domingo, 1 de mayo de 2011

Parashá 31 Emor

Parashá 31 Emor (Vaikrá 21: 1 – 24: 23)

Tema: “Temimut”.

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (21:1-15): Las leyes de los cohanim (sacerdotes). Las leyes del Cohén Gadol (Sumo Sacerdote).
Segunda aliá (21:16 - 22:16): Los defectos de los cohanim. La pureza de los cohanim.
Tercera aliá (22:17-33): Los animales defectuosos y su sacrificio. Los animales permitidos para ser ofrecidos.
Cuarta aliá (23:1-22): El shabat. La fiesta de Pésaj. La ofrenda del omer. La cuenta del omer. La fiesta de Shavuot.
Quinta aliá (23:23-32): Rosh Hashaná. El Día del Perdón.
Sexta aliá (23:33-44): Las fiestas de Sucot y de Sheminí Atzéret (Simjat Torá). Las cuatro especies y la Sucá.
Séptima aliá (24:1-23): La mitzvá de encender la menorá (candelabro). El pan del Mishkán (Tabernáculo). La blasfemia y su castigo.

Introducción:

"Estas son las fiestas de D'os, que ustedes deben celebrar como fiestas santas, en sus tiempos apropiados" (23:4).

En parashat Emor, en el capítulo 23 del libro de Vaikrá, encontramos en la Torá un resumen de las fiestas del calendario y los preceptos que en ellas debemos cumplir. Después del primer día de la fiesta de Pésaj, la Torá nos dice que debemos ofrecer una ofrenda llamada: "el sacrificio del omer". Esta ofrenda consistía en un omer (una medida determinada) de harina de cebada que debía ser ofrecida en el Templo de Jerusalem.

La Torá también nos ordenó contar la cuenta del omer y nos indicó que el día cincuenta, después del último día de la cuenta del omer, debemos celebrar la fiesta de Shavuot en la cual debemos ofrecer una nueva ofrenda:

"Y contaréis para vosotros desde el día siguiente al día de fiesta, desde el día que traigan el omer… siete semanas, completas serán. Hasta el día posterior al final de la séptima semana contarán cincuenta días, y ofreceréis una ofrenda nueva a D'os. De vuestras moradas traeréis dos panes… dos esronim [medidas determinadas] de harina serán, leudados los hornearás, primicias para D'os" (23:15-17).

Respecto de esta "minjá jadashá" (ofrenda nueva), la Torá nos dice algo que llama la atención: esta ofrenda deberá ser "jametz", es decir que antes de hornear estos dos panes, debemos dejar que la harina leude.

Este detalle de los dos panes de la fiesta de Shavuot es extraño, ya que al comienzo de parashat Vaikrá la Torá había dicho: "Toda ofrenda que ofreceréis a D'os no la harás leudada, pues todo leudado y toda miel no será ofrecida como sacrificio a D'os" (Levítico 2:11), lo que quiere decir que en general las ofrendas debían ser "matzá" (ázimas), es decir que no se debía dejar que la harina de las ofrendas leude. La pregunta, entonces, es: ¿por qué la Torá querría especialmente que la ofrenda perteneciente a la fiesta de Shavuot sea jametz, si en general ordenó que todas las ofrendas sean matzá?

La respuesta a esta pregunta la encontramos en las palabras del Ralbag (Rabenu Leví Ben Gereshón, 1288 - 1344), en su comentario a la Torá. Él nos dice que además de venir a recordarnos la rápida salida del pueblo de Israel de la tierra de Egipto, la matzá que comemos en Pésaj también sirve para que aprendamos otra gran enseñanza, por ser la antítesis del jametz.

En la fiesta de Shavuot recordamos la entrega de la Torá en el Monte Sinai. Al entregarnos Su Sagrada Torá, D'os se comportó con gran benevolencia con nosotros, ya que nos acercó a Su servicio para hacernos acreedores a la vida eterna en el mundo venidero. Sin embargo, el beneficio que nosotros como judíos hemos obtenido no fue sólo en el campo de lo espiritual, sino que como consecuencia de haber recibido la Torá, también recibimos todas las bondades materiales, como ser la posesión de la tierra de Israel y todas las demás bendiciones en el plano de lo material, ya que esas bendiciones vienen a causa de la providencia especial de D'os por Su pueblo Israel.

Antes de que las acciones y los pensamientos del hombre se perfeccionen a través de una profundización en el mundo de la Torá, el ser humano es un ser incompleto y se asemeja a la matzá (pan ázimo) que por no haber leudado no tiene tan buen gusto como un pan jametz. Pero después de perfeccionarse mediante el estudio de la Torá, la persona se convierte en un ser completo (en la medida de su esfuerzo y de sus posibilidades), así como el pan jametz es más sabroso que el pan ázimo.

Ese es el motivo por el cual D'os nos ordenó comer matzá en Pésaj y ordenó traer una ofrenda jametz en el día de la entrega de la Torá, a diferencia del resto de las ofrendas que debían ser matzá. Y este importante concepto que la Torá nos enseñó, nos ayuda a comprender también la esencia misma de la Torá, ya que ella no pertenece al conjunto de las cosas naturales que encontramos en nuestro mundo. Ella es sobrenatural, ya que tiene la propiedad de convertirnos en seres íntegros.

Así como los trabajos de la tierra sirven a la naturaleza y de alguna manera la complementan - ya que al sembrar la tierra obtenemos su fruto, mas en caso contrario no obtendríamos absolutamente nada - asimismo el potencial natural que tiene el hombre para llegar a la perfección dentro del marco de lo humano, saldrá al terreno de los hechos a través de la Torá, si éste la escoge en forma total y completa.

Así como las labores del campo que ayudan a la naturaleza son opcionales para el hombre - ya que si quiere trabaja la tierra y si no desea hacerlo no está obligado a hacerlo - asimismo ocurre con la Torá, pues cada judío tiene el libre albedrío para tomarla o dejarla (aunque será juzgado por ello).

Así como el pan es más completo si es jametz, así también el hombre será más completo si la Torá entró en su vida, y es por eso que debemos ofrecer una ofrenda jametz, en el día de la entrega de la Torá.

Desarrollo:

"Temimut" La parashá Emor comienza con órdenes dadas a Moshé que afectaron a su hermano Aharón y a todos sus descendientes.

"Y D'os habló a Moshé: 'Habla a los cohanim, los hijos de Aharón, y diles: 'no se impurifiquen con personas muertas, en su pueblo'" (21:1).

En este versículo, es presentada una de las principales características de la familia de los cohanim: está prohibido que el cohen esté en contacto con un muerto. Para aquellos que crecieron dentro de la tradición judía, esta prohibición es familiar, casi obvia. Sólo cuando consideramos este tema a priori parece algo extraño: ¿por qué a un cohen no le es permitido exponerse a un muerto o a la muerte? Si este contacto es algo fundamentalmente erróneo, debería ser inapropiado para todos los judíos. ¿Hay algo único en ser cohen que hace que el contacto con el muerto sea incongruente?

Podemos encontrar una respuesta a esta pregunta en el versículo que precede a esta prohibición (el último versículo de la parashá anterior, Kedoshim):

"Pero cualquier hombre o mujer, que tengan en ellos nigromante o sortílego (ov o ideoni) serán condenados a muerte…" (20:27).

Esta es la tercera vez en la parashá Kedoshim que es nombrada esta prohibición, y aquí está como conclusión de Kedoshim. Nosotros no podemos más que contrastar este final con el comienzo de la parashá Emor, en el cual los cohanim - en particular - son ordenados cuidarse de algo tan relacionado con este tema. El contraste se hace aún más agudo cuando nos damos cuenta qué es la práctica de Ov e Ideoni. En Devarim, las prohibiciones son repetidas nuevamente:

"Cuando llegues a la tierra que D'os te ha dado, no aprendan las prácticas abominables de aquellas naciones… ni practiquen Ov o Ideoni o intenten comunicarse con el muerto" (Devarim 18:9 - 11).

Del contexto aprendemos que Ov e Ideoni eran tipos de brujerías relacionadas con la comunicación con los muertos. El Talmud explica que un cráneo humano era usado en el ritual de Ov.

"Nuestros Rabinos enseñaron: Baal Ov denota a ambos - aquel que hace aparecer al muerto mediante palabras tranquilizantes y aquel que consulta a un cráneo" (Sanhedrín 65b).

El rey Shaul hizo uso de este método en un intento de comunicarse con el profeta Shemuel, quien había fallecido:

"Shemuel falleció y fue elogiado por todo Israel. Fue enterrado en Ramá, en su ciudad. Shaul erradicó los Ovot e Ideonim de la tierra" (Shemuel I 28:3).

