lunes, 18 de abril de 2011

Pésaj - Resumen

La Torá denomina a Pésaj como "La Festividad del Pan Ácimo" (Jag HaMatzót), observancia con la que se la identifica en su forma más característica…


Pésaj - Resumen

 

Pascua Judía o Pésaj, como se llama esta festividad en hebreo, conmemora la liberación de los Judíos de Israel de más de dos siglos de esclavitud en Egipto y recuerda el éxodo en masa de los judíos de ese país hace unos 3.300 años. Es la historia de la servidumbre que se hizo cada vez más opresiva y de los sufrimientos de Israel, la Misión encomendada por Dios a Moisés y a su hermano Aarón, sus esfuerzos incansables para asegurar la liberación de su pueblo, la obstinada oposición del Faraón egipcio, la serie de catástrofes ordenadas por la Divinidad que provocaron finalmente un cambio de opinión temporario en el Faraón y la huída de los israelitas - todo esto está relatado en Éxodo, Capítulos del 1 al 15. Este suceso se convirtió en el punto central de la historia del pueblo judío porque cristalizó su identidad nacional y señaló su nacimiento como pueblo libre; asimismo, como resultado de las lecciones aprendidas de la experiencia de la esclavitud en Egipto y de la redención, proporcionó este episodio histórico un sólido fundamento a muchos de los conceptos más importantes de la fe y la ética judías.

 

La Torá denomina a Pésaj como "La Festividad del Pan Acimo" (Jag HaMatzót), observancia con la que se la identifica en su forma más característica. En el libro de oraciones también se denomina "la fecha de nuestra liberación" (Zemán Jeruteinu) que es su tema dominante.


El nombre de Jag HaPésaj, en su significado de "Festividad Pascual" es, sin embargo, el más común. Pésaj se refiere a la ofrenda pascual hecha en la víspera de la festividad, que conmemora la promesa de Dios de que "pasaré de largo sobre vosotros y no habrá en vosotros plaga de mortandad" (Éxodo 12:13). El nombre de Pésaj es también el que se utiliza generalmente en la Mishná y en toda la literatura rabínica. El significado agrícola de Pésaj es que señala también el temprano período de la cosecha en la tierra de Israel. La cosecha de la cebada está señalada por la ofrenda especial ofrecida del Ómer en el segundo día de la Pascua.

 

Leyes de Jamétz y Matzá

 

“Por siete días comeréis panes ácimos” (Éxodo 12:1-5).

 

“Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras moradas comeréis panes ácimos (matzot)” (Éxodo 12:20).

 

Es característico de Pésaj comer únicamente pan ácimo (matzá) y las estrictas prohibiciones de poseer, así como de comer, pan leudado o cualquier otro alimento que posea levadura (jamétz). "Porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será borrado de Israel" (Éxodo 12:15). Y nuevamente "Por siete días no se hallará levadura en vuestros casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será borrado de la congregación de Israel" (Éxodo 12:19).
Estos Preceptos se encuentran entre los que fueron transmitidos a los lujos de Israel por Moisés antes de la salida de Egipto y de su liberación de la esclavitud. "Y guardaréis (la festividad de) los panes ácimos... guardaréis esta fecha, de generación en generación, como institución perpetua" (Éxodo 12:17). También está prohibido poseer jamétz durante Pésaj, inclusive si no se lo come. "Y no se verá contigo nada leudado, ni levadura en todo tu territorio" (Éxodo 13:7) y "Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas…" (Éxodo 12:19).

Estas prohibiciones (que no debe verse ni encontrarse nada leudado no se aplican al jamétz que pertenezca a un no-judío. Cuando un no-judío se encuentra de visita, trabaja, o alquila una habitación que pertenezca a un judío, no le está prohibido traer jamétz a esos lugares. Este jamétz del no-judío debe, sin embargo, estar limitado a sus propias habitaciones y separado de tal manera que no pueda ser tomado inadvertidamente por un judío.

También está prohibido obtener algún beneficio, ganancia o ventaja del jamétz, durante esa semana, inclusive si éste pertenece a un no-judío.

La prohibición de comer comida leudada y la prohibición contra agentes leudantes (como por ejemplo la levadura) es la misma y equivalente en todos los sentidos.

