lunes, 28 de junio de 2010

Parashá Pinjas

Resumen Parashá Pinjas


Las últimas bendiciones de Bilam se transformaron en una terrible maldición, este personaje, con toda su oculta maldad, y a pesar que por momentos Hashem le hizo sobreponerse sobre si mismo y subir a niveles de profecía nunca antes conocidos por él mismo, cayó nuevamente en las redes de la corrupción y de la enemistad que siempre tuvo contra el pueblo de Israel. Antes de separarse de Balak, el frustrado rey de Moav, le dio un consejo para poder golpear a Israel de una manera definitiva:

"El Dios de ellos odia la lujuria" (Sanhedrín 93ª)

El Creador del mundo, le explicó Bilam, entrega su protección al pueblo de Israel, mientras ellos cuiden las normas del recato y el pudor. La ley bíblica por excelencia dice que libertinaje en las relaciones humanas es la causa de los fracasos en el campo de batalla y las bajas que se producen en los combates militares, por lo tanto si los haces tropezar con comportamiento licencioso – la victoria estará en tus manos.

Y ciertamente tuvo éxito en este complot, leemos en las últimas líneas de la parashá anterior como las jóvenes de Moav salieron a terreno...

"Comenzó el pueblo a fornicar con las hijas de Moav" (Bemidvar 25,1).

Y como consecuencia de este primer paso en el alejamiento del camino enseñado por Hashem, la fornicación llevó a la idolatría:

"Y se convocó el pueblo delante de los sacrificios de sus dioses y comió el pueblo de ellos y se prosternaron a sus ídolos" (ibíd. 2).

La consecuencia de estas desviaciones no se dejó esperar y la ira divina cayó sobre Israel, y de entre los jóvenes del pueblo murieron en una epidemia veinticuatro mil.

Los hechos relatados son el marco y fondo del actuar de Pinjás, por medio que él eliminó al líder de una de las tribus causó que la mortal epidemia se detuviera, desde un punto de vista superficial podemos contemplar un acto de esta tipo como un asesinato de corte puritano, y tal vez en circunstancias distintas y bajo otro liderazgo hubiéramos esperado una reacción que pusiera al agente tras gruesas rejas, sin embargo Pinjás, el hijo de Elazar, el hijo de Aharón el Kohén, no solo que no recibe castigo sino que Hashem le otorga su "pacto de paz".

Frente a la discusión que se formó por la naturaleza de su actuar, y frente a las opiniones que criticaron lo que hizo bajo el prisma de un ascendiente no hebreo (algunos resaltaron el hecho que su abuelo paterno haya sido Yitró), se lanza la propia Torá y lo define como un héroe, un símbolo de celo divino que llevó a que un decreto grave como la epidemia se detuviera, todo gracias a su temple interno que le llevó a enfrentar un profanamiento del nombre de Hashem.

En este relato se encuentra una paradoja, ya que el paso a la pregunta sobre la aplicación de la justicia en el actuar de Pinjás, la recompensa recibida por él, el "pacto de paz" parece extraña frente a un hecho de suyo violento y nos lleva a cuestionarnos si para lograr alcanzar la anhelada "paz" es posible aplicar los métodos empleados por un celoso irreconciliable.

Para poder comprender el marco y fondo más en profundidad, y no quedarnos en una comprensión superficial del tema, debemos analizar a fondo los acontecimientos, entenderlos del principio al fin. El secreto de estos acontecimientos nos revela el propio Bilam cuando dice su famosa frase:

"¡Cuán bellas son tus tiendas Yaakov, tus moradas Israel!" (Bemidvar 24.5)

Rashí siguiendo al Midrash sobre este versículo nos enseña que la belleza que Bilam distinguió en las tiendas y moradas de Israel fue "que vio las puertas de sus tiendas, que no estaban unas frente a las otras". Bilam distinguió la cualidad tan enraizada del recato y el pudor que definía al campamento de Israel, una sociedad cuyas puertas no se enfrentan es una sociedad más pura y más sana.

Desde varios aspectos el hecho de la privacidad da una dimensión de extensión en la vida familiar, las relaciones humanas adquieren un tono más rico y más íntimo; por sobre el deseo de hurgar en la vida del otro, le levanta una cualidad de vida mucho más constructiva y familiar.

Este estilo de vida no era conocido por Bilam en las culturas de las que provenía, el mundo pagano se definía como hedonista en un grado que aun hoy percibimos de su cultura, siendo los restos de estas civilizaciones ejemplos palpantes de un pensamiento estético más que ético, material más que espiritual, político más que familiar.

Observó Bilam el campamento de Israel, y puso atención del respeto profundo que cada uno tenía con respecto a la vida privada del otro, de tal modo nadie agita la vida del prójimo, no lo envidia, no murmura de él, no desea su casa, su mujer o sus éxitos.

Esta es la decencia en su sentido más amplio, en su más alta expresión, esto lo percibió Bilam cuando se paró frente a ellos en uno de los montes de Moav. Esta visión cualitativa le causó declarar asombrado:

"¿Quién puede tocar a estas personas, que conocen a sus padres y a sus familias?" (Bemidvar Rabá 2.4).

No existe una fuerza en el mundo que pueda atacar a este pueblo, mientras que los pilares de sus casas y familias estén basados sobre los valores que mencionamos. Esta ley es como una de las leyes de la naturaleza.

El consejo que entregó, por lo tanto, Bilam a Balak fue romper este sistema de valores, dañar la pureza de la familia israelí por medio de despertar la provocación de los malos instintos humanos siempre presentes, de tal modo se igualará este pueblo al resto de los pueblos – entonces se podrá contra ellos de manera militar, pues la protección divina habrá dejado lugar a las circunstancias. De tal modo cumplieron las jóvenes de Moav muy bien a esta misión, y como nuestros maestros nos han enseñado en pocas pero precisas palabras "rompieron la decencia del mundo", la armonía cualitativa y espiritual del pueblo fue rota. La locura se hizo presente...

Este colapso ético alcanzó también a algunos de los dirigentes del pueblo, cuyos corazones se vieron presos de este libertinaje, en especial sobresale aquí el líder de la tribu de Shimón que casi causó una anarquía total dentro del campamento, y así se expresan los hechos:

"He aquí un varón de los hijos de Israel vino y presentó a sus hermanos a la midianita, frente a los ojos de Moshé y delante de toda la congregación de los hijos de Israel, y ellos comenzaron a llorar en la puerta del Tabernáculo" (Bemidvar 25.6)

Este versículo concentra dentro suyo una gran drama, el varón de Israel que se acercó donde Moshé era Zimrí Ben Salú, el líder de la tribu de Shimón, este varón no solamente rompió con los límites de la decencia y de la moral hebrea, sino que también se enfrentó a Moshé con argumentos capciosos, queriendo insinuar que el supremo maestro que demanda comportamiento decente no es mejor que él mismo:

"Hijo de Amram" preguntó el licencioso indicando a su preferida... "Hijo de Amram: ¿Esta está permitida o prohibida? Moshé le respondió: está prohibida; entonces le replicó Zinrí: Y aquella que tu tomaste ¿Acaso no es midianita? (se refería a Tzipora, la esposa de Moshé). El Midrash agrega que inmediatamente se debilitaron las manos de Moshé y no respondió, todos comenzaron a llorar. (Bemidvar Rabá 20.24). Esta es la fuerza de la bufonería, este tipo de reacciones triviales suele acarrear falta de fuerzas, debilita la conducción... hasta el llanto; así en este caso la pregunta irrelevante de Zimri llevó a que la paradoja se asentara en Moshé y no pudiera responder con la ley precisa en esta situación.

Frente a este drama social y particular se alza la figura de Pinjás, con un acto atrevido, matando a los fornicadores purificó el ambiente perturbado, como premio a su labor en pro del equilibrio, el Creador de todos los hombres le concedió un "pacto de paz", a él y solamente a él, como testimonio permanente que su actuar fue particular y puntual, fruto de una profundidad en la valorización de Israel, de sus familias y de sus individuos.

El atrevimiento de Pinjás devolvió el peso que tenía el campamento de Israel como imagen de la presencia de Hashem en el mundo, para que esta imagen sea verídica se necesita un marco que lo define la pureza, solamente en este caso una comunidad de Israel puede definirse como el trono de Hashem en el mundo.

Resumen de Haftarat Pinjas

Las haftarot que son leídas en los shabatot posteriores al 17 de Tamuz y hasta después de Iom Kipur, no han sido seleccionadas por tener alguna relación con la parashá de la semana, como generalmente es el criterio que rige para su elección, sino que ellas tienen una relación con la época del año en la cual nos encontramos.

Este cambio de criterio en la elección de las haftarot está legislado en el Shulján Aruj (Oraj Jaim 428:8) y tiene su origen en el Midrash Pesiktá que nos enseña que en los tres sábados que hay entre el ayuno 17 de Tamuz hasta el día del 9 de Av deben ser leídas tres haftarot cuya temática sea las advertencias de desgracia y destrucción de Jerusalem a causa de los pecados del pueblo de Israel. Luego, desde el 9 de Av hasta Rosh Hashaná deben ser leídas siete haftarot de consuelo para el pueblo de Israel, y por último después de Rosh Hashaná deben ser leídas dos haftarot de arrepentimiento (a veces hay un sólo shabat entre Rosh Hashaná e Iom Kipur).

Comentario

Irmiahu (Jeremías) 1:1 - 2:3

En los años en los que las parashot Matot y Masé se leen el mismo shabat, esta haftará es leída en el shabat que se lee parashat Pinejás, pero si las parashot Matot y Masé se leen en sábados separados, entonces esta haftará es leída en el shabat que se lee parashat Matot, y ese es el motivo por el cual en los distintos jumashim (cada uno de los cinco libros de la Torá) esta haftará está impresa después de parashat Matot.

"Palabras de Irmiahu hijo de Jilkiahu de los sacerdotes que había en Anatot, en la tierra de Biniamín" (1:1)

En los primeros pesukim (versículos) de nuestra haftará, vemos como D'os lo llama por primera vez al profeta y trata de convencerlo de que acepte la misión de profetizar para los pueblos, pero a pesar de esto, Irmiahu se niega a hacerlo.

De todas formas, dice el texto que "la mano de D'os" tocó su boca y a partir de ese momento la palabra de D'os estuvo en la boca de Irmiahu, e inmediatamente después, aparece la primer profecía que Irmiahu recibió para el pueblo de Israel.

"Y fue la palabra de D'os a mí diciendo: '¿Qué estás viendo, Irmiahu?' Y dije: 'Una rama de almendro yo estoy viendo'. Me dijo D'os a mí: 'Bien has visto! Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla'" (1:11-12)

D'os quería que Irmiahu le advierta a los hijos de Israel que si ellos no revertirán sus acciones, D'os destruirá a los judíos, y a su más preciado y sagrado lugar, el Templo de Jerusalem. Para ello, D'os le mostró un makel shaked (rama de almendro).

Nótese que la raíz hebrea de la palabra almendro está compuesta por las letras shin, kof y dalet, y estas letras también pertenecen a la raíz del verbo lishkod que también puede significar "apresurar". Es por eso que cuando Irmiahu le contestó a D'os: : "makel shaked aní roé - una rama de almendro yo estoy viendo", D'os le dijo: "ki shoked aní al debarí laasotó - Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla". D'os utilizó la misma raíz idiomática para interpretar la profecía que Irmiahu había tenido.

Sin embargo, los comentaristas del Tanaj (Biblia) entendieron que la interpretación de esta profecía no se relaciona con la visión en sí, a través de una raíz lingüística solamente. Rashí y Radak, entre otros, entendieron - seguramente basados en el midrash citado también por Rashí - que el mensaje de esta visión es que así como el almendro es un árbol que florece mucho más rápido que otros árboles, asimismo D'os está apresurando Su palabra, para cumplirla.

"Y fue la palabra de D'os a mí, por segunda vez, diciendo: '¿Qué estás viendo?' Y dije: 'Una olla hirviendo yo estoy viendo, y lo hace por el norte'. Me dijo D'os a mí: 'Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra'" (1:13-14)

Esa olla hirviendo que vió Irmiahu tenía una particularidad, ella no hervía como cualquier otra olla. En una olla común y corriente, se puede apreciar a simple vista que el fuego está ubicado por debajo de ella ya que la ebullición es pareja en todos los bordes de la olla. Sin embargo, en esa olla ésto no ocurría. Irmiahu notó que las burbujas no eran parejas en todos los costados de la olla, de tal manera que parecía ser que en esa olla, la fuente de calor no estaba dispuesta debajo de ella en el centro, sino a un costado, del lado norte.

Rabí Moshé Alshej (1508 - 1593) en su comentario al libro, llamado "Marot Hatzobeot", nos dice que a través de estas dos visiones, D'os quiso demostrarle a Irmiahu que él es el hombre más indicado para cumplir con la función de profeta.

Dice nuestro autor que D'os le quiso demostrar a Irmiahu que si Él le hubiera preguntado a otra persona: "¿Qué estás viendo?" y ese hombre vería una rama sin frutos ni hojas, sólo una rama seca - así como vió Irmiahu - él no hubiese prestado atención a la especie de la cual provenía aquella rama, si la rama era de almendro u otra especie. Él sólo hubiera dicho: "una rama yo estoy viendo" y por cuanto que la intención de la profecía es mostrar que D'os está apresurando Su palabra para cumplirla, la interpretación de la profecía no hubiera podido tener lugar, pues si la persona no hubiera dicho: "makel shaked aní roé - una rama de almendro yo estoy viendo", D'os no hubiera podido decir: "ki shoked aní al debarí laasotó - Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla".

Pero Irmiahu sí observó y prestó atención de qué especie era la rama, y es por eso que D'os le dijo: "Bien has visto!" y es por eso que fuiste elegido como profeta para las naciones.

Y de manera similar D'os lo probó a Irmiahu por segunda vez, en la visión de la olla hirviendo. Él le preguntó: "¿Qué estás viendo?", y de haberle preguntado esto a cualquier otra persona la respuesta hubiera sido: "una olla hirviendo", sin prestar atención al detalle de que un lado tenía más ebullición que los demás, ya que ese detalle no fue preguntado, y D'os no hubiera podido interpretar la profecía.

Sin embargo Irmiahu sí vió que las burbujas provenían del lado norte de la olla y es por eso que D'os le contestó: "Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra", para demostrarle que también esta vez vió bien. Y de esta forma D'os lo apresuraba a Irmiahu y le demostraba que no había otra persona que entendiera como él las visiones proféticas, y es por eso que no debía negarse a cumplir su misión sino que la debía aceptar de buen grado.

Sin embargo, sin contradecir este magnífico comentario de Rabí Moshé Alshej, si estudiamos estos versículos desde otro punto de vista, podemos aprender otras enseñanzas. Se puede decir que estas dos visiones que D'os le hizo ver a Irmiahu no sólo tuvieron como objetivo tratar de convencerlo de que acepte su misión, sino que también quisieron enseñarle a Irmiahu el "oficio de profeta".

Por supuesto que no todo el que desee ser profeta lo conseguirá, ya que eso no depende de la persona solamente, sino de la voluntad de D'os que es, sin ningún lugar a dudas, la fuente de la profecía. Pero por otro lado, Nuestros Sabios nos enseñaron que para que alguien pueda llegar a ser profeta, debe cumplir con ciertos requisitos mínimos, como ser justo, sabio, etc. y si tiene estas condiciones, se pueden hacer intentos "técnicos" para que D'os se comunique con él, y D'os en definitiva decidirá si querrá hacerlo o nó. (Véase en la haftarat Vaierá el término que utiliza el versículo: bené haneviim - los alumnos de los profetas).

Como vemos en los versículos, D'os quiso enseñarle a Irmiahu cómo se debe profetizar, quiso educarlo. Deteniéndonos en ciertos detalles del texto podremos aprender algunos secretos sobre el díficil oficio de educar. Citaremos los versículos nuevamente:

"Y fue la palabra de D'os a mí diciendo: '¿Qué estás viendo, Irmiahu?' Y dije: 'Una rama de almendro yo estoy viendo'. Me dijo D'os a mí: 'Bien has visto! Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla'. Y fue la palabra de D'os a mí, por segunda vez, diciendo: '¿Qué estás viendo?' Y dije: 'Una olla hirviendo yo estoy viendo, y lo hace por el norte'. Me dijo D'os a mí: 'Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra'" (1:11-14)

El RIosef Kleiner explicó que el lenguaje de estos pesukim es extraño. En la primera visión, D'os lo felicitó a Irmiahu por haber visto detalles que aparentemente carecen de importancia, diciéndole: "Bien has visto!", sin embargo en la segunda visión, a pesar de que Irmiahu también observó correctamente, D'os no lo felicitó por su aguda visión, sino que directamente interpretó la profecía, para que Irmiahu entienda el mensaje.

(A sus palabras, se puede agregar que en la primer visión, al preguntarle lo que veía, D'os le dijo: "¿Qué estás viendo, Irmiahu?" pero en la segunda visión, sólo le preguntó: "¿Qué estás viendo?" sin recordar su nombre propio, utilizando un lenguaje más directo).

Dice el Rav Kleiner, que este cambio en el lenguaje nos viene a enseñar que en el campo de la educación, no todo debe ser "caricias y alabanzas". Hay veces que debemos ser muy directos con nuestros hijos diciéndoles las cosas de una manera dura.

Podemos ver con mucha tristeza que sus palabras encierran una gran verdad. Solamente alcanza con salir a la calle y ver a la gente, para darse cuenta que en muchos casos los "descarrilados" - en el más amplio sentido de la expresión - no son sólo quienes en su niñez y adolescencia fueron sometidos por parte de sus padres o maestros, a una disciplina demasiado rígida.

Vemos con nuestros propios ojos, que la falta total de disciplina así como también una disciplina deficiente, pueden provocar en la personalidad del hombre daños no menos severos que el exceso de la misma.

En nuestra época más que en las anteriores, creemos que es bueno tener estos conceptos bien frescos en nuestra conciencia, ya que desgraciadamente estamos viviendo una época de enfermiza permisibilidad. Muchos tienden a creer que todo está permitido, tanto en el mundo de la secularidad como en el del judaísmo, y a través de ese pensamiento incurren en toda clase de errores que no tienen parangón, y a veces, hasta son irreparables.

Es por eso que debemos aprender de nuestra Sagrada Torá la fórmula del éxito. Ella nos enseña que debemos encaminarnos por el camino intermedio, sin desviarnos, en general, hacia los extremos. Si seguimos Su consejo podremos cumplir nuestro deber como judíos, y nuestra obligación como los educadores de nuestros hijos.

Perla de la Parashá Pinjas

"Pinjás hijo de Elazar, hijo de Aharón - el Cohen, hizo que cese Mi Furor de sobre los hijos de Israel, al celar Mi celo…" (Bamidvar 25:11).

Aquí, el versículo alaba a Pinjás por haber "celado el celo de D'os", es decir por haber matado a Zimrí y a la mujer midianita con la cual estaba cometiendo un gran pecado, y gracias a su acción D'os aplacó Su enojo de con el pueblo.

Sin embargo, es raro que el texto resalte solamente el hecho de que Pinjás celo el celo de D'os y no el hecho de que al matarlos él se estaba exponiendo a un gran peligro, pues su vida corría peligro ya que los hombres cercanos a Zimrí querrían matarlo.

La respuesta es que en la situación que se encontraba el pueblo de Israel el honor de D'os estaba en juego, y por cuanto que el objetivo final de la abnegación al entregar la vida por las causas justas debe ser buscar la santificación del Nombre de D'os, aquí la Torá no recalcó esa abnegación que profesó Pinjás, sino precisamente el hecho de que Pinjás celó el celo de D'os, alabándolo por ello.

Cuando realizamos buenas acciones no debemos realizarlas pensando que ellas son un fin en sí mismo, sino que debemos tener la intencionalidad de engrandecer la gloria de D'os sobre la tierra.

sábado, 19 de junio de 2010

Parashá Balak

Resumen Parashá Balak

"Y se levantó Bilam por la mañana y ensilló su asna..." (Bemidvar 22,21)

Una asna salió de Petor en dirección a Moav, carga en su lomo a Bilam, el hechicero, un clarividente que carecía de un ojo. La asna y el hechicero, que habían creado entre ellos lazos de "intimidad" interesantes y extraños emprendían un viaje para cumplir un cometido que el hechicero decidió llevar a cabo. Incluso platicaron entre ellos, esta plática entre la asna y su amo se recordará como una imagen histórica que atestigua sobre los elementos más profundos de esta sección de la Torá.

La historia a la que nos referimos es conocida y famosa, la leemos cada año, de todos modos he aquí un resumen recordatorio:

Balak, el rey de Moav, se asustó muchísimo de la fuerza militar demostrada por Israel en sus luchas contra los reyes emoritas. La derrota de Sijón, el rey emorita, hizo caer sobre él un cierto pánico; sospechó sobre la suerte que podría tener su propio reinado, al parecer el mandato divino de no atacar a Moav era desconocido para él.

Él entendió que en un enfrentamiento bélico armado y directo no lograría hacer retroceder a Israel. Por lo tanto, para adelantarse a acontecimientos nefastos, según su perspectiva, prefirió poner en práctica una táctica no común. Se dirigió a pedir ayuda de la magia, y solicitó la presencia de Bilam, el mayor de los pensadores de la época, el padre de todos los hechiceros.

Su pedio era que este mago destruya a Israel con la fuerza de sus maldiciones, con la energía contenida en su boca, poderes que ya habían tejido leyendas entre sus contemporáneos. Estamos delante de la primera petición internacional en la historia para condenar a Israel, de manera tal que se pone en cuestionamiento el propio derecho del pueblo a su existencia, y siendo que el enemigo sabe que los medios militares no son suficientes para vencerlo, opta por la maldición, el rechazo vehemente a su presencia.

Bilam aceptó cordialmente el ofrecimiento y se entusiasmó con la idea de realizar una campaña de este tipo. Los motivos que llevaron a este hombre a aceptar el ofrecimiento de Balak deben tal vez buscarse en las contradicciones internas que él mismo presenta, a lo largo de la Torá en los trozos en los cuales se lo menciona vemos características psicológicas encontradas en su personalidad. Mientras dice a los enviados del rey de Moav que debe consultar a Hashem sobre el tema propuesto, no duda en presionarse a si mismo para maldecir a Israel:

"Y les dijo (Bilam) a ellos: pernocten aquí esta noche y les responderé cuando Hashem me hable..." (Bemidvar 22,8)

Al parecer tenía en su sistema de pensamiento la sensibilidad de consultar al Creador, la fuente de todos los poderes, en las decisiones críticas que quería concretar, y está completamente conciente del hecho que no podrá hacer nada sin la autorización divina. Hashem le contesta de manera clara y simple:

"No vayas con ellos, no maldigas al pueblo porque es bendito" (Ibíd. 12)

Es imposible dudar de la intención de Hashem, sin embargo Bilam se escabulle, en la intimidad de su corazón quiere ir con ellos y cuando responde a los enviados de Balak se expresa de forma diplomática lo que permite muchas interpretaciones:

"Vuelvan a su tierra, porque se niega Hashem a dejarme ir con ustedes" (Ibíd. 13)

Una frase indefinida, que no menciona en absoluto la oposición divina explícita al punto central de esta misión, la intención de parte del rey de Moav de maldecir a Israel. Bilam oculta la verdad y crea en ellos la sensación, que el Hashem como si quisiera guardar el honor del propio mago se niega a dejarlo ir precisamente con ellos, así nos dice Rashí: "No quiere Hashem dejarme ir con ustedes, sino con ministros de mayor rango..."

Cuando Bilam se encuentra en el punto máximo de sus "maldiciones" transformadas por Hashem en bendiciones deja entre ver algo se su complicada y contradictoria personalidad:

"Que muera mi alma la muerte de los justos y que sea mi fin como el de ellos" (Ibíd. 23.10)

El gran mago del momento, que el Creador del mundo se dirigió a él, quien fue alquilado para condenar a Israel, y de esta manera destruirlos, esta misma persona anhela que su fin sea como el de los justos, como el del propio Israel.

Hemos puesto atención en las contradicciones que reinaban en su propia persona, no es de extrañar entonces que a pesar que con todo el conocimiento que tenía de la supervisión divina, en todos sus aspectos, conocimiento que le hizo merecedor de recibir profecías verídicas, tuviera la esperanza de tener éxito en maldecir al pueblo de Israel en absoluta oposición a la voluntad del Creador.

Bilam se apura, un sentimiento destructivo como el suyo no puede esperar, sin embargo antes de llegar a su destino se encuentra con un contratiempo. La burra sobre la que cabalgaba se presentó como un elemento que le puso dificultades en el camino, las cuales no estaban previstas:

"Y vio la burra al ángel de Hashem parado en el camino con su espada desenvainada en la mano... y se salió del camino y se fue al campo... y golpeó Bilam a la burra para traerla nuevamente al camino" (Ibíd. 22.22)

Un miedo terrible se apodera de este animal y lo hace desviarse del camino principal, este hecho no previsto causa un gran enojo en Bilam que le lleva golpearla para traerla nuevamente al camino que él necesita... Este suceso, si pudiéramos congelarlo virtualmente, nos enseñaría una serie de situaciones psicológicas, así los maestros declaran en el Midrash: "este réprobo va a maldecir a una nación entera, que no le ha hecho nada, y comienza a golpear una burra para que no vaya por el campo" (Bemidvar Rabá 20.14).

Las peguntas básicas que debemos hacernos son ¿Por qué Bilam golpea a su asna? ¿Por qué se enoja tanto con ella? La causa parece clara para todos, ella no le obedece, simplemente se ha "insolentado", está actuando en estos momentos contra su propia voluntad; para Bilam correspondía golpearla y el enojo que tuvo contra ella era justificado.


Sin embargo, en aquellos momentos precisos Bilam estaba actuando como un asno, también él se había revelado en contra de la voluntad de su amo, siendo que sabía que este amo, Hashem, estaba sobre él y claramente le había declarado:

"No maldigas al pueblo porque es bendito..." (Ibíd. 12)

Esta reacción que tiene es una manifestación del sentimiento de justicia selectivo, que estaba muy enraizado en el corazón de Bilam. El pedía del otro, poniendo una situación en la que se presentaba como ofendido, normas de conducta que él se consideraba exento de cumplirlas; esta doble ética, una externa y otra personal es algo muy frecuente en la vida cotidiana, así también nosotros solemos, por ejemplo, castigar a nuestros hijos cuando mienten, y mientras que los amonestamos con el hecho que mentir es algo prohibido, solemos caer más de una vez en mentiras.

Sin entrar en la explicación del milagro que una asna hay hablado, así como lo enseña la Torá. Dirigiremos nuestra atención al mensaje ético que se deriva de esta situación; si preguntáramos por el hecho mismo y su finalidad, es decir el por qué habló la asna, los sabios declaran: "Para informarte que la boca y la lengua están en poder de Dios. Que si quiere maldecir, su boca está bajo la supervisión divina" (Yalkut Shimoni). Es decir que toda la finalidad de este milagro era afianzar la fe en un solo Dios que supervisa y controla todo el Universo.

El hablar del asna, que vino a arrancar el error básico del corazón de los hombres, un error que se basa en la confianza desmedida en las capacidades humanas, como cuando el hombre ve los avances científicos y piensa que en tales descubrimientos se proyectan los objetivos de toda civilización formal. Debemos tratar de aprender de los errores de otro y no caer en ellos nuevamente, sino extender el estudio y el cumplimiento de Torá que contenga las bases para construirnos y ayudara a formar una civilización basada en la honestidad.

Resumen de Haftarat Balak

Mijá (Miqueas) 5:6 - 6:8

Esta semana leeremos en la lectura de la haftará un texto extraído del libro del profeta Mijá (s. VI a.e.c.) - perteneciente al libro de los Teré Asar (los doce profetas que por ser sus libros de pequeñas dimensiones, fueron recopilados en un solo libro).

En nuestra haftará vemos dos profecías: la primera, de consuelo, y la segunda, de reprimenda al pueblo de Israel.

"Pueblo Mío, recuerda ahora qué había tramado Balak - rey de Moav, y qué le respondió Bilam hijo de Beor, desde Shitim hasta Guilgal, para saber las buenas obras de D'os" (6:5).

La idea es clara: si el pueblo de Israel recordaría en todo momento las buenas acciones de D'os para con él, sería imposible que se desvíe del camino que el Creador le ordenó seguir.

Sin embargo, en nuestro versículo no está claro cuál es el significado que tienen las palabras: "desde Shitim hasta Guilgal", pues ¿qué importancia tiene saber en qué lugar geográfico D'os tuvo misericordia con Sus hijos al anular los malvados planes de Balak y Bilam en su contra? ¿Es que acaso respecto del aprendizaje que debemos obtener de las palabras del profeta Mijá existe diferencia alguna si D'os nos liberó de las garras de Balak y Bilam en Shitim o en otro lugar del globo terráqueo?

Para responder a esta pregunta Rabí Iosef Jaim (1834 - 1909) en su libro "Adéret Eliahu" nos recuerda las palabras de Nuestros Sabios en el Talmud:

"Estudiamos: '…D'os se enoja todos los días' (Tehilim -Salmos- 7:12). ¿Y cuánto dura su enojo? 'Rega' (un instante)… y ningún ser pudo saber cuál es ese momento excepto el malvado Bilam, sobre quien está escrito: '…Y (Bilam) sabe el pensamiento Supremo' (Bamidvar -Números- 24:16)" (Berajot 7a).

El Talmud nos enseña que Bilam poseía la propiedad de poder calcular el momento exacto en el que cada día D'os se enoja con los hijos de Israel, y él quería aprovechar ese preciso instante para maldecirlos a ellos, para que su maldición funcione de manera efectiva. Él sabía que si los maldecía en algún otro momento del día, él no podía estar seguro de que su maldición funcionaría, pero si lo hacía justo cuando D'os estaría enojado con Su pueblo, entonces el éxito estaba asegurado para él.

Pero D'os con Su infinita misericordia, no se enojó con el pueblo de Israel en esos días, y por consiguiente, se arruinó el pensamiento de Bilam y el plan de Balak quedó anulado.

Como es sabido, cada letra en hebreo tiene un valor numérico determinado, por ejemplo: la "alef" equivale a 1, la "bet" a 2, y así sucesivamente. Pero además, nos explica el Rav Iosef Jaim, que hay veces que para calcular la "guematriá" (valor numérico) de una palabra no se toman en consideración todas las letras que la componen, sino que se contabiliza solamente el valor numérico de las letras que se pronuncian. Otras veces, no se toma en cuenta la letra "iod" - cuyo valor equivale a 10 - sino que se la considera a esa palabra como si estuviera escrita con un "jirik" (punto debajo de la consonante que se quiere vocalizar con una "i") - careciendo así de valor numérico. Y otras veces, se la considera a alguna palabra como si estuviera escrita con una "iod", a pesar de que sólo está escrita con un "jirik" debajo de la consonante.

En nuestro caso, podemos contabilizar la palabra "Shitim" ("shin"=300, "tet"=9, "iod"=10, "mem"=40), como si estuviera escrita sin la letra "iod" - dando su guematriá: 349, y a la palabra "Guilgal" ("guimel"=3, "lamed"=30, "guimel"=3, "lamed"=30), como si estuviera escrita con la letra "iod" - dando su guematriá: 76.

Es por eso que nos dice el Rav Iosef Jaim que la diferencia entre estos dos valores es 273 (349 - 76 = 273), y 273 es exactamente la misma guematriá de la palabra "rega" ("resh"=200, "guimel"=3, "ain"=70), que significa 'un instante'.

En el versículo: "Pueblo Mío, recuerda ahora qué había tramado Balak rey de Moav, y qué le respondió Bilam hijo de Beor, desde Shitim hasta Guilgal, para saber las buenas obras de D'os", el profeta Mijá quiso mostrarle al pueblo de Israel la gran misericordia de D'os y el milagro que hizo el Santo - bendito es Él - con ellos, al anular ese diario instante de enojo durante el período en el que el pueblo de Israel estuvo amenazado por el peligro de la maldición de Bilam.

Y por eso dice nuestro versículo: 'desde Shitim hasta Guilgal', como diciendo: "Observa la diferencia entre el valor numérico de 'Shitim' y de 'Guilgal' - que equivale al valor numérico de la palabra 'rega', es decir 273 - ya que en ese preciso lugar geográfico, D'os anuló ese diario instante de enojo 'para saber (es decir, para que nosotros sepamos conozcamos y entendamos) las buenas obras de D'os' con nosotros, el pueblo de Israel".

Perla de la Parashá Balak

"Y abrió D'os la boca del asno" (Bamidvar 22:28).

Bilam iba a maldecir al pueblo de Israel y cuando su asno se desvió del camino porque había visto al ángel de D'os delante de él, Bilam - que no lo había visto - le golpeó para que vuelva a su ruta. Entonces D'os abrió la boca del asno y éste le preguntó a Bilam por qué lo había golpeado.

D'os le quiso insinuar que no se debía enorgullecer de la fuerza y el poder que tenía en su boca, pues incluso un asno puede abrir su boca y hablar, si tan sólo D'os así lo quisiera.

domingo, 13 de junio de 2010

Parashá Jukat

Resumen Parashá Jukat

Después de la muerte de Aharón, el pueblo de Israel entró en un estado de intranquilidad colectiva, el proceso que habían vivido durante estos treinta y ocho años comenzaba a sufrir una serie de acondicionamientos nuevos que no siempre pudieron ser internalizados por el grueso de la comunidad.

La desaparición del hombre de la paz, de Aharón el Kohén Gadol, fue un golpe duro y profundo que despertó comportamientos que habíamos casi olvidado, así nos relata la Torá:

"Y viajaron desde el monte Hor por el camino del Mar Suf para rodear la tierra de Edom, y quedó abatido el ánimo del pueblo por el camino" (Bemidvar 21.4)

Rashí nos declara que fue el abatimiento que sintieron en el momento que comenzaban a rodear el Mar Suf, debemos previamente recordar que el camino más corto por medio de la tierra de Edom no lo podían realizar porque los edomitas amenazaron con guerra si cruzaban por sus tierras, por este motivo decidieron hacer un ruedo, "Ellos dijeron: estábamos cerca de ingresar a la tierra, y ahora retrocedemos, así retrocedieron nuestros padres y permanecieron en el desierto treinta y ocho años hasta este día"; este fue el abatimiento que amargó su espíritu y así esta sensación de frustración comenzó a afectar también las características morales que habían sido celosamente guardadas por esta generación, y nuevamente el delito personal y social de la maledicencia se presentó:

"Y habló el pueblo contra Dios y contra Moshé diciendo: ¿Por qué nos sacaste de Egipto para morir en el desierto? Aquí no hay ni pan ni agua, y ya estamos hartos de este pan insustancial" (Ibíd. 5)

Según las glosas arameas de Onkelos la queja en contra de Hashem y de Moshé, se distingue en su enunciado, de tal modo él traduce: "y se quejó el pueblo contra la voluntad de Hashem y contra Moshé contendieron diciendo..." Por un lado hay una rebeldía en contra de la palabra de Hashem y además un reclamo ya escuchado antes sobre el hecho de haber salido de Egipto y por este motivo encontramos que nuestros maestros nos enseñan en el Midrash: "los que hablaron fueron los miembros del pueblo que quedaban del decreto que debían todos morir en el desierto, estos no tenían tranquilidad y no soportaban sus propias vidas" (Bemidvar Raba 19.21); y aunque el decreto de muerte fue sobre todo el pueblo mayor de veinte años, en el último año y como anticipo a la gran alegría de ingresar a la tierra de Israel, Hashem le perdonó la vida a quince mil personas (Tosafot Baba Batra 121ª).

Los comentaristas explican cual fue el contenido de la rebeldía en contra de Hashem, según la opinión de Or HaJayim a pesar que ellos sabían que todos los detalles de su conducta están regidos por Hashem, y por ende Moshé no realiza absolutamente nada de motu propio, incluso así se quejaron y comenzaron a buscar una excusa para mostrar su amargura y descontento, el comienzo de la marcha rodeando el Mar Suf era el momento apropiado. Como consecuencia de este pecado decide Hashem enviarles un elemento muy significativo para manifestar la profundidad del error:

"Y envío Hashem contra el pueblo a las serpientes y víboras... entonces vino el pueblo delante de Moshé y dijeron: pecamos cuando hablamos en contra de Hashem y en contra tuya, reza delante de Hashem para que nos quite a las serpientes y rezó Moshé por el pueblo" (Ibíd. 6-7)

Desde el texto podemos distinguir el castigo doble que recayó sobre ellos, así declara Or Hajayim: "Desde el punto de vista que Israel hablaron en contra de Moshé, enraizaron su pecado hablando también contra Hashem, por este motivo les mandó aquello que se originó de su pecado, así escribimos en otros lugares que de una trasgresión se deriva un dañador".

El factor que determina el castigo en este caso específico, gira en torno a la naturaleza del error en el que incurrieron, por este motivo el dañador que resultó de esta maledicencia fue la serpiente, que simboliza dentro de los conceptos de la Torá la primera demostración de un hablar negativo, crítico y mordaz, así como lo relata la Torá en el libro Bereshit.

En el Talmud Taanit 8ª se relata la siguiente fábula: "En el futuro, se reunirán los animales frente a la serpiente y le dirán: entendemos que el león pisa y come, que el lobo caza y trae a su presa a su guarida y después la come (ciertamente tienen placer de su caza y comida), pero tú, serpiente: ¿Qué placer tienes cuando muerdes y matas? (pues finalmente no come a sus víctimas).

Les respondió la serpiente: "no hay ventaja para el hablador" (Kohélet 1.11)" Es decir la serpiente contesta que esto mismo ocurre con las personas que hablan mordazmente de los demás, que no tienen ningún beneficio de este comportamiento; esto último es la explicación simple del relato; sin embargo Or Hajayim entiende que el placer que tiene la serpiente, morder, se reserva para aquellos que hablan mal de los otros: "la explicación de su respuesta es, existen especies de pecados que de ellos salen especies de daños que están en el pecado mismo".

Bajo esta perspectiva se explica el hecho de las serpientes en el desierto como una consecuencia de la expresión mal intencionada del pueblo, de tal forma se distinguen dos aspectos derivados del pecado, por un lado una entidad llamada "serpiente" (najash) y por otro una segunda entidad llamada "víbora" (seraf); es decir este pecado conlleva sobre si la idea de la superficialidad, característica básica de la adivinación (en hebreo serpiente y adivino provienen de la misma raíz y por lo tanto están íntimamente conectados), el juzgar livianamente a los demás, sin profundizar en los temas para buscar el motor regulador la acción humana, es el dañador manifiesto que se desprende de una serpiente espiritual, cuyo paralelo en la realidad tuvo lugar en el desierto. Mientras que el segundo concepto indica destrucción, consumir, es decir se relaciona con las consecuencias de un discurso mal intencionado, o sea es un dañador que "quema" el alma (el término "seraf" indica tanto quemar, como una especie de víbora).

Agrega además el comentarista que ambos aspectos en el castigo corresponden al paralelismo presente; cuando se expresa con el nombre de "serpiente" se refiere al castigo por haber hablado mal de Moshé; mientras que con el nombre de "víbora" se expresa la gravedad del hecho de haberse revelado contra el Creador.

La reacción propia de Moshé no se hizo esperar y potencializó todo su vigor como un hombre de plegarias, así inmediatamente comenzó a rezar para quitar las serpientes que atacaban al pueblo. Sin embargo y aquí vemos una desviación de las soluciones y enmiendas que encontramos en los acontecimientos, aquellos cargados de reproches, la respuesta de Hashem es que Moshé debe construir una víbora y ponerla sobre la punta de una asta, para que las personas que la miren, miren hacia arriba, como símbolo del lugar donde cada uno de nosotros debe invocar la ayuda divina, es decir el cielo.

No obstante, en el momento de realizar el mandato de Hashem, vemos a Moshé que construye una serpiente de cobre (najash), y no una víbora (seraf) como había sido dispuesto a priori. Cabe ciertamente responder el motivo que llevó a Moshé a realizar este cambio, así podremos comenzar a adentrarnos en las profundidades del alma de los seres humanos.

Or Hajayim dice:

"Me parece, según lo que expliqué, que los castigó Hashem con serpientes y víboras; correlativo a los dos pecados que hicieron, hablar mordazmente de Hashem y de Moshé. Por este motivo viene una respuesta de Hashem que le dice: Haz para ti un serafín, aquí está aludido para Moshé que debe tratar de fabricar una serpiente de manera tal que estén aludidas en una las dos transgresiones..."

Si observamos las dos características de la maledicencia, tal como la hemos estudiado supra, en la construcción de la serpiente de cobre quedan cubiertos los motivos de tan extraño mandato, por un lado la serpiente viene a manifestar la enmienda que se debe hacer para corregir el haber hablado negativamente de Moshé, y así bajo la figura del gran legislador queda establecido la profundidad de su pensamiento; mientras que la víbora enseña los valores que se deben adquirir para lograr una tranquilidad verdadera dentro de un marco social y corrigen la triste realidad de la blasfemia, es decir hablar no correctamente del Creador.

Resumen de Haftarat Jukat

Shofetim (Jueces) 11:1-33

En la parashá de la semana habíamos leído acerca de las primeras guerras que liberó el pueblo de Israel en su camino hacia la tierra de Israel, en contra de Sijón - el rey de Emor, y Og - el rey del Bashán. Es por eso que para la lectura de la haftará de esta semana ha sido escogido un pasaje del libro de los Jueces por su conexión con la parashá, pues aquí leemos acerca de la guerra que liberó Iftaj en contra del pueblo de Amón, que alegaba que el pueblo de Israel le había quitado su tierra muchos años antes (cosa que no fue verdad).

Antes de que el pueblo de Israel designe a Iftaj como su representante, encontramos que el texto nos dice que por una disputa determinada Iftaj tuvo que irse de su tierra:

"E Iftaj de Guilad era una valiente combatiente… Y se escapó Iftaj de sus hermanos y se asentó en la tierra de Tov…" (11:1,3).

El lugar en el que Iftaj se asentó se llamaba "la tierra de Tov" - "éretz tov" en hebreo. Algunos comentaristas dicen que Tov era el nombre de un hombre poderoso que dejó que Iftaj se asentara en sus tierras.

Sin embargo, en el Talmud Ierushalmi (Sheviit 6:1) encontramos una opinión que dice que este nombre se refiere a un área que está fuera de los límites de Israel, y la palabra "tov" que significa "bueno", fue usada para referirse a este área porque en la diáspora no es necesario separar el diezmo de las cosechas.

Sin embargo, esto parece muy extraño. Si D'os nos aseguró que la tierra que Él nos dió era una buena tierra, ¿no es una contradicción referirse de esta manera a la diáspora? El entendimiento de este versículo basado en la opinión del Talmud Ierushalmi aparentemente implica que el resto del mundo es realmente mejor que la tierra de Israel! ¿Esta expresión no es un insulto y una señal de ingratitud después de que recibimos la tierra de Israel?

Una pregunta más: ¿Cómo puede ser considerado bueno estar exento de los mandamientos de D'os cuando nosotros nos entristecemos si se nos niega la posibilidad de cumplir un mandamiento? La Torá y los mandamientos son el regalo más grande que D'os nos ha dado. Ellos son nuestra vida y no se puede obtener un verdadero bienestar sino cumpliendo con la voluntad de D'os y obedeciendo sus mandamientos!

El mandamiento del diezmo, en particular, es muy preciado para nosotros. Mediante su cumplimiento nosotros somos merecedores de las bendiciones de D'os en nuestra tierra y se nos otorga buenas cosechas y prosperidad. Entonces, ¿cómo puede ser considerado bueno estar exento de la obligación de diezmar nuestra cosecha?

Es por eso que algunos comentaristas entienden que esta opinión del Talmud Ierushalmi se refiere a un lugar específico fuera de la tierra de Israel que era particularmente fértil. Pero respecto de la Tierra de Santidad uno no puede decir que un área es buena y la otra no lo es, pues realmente todas las zonas de la tierra de Israel son buenas.

Si la persona cumplirá correctamente los mandamientos de D'os él será bendecido en todo lugar que se encuentre. Pero si él no cumplirá Sus mandamientos ningún área será buena para él. Dentro de la Tierra de Santidad todo depende de los actos de la persona.

Pero fuera de la Tierra de Israel los actos de la persona no tienen tanta influencia sobre las bendiciones que ella recibirá, pues su vida está un poco más sometida a las leyes de la naturaleza, y la providencia personal de D'os sobre él se ve en algún sentido reducida. Y es por eso que respecto de la diáspora sí se puede decir que una zona es mejor que otra. (Basado en el libro Lev Aharón citado en el Ialkut Meam Loez).

Perla de la Parashá Jukat

"Esta es la ley: cuando una persona muera en una tienda…" (19:14)

Más allá del sentido literal de este versículo, los Sabios comentan que la Torá nos aconseja que cuando una persona estudie Torá (la ley) en una Casa de Estudio (en una tienda), debe hacerlo de manera tal que parezca como si ella “murió”, es decir que no interrumpa su estudio por nada.

domingo, 6 de junio de 2010

Parashá Koraj

Resumen Parashá Koraj

La anatomía de una controversia.

Sobre los primeros versículos de esta sección de la Torá, la traducción aramea de Yonathán Ben Uziel nos relata lo siguiente:

"Tomó Kóraj una prenda suya completamente celeste... y se levantó con petulancia y enseñó leyes delante de Moshé sobre las prendas de color celeste. Dijo entonces Moshé: yo escuché de boca del Creador que los flecos de las prendas (Tzitziot) deben tener hilos blancos y un hilo de color celeste. Kóraj y sus adherentes hicieron prendas e hilos todos de color celeste, lo que no había ordenado Hashem..." (Traducción a Bemidvar 16.1-2)

La impureza de las controversias que suelen asentarse en las gargantas de los seres humanos tiene un ejemplo paradigmático en el "affaire" de Kóraj y sus adherentes, y tal vez, sin exagerar, la raíz de toda discusión y discordia encuentra en esta parashá su origen. En esta semana encontramos al gran maestro de la discordia, el análisis que él hace de la "verdad" y de la "justicia" es una clase magistral de los elementos que se encuentran en una controversia como concepto, como una inclinación turbia del espíritu humano.

En nuestra sección se concentran las ideas principales que caracterizan a este instinto turbio de manera tal que nosotros, muchos años después, podamos corregir nuestra conducta y no caer en la penumbra de la discordia; tiene además esta sección el objetivo de enseñarnos lo que no hacer y como enfrentar las ideas y las discrepancias; queda al examen de la historia averiguar si algo se ha concretado de estos objetivos.

El personaje central que significó una piedra de tropiezo en este arduo periplo por el desierto es Kóraj; este es el hombre que ideó una polémica contra la conducción social y espiritual de Moshé y Aharón. Él construyó su polémica basándose en una idea principal, muchas veces repetida en el devenir político social de la historia universal, el slogan de la igualdad:

"Toda la congregación, todos son santos y dentro de ellos está Hashem" (Bemidvar 16.3)

A partir de este slogan conocido, alega Kóraj que la conducción de la comunidad debería estar en manos de todos, buscó enfrentar la realidad misma del control, del gobierno, con un valor ético que no siempre acompaña a estos cargos, pidió de ellos más "humildad":

"¿Por qué ustedes se han elevado arrogantemente sobre la congregación de Hashem?" (Ibíd.)

No le importó alzar la bandera de la igualdad, a pesar que él mismo era un hombre cuya protesta se originó a partir de su gran petulancia y propia arrogancia, cuando se sintió discriminado porque una función, que pensaba le era correspondiente, le fue entregada a otro; así nos enseña Rashí (ad. Ibíd. 16.1) que Kóraj tuvo envidia del puesto que recibió su pariente Elitzafán Ben Uziel, cuando fue designado, por mandato divino, como contralor sobre la familia levítica de Kehat; entonces realzó el hecho que este familiar suyo era hijo del más pequeño de los hermanos de su padre, siendo que su padre le precedía debía él mismo, es decir Kóraj, haber tomado las funciones respectivas. Esta función era para Kóraj y desde su perspectiva un reconocimiento a su capacidad, por lo tanto el hecho que haya sido otra persona designada era una ofensa de tipo personal.

El tropiezo de la envidia es un factor importante también dentro de este tema, y tiende incluso a alcanzar a personas de elevada espiritualidad, personas que no son simples ni comunes, como dice Rashí: "Kóraj que era una persona inteligente..." (ad Bemidvar 16.7). Esta mala cualidad, la envidia, puede hacer que el hombre salga a protestar y a crear ideologías, como una especie de adorno para su imaginaria contienda; tal confusión de valores e ideas le pueden llevar a sostener exteriormente y a pensar en su interior que tal contienda no es particular, sino una lucha social por un mejor futuro, para combatir en especial la corrupción fiscal, aunque todo encubre una inclinación turbia del espíritu.

En esta gran revuelta en contra de Moshé encontramos, como un sistema básico, dos elementos que analizaremos para introducirnos en el marco de la estructura de esta polémica, ejemplo de todos los demás deseos de alcanzar poder.

1. Un acto de tontos.

En un primer lugar, toda polémica contra un designio divino es considerada como un acto ilógico. Como los maestros nos enseñan: "Kóraj, que era una persona inteligente, ¿Qué vio para dejarse llevar por esta tontera?" (Ibid. 16.7)

La descripción de este acto con el término "tontera" nos indica que esto fue algo que no tuvo ninguna utilidad, y así se entiende el significado de "tontera", o sea carente de utilidad. Así simplemente se considera a la controversia y la separación, la controversia ciertamente no tiene fundamento, base y tono constructivo. Cabe entonces preguntar, ¿Por qué alguien como Kóraj se inclinó a esta polémica carente de utilidad?

Hay en el mundo un concepto, que el hombre o la sociedad, pueblo o estado podrá alcanzar éxitos no cuando se encuentren discerniendo sobre la naturaleza de una discusión, sino solamente cuando se encuentren en la paz y la moderación.

Así nuestros maestros nos han enseñado sobre las sutilezas de la corrección de nuestras cualidades: "Por medio de la cualidad de la paciencia, alcanza la persona siempre mucho más que con toda la fuerza violenta que quiera aplicar" (Rav Jayim de Volhozin).

Esta verdad es públicamente conocida por cada hombre y cada sociedad. A pesar de esto, la gran mayoría de los seres humanos actualmente se dirigen hacia el instinto de la división, y de la disputa, quieren de una u otra manera mostrar su fuerza, su capacidad de imponer y controlar.

Las ideas de vencedor y vencido son términos de uso común entre las personas, tanto a nivel micro como macro, la presencia de una fuerza victoriosa es considerada como valor, sin embargo en el examen más profundo de los hechos casi siempre vemos que un vencedor termina finalmente siendo un vencido. Los valores éticos son afectados en cualquier lucha y el vacío que conlleva esta aparente victoria bajo el uso de la fuerza, hace que poco a poco el gusto de la victoria sea amargo, muy amargo.

2. Los adherentes:

Kóraj, sin embargo, no estuvo solo. Estuvo de una coalición de personas irritadas y molestas, en estos encontramos otro de los puntos que llevan a que un líder, en el peor sentido del término, obtenga algún tipo de ventaja.

Pero, ¿Quienes eran sus adherentes? La Torá nos relata que había tres personas de la tribu de Reubén mencionados con sus nombres: Datán, Avirán y On Ben Pelet. Esta tribu, el primogénito de Yaakov, mantuvo en el orden del campamento un lugar cercano a las tiendas que habitaban Kóraj y su familia, la influencia de ellos fue fundamental para atraerlos a ser parte de la revuelta, en especial cuando tal influencia aprovechó el hecho que el primogénito de Yaakov no ocupaba un lugar de vanguardia en el campamento, sino secundario, así nos enseñan los sabios un dicho escueto pero profundo "¡Pobre del malvado y pobre de su vecino!".

Según la opinión de los comentaristas, los ciento cincuenta hombres que apoyaron esta revuelta eran a su vez primogénitos que se sintieron desplazados, el nuevo orden del pueblo les había dado un puesto diferente al que hubieran deseado. Después del pecado del becerro de oro, donde tomaron parte los primogénitos de Israel, el sacerdocio que poseían como privilegio de primogenitura fue entregado a los Kohanim, quienes serían desde entonces los servidores en el Templo; esta disposición irritó a algunos que vieron en esta revuelta el momento para mostrar su molestia.

Vemos que los elementos de esta coalición son de suyo significativos y contradictorios. Todos tenían una objetivo: cambiar la conducción actual de Israel por un gobierno del pueblo, por esto se presentaron con una prenda toda celeste; quisieron indicar que ya no hay un solo hilo celeste, la conducción que reflejaba la individualidad de un solo líder, sino todos son "santos y dentro de ellos está Hashem". Sin embargo en el corazón de cada uno de ellos se presentaron anhelos diferentes y contrarios; Kóraj, el levita, pidió la corona del liderazgo para él mismo; Datán y Avirán, los hijos de Reubén, pretendían devolver el gobierno a su tribu y desplazar precisamente la conducción de los levitas, mientras que los doscientos cincuenta hombres soñaron con devolver el liderazgo a los primogénitos, como si pretendieran desplazar tanto a los levitas y a todos los hijos de Reubén juntos.

Una coalición de una naturaleza tal no podía prosperar, así concluye la Mishná en Pirkey Avot (5.17): "toda discusión con fines espirituales, se mantendrá, una discusión que no tiene fines espirituales, desaparecerá."

Resumen de Haftarat Koraj

Shemuel I 11:14 - 12:22

Para la lectura de la haftará de esta semana ha sido escogido un pasaje de la primera parte del libro del profeta Shemuel (s. IX a.e.c.):

"Le dijo Shemuel al pueblo: Vayamos a Guilgal, y renovemos allí el reinado" (11:14).

En los acontecimientos que precedieron a este relato vimos que cuando envejeció el profeta Shemuel, los hijos de Israel le pidieron a él que designe un rey para que los juzgue a ellos, así como normalmente sucede con cualquier nación donde cada pueblo posee un rey para que los gobierne.

Entonces, por orden de D'os, el profeta Shemuel invistió a Shaul como rey sobre Israel, sin embargo hubieron quienes lo despreciaron ya que no pensaron que él podría hacer mucho como rey, puesto que provenía de la tribu de Biniamín - una de las más pequeñas tribus del pueblo de Israel.

Más tarde hubo guerra contra el pueblo llamado Amón, y Shaul ganó la batalla provocándole al enemigo una gran caída. Cuando el pueblo de Israel vió que D'os estaba con Shaul y la salvación Divina llegó a través de él, finalmente todo el pueblo de Israel lo aceptó como rey y es por eso que aquí, al comenzar nuestra haftará, Shemuel convocó al pueblo a renovar de alguna manera el reinado de Shaul.

Pero el profeta Shemuel les advierte a los hijos de Israel que ellos deberán seguir por el camino de D'os ya que en caso contrario el castigo recaerá sobre ellos, y también los reprendió porque desearon tener un rey sobre ellos, al igual que los otros pueblos:

"Incluso ahora, párense y vean esta gran cosa que D'os hace ante sus ojos. ¿Acaso no es ahora el tiempo de la cosecha del trigo? Yo llamaré a D'os y Él enviará truenos y lluvias, y sabréis y veréis que es grande el mal que habéis hecho ante los ojos de D'os, al pedir para ustedes un rey" (12:16-17).

En la tierra de Israel, el trigo es cosechado alrededor del mes de Junio. Aproximadamente desde Mayo hasta Septiembre tiene lugar la estación seca, en la cual las lluvias o los truenos son muy infrecuentes. Y de hecho, en el caso extraordinario de que las lluvias caigan durante este período, este hecho es considerado como una maldición puesto que los cultivos se verán damnificados.

Rabí Shemuel Ierushalmi en su "Ialkut Meam Loez" nos explica que al pedir lluvias durante el tiempo de la cosecha del trigo y habiendo D'os respondido a su rezo, el profeta Shemuel le demostraría a todo el pueblo de Israel cuán innecesario era el requerimiento de un rey.

Mientras D'os respondía inmediatamente a los rezos de Shemuel - sin importar cuán inusuales éstos podían ser - ellos no tenían la necesidad de que un rey los rescate y los proteja de cualquier supuesta amenaza por parte de los pueblos vecinos, y si ellos hubieran pedido a Shemuel que rece para salvar al pueblo de Israel de sus enemigos, D'os hubiese escuchado sus rezos.

Es interesante notar que el profeta Shemuel, para demostrarle al pueblo que él tenía razón, decidió pedirle a D'os una señal que representaba una maldición, y no un milagro de salvación. Pero lo que Shemuel deseaba, era mostrarle al pueblo que D'os siempre ayuda al hombre a seguir el camino que él mismo haya decidido seguir, ya sea un camino bueno, es decir acorde con la voluntad Divina para el hombre, o malo, al elegir el camino contrario al anterior.

El profeta Shemuel le quiso mostrar al pueblo de Israel que el hecho de que D'os haya decidido escuchar su pedido al concederle a ellos un rey, no significaba que D'os estaba demostrando Su aprobación al requerimiento de ellos.

Él les demostró que al responder a su demanda, D'os sólo les estaba facilitando el acceso al camino por el que ellos mismos escogieron transitar, pues así como D'os aceptó la plegaria de Shemuel de enviar lluvias fuera de la estación, Él también aceptó el pedido del pueblo de nombrar un rey, aún si ésta no era Su voluntad.

Pero no debemos equivocarnos, no sólo respecto de cosas que son siempre negativas esta enseñanza es correcta. El pedido del profeta Shemuel de que llueva fuera del tiempo de las lluvias, también debe ser entendido como una alusión al hecho de que hay veces que es el momento inapropiado para hacer algo, a pesar de que otras veces es correcto hacerlo. Mientras que en el momento oportuno, es una mitzvá nombrar a un rey, el pueblo debía entender que se equivocó al pedir un rey en el momento inapropiado.

Perla de la Parashá Koraj

"Y envió Moshé a llamar a Datán y a Aviram…" (Bamidvar 16:12).

Después de que Kóraj y su gente se revelaron en contra de Moshé y de Aharón, Moshé les había dicho en el versículo 6 y 7 que al día siguiente cada uno tome un incensario, coloque en él fuego y luego disponga allí incienso para comprobar quien es el elegido de D'os. Entonces, ¿por qué Moshé mandó a llamar a Datán y Aviram ese mismo día?

Responde el Midrash Tanjumá citado por Rashí: para enseñarte que si hay una majlóket (disputa o discusión) no hay que continuarla sino que debemos tratar de terminarla lo antes posible, pues a pesar de que Moshé les había dicho que tomen los incensarios al día siguiente, él buscó arreglar la situación de la mejor manera posible ese mismo día.