Luego, el texto nos cuenta que los filisteos atacaron a Shaul, y él temió. Sin su profeta Shemuel a su lado, Shaul no sabía a quien dirigirse por un consejo. Cuando sus rezos no fueron contestados, él se frustró:

"Y Shaul dijo a sus sirvientes: 'encuentren para mí una mujer que domina la práctica de Ov y yo voy a ir a verla'. Y sus sirvientes le dijeron: 'He aquí que hay una mujer en En Dor que es una mediadora'. Y Shaul se disfrazó y se puso otra ropa y fue, él y dos hombres con él, y llegaron hasta la mujer por la noche; y él dijo: 'yo te suplico, encuentra para mí un espíritu, y tráelo para mí, quien sea que yo te nombre'. Y la mujer le dijo: 'He aquí, tú sabes lo que Shaul ha hecho, cómo él ha expulsado aquellos que son mediadores y los magos de la tierra; ¿por qué entonces tú pones una trampa en mi vida, para causarme la muerte?'. Y Shaul le juró por D'os, diciendo: 'mientras D'os viva, tú no serás castigada por esta cosa'. Ella le dijo: '¿A quién tengo que traer?'. Y él dijo: 'Shemuel'… Y Shemuel dijo a Shaul: '¿Por qué me enojaste y me levantaste… D'os te sacará el reinado de tus manos y se lo dará a David" (Shemuel I 28:7 - 17).

En este pasaje tan inusual, el Rey Shaul utilizó el servicio prohibido de una mediadora y se comunicó con el muerto, violando claramente la ley judía. Como castigo, Shaul fue destituido de su trono.

El versículo en Devarim citado anteriormente concluye:

"Cuando llegues a la tierra que D'os te ha dado, no aprendan las prácticas abominables de aquellas naciones… ni practiquen Ov o Ideoni o intenten comunicarse con el muerto, puesto que todas estas cosas son abominaciones ante D'os, y por causa de estas abominaciones D'os las expulsa de delante de ti. Sé completo (tamim) con D'os tu D'os" (Devarim 18:9 - 13).

Lo opuesto a estas prácticas es la temimut, integridad, "unicidad" con D'os. La palabra tamim o en singular tam, puede tener la connotación de inocencia, simpleza o integridad. Las primeras dos definiciones frecuentemente llevan con ellas un matiz negativo. Aquí, D'os pide al hombre que confíe en Él, y así ser uno con D'os. La confusión, el temor, la neurosis llevan al hombre a buscar un guía y una certeza en lo oculto, el arquetipo de tal comportamiento no es otro que el rey Shaul. D'os le pide al hombre que sea íntegro en su confianza. Tal confianza va más allá de lo terapéutico; una confianza total en D'os es algo que eleva espiritualmente así como es algo psicológicamente reconfortante.

El Shem MiShemuel observa que la primera vez que ocurrió la pérdida de temimut, la pérdida de inocencia - unicidad con D'os fue la caída de Adam y Javá. En el Edén, ellos eran verdaderamente uno con D'os, experimentando Su presencia en el Jardín, pero ellos cambiaron eso por un mordisco de la fruta, de la cual ellos esperaban obtener conocimiento de D'os. El resultado fue la aparición de la muerte en el mundo. La muerte es lo opuesto a temimut; una vez que el hombre se separó de D'os, el poder de la tumá afirmó su condición. La muerte nació. De hecho, el Zohar dice que la palabra tam es el inverso de la palabra met. ??-??: Cuando el hombre ya no es tam, habiéndose pervertido y revertido su natural inocencia, el resultado es inevitable, inexorable.

La orden del cohen es para reunir al hombre con D'os a través de los corbanot que sirven para traer al hombre más cerca de D'os y a D'os más cerca del hombre. La función del cohen es traer shelemut, integridad, un retorno al estado original perdido por Adam y Javá. Ahora entendemos por qué el cohen tiene que evitar el contacto con el muerto. El cuerpo representa la separación de lo Divino de nuestra existencia física, la diferencia entre un cuerpo y una persona con vida es sólo su alma Divina. Aquí es donde el concepto judío de espiritualidad diverge de los ritos mágicos y los encantamientos de lo oculto: el cohen evita la muerte y busca la temimut, mientras que el Ov y el Ideoni usan la muerte para obtener entendimiento y seguridad en este mundo.