La prohibición de la Torá contra el jamétz entra en vigencia a mediodía del día catorce de Nisán (La festividad en sí sólo comienza al anochecer). Para evitar una transgresión involuntario del período preceptuado por la Biblia los Sabios adelantaron el período de prohibición por dos horas, permitiendo comer jamétz sólo durante el primer tercio del día (generalmente hasta las 9:15 o 9:30 de la mañana). La duración del día se cuenta desde el amanecer hasta la caída de la noche.

En la Diáspora - todos los países fuera de Israel - las leyes referentes al jamétz se extienden por un día suplementario, ya que el Pésaj se debe observar en la Diáspora durante ocho días.

go del año no pueden ser utilizadas en Pésaj a menos que hayan sido limpiados y hechos casher según los procedimientos prescritos.

 

- Aunque no están clasificados por la definición bíblica como jamétz, los judíos ashkenazitas siguen la costumbre de no comer en Pésaj arroz, maíz, maníes y otros vegetales de la familia de las leguminosas, considerándolos como si fueran jamétz. La razón de esto se debe a las violaciones que resultaron de la confusión entre estos productos que a veces fueron molidos y hechos harinas y horneados como "pan" frente a los "verdaderos" panes hechos de los cinco cereales que son jamétz.

 

¿Qué no es jamétz? Todo lo demás está permitido, a menos que haya sido preparado en utensilios jamétz o mezclado con ingredientes jamétz, lo que convertiría inmediatamente en prohibido toda la preparación. Las siguientes categorías de alimentos no son en sí mismas jamétz:
- Carne, aves, pescado.

- Todas las frutas.

 

- Todos los vegetales (con la excepción del maíz, el arroz, y las leguninosas entre los judíos ashkenazitas).

 

- Todas las especias.

 

- Los productos lácteos.

 

Para garantizar que todos los alimentos procesados en forma industrial no contengan ingredientes que los puedan convertir en prohibidos para Pésaj, es conveniente adquirir todos los alimentos envasados, embotellados y que hayan sido autorizados por las autoridades rabínicas competentes llamadas a supervisar la preparación de los productos de la compañía. Las materias primas o los productos frescos incluídos en las primeras cuatro categorías enumeradas anteriormente no requieren una autorización especial.

Los productos fabricados con jamétz que no son comestibles -inaptos para el consumo humano o el animal- no necesitan ser tratados como jamétz en los que respecta a su posesión, utilización o derivación de beneficios que de ellos se puedan obtener. Las prohibiciones bíblicas se refieren solamente a los productos comestibles tanto para los humanos como para los animales.

bada, avena o escanda. Debe vigilarse cuidadosamente estos granos y la harina de ellos resultante para evitar cualquier contacto prematuro con el agua o con cualquier otro agente leudante. Todo el proceso del horneado no debe sobrepasar los dieciocho minutos desde el momento en que el agua y la harina se han mezclado en una masa.

En la actualidad la mayoría de la matzá se prepara a máquina, aunque hay todavía algunas personas que prefieren preparar la matzá a mano. El perfeccionamiento de la maquinaria moderna para mezclar la masa, etc., no sólo hizo posible una matzá de mejor calidad y de un nivel más elevado, sino que también aseguré mayor celeridad en el proceso de preparación, reduciendo de esa manera el peligro de leudado.

No tiene importancia si la matzá es redonda o cuadrada; la forma no tiene ninguna significación especial.

Una vez horneada, la matzá no está expuesta al leudado. De esta manera se preparan diversos productos con la matzá terminada que puede ser partida o molida en farfel de matzá, hojuelas de matzá o harina de matzá (un producto parecido a una harina gruesa que puede utilizarse para hornear tortas, etc.).

¿Qué es Matzá Shemurá? "Shemurá" significa guardada o vigilada. Deriva del versículo, "y guardaréis (la festividad de) los ácimos (matzot)" (Éxodo 12:17), que también connota "y cuidaréis las matzot" (para que no se transformen en jamétz). En la opinión de la mayoría de los sabios -y estas es la Halajá- este cuidado se requiere solamente desde el momento en que el grano se transforma en harina. Debido a que toda matzá horneada para su uso en Pésaj, es cuidada de esa manera (mishaat tejiná) - desde el momento de su molienda, técnicamente toda matzá casher para Pésaj es matzá shemurá.
Sin embargo, en vista del hecho de que algunos sabios eran de opinión de que es necesario cuidar el trigo de la matzá para que no entre en contacto con el agua desde el momento de la cosecha (mishaat ketzirá), las personas que son particularmente escrupulosas en estos asuntos ponen cuidado especial por comer solamente la matzá que posea esa medida suplementaria de vigilancia (Shemirá). Algunos lo hacen durante toda la semana de Pésaj; otros solamente para la noche del seder. Actualmente el términ matzá shemurá se aplica generalmente a esta matzá vigilada desde el momento de la cosecha.

En tanto que el jamétz está prohibido durante toda la semana de Pésaj, comenzando por la mañana que precede el comienzo de la festividad, el Precepto de comer matzá se aplica solamente a la(s) noche(s) del séder (y el Precepto se cumple comiendo por lo menos un trozo no más pequeño que el tamaño de una aceituna grande [kezait]). Después de la(s) primera(s) noche(s), comer matzá es absolutamente optativo. Ningún Precepto se viola, siempre que no se ingiera jamétz

Debido a que no está permitido derivar ningún beneficio del jamétz no se debe alimentar con él, (comida que contenga cualquiera de esos cinco cereales) ni siquiera a las propias bestias o animales domésticos. Si no fuera posible cambiar la dieta del animal durante esta semana, debe procederse a la venta del animal a un no-judío y la bestia debe entregarse efectivamente al comprador. El no-judío debe saber que después de Pésaj habrá interés en comprarlo nuevamente, incluso a, un precio mayor

miércoles, 13 de abril de 2011

Parashá 29 Ajarei Mot

Parashá 29 Ajarei Mot (Vaikrá 16: 1 – 20: 27)

Tema: “Santidad”.

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (16:1-24): El servicio de Iom Kipur.

Segunda aliá (16:25 - 17:7): Otros detalles del servicio de Iom Kipur. La matanza de animales.

Tercera aliá (17:8 - 18:21): La ingestión de sangre. El precepto de cubrir la sangre. Las costumbres de otros pueblos. Leyes sexuales.

Cuarta aliá (18:22 - 19:14): Otras leyes sexuales. La pureza de la tierra de Israel. Leyes de pureza. Distintas obligaciones con el pobre. Leyes de rectitud social.

Quinta aliá (19:15-32): Otras leyes sociales. Mezclas de animales y de fibras. Prácticas prohibidas. Las mitzvot de los árboles. La prohibición de la adivinación. Respeto a las personas.

Sexta aliá (19:33 - 20:7): Algunas leyes referidas a la relación entre las personas. Idolatría y santidad.

Séptima aliá (20:8-27): Leyes sexuales. La tierra de Israel y su pureza. Leyes de pureza.

Introducción:

Esta semana, en parashat Kedoshim, se habla de muchas mitzvot "shebén adam lajaberó" (entre el hombre y su prójimo), y tal vez su punto culminante es el famoso "ama a tu prójimo como a ti mismo":

"No te vengarás y tampoco guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo, y amarás para tu prójimo como para ti mismo, Yo soy D'os" (19:18).

Nuestra traducción del versículo está basada en el comentario de Rabí Abraham Ibn Ezra (1102 - 1167). Comentando las palabras "veahavtá lereajá kamoja - amarás para tu prójimo como para ti mismo", él dice que muchos opinan que la letra "lamed" de la palabra "lereajá" está escrita innecesariamente y debemos entender el versículo como si estuviera escrito: "veahavtá reajá kamoja - amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Pero el Ibn Ezra entiende que el versículo debe ser comprendido literalmente, "lereajá" (para tu prójimo), y que la Torá nos pide que amemos lo bueno para nuestro prójimo así como lo deseamos (a lo bueno) para nosotros.

Ahora bien, todos estamos de acuerdo en que esta es una hermosa mitzvá e incluso los judíos más alejados de la Torá se emocionan al escuchar estas palabras.

Sin embargo, siendo realistas, debemos saber que esta es una mitzvá cuyo cumplimiento es muy difícil, pues en la teoría todos amamos al prójimo como a nosotros mismos o - de acuerdo al comentario del Ibn Ezra - todos amamos y deseamos que el otro reciba todo lo bueno que queremos para nosotros, pero la verdad es que no hacemos mucho para que ese deseo se concrete.

Pero tal vez podremos entender un poco más de qué se trata esta importante mitzvá, a través de lo que se cuenta acerca de Rabí Eliahu Jaim Maizel de Lodz, citado en el libro "Higuioné Aharón".

Era invierno y afuera hacía mucho frío. Una vez fue Rabí Eliahu Jaim a juntar dinero para lo pobres a lo de un filántropo llