pieza de mármol. El verdugo la bajó sobre él una segunda vez pero nuevamente en vano. Luego de numerosos intentos infructuosos, una segunda espada de tremendo tamaño fue traída. En vez de cortar la cabeza de Moshé, ella rebotó hacia atrás sobre el verdugo, dándole muerte. Moshé huyó y el Faraón envió sus soldados en su búsqueda, pero Hashem los afligió a todos con ceguera. Cuando el Faraón inquirió, “¿Dónde está Moshé?” no recibió respuesta porque quienquiera intentaba informar al Faraón del paradero de Moshé se tornaba sordo y mudo. Así Moshé escapó sin obstáculos de la tierra de Egipto.’29


Moshe en la Tierra de Kush



Mientras Moshé estuvo a cargo del palacio del Faraón, el consejero del rey, Bilám, huyó. Rumores habían alcanzado sus oídos de que Moshé planeaba matarlo. El y sus dos hijos Ianus y 1am brus erraron hasta que arribaron a la tierra de Kush.

En aquel tiempo, Kush estaba trabada en guerra contra los Benei Kedem. El rey, Kokenus, había abandonado la capital para estar al frente del campo de batalla. En la ausencia del rey, Bilám incitó al pueblo a sublevarse contra su ausente monarca. El pueblo fue convencido por la palabra de Bilám; ellos lo designaron como su nuevo gobernador con sus hijos como ministros.



Bilám les aconsejó cómo fortificar la capital de tal forma que el rey Kokenus y sus soldados no pudieran recobrar el acceso a la ciudad.

“Eleven los muros de dos lados de la capital a tal altura que sea imposible superarlos,” aconsejó Bilám. “En el tercer lado de la ciudad, caven una profunda zanja. Ella debería llenarse con agua canalizando el río a su interior El área frente al cuarto lado de la ciudad debe llena rse con culebras y sabandijas.”



Cuando Kokenus retornó de la guerra, todas las entradas a la ciudad estaban obstruidas. Los altos muros de dos lados de la ciudad presentaban obstáculos insuperables. Por consiguiente envió soldados con balsas a través del agua para atacar a la ciudad. Ellos fracasaron, a pesar de ello, porque fueron ahogados en las alborotadas olas. Intentando invadir por el cuarto lado donde las culebras y sabandijas habían sido ubicadas, perdió ciento setenta soldados quienes murieron como resultado de las venenosas picaduras de las culebras.



Fue en aquel tiempo que Moshé arribó a la vecindad y se unió a las filas del depuesto rey. Kokenus pronto reconoció la extraordinaria sabiduría de Moshé y lo designó su asesor Cuando Kokenus murió nueve años después, Moshé lo sucedió como líder. Los soldados se lamentaron a Moshé, diciendo, “Nosotros no hemos visto a nuestras esposas e hijos por nueve años porque Bilám contraía el fuerte. Aconséjanos qué hacer.” Moshé contestó, ´´Si nosotros intentamos vencerlos en batalla, perderemos, y si tratamos de cruzar el agua, nos ahogaremos como lo hicieron los otros soldados. Debemos por consiguiente abordar el asunto diferentemente. ¡Que todo hombre atrape una cigueña joven, la lleve a su casa, y la entrene para volar!”



La gente se esparció en los bosques, capturó cigúeñas jóvenes, y las crió, enseñándoles a volar Cuando las cigúeñas hubieron alcanzado la madurez, Moshé comandó que todas las aves fueran hechas padecer hambre por dos días. En el tercer día, ordenó, “Que todo hombre ciña su espada y monte su caballo, llevando a su cigueña consigo. Nosotros invadiremos la ciudad del lado por donde están ubicadas las culebras.” Cuando ellos se aproximaron a la ciudad, Moshé ordenó que las cigueñas fueran liberadas. Los hambrientos pájaros inmediatamente se lanzaron sobre las culebras y devoraron hasta la última. Tan pronto como las culebras fueron eliminadas, la gente sonó sus trompetas y atacó. Cada hombre luchó por su casa, su esposa, y sus hijos. Ellos dominaron, y Bilám, junto con sus dos hijos, huyeron de regreso al Faraón. Moshé fue proclamado el rey oficial de Kush. A él le fue dada la esposa del rey anterior, Kokenus, como su reina. Pero Moshé, quien temía a Hashem, no se acercaría a ella. El recordó a Abraham quien había hecho jurar a su sirviente Eliezer el no tomar ninguna de las hijas de Canaán para Itzjak y a Itzjak quien había advertido a Iaakov que no casara a ninguna de las hijas de Jam.



Por cuarenta años, Moshé reinó exitosamente, pero en el cuadragésimo año, cuando el hijo del rey anterior hubo alcanzado la adultez, la reina se rebeló. Se quejó a los ministros, “¿Cómo podéis vosotros tolerar como vuestro rey a un extraño que no comparte vuestro modo de vida ni adora a ninguno de los dioses de Kush? ¡Ha llegado el tiempo de designar a mi hijo Munjam como vuestro rey!”

Los ministros sostuvieron una conferencia para debatir la cuestión. A la mañana siguiente, ellos coronaron a Munjam, hijo de su ex- rey Kokenus, como su soberano. No obstante, ellos no tocarían a Moshé dado que habían jurado serle leales y lo despidieron con gran honor y regalos.

Moshé abandonó Kush cuando tenía sesenta y siete años de edad. Había sido la intención de Hashem el detenerlo hasta que el tiempo destinado para la redención de los Benei Israel arribara.* Moshé, temeroso de regresar a Egipto, dirigió sus pasos hacia Midián. 130


Moshe en Midián



Itró había huido desde la corte Egipcia a Midián. Allí fue designado como sumo sacerdote de los dioses, una posición sumamente respetada en Midián. Mas Itró no estaba satisfecho con la adoración de imágenes sin vida. Habiendo rechazado el culto de Egipto, él también descartó la religión mídianita por no tener valor y continuó investigando toda religión y creencia en el mundo. Después de mucho estudio, las halló a todas falsas. A pesar de que él no había aún encontrado la verdadera creencia, se sintió incapaz de servir a dioses sin ninguna importancia. Por consiguiente le dijo al pueblo de Midián, “Yo estoy muy viejo para ser sumo sacerdote. ¡Recibid de regreso todos los objetos religiosos usados en el servicio de los dioses. No tengo más uso para ellos!”131

Ellos entendieron que Itró despreciaba la adoración de sus ídolos y en represalia lo excomulgaron. Nadie casaría a sus hijas. nadie lo asistiría en algún modo, y nadie acordaría servir en su empleo y cuidar sus ovejas. Todas sus siete hijas eran por consiguiente solteras. Ellas también tenían que atender sus ovejas porque ningún pastor trabajaría para él.132



Siempre que las hijas de Itro solían ir al pozo para sacar agua para sus ovejas, los pastores trataban a las muchachas rudamente y sólo les permitían un turno en el pozo después que todos los demás hubieran finalizado.133

Cierta vez, la conducta de los pastores fue más violenta que nunca, y empujaron a las indefensas muchachas dentro del agua.134



Súbitamente un transeúnte con vestimentas Egipcias intervino.135 Recriminó a los pastores y rescató a las desventuradas muchachas. Luego dio de beber tanto a los rebaños de las muchachas como a aquéllos de los pastores. Mientras el extraño, que no era nadie más que Moshé, estuvo presente ante el pozo, el agua se alzó hacia él. Ella sólo retrocedió a su nivel anterior cuando él se fue.136



Siempre que un tzadik arriba, trQe bendiciones consigo. Así nosotros también encontramos que el agua de Jarán fue bendecida a causa de Iaakov.137



Antes que las muchachas se marcharan, agradecieron a Moshé profusamente por haberlas salvado. El contestó, “¡No me agradezcan a mí! Más bien agradézcanle al Egipcio que yo maté. Si no fuera por él, yo no hubiera estado aquí hoy.”

Moshé intentó implicar con sus palabras que él era un mero agente de la Divina Providencia.139



Un hombre fue picado por una víbora venenosa y se precipitó al río para limpiar su herida. En el preciso momento en que arribó a la orilla del río, escuchó los clamores de un joven niño ahogándose en el agua. El extendió su brazo y pudo devolver al niño a tierra seca. “¡Cómo puedo yo agradeceros!” exclamó el nina. “Si no fuera por vos, me hubiera ahogado.” “No fui yo quien os salvó,” el hombre lo corrigió. “Fue la culebra que me picó. Fue a causa de la culebra que yo corrí al río y así pude salvaros. “140



Similarmente, Moshé explicó a las hijas de Itró que Hashem es la Causa que dirige todos los eventos a fin de alcanzar Sus objetivos.

Itro se sorprendió ante el retorno inusualmente temprano de sus hijas.” ¿Por qué estáis vosotras de regreso tan pronto hoy?” inquirió. Las muchachas relataron que los pastores las habían arrojado dentro del pozo y que un extraño las había rescatado. Ellas también repitieron las palabras de Moshé concernientes a la Divina Providencia. 141

“¿Por qué no trajisteis a aquel hombre a casa?” preguntó Itró. “Del modo en que vosotras lo describís, él debe ser uno de los descendientes de Iaakov.142 Invitadlo a comer con nosotros.”



La invitación de Itró no estaba motivada sólo por el impulso de practicar hospitalidad. El invitó al extraño teniendo en mente el hecho de que sus hijas eran solteras- ¡quizá éste era un yerno potencial!”143



De esta historia nosotros aprendemos cuán ricamente una persona es recompensada por practicar hajnasat orjim (hospitalidad). Aún cuando Itró tenía motivos ulteriores al invitar a Moshé a compartir su comida (porque esperaba que Moshé pudiera casar a una de sus hijas), fue no obstante recompensado con descendientes que se convirtieron en jefes del Sanhedrin.

Quien invita a un talmid jajám a su casa solamente por consideración a cumplir la mitzvá merecerá ciertamente la más grande de las recompensas.



La hija de Itró, Tzíporá, fue a traer al extraño. Su nombre Tziporá (que significa pájaro) denota que ella era rauda para llevar a cabo buenas acciones. 145

Itró interrogó a Moshé acerca de su pasado. Cuando supo que Moshé era un refugiado de la corte Egipcia de justicia, decidió ponerlo en el calabozo por temor al Faraón.146

Moshé fue arrojado dentro de un foso donde permaneció por los siguientes diez años. Durante aquel tiempo, fue sustentado por la hija de Itró Tziporá quien secretamente le llevó comida. Después de diez años, ella preguntó a su padre, “¿Quieres ver al hombre a quien encarcelaste diez años atrás?”

“El hace mucho que murió de hambre,” replicó Itró.



“Yo escuché acerca de la grandeza del Di- s de los Judíos,” Izíporá dijo. “El salvó a Abraham de la caldera ardiente, a Itzjak del cuchillo sobre el altar, y a laakov de las manos de un ángel. El también salvó a este hombre de la espada del Faraón.” Itró despachó un mensajero a la celda y fue informado que Moshé estaba vivo y había sido descubierto rezando a Hashem. Itró se maravílló ante esto. Ordenó que Moshé fuera liberado, le fuera dado un corte de cabello, fuera vestido y traído a su casa.

Cuando Moshé posteriormente se retiró al jardín detrás de la casa de Itró para agradecer a Hashem por haberlo sustentado y mantenido vivo, advirtió un cetro de zafiro saliendo del suelo. Lo quitó y lo llevó a Itró para averiguar de quién era. “¡Si pudisteis mover este bastón, vos debéis ser su legítimo propietario!” exclamó Itró. “Sabéd pues que de acuerdo con cálculos astrológicos, él es muy especial: yo por tanto lo tomé de la corte Egipcia después de la muerte de losef, a quien él originalmente perteneció. Las estrellas predicen que el propietario de este cetro redimirá a los Judíos de Egipto. Nadie más pudo nunca sacarlo de la tierra.”

El bastón que Moshé extrajo de la tierra en el jardín de Itró había sido moldeado por Hashem Mismo que luego se lo había entregado a Adám. Fue transmitido a Shet y luego a Abraham, Itzjak, Iaakov, Iosef y Moshé. Posteriormente, después de la muerte de Moshé, fue entregado al Rey David y a los reyes subsiguientes de la dinastía de Iehudá.147

Después de estos eventos Itró trató a su huésped con gran respeto. Moshé le enseñó a la casa de Itró el culto de Hashem. Iziporá fue la primera en aceptar sus enseñanzas, purificando la casa de cualquier último vestigio de idolatría. Su nombre Tziporá/pájaro significa que ella purificó la casa como la ofrenda de un pájaro (la que purífica a un leproso).148 Tziporá poseía la grandeza de Sará, Rivká, Rajel y Leá.149 Cuando Moshé tenía setenta y siete años de edad, él la desposó. Después de su casamiento, Itró hizo jurar a Moshé que no retornaría con su familia a Egipto. Allí su vida estaba en peligro a causa de la sentencia impuesta sobre él como resultado de la intervención de Datán y Avírám. Itró también ordenó a Moshé bajo juramento solemne consagrar a su primer hijo a la idolatría.151



Estas palabras de nuestros Sabios implican que Moshé, por el preciso hecho, de que voluntariamente permaneció en la vecindad de Itró (que no era un Judío aún), expuso a su futura descendencia al peligro de deterioro espiritual, incluso al extremo de tornarse adoradores de ídolos. Las intenciones de Moshé al vivir en la vecindad de Itró eran leshem shamaim - él esperaba ejercer una influencia positiva sobre Itró. No obstante, su leve negligencia subconsciente de los peligros presentados por un medio ambiente degenerado era equivalente a un juramento a aquel efecto. Por consiguiente su,acción, en el juicio absoluto de nuestros Sabios, es calificada “tomar un juramento.”’152



Itró demandó de Moshé que su primogénito permaneciera no circuncidado. Moshé no obstante acordó casarse con su hija, pensando, “Déjenme desposar a esta tzadeket y cumplir con la mitzvá de tener hijos. Quizá Hashem guíe eventos de tal manera que yo pueda circuncidar a mi hijo.”153

Moshé atendió el rebaño de Itró a cambio de haber recibido la mano de su hija en matrimonio.154 Tan pronto como Moshé asumió responsabilidad por las ovejas, una bendición descansó sobre los rebaños. Ellos se multiplicaron de una manera extraordinaria, y ni un solo animal fue jamás devorado por bestias salvajes.155 El solía pastorear las manadas en tierras sin dueño para asegurarse de que ellas no pastaran en campos que no fueran de propiedad ajena a Itró.156

Moshé fue el más considerado de los pastores.



Una vez un cordero se escapó del rebaño y Moshé lo siguió hasta que alcanzó algunos arbustos cerca de un estanque de agua. Allí se detuvo y comenzó a beber. Moshé dijo,”Yo no sabia que tú corriste todo este camino porque estabas sedíento;debes estar cansado.” El alzó al cordero sobre sus hombros y lo cargó de regreso al rebaño.157



Hashem no eleva a una persona a una alta posición antes de probarlo previamente en pequeñas cuestiones. Esto está ilustrado por las vidas de dos personas que fueron puestas a prueba por Hashem en cuestiones diarias antes de ser elevadas a la grandeza.



► David fue probado como pastor y pasó la prueba. El solía proteger las ovejas pequeñas de los ataques de las mayores y se aseguraba de que cada animal recibiera la comida más adecuada para él,prim ero él daba a los corderítos la hierba más tierna;luego alimentaba a las viejas ovejas,buena,suave hierba,mientras que dejaba que las fuertes o vejas jóvenes masticaran los duros tallos. Dijo Hashem,” ¡El hombre que se esfuerce para complacer las necesidades individuales de cada oveja ciertamente tomará buen cuidado de Mi pueblo Israel!” Hashem por consiguiente designó a David como el futuro re y.158



► Moshé fue también probado como pastor y pasó la prueba exitosamente

.

Dijo Hashem,”¡Tú que cuidas las ovejas con tal misericordia serás un líder compasivo para Mis ovejas Israel!”

Tziporá dió a luz dos hijos de Moshé. El llamó al mayor Guershom, implicando, “Yo soy un extraño (Guershom deriva de guer/extraño) en una tierra extraña- es una tierra donde todos los demás sirven ídolos, sin embargo yo sirvo a Hashem.”159


Hashem Se Revela a Moshé en el Arbusto Ardiente



La tortura de los Judíos en Egipto era más extremada que nunca. Los hombres y mujeres en los campamentos de labor tenían que trabajar con toda su fuerza. Sí no fabricaban el número requerido de ladrillos, los Egipcios ponían niños Judíos dentro de los muros como un substituto de los ladrillos faltantes.160

El Faraón cayó enfermo afligido por lepra.



“El mejor remedio para vuestra enfermedad,” sus astrólogos le aconsejaron, es el bañarse en sangre. Masacrad a ciento cincuenta niños en la mañana y ciento cincuenta en la tarde y bañáos en su sangre. Cuando los Beneí Israel escucharon acerca de este nuevo decreto, ellos gimieron y clamaron a Hashem.161

Hashem escuchó su clamor. El recordó Su pacto con Abraham, Itzjak, y Iaakov y decidió redímirlos.

Su redención fue ocasionada por cinco factores:



► su sufrimiento

► su teshuvá (arrepentimiento)

► el mérito de sus antepasados

► la misericordia de Hashem

► el arribo del tiempo destinado. 162



(A pesar de que sólo doscientos diez años habían transcurrido y no cuatrocientos como Hashem había decretado, El decidió,”los doscientos diez años de esclavitud en opresión son equivalentes a los cuatrocientos años que Yo tenía previsto para ellos. ¡Por consiguiente los redimíré ya!”).’63

Hashem en consecuencia se presentó a Moshé a fin de enviarlo a Egipto. Un día, cuando Moshé estaba atendiendo las ovejas en el desierto, no pudo encontrar suelo de pastura para ellas. Erró en busca de un campo 164 y las manadas lo siguieron. Moshé continuó caminando por cuarenta días sin comida ni bebida, y los animales sobrevivieron milagrosamente.



Hashem insinuaba a Moshé que así como él había sobrevivido por cuarenta días en el desierto, así él conduciría a los Benel Israel a través del desierto durante cuarenta años.165

S’úhítamente Moshé se encontró al pie de Har Sinaí, porque Sinai fue acercado hacía Moshé como hierro a un magneto.166

El ángel Mijael llamó a Moshé a fin de prepararlo para la inminente revelación de Hashem. Moshé, no obstante, no prestó atención a la voz porque era un empleado leal y no quería descuidar su deber de cuidar las ovejas. 167 Hashem por tanto tuvo que atraer la atención de Moshé con una visión impresionante. Moshé avistó un arbusto espinoso ardiendo sobre la montaña, pero a pesar de que las llamas lo lamían continuamente el arbusto no era devorado. Moshé, que comprendió que ésta era alguna señal especial de lo alto, abandonó las ovejas diciendo.” ¡Déjenme aproximarme a esta maravillosa escena y ver por qué el arbusto no está siendo consumido!”.

Cuando Moshé ascendió a la montaña el ángel lo llamó,169 “¡Quitate los zapatos de tus píes porque el lugar sobre el que estás parado es sagrado!”. Moshé usaba botas altas a la usanza de los pastores para protegerse a sí mismo cuando cruzaba vadeando los ríos.170 Después de que se las hubo quitado, estuvo listo para escuchar a Hashem mismo.



Hashem temía que Moshé se asustara porque no estaba familiarizado con la profecía. “Si le hablo en una voz fuerte, se confundirá,” Hashem díjo.’Llamarlo en voz baja,por el contrario, bajará su estima por la profecía. ¡Por consiguiente Me dírigíré a él en la voz de su padre!”.

Hashem llamó en la voz de Amram, “¡Moshé, Moshé!”.

“Aquí estoy” contestó Moshé. “¿Qué es lo que mí padre pide de mi?”.

“Yo no soy tu padre,” contestó Hashem. “Yo soy el Di- s de tu padre y de Abraham, Itzjak y Iaakov. Te llamé en la voz de tu padre para que no te asustaras.”171



Tan pronto como Moshé escuchó a Hashem llamarse a Sí mismo, “El Di- s de tu padre,”comprendíó que su padre (durante su ausencia de Egipto) había muerto. El sabía que Hashem no presta su nombre a los vivos. Hashem por lo tanto también se llamó a Sí Mismo el Dí-s de Abraham, Itzjak, y Iaakov a fin de contrarrestar la pena de Moshé ante estas nuevas. Hashem sabia que la mención de su padre Amram en el mismo sopío que los patriarcas y, de hecho,aún antes que los patriarcas, alegraría el corazón de Moshé.172

¿Por qué Hashem se reveló a Si Mismo a Moshé en un arbusto espinoso en lugar de en un algarrobo o en un roble? Hashem demostraba a Moshé que El también sufría junto con los Benei Israel. Así como en el caso de gemelos,si uno tiene jaqueca el otro la siente también, así Hashem siente el dolor de K’lal Israel, como está dicho (Tehilím 91:15), “Estaré con él en tiempo de aflicción 173

Más aún, presentándose en el bajo arbusto espinoso, Hashem mostró que no existe lugar desprovisto de la shejiná, ni aún el más bajo de los lugares.174



Más aún, el indestructible arbusto espinoso era una garantía para Moshé. Moshé había temido que los Egipcios pudieran exterminar a los Judíos. Ahora le fue mostrada una visión de que el arbusto espinoso- el pueblo Judío- no seria nunca devorado por el fuego (sus enemigos), ni en Egipto ni a través de su largo exilio entre las naciones.175

Cuando Moshé vió a la shejiná, él ocultó su rostro. Tuvo temor de contemplarla. “El Di-s de mi padre se me presentó a mi,” pensó “¿No debería esconder mi rostro?”

Hashem dijo, ‘Puesto que tú Me otorgaste honor y escondiste tu rostro. Yo.juro que podrás permanecer en Har Sinai cuarenta días y cuarenta noches sin comida ni bebida, alimentado por la gloria de la shejiná.¨*176



Hashem dijo a Moshé, “Yo he visto la aflicción de Mí pueblo y he escuchado el clamor de cada persona Judía.177 Yo he descendido para rescatarlos de los Egipcios y llevarlos a una buena y espaciosa tierra abundante en leche y miel. ¡Y ahora, ve al Faraón- a aquel mismo Faraón de quien tú huiste-178 y saca a los Benei Israel fuera de Egipto!”

Moshé objetó,”¿Quíén soy yo que deba ir a Egipto y sacar a los Benei Israel fuera de Egipto? Señor del Universo no prometiste Tú a Iaakov, ¡Mi shejiná bajará contigo a Egipto y os elevará nuevamente!” “¿Me envias Tú ahora a mí en Tu lugar?”



El rey prometió a su hija recién casada, ‘Cuando tú y tu esposo abandonen el palacio para mudarse a vuestro propio hogar, yo les daré un miembro de la casa real para asistirlos y acompañarlos.” Cuando estuvieron listos para partir, el rey convocó a una mujer común para ir con ellos.” ¿Es ésta la noble compañía que vos nos prometisteis?” su nuevo yerno se quejó.179



Simílarmente, Moshé quiso que Hashem Mismo fuera el redentor como El le había prometido a Iaakov.*

Moshé contínuó cuestionando, “Tú me ordenas sacar a K’lal Israel ¿Quién soy yo para conducirlos? Aún sí Tú me ordenaras conducir sólo a cíen o doscientas personas, encontraría eso difícil. ¡Aún así Tú quieres que yo guíe seiscientas mil personas!

Yo no puedo protegerlas del calor del verano ni del frío del ínvíerno.¿Cómo los alímentaré? Todas ellas tienen diferentes requerimientos ¡existen mujeres entre ellas que acaban de dar a luz como así también mujeres embarazadas y bebés!”.180



Hashem le contestó, “¡La pequeña cantidad de masa que los Beneí Israel sacarán de Egipto será suficiente por treinta días para demostrarte que no necesitas tampoco preocuparte acerca de sus necesidades futuras!”181

Moshe siguió cuestionando, “¡No es seguro para mí el retornar al palacio del Faraón, una guarida de ladrones y asesinos!”

“Yo estaré contigo” Hashem prometió.182

“¿Qué mérito posee K’lal Israel para que ellos deban ser redimidos?” Moshé preguntó. Hashem le aseguró que merecían ser redimidos por el mérito de la Torá que recibirían más tarde sobre la precisa montaña sobre la cual Moshé permanecía parado ahora, Har Sinaí. 183

“¿Y sí ellos preguntan quién me envió que debería responder?” Moshé interrogó.

“Yo no soy llamado por ningún nombre permanente; Mí Nombre varia de acuerdo con el modo en que Mis acciones son percibidas por el hombre,” Hashem explicó. “Cuando Yo me siento en juicio sobre el mundo, la humanidad me percibe como elokim; cuando Yo libro guerra contra los malvados, Yo soy llamado tzevaot; cuando suspendo el castigo de un pecador, soy calificado shadai; cuando Yo soy misericordioso, me presento como Hashem. El nombre /ehié significa que al igual que Yo estoy con ellos en este exilio; así estaré con ellos en sus futuros exilios. “184



“¿No están ellos sufriendo suficientemente en el presente?” interrogó Moshé. ‘~¿Por qué debieran ser dichos acerca de exilios futuros?” -

“Cierto,” Hashem le contestó. “Yo sólo te he revelado este hecho a ti porque debes saberlo como su líder. A los Benei Israel Yo quiero que tú les menciones solamente que ehié te ha enviado, significando que Yo estaré con ellos en su presente aflicción.”185

“Vé reúne a los Ancianos* de los judíos y diles que Yo sacaré a los Benei Israel de Egipto.

Cuando tú les menciones la expresión pakod- pakadti ellos harán caso a tu voz. Tienen una tradición de su antepasado losef de que esta expresión será usada por el verdadero redentor.”186



La doble expresión pakod- pakadti denota, “Yo castigaré a los Egipcios por sus pasados crímenes así como también por sus futuros delitos; Yo los castigaré en Egipto así como también en el Iam Suf.”187

Hashem continuó instruyendo a Moshé, “Preséntate frente al Faraón junto con los Ancianos y dile, ‘Hashem, el Di-s de los Hebreos, se nos ha revelado. ¡Por favor déjanos ir en un viaje de tres días de duración al desierto para que podamos hacer sacrificios para Hashem nuestro Di- s!.**



Hashem luego reveló a Moshé que el Faraón se rehusaría inicíalmente a poner en libertad a los Benei Israel, y haría su molesta labor aún más dura que anteriormente. Prediciendo esto a Moshé, Hashem quiso prepararlo para sus futuros planes de manera tal que Moshé no se quejara después. Moshé, sin embargo, protestó cuando el Faraón intensificó la labor de los esclavos.188 Hashem concluyó, “Yo inflígíré a Egipto con Mis plagas, y por consiguiente el Faraón los dejará ir. Cumpliré luego Mí promesa a Abraham de que los Beneí Israel abandonarán Egipto con gran riqueza; ustedes despojarán la tierra a tal grado que ella quedará como las mismas profundidades del océano que están despobladas de peces.”189



Moshé continuó objetando,”Mas ellos no me creerán ni escucharán mí voz pues dirán, ‘¡Hashem no se te ha presentado!”’

“¿Por qué los acusas de descreimiento?” Hashem censuró a Moshé. “Yo te aseguro que ellos te escucharán. Son maaminim benei maaminim, creyentes, hijos de Abraham acerca de quien está escrito “y él creyó en Hashem” (Bereshit 15:6).190 Tú hablaste lashón hará acerca de Mis hijos. Serás por lo tanto castigado con el objeto que sostienes en tu mano. ¡Arroja esa vara al suelo!”



Moshé la arrojó hacia abajo, y ella fue transformada en una culebra.

‘¡Tú tuviste una lengua malígna como una culebra!”

Moshé se asustó de la picadura de la culebra y huyó. De no haber sido por el pecado de hablar lashón hará contra K’lal Israel, él no hubiera tenido causa para temer. La culebra en si misma es incapaz de hacer daño son los pecados de la persona los que la hacen vulnerable a su picadura.191



Una serpiente venenosa fue una vez vista en una de las ciudades de Eretz Israel, y el pueblo reaccionó con pánico. Ellos abordaron a R. Janiná ben Dosó por consejo.

“Condúzcanme a la cueva de la culebra,” comandó. Fue llevado allí y puso su talón sobre la apertura de la cueva. La serpiente se deslizó fuera, lo picó, y cayó muerta. R. Janina se la puso sobre su hombro y la llevó al Beit Hamídrash, declarando, “¡Vosotros véis, hijos míos, no es la culebra la que mata, mas antes bien el pecado lo hace!”192



Una mujer noble romana desafió a R. lose.

“¡Mi deidad es superior a vuestro Di- s!” ella se mofó.

‘¿Qué os hace decir eso?” él le preguntó.

“Cuando vuestro Di- s se le presentó a Moshé en el arbusto, él escondió sólo su cara, pero cuando mi dios, la culebra, se presentó, ¡él huyó!”

“Una maldición sobre vos,” replicó R. lose. “Cuando el Todopoderoso se reveló a Sí Mismo a Moshé, ¿adónde podía Moshé haber escapado con posibilidad? La gloria de Hashem llena cielo y tierra; no existe lugar al que alguien pueda escapar de El. Pero vuestro ídolo, la culebra, Moshé sólo tenía que retroceder unos pocos pasos, y ¡estaba a salvo!”193



Hashem ordenó a Moshé, ¡Toma a la culebra por su cola!” Tan pronto como él lo hizo, ella fue convertida de vuelta en una vara.

Esta señal del bastón volviéndose culebra tuvo un doble propósito. Fue un castigo por el hablar maligno de Moshé así como también una maravilla a ser ejecutada por él a fin de probar que era el verdadero redentor.*194



Hashem dio a Moshé una segunda señal, diciendo, “Ahora, pon tu mano dentro de tu pecho.” Moshé lo hizo. Cuando la sacó, estaba blanca como la nieve con lepra. Esto también, además de constituir una señal a ser ejecutada para los Benei Israel, tuvo como propósito ser un castigo para Moshé. El fue atacado con tzaarat (diferentes tipos de manchas blancas en la piel) por el lashón hará que había hablado. Poner su mano dentro de su pecho- un lugar escondido- era una insinuación más de que él había cometido una ofensa al hablar lashón hará, un pecado perpetrado en secreto.195



Hashem luego ordenó a Moshé poner su mano dentro de su pecho una segunda vez. Tan pronto como la sacó, ella estaba curada. El acto de curar la mano de Moshé tenía también significación para los Benei Israel. Hashem dijo, “Sí los Benei Israel te preguntan, .¿Cómo podemos ser redimidos si estamos sucios por la idolatría Egipcia?’ demuéstrales que así como Yo curé tu mano, así los purifícaré de todo último vestigio de idolatría Egipcia.”196

“Yo te daré todavía una tercera señal,” dijo Hashem. “Podrás entonces presentar todas las tres para probar que el Di-s de sus tres ancestros Abraham, Itzjak, y Iaakov se presentó ante ti.197 Si tomas agua del río y la viertes sobre tierra seca, se volverá sangre.



Moshé no obstante rehusó ir. “Yo no soy un mensajero adecuado para proclamar Tu grandeza,” cuestionó, “puesto que no soy un hombre de palabras; soy duro de habla y lento de lengua. El Faraón habla setenta idiomas, dirigiéndose a cada visitante en su lengua materna. Tan pronto como yo me presente, él me probará y descubrirá que no soy un orador fluido. En consecuencia, los Egipcios se mofarán y dirán ‘¡Moshé viene en Nombre de El Quien creó al mundo y no sabe siquiera cómo replicar en una sola lengua!”198

Señor del Universo, yo sé que Tú creaste cada miembro con un propósito especifico. ¿De qué me sirve esta lenta lengua mía? ¡Dáme habla de tal modo que pueda usar mi boca y lengua!”199



“¿Quíén le dio habla al primer hombre, Adám?” Hashem preguntó a Moshé. “Con la habilidad que Yo le concedí, Adám supo todos los setenta idiomas. Y pudo nombrar a cada animal por su nombre.200 ¿Quién hace a las personas ser sordas o mudas? ¿Quién causó que los soldados del Faraón estuvieran sordos y mudos cuando huiste?201 Yo estaré contigo, y te enseñaré lo qué decir.

Hashem intentó por seis días convencer a Moshé de aceptar el liderazgo. En el séptimo día, Moshé sugirió, “¿No sería preferible escoger a mi hermano Aharón como líder? El ya recibió de Ti profecía en Egipto por ochenta años. Se sentirá herido si yo tomo su lugar. “202

Hashem se enojó ante la continua resistencia de Moshé. “Tú mereces ser destruido por tu negativa,” El dijo. “¡Sólo eres perdonado por el mérito de tu padre Amram y porque Yo soy un Di-s misericordioso!”203



Moshé había sido destinado por Hashem a volverse un kohén y su hermano Aharón un leví . Sin embargo, cuando Moshé rehusó aceptar el liderazgo de K‘Ial Israel , Hashem se enojó con Moshé y como resultado, él perdió la kehuná. Aharón fue designado kohén gadol en lugar de Moshé, y Moshé se convirtió en leví.