La persona más claramente identificada con la temimut fue Iaacov, que fue descripto por la Torá como un "Ish tam - que vivía en las tiendas" (Iaacov era un hombre tranquilo, viviendo en las tiendas - Bereshit 25:27), lo opuesto a Esav el guerrero que andaba por los campos. Iaacov era shalem, íntegro, completo (Bereshit 33:18); Iaacov era uno con D'os. Todo lo que él necesitaba podía ser encontrado en las tiendas de estudio. Esav buscaba aventura y conquista. No es mera coincidencia, entonces, que nuestros Sabios enseñaron que Iaacov, el ish tam, no fue tocado por la muerte:

"Así dijo Rabí Iojanán: 'Iaacov nuestro patriarca no está muerto'. Él (Rabí Najman) objetó: '¿entonces fue por nada que él fue embalsamado y enterrado?'. El otro contestó: 'Yo entiendo esto del versículo, como está escrito: "entonces, no temas, Iaacov, Mi sirviente, dijo D'os; ni te desilusiones, Israel, - porque te salvaré desde lejos y tu simiente de la tierra de su cautiverio". El versículo lo compara a él (Iaacov) a su simiente (Israel); como su simiente estará con vida, entonces él también estará con vida" (Taanit 5b).

Él era tam y shalem.

La palabra shalem, integro, completo, está muy asociada con la palabra shalom, paz. Otra función de Aharón - el prototipo de todos los cohanim - era hacer paz entre los judíos:

"Hilel dijo: 'Pertenece a los discípulos de Aharón, amando la paz y buscando la paz, amando a la humanidad y trayéndolos cerca de la Torá" (Avot 1:12).

Hilel enfatiza que la función de Aharón no fue sólo traer shelemut entre el hombre y D'os, sino que también - y no menos importante - traer shalom entre el hombre y su prójimo. El shalom y la shelemut están entrelazadas; ellas son los dos lados de una misma mon. El Maharal enseña que el shalom es Divino; emana de D'os y es así un aspecto de D'os (Netivot Olam pag. 215). Por esta razón, uno de los nombres de D'os es "Shalom". El Avot de Rabí Natán describe el método que utilizaba Aharón para hacer la paz: si él escuchaba de dos personas que tuvieron un malentendido, él iba a decirle a cada uno individualmente que el otro había expresado un gran deseo de hacer las paces (Avot DeRabí Natán, cap.12). Este método, a pesar de ser bien intencionado y exitoso, es molesto: aparentemente, el fin es visto como justificación de los medios. Las acciones de Aharón se hacen menos problemáticas cuando nos familiarizamos con una enseñanza del Rambam: de acuerdo a la ley judía, un guet, un mandato de divorcio, es sólo válido si se da con la libre voluntad de parte del marido. Sin embargo, si una corte de ley decide que un hombre debe darle a su esposa el divorcio pero él se niega a hacerlo, la corte puede escoger emisarios para que "le peguen hasta que él diga, estoy de acuerdo" (Mishné Torá, Guerushín 2:20).

"Aquel que de acuerdo a la ley debe divorciar a su mujer pero no desea aceptar y divorciarla, una corte judía en cualquier lugar en cualquier momento puede golpearlo hasta que él diga Yo deseo [divorciarla]" (Rambam Leyes de Divorcio 2:20).

Esto parece contradecir la ley que dice que un guet dado bajo presión es inválido. El Rambam explica que una vez que la corte reglamenta que el hombre debe divorciar a su mujer, el hombre verdaderamente desea aceptar más que rechazar la decisión de la corte. La inclinación del mal (iétzer hará) es lo que le impide hacerlo. En la filosofía del Rambam, un judío siempre quiere hacer lo correcto; "las circunstancias", "el ego", "el honor", pueden desviarlo, pero no cambia su naturaleza básica.

El entendimiento de Aharón sobre la esencia del alma judía es vista en esta enseñanza del Rambam. Él sabía que dos personas peleadas una con la otra siempre esperan la reconciliación, a pesar de que en un nivel operativo ellos pueden permitir que consideraciones extrañas los desvíen del camino de la paz. Aharón buscaba la paz poniendo a las personas en contacto con ellos mismos, con su prójimo y con D'os. Sólo alguien que es tam, completo, puede extraer la integridad de otros. ¿Aharón no fue culpable de ingenuidad, al asumir que todos los hombres son completamente buenos? Por esta forma positiva de ver al hombre, él pudo excavar más allá de los niveles de narcisismo y la autoindulgencia, y discernir la esencia del hombre - el bien en el hombre. La función de Aharón era una: shelemut, reunir al hombre con D'os, y reunir al hombre consigo mismo.

Moshé y Aharón representan dos diferentes aspectos de un líder: Moshé era un maestro de Torá. Él enseñaba la verdad - una directa, clara verdad. Aharón buscaba la paz. Mientras que la búsqueda de paz puede a veces parecer comprometer o pervertir a la verdad, la paz emana de D'os. La paz no es un compromiso o una perversión de la verdad. Es una expresión de Divinidad; en verdad, es el mismo nombre de D'os.

"En la escuela de Rabí Ishmael se enseñó: Grande es la causa de paz. Vemos que por ella, D'os, modificó una declaración; pues primero está escrito: 'Mi señor es viejo', y después está escrito: 'Y yo soy vieja'" (Ievamot 65b).

La verdad es un medio para llegar a D'os, mientras que la paz es el destino. En realidad, la verdad y la paz trabajan juntas, como vemos en el verso de Tehilim:

"Jesed (bondad) y emet (verdad) se encontraron; tzedek (justicia) y shalom (paz) se besaron" (Tehilim 85:11).

El Midrash asocia el jesed con Aharón y el emet con Moshé. El tzedek con Moshé y el shalom con Aharón:

"Y él fue, y él lo encontró (Shemot 4:27): Cuando dice: Misericordia (jesed) y verdad se encuentran juntos; rectitud y paz se han besado uno al otro (Tehilim 85:11), 'misericordia' se refiere a Aharón, de quien está dicho: 'Y de Leví él dijo: Que tu tumim y tu urim esté con tu santo (jasideja)' (Devarim 33:8), mientras que 'verdad' se refiere a Moshé, de quien está escrito: 'Mi servidor Moshé no es así; él es confiable en toda Mi casa' (Bamidvar 12:7). Es así que 'misericordia y verdad se encontraron' cuando 'Él fue y lo encontró a él en la montaña de D'os'. Rectitud se refiere a Moshé, de quien está escrito: 'Él ejecutó la justicia de D'os' (Devarim 33:21), y paz se refiere a Aharón, de quien está escrito: 'Él caminó conMigo en paz y rectitud'" (Malají II, 6). (Shemot Rabá 5:10).

No debe sorprendernos que el shalom y el jesed son atributos de Aharón, mientras que el emet y el tzedek son atributos de Moshé. Es así que el versículo concluye que la justicia y la paz pueden abrazarse y besarse, en expresión de armonía, de unidad. Moshé enseña Torá, verdad, y representa la justicia. En este reinado, la realidad no puede ser distorsionada o desviada. Aharón, por el otro lado, opera en el nivel de pureza, distanciado de la muerte, de la tumá, de la distorsión del pecado. Estos dos reinos no están en conflicto. Ellos se encuentran, ellos se besan y ellos convergen en su meta final, la cual es shelemut - shalom. La verdad es un medio para alcanzar la meta, de enmendar el mundo. La paz es el resultado.

Aharón, el arquetipo del cohen, representa esta unidad, como es expresado tan bellamente en la bendición de los cohanim que se le ordenó decir sobre todo el pueblo de Israel:

"Que D'os los bendiga y los cuide; que Él haga brillar su cara sobre ustedes, y sea bondadoso con ustedes. Que D'os eleve su rostro sobre ustedes, y les conceda la paz" (Bamidvar 6:24 - 26).

La idea de temimut es discutida explícitamente en la parashá:

"Y contarán desde el próximo día después de la fiesta, desde el día en que trajeron la ofrenda, siete shabatot temimot (siete semanas completas)" (23:15).

Aquí, se nos ordena contar siete semanas completas entre Pésaj y Shavuot. A diferencia de la cuenta de los años sabáticos, los cuales son una obligación exclusiva de la Corte de Justicia (Sanhedrín), la cuenta de estas siete semanas se aplica a toda la nación. Todo el pueblo tiene que ser tamim - la nación entera tiene que ser como cohanim:

"Serán ustedes para Mí una nación de cohanim, una sagrada nación" (Shemot 19:6).

Cada persona se debe preparar para recibir la Torá. La manera de prepararse es haciéndose tamim, completos. Este es el significado de "naasé venishmá": con esta frase, el pueblo judío expresó su total confianza en D'os, una confianza que no tenían Adam y Javá y todos los que siguieron.

"Rabí Elazar dijo: Cuando los israelitas dieron precedencia a 'haremos' antes que 'escucharemos', una Voz Celestial salió y exclamó a ellos: ¿'Quién reveló a Mis hijos este secreto, el cual es empleado por los ángeles'?, como está escrito: 'Bendigan a D'os, sus ángeles. Aquellos firmes en fuerza, que cumplen con su palabra, que rompen en la voz de su palabra'. ¿Primero ellos cumplen y luego ellos escuchan?" (Shabat 88a).

Un requisito previo para recibir la Torá en su sentido más completo es temimut, tanto en nuestra relación con D'os como en nuestra relación con el prójimo. La descripción de Iaacov como un "ish tam ioshev ohalim", refiriéndose a las tiendas de estudio de Torá, ilustran la conexión entre la temimut interpersonal y religiosa. Como vimos antes, el hombre peca cuando ignora lo bueno dentro de él, cuando ignora su esencia. Esta integridad es un prerequisito para aprender Torá. En las palabras del Midrash:

"Rabí Shemuel ben Najmán dijo: [la obligación] de derej eretz precede a la Torá por 26 generaciones. Esto está [insinuado] en lo que está escrito: "para cuidar el camino hacia el Árbol de la Vida" (Bereshit 3:24). [Primero la Torá menciona] el camino (derej) que significa derej eretz, y luego [menciona] el Árbol de la Vida, que es la Torá" (Midrash Rabá - Vaikrá 9:3).

Derej Eretz kadmá laTorá - comportamiento (interpersonal) apropiado precede a la Torá. El Rebe de Kotzk solía decir que "derej eretz hakdamá laTorá" - comportamiento apropiado es la introducción a la Torá. Así como todo libro tiene una introducción, la Torá también tiene una introducción - derej eretz. Cuando la Torá describe el período de que debe ser contado, el término "temimut" es usado en referencia a este aspecto de integridad en las relaciones humanas. Cuando los estudiantes de Rabí Akivá - indiscutiblemente los más grandes estudiosos de la Torá en su generación - se maltrataron unos a otros durante el omer, el resultado fue la muerte. Otra vez, el opuesto a "tam" es "met", muerte.

La llave para comenzar a ser tam es rechazar al iétzer hará, el cual nos esclaviza, y nos causa ser incompletos, fragmentando nuestras almas. La persona verdaderamente libre es la que se compromete con la Torá. Él se unifica en espíritu y alcanza una unidad con el hombre y con D'os. Este era el mensaje de Aharón, quien intentó introducir a las personas a la pureza que hay dentro de ellas. Cuando este mensaje sea finalmente y completamente entendido e internalizado, "shelemut" se convertirá en una realidad, entre el hombre y su prójimo, y entre el hombre y D'os. El resultado será Shalom - paz, paz verdadera, paz eterna.

Conclusión:

Una famosa parábola describe cómo un hombre pobre, desesperado por encontrar los medios para mantener a su familia, se embarca en dirección a costas lejanas. Trágicamente, su embarcación se hundió en el tormentoso océano, pero de alguna manera él se salvó y llegó hasta una isla tropical. Para su asombro, cuando llegó a la costa vió que la isla estaba literalmente cubierta con diamantes. Había diamantes en la playa, en los caminos, en todos lados había diamantes.
Con la determinación de regresar a su casa, él encontró un constructor de barcos en la isla y le ofreció pagarle con diamantes para que construya una embarcación para él. El hombre comenzó a reír y le dijo: "Pero, ¿qué voy a hacer yo con estos diamantes sin valor?!".
El extranjero pronto aprendió que el elemento de valor en la isla era la carne de cartílago. Trabajando muy duro durante algunos años, él pudo juntar suficientes cartílagos no sólo para pagarle al constructor del barco sino también para llevarse muchos con él. Cuando su barco estuvo listo, el extranjero lo llenó con cartílagos y comenzó su viaje a casa.
Cuando llegó al destino tan esperado, su familia estaba más que feliz de verlo. Orgullosamente, él anunció: "Somos ricos!". Él abrió el barco y les mostró a ellos… los cartílagos! Un gran silencio había en el aire. El hombre pobre se dió cuenta de su trágico error y comenzó a llorar.
Cada uno de nosotros, de alguna manera, somos ese hombre pobre. Llegamos a este mundo para lograr ciertas cosas y defender y elevar ciertos valores, pero frecuentemente perdemos nuestro camino en el frenético ritmo de la vida moderna. Demasiado frecuentemente, ya sea que escojamos la carrera a cambio de nuestra familia, o que hagamos el trueque entre la conveniencia y los valores, nos encontramos a nosotros mismos canjeando diamantes por cartílagos.
Trágicamente, nunca podremos volver a ganar ese tiempo perdido.
¿Cómo podemos combatir esta confusión?
Una de las herramientas más poderosas que ofrece el judaísmo es el Shabat. En shabat, el judío se libera de las frenéticas y absorbentes actividades semanales - en función de dar un paso hacia atrás y reflexionar sobre los elementos verdaderamente importantes de la vida. En shabat, pasamos más tiempo en el hogar con la familia, y en la sinagoga con nuestro D'os. Vamos a caminar, repasamos los logros de la semana y contemplamos la dirección de nuestra vida.
El judaísmo dice que hay otras dos oportunidades poderosas para trabajar en la evaluación de nuestras acciones: las grandes fiestas y el período entre Pesaj y Shavuot. Este período, descripto en la parashá de esta semana, Emor, es conocido como el tiempo de "contar el omer". Comenzando en el segundo día de Pesaj, la Torá nos ordena contar 49 días hasta Shavuot, la celebración del recibimiento de la Torá en el monte Sinai.
De acuerdo a muchos comentaristas, el propósito de esta cuenta es unir la fiesta de Pesaj con la fiesta de Shavuot. A pesar de que los judíos recibieron la libertad física en Pesaj, esa libertad, esencialmente, no tenía ningún propósito hasta que les fue entregada la Torá en el monte Sinai en Shavuot. Entonces Shavuot es el propósito final del episodio de Pesaj. El hecho de contar los días hacia Shavuot nos recuerda que debemos enfocarnos en metas significativas, así como está simbolizado por la Torá y el monte Sinai.
Otras fuentes (Najmánides y Abarbanel) notan la asociación entre la cuenta del omer y la estación de la cosecha. La palabra "omer" es una medida de peso y se refiere a la cantidad de harina de cebada que era llevada como ofrenda al Templo en el segundo día de Pesaj. Esta ofrenda se ofrecía en el tiempo de la cosecha de la cebada y era una expresión de agradecimiento a D'os. Al final de los 49 días de la cuenta, en el tiempo de la cosecha del trigo, una ofrenda de harina de trigo era también llevada al Templo.
De acuerdo con Abarbanel, la población agraria - inmiscuida en las actividades del campo - podía llegar a compenetrarse demasiado en su trabajo y olvidarse del significado de este período. La cuenta del omer servía para actuar como un freno en ese proceso, y los ayudaba a reenfocarlos en los valores representados por la fiesta de Shavuot.
Durante estas semanas - cuando los judíos de todo el mundo están contando el omer - ésto se ha convertido en otro recordatorio del mundo moderno para que observemos los diamantes de nuestras vidas… y no los cartílagos.
Shabat Shalom.

Haftarat Emor Iejezkel 45:15 - 31 (Sefaradim)

Los sacerdotes - que provienen de los levitas - los hijos de Tzadok, que han cuidado la observancia de Mi Santuario mientras el pueblo de Israel se desviaba de Mí, ellos serán los que se acercarán a Mí para servirMe…" (44:15).

Con estas palabras comienza la haftará de nuestra semana. Tzadok fue el primer Cohén Gadol (Sumo Sacerdote) que sirvió en el primer Templo de Jerusalem, en los días del rey Shelomó - constructor del mismo.

En nuestra haftará nos encontramos con una profecía en la cual el profeta - en nombre de D'os - nos muestra una imagen de lo que será el servicio a D'os en las épocas del tercer y definitivo Templo de Jerusalem - que sea reconstruido rápido y en nuestros días - y nos dice que los descendientes de Tzadok, es decir los sacerdotes, serán los que en él servirán, ya que ellos no se desviaron del servicio a D'os cuando muchos de los hijos de Israel se desviaron en pos de la idolatría.

El Rav Naftalí Maskil Leetán en el libro "Cojav Miiaacov" nos dice que existen tres parámetros que deben ser tomados en cuenta al juzgar las acciones de los hombres, si son buenas o malas.

El primero de ellos es considerar quién realiza la acción. Por ejemplo, si dos personas dan la misma cantidad de dinero como tzedaká (caridad) a un pobre, de todas maneras puede ser que a uno se le considere que hizo una gran mitzvá pero no así al otro, ya que no es lo mismo si un millonario dá cien dólares de tzedaká que si los dá un judío de clase media.

Lo mismo ocurre respecto del pecado. D'os es más riguroso en el juicio con el judío piadoso y justo que con un judío simple, a pesar de que el pecado cometido haya sido el mismo. En el ejemplo, si alguien entrara a una escuela y vería que el maestro está hablando con dos de sus alumnos porque ellos no estudiaron bien la lección, y a uno lo castiga y al otro no, ese hombre le preguntaría al maestro por qué hace diferencias entre sus alumnos reprendiendo a uno más duramente que al otro, a pesar de que la falta de ambos es similar. El maestro le respondería que en realidad el nivel de entendimiento de estos dos alumnos no es similar, y al que sí estaba capacitado para comprender la lección él reprendió y no al otro, ya que su falta no fue tan grave.

El segundo de los parámetros a considerar es el lugar donde la acción es realizada - ya que no se asemeja quien peca en privado a quien peca en un lugar en el cual él es conocido, o a quien peca en público.

Y el tercer parámetro a tomar en cuenta es el tiempo en el que la acción es realizada, como dijeron Nuestros Sabios respecto de Noaj (Noé). Refiriéndose al versículo: "Estas son las acciones de Noaj, Noaj era un hombre justo, íntegro era en sus generaciones…" (Bereshit -Génesis- 6:9), el Talmud nos comenta: "Dijo Rabí Iojanán: 'en sus generaciones' - y no en otras generaciones y Resh Lakish dijo: 'en sus generaciones' - y seguro que también lo hubiera sido en otras generaciones" (Sanhedrín 108a). Vemos que ellos trataron de entender las acciones de Noaj midiendo en la teoría el alcance que las mismas hubieran tenido en tiempos distintos.

Y es por esta razón que el pecado del becerro de oro fue tan grave, porque no sólo que los hijos de Israel cometieron el pecado de la idolatría en aquella oportunidad, sino que también lo hicieron inmediatamente después de la entrega de Torá.

También encontramos en el texto de haftarat Vaijí (Melajim I -I Reyes- capítulo 2) que el rey David antes de morir le pidió a su hijo Shelomó que haga bondad con los hijos de Barzilai el guiladí:

"Y con los hijos de Barzilai - el de Guilad - harás benevolencia y estarán entre quienes comen en tu mesa, pues ellos se acercaron a mí cuando yo escapaba de Abshalom, tu hermano" (2:7).

燕or qué es que su acción fue tan importante para David si ellos hicieron algo simple y no hubo una demostración especial de bondad en su acción? Porque lo recibieron a David cuando se estaba escapando de su hijo Abshalom, en el momento en que hizo una rebelión en contra de David su padre, y es por eso que la acción de ellos fue tan importante, pues el momento en el que la hicieron fue trascendental para el rey David.

Y a este último criterio se refiere el primer versículo de nuestra haftará al decir: "Los sacerdotes - que provienen de los levitas, los hijos de Tzadok, que han cuidado la observancia de Mi Santuario mientras el pueblo de Israel se desviaba de Mí, ellos serán los que se acercarán a Mí para servirMe…" (44:15), pues si ellos hubieran hecho esa buena acción en otro momento su acción no hubiera sido tan grande, pero por cuanto que ellos cuidaron el servicio a D'os justo cuando todos se desviaron en pos de la idolatría, su acción fue considerada muy importante.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Habla con los hijos de Israel y dile a ellos: Estos son las festividades de D'os… Seis días harás labores y en el día séptimo será shabat, día de descanso" (Vaikrá 23:2-3).

La Torá comienza el capítulo que habla acerca de las fiestas de nuestro calendario hablando del shabat, para mostrarnos que las enseñanzas que extraemos tanto de las fiestas como del shabat son igualmente esenciales para la fe del judío.

El shabat es el testimonio de que D'os creó los cielos y la tierra, y las fiestas nos recuerdan los milagros del éxodo de Egipto, testificando que D'os controla la naturaleza y puede cambiarla cuando desee.

Estos dos conceptos son fundamentales pues es hereje pensar que D'os creó el universo pero después se retiró y lo abandonó dejándolo a la suerte de las leyes de la naturaleza o de los ángeles o las constelaciones. Asimismo, es hereje creer que el mundo comenzó a existir por alguna causa casual y D'os comenzó a conducirlo después.

Basado en el libro "Darash Moshe.

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