Hashem le dijo a Moshé, “A Aharón no le importará que tú fueras escogido. Por el contrario, sentirá una felicidad genuina ante esto. El se unirá a ti en tu tarea. Tú hablarás en lashón hakodesh, y él traducirá tus palabras al Faraón. En verdad, no necesitas ser un orador para convencer al Faraón. ¡Toma tu bastón y dále golpes con él ése es el único lenguaje que él entiende!”206


Moshe es Reprendido por Dejar de Circuncidar a su Hijo



Hashem se presentó a Moshé en Midián y le ordenó, “¡Retorna a Egipto! No necesitas temer la venganza de Datán y Avirám. Ellos se han vuelto pobres y ya no son influyentes. Por consiguiente son incapaces de dañarte.”207

Cuando Hashem habló a Moshé, Su Voz se dividió en dos, y Aharón en Egipto oyó a la misma Voz ordenar, “¡Vé encuentra a Moshé en el desierto!”208

Moshé solicitó a su suegro, “¡Déjame llevar a mi esposa e hijos y partir!”

“¿Adónde los llevas?” preguntó Itró.



“Yo quiero regresar a mis hermanos en Egipto,” replicó Moshé, y ver si ellos aún están vivos.”

Itró objetó, “¿Por qué querrías llevarlos allí? Los Judíos en Egipto serian felices si fueran autorizados a partir. ¡¿Por qué entonces quieres aumentar sus números y llevar a tu esposa e hijos allí?!”



“Los Benei Israel eventualmente se pararán en Har Sinaí y escucharán las palabras, ‘¡Yo soy Hashem, vuestro Di-s!’ ¿No deberían estar mis hijos allí para escuchar la Divina proclamación?” Moshé contestó.

“Tienes razón,” acordó Itró. “Ve en paz.”209

Hashem comandó a Moshé llevar consigo su bastón a Egipto a fin de realizar milagros con él. A pesar de que el cetro pesaba cuarenta seá, aparentaba no tener peso cuando Moshé lo transportaba. Estaba hecho de zafiro y las letras estaban grabadas en él. Aquéllas eran las iniciales de las Diez Plagas. También tenía grabado el Nombre Divino sobre su superficie.211

Hashem ordenó a Moshé decir al Faraón, “Israel es Mi hijo primogénito. Deja ir a Mi hijo para que pueda Servirme. Site rehúsas a dejarlo ir, ¡Yo te castigaré matando a tus hijos primogénitos! “212



Moshé tomó a su esposa e hijos y ellos partieron. En el camino a Egipto Hashem envió un ángel para matar a Moshé.

El ángel se tragó a Moshé hasta su milá, y Tziporá comprendió inmediatamente que dejar de ejecutar circuncidado a su bu acuerdo con su suegro Itro. 214



Aún después de su partida de Midián, Moshé había demorado la circuncisión de su hijo porque estaba demasiado ocupado preparando un lugar de alojamiento para su familia. A pesar que una persona inferior a Moshé no hubiera sido castigada inmediatamente por tal demora, Hashem fue estricto en Su juicio a Moshé que era un tzadik notable. El por consiguiente comandó al ángel amenazar la vida de Moshé inmediatamente por esta leve negligencia de la mitzvá.215

Tzíporá cayó en la cuenta de otro pensamiento, y exclamó, “¡Quizá es porque tú te casaste conmigo que eres castigado!” Ella no estaba segura de sí Moshé estaba siendo atacado por el ángel a causa de que él se había casado con ella en lugar de con una muchacha que fuera Judía de nacimiento o por dejar de realizar la milá.216

Tzíporá tomó un cuchillo (de acuerdo con algunas opiniones una piedra afilada) y circuncidó a su hijo. El ángel inmediatamente dejó libre a Moshé. Tzíporá, comprendiendo que Moshé había estado en peligro por haber descuidado la mitzuá de milá, manifestó, “¡Cuán grande es la mitzvá de brit milá! Mí esposo estuvo sujeto a la pena de muerte por haber sido flojo en el cumplimiento de la mitzvá, y todos sus numerosos méritos no sirvieron para salvarlo. ¡No obstante ahora fue salvado a causa de la rnilá!”217



¡Cuán grande es la mítzvá de brít milá!



► Si no fuera por esta mitzvá, Hashem no hubiera creado el cielo y la tierra.

► Es equivalente a todas las mitzvot de la Torá combinadas.

► Trece pactos fueron concluidos por su causa.

► El castigo por descuidaría es caret.

► Supera la gran mítzvá de Shabat (puesto que el brít es realizado aún en Shabat).218

Moshe y Aharon en el Palacio del Faraón



Al mismo tiempo que Moshé abandonó Midián, Aharón viajó hacia él desde Egipto, lo encontró en Har Sinaí, y lo besó.

“¿Quiénes son la mujer y los niños que están contigo?” Aharón le preguntó.

“Ellos son mi esposa e hijos,” contestó Moshé.

“¿Y adónde los llevas?” inquirió Aharón.219

“A Egipto,” fue la réplica.

“¡¿Los Judíos que están allí están sufriendo tanto, y tú quieres llevarnos aún más gente?!” Aharón exclamó.

Moshé relató a Aharón que Hashem lo había escogido como el redentor. Aharón lejos de sentirse celoso, se regocijó ante la grandeza de su hermano.220 Juntos viajaron a Egipto y reunieron a los Ancianos quienes eran los líderes del pueblo Judío.



El pueblo Judío es comparado a un pájaro y sus Sabios de la Torá a las alas del pájaro. Al igual que el pájaro no puede volar sin alas, así los Judíos son incapaces de elevarse a si mismos sin el liderazgo y consejo de sus Sabios de la Torá.221



Los talmidei jajamím se han separado a sí mismos de los aspectos materiales de la vida. Ellos por consiguiente son capaces de elevarse sobre su generación, de este modo guiando al pueblo hacia fines espirituales.222



Moshé mostró las señales que le habían sido dadas para establecer la veracidad de su misión, pero los Benei Israel creyeron en él aún antes de ser enseñados. Tan pronto como él pronunció las palabras pakod- pakadti, ellos aceptaron a Moshé puesto que Seraj, la hija de Asher, aún vivía y afirmaba que estas palabras podían ser solamente pronunciadas por el verdadero salvador de acuerdo con la tradición que ella había recibido de la casa de Iaakov.223

Luego Moshé, Aharón y los Ancianos caminaron hacia el palacio del Faraón. Tan pronto como llegaron al patio. una espantosa vista se presentó ante ellos- pilas sobre pilas de cadáveres de los asesinados Judíos. Algunos habían sido pisoteados sobre el cemento, otros tenían sus manos y pies amputados. El Faraón había tratado sin piedad a sus infortunados hermanos.224

Los atemorizados Ancianos declararon, ''¡Nosotros preferiríamos continuar esclavizados antes que acompañaros a vosotros ante el Faraón!” Uno por uno ellos se marcharon.

Al igual que ellos rehusaron escoltar a Moshé ante el Faraón, así Hashem los dejó atrás en matán Torá. Sólo Moshé fue autorizado a ascender al Har Sinai mientras los Ancianos tuvieron que permanecer en una porción inferior de la montaña.225



Moshé dijo a Aharón, “Ellos no han recibido una orden de Hashem, mas nosotros sí. ¡Debemos por lo tanto continuar aún si el Faraón nos mata!”226

Existían cuatrocientas entradas diferentes al palacio del Faraón. Cada puerta estaba custodiada por leones, osos, y otras bestias salvajes. Cuando los guardias advirtieron a Moshé y Aharón, dejaron sueltos a dos jóvenes leones que corrieron de prisa hacia ellos. Moshé ondeó su bastón, y ellos inmediatamente se serenaron y trotaron al lado de Moshé y Aharón tan obedientes como corderos. Todas las otras bestias salvajes también se volvieron mansas y lamieron los píes de Moshé y Aharón. Los guardias se maravillaron ante la escena.227

Nunca en sus vidas habían visto hombres aún remotamente similares a estos dos altos, individuos barbados. Ellos eran inspiradores de temor reverente con ojos ardientes como el sol y rostros irradiando grandeza. Sus palabras eran vehementes, y en sus manos sostenían la vara sobre la que el Nombre Divino estaba grabado. Les parecieron a los guardias semejantes a ángeles más que a hombres. Respetuosamente les permitieron entrar e informaron al Faraón de su arribo.228



El Faraón castigó más tarde a los guardias del palacio por admitirlos sin permiso. El hizo ejecutar a algunos de ellos y expulsar a otros de sus funciones. Cuando el Faraón escuchó del arribo de Moshé y Aharón, dijo, ‘¡Estos hombres deben ser delegados de algún país distante que han venido aquí para congratularme!”

Ocurrió que éste era el día del cumpleaños del Faraón. Delegados de numerosos paises arribaban con regalos, coronas, y rollos de pergamino conteniendo himnos que proclamaban su grandeza.

“¿Quiénes sois vosotros?” Faraón se dirigió a Moshé y Aharón.

Ellos replicaron, “Nosotros somos mensajeros de Hashem. Hashem dice, ‘¡Deja ir a Mi pueblo para que ellos puedan Seruirme en el desierto!”’

“¿Quién es Hashem? YO NO CONOZCO A HASHEM. El nunca me envió una carta ni me honró con un presente,” contestó el Faraón.

“El es el Di- s de los Hebreos,” Moshé y Aharón explicaron.

“¿Poseen ellos un Di- s? ¿Por qué entonces El no los salvó en todos estos años?”



“El esperó hasta que llegara el tiempo de castigaros de una vez y por todos vuestros numerosos delitos.”

“Si El es un dios, como vosotros decís que El es, dejad que encuentre Su nombre en mis registros.”

El Faraón poseía enciclopedias que listaban las deidades de todas las naciones. El buscó bajo los nombres de los dioses de Amón, Tzidón, Moab y todas las otras naciones mas no pudo encontrar mención del Todopoderoso.

“No existe tal Di- s,” él declaró. “El no aparece en ninguno de mis libros.”

Por supuesto el Faraón había escuchado el nombre de Di- s* y cómo El había asistido a Abraham, Itzjak, y Iaakov.



El negó con intención Su existencia de tal modo que no tuviera que escuchar Su mensaje. Por consiguiente, Moshé y Aharón contestaron abruptamente, “¡Tonto! Vos lo buscáis en el lugar equivocado. Vuestros libros sólo mencionan dioses sin vida; vos no hallaréis al Todopoderoso allí. ¡Nuestro Di- s es el Di- s viviente, el Señor del Universo!”230



¿A qué puede compararse la reacción del Faraón? A la conducta del estúpido sirviente de un kohén.

El kohen viajó al extranjero, y su sirviente fue a buscarlo. El sirviente entró a un cementerio y comenzó a gritar, “¿Alguien vio a mi amo?”

“¿No es vuestro amo un kohén?” él fue preguntado.

“Sí, él lo es, “fue la réplica.

“¿Entonces, por qué lo buscáis en el cementerio?” la gente le preguntó riendo.



Así, Moshé y Aharón explicaron al Faraón que era insensato buscar a Hashem, el Di-s Eternamente Vivo, entre las listas de ídolos sin vida.231

Faraón los interrogó, “¿Vuestro Di- s es viejo o joven? ¿Cuántas ciudades El ha conquistado?¿Cuán grande es Su ejército?¿Por cuántos años El ha sido un soberano?”

“Hashem existió antes que el mundo y vivirá por siempre. El os creó y os dio vida.”

“¿Y cuáles son Sus proezas?” preguntó el Faraón.



“El sostiene al cielo y la tierra; Su Voz parte las ardientes llamas. Su arco es fuego, Sus flechas llamas. Las nubes son Su escudo, y el trueno Su espada. El forma colinas y montañas, cubre las montañas con hierba, trae lluvia y rocio, y hace que la hierba crezca. El contesta los gritos de la mujer en parto, forma el embrión en el útero de la madre, y trae al niño al mundo.”

“¡Vos mentís!¡Yo soy el amo del mundo!¡Yo creé tanto al Nilo como a mi mismo!” proclamó el Faraón.

Hashem respondió, “¡Rashá! Vos sufriréis por medio de este mismo río cuyas aguas se volverán sangre.”232

“¡Idos ya!” el Faraón les ordenó. El llamó a su consejero Bilám junto con sus hijos para relatarles la conversación.

“¿Qué os importan ellos?” se mofó Bilám. “Son magos corrientes al igual que lo somos nosotros. Cuando vengan aquí la próxima vez, nosotros los probaremos.“233


El Faraón Intensifica la Labor de los Esclavos



Fue de público conocimiento que dos líderes Judíos habían acudido al Faraón y demandado que él liberara a los Judíos. Los Benei Israel se relajaron algo y se dedicaron a su trabajo de una manera más lenta.234

El Faraón estaba furioso. “¡¿Por qué vosotros disturbasteis al pueblo de su trabajo, Moshé y Aharón?!” él gritó. “Vosotros debéis haber ideado estos planes porque sois miembros de la Tribu de Leví y por lo tanto libres vosotros mismos del trabajo. ¡Yo corregiré la ley! De hoy en más, la Tribu de Leví debe también realizar labores.235 ¿Qué pedís de mi? ¡Que yo despida 600.000 esclavos! ¡Si hubierais solicitado que mil o dos mil personas fueran puestas en libertad, hubiera podido considerarlo, mas vosotros esperáis de mi que renuncie a 600.000 trabajadores?”236



El Faraón citó a los supervisores Egipcios y les comandó, “¡Dejad de dar paja a los Judíos para fabricar los ladrillos! De hoy en más, cada persona debe juntar su propia paja para realizar faenas. No obstante, no permitáis a ninguno producir menos que su cuota diaria de ladrillos. Estos Judíos son perezosos, y es por eso que dicen, “Dejadnos ir para hacer sacrificios para nuestro Di- s” ¡Que su labor por lo tanto sea intensificada! Ya no se los permitirá a ellos a descansar de su trabajo en el séptimo día y leer libros como solían hacer. “237

En aquel tiempo, Moshé, ante el mandato de Hashem, viajó de regreso a Midián. Devolvió a su esposa e hijos a su suegro y permaneció en Midián por los próximos seis meses.238



¿Por qué causó Hashem que la esclavitud fuera intensificada durante los seis últimos meses de exilio mientras Moshé estaba ausente de los Benei Israel? La respuesta es que durante la etapa preparatoria final de la redención Hashem probó a los Benei Israel. El quería determinar quiénes eran los tzadikím de entre aquellos que merecían ser redimidos y quiénes eran los reshaím que perecerían durante los tres días de Oscuridad. El sufrimiento saca la verdadera naturaleza del hombre. Los Beneí Israel fueron sometidos a la prueba de crecientes opresiones para ver si ellos se mantendrían firmes en su emuná en Hashem. Los tzadikím permanecieron leales a Hashem mientras los reshaím negaron Su Providencia. La desaparición de Moshé era una parte integral de la prueba. Ellos estaban sin un líder ante quien volverse y en consecuencia debían sentirse enteramente dependientes de Hashem.239



Los superintendentes Egipcios advirtieron a los supervisores Judíos punzar a los Judíos para trabajar más duro si notaban a alguien que no estaba produciendo el mismo número de ladrillos como anteriormente cuando la paja les era suministrada. Pero los supervisores Judíos tuvieron pena de sus opresos hermanos. Ellos se rehusaron a forzarlos a realizar más arduas labores. Por dejar de obedecer, fueron golpeados por sus supervisores Egipcios. Hashem recompensó grandemente a los supervisores por su autosacríficio en pro de los Benei Israel. El prometió, “Estos hombres se convertirán en el futuro en los Ancianos del pueblo Judío. ¡Puesto que ellos estaban dispuestos a ser golpeados por consideración a sus semejantes Judíos, merecen que el ruaj hakodesh descanse sobre ellos y deberán líderar al pueblo Judío!”240



Los Benei Israel tuvieron que díspersarse por todo Egipto para encontrar paja para su trabajo. Toda vez que un Egipcio advertía a un Judío en su campo, aprovechaba la oportunidad para maltratarlo.

Hashem había causado que el Faraón emitiera el decreto sobre retirar la paja de los Judíos a fin de poner de manifiesto la perversidad de cada individuo Egipcio. Así ellos no podrían luego quejarse, ´´¿Por qué nos sobrevienen las Plagas? Sólo el Faraón es culpable en tanto que nosotros somos inocentes.”241

Después de seis meses, Hashem se le presentó a Moshé en Midián y le ordenó retornar a Egipto.242



Moshé y Aharón se encontraron, Moshé viniendo de Midián y Aharón de Egipto. Juntos se presentaron ante el Faraón para transmitir el mensaje de Hashem. Mientras abandonaban el palacio, los supervisores Judíos llegaron para encontrarlos. Ellos se quejaron amargamente acerca del decreto adicional de no recibir paja para hacer ladrillos. Dos de los supervisores, Datán y Avirám los mismos viles personajes con quienes nosotros ya nos topamos comenzaron a blasfemar a Moshé y Aharón. “Nosotros no sabemos si vosotros sóis verdaderamente mensajeros de Hashem,” declararon. “Hashem solamente sabe. Sí la verdad es que El os envió, sea Su voluntad castigar al Faraón. Sí vosotros mentís, sea Su voluntad castígaros. Por vuestra causa hemos sido golpeados con tantos golpes que un olor feo emana de nuestras bocas. Desde que vinisteis, los Egipcios han comenzado a rellenar las partes incompletas de los muros con bebés Judíos, y el hedor de sus cadáveres contamína la ciudad. Vuestra presencia ha hecho a los Egipcios conscientes del hecho de que nosotros estamos a punto de ser redimidos, y ellos quieren impedir nuestra partida. Vosotros habéis puesto así una espada en las manos de los Egipcios con la que matarnos.”243



Los Benei Israel también se quejaron a Moshé, “Nosotros somos como un cordero que fue robado por el lobo. Cuando el pastor advirtió que el cordero faltaba, corrió tras del lobo para recuperarlo. Esto sólo hizo empeorar las cosas. El lobo se volvió tan furioso de ser perseguido que mató al cordero. ¡Así, entre el Faraón y vosotros, nuestra suerte fue sellada, y ciertamente moriremos!”244



Moshé se volvió a Hashem y oró, “Hashem, ¿por qué Tú has hecho mal a este pueblo? En el Sefer Bereshit encontré que la Generación del Diluvio fue castigada y que la Generación de la Dispersión y los Sodomitas fueron destruidos, todo porque ellos eran malvados. Pero, ¿qué ha hecho este pueblo para que merezca ser esclavizado? Y si Tú respondes que está más allá de mis facultades de comprensión penetrar en el secreto de Tus caminos, ¿por qué debí ser yo el mensajero que trajo creciente sufrimiento sobre los Judíos? ¿Qué les contestaré a aquéllos que me acusan y dicen que le he dado al Faraon una espada con la que matarlos?245 Es cierto que ellos serán redimidos en el futuro, pero ¿ qué hay acerca de todos aquellos niños que están ahora cementados en los muros?”

El midat hadin (Atributo de Justicia) debió haber causado que Moshé fuera muerto por pronunciar su queja contra Hashem. El fue perdonado, sin embargo, porque Hashem vio que su grito desesperado fue motivado por la profunda compasión que sentía por sus hermanos.246



Hashem replicó, “Si tú estás preocupado acerca de los bebés que mueren en los muros, puedes rescatar a uno de ellos. Entonces entenderás que estos niños, sí vivieran, se volverían completamente malvados. Yo solamente estoy arrancando las espinas de entre los Benei Israel.”

Moshé salvó a uno de los niños, un niño de nombre Mijá. El fue el mismo Mijá que posteriormente asistió a los erev rav para formar el Becerro de Oro y quien en el tiempo de los Jueces erigió un ídolo en Eretz Israel. 247



Hashem garantizó a Moshé, “Tú verás aún los castigos milagrosos que inflígiré sobre el Faraón. El tendrá tal prisa de conducir a los Ben el Israel fuera de su tierra que no les dará siquiera tiempo a ellos para preparar provisiones para el camino. Pero puesto que tú te quejaste en contra Mía, no verás nunca lo que Yo haré a los treinta y un reyes de Eretz Can aán; ¡no tú, sino tu discípulo Iehoshúa los llevará a la Tierra!”248

Hashem continuó censurando a Moshé por haber encontrado falla en Sus modos, como es relatado al comienzo de la próxima parshá, Vaerá.



Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 1 a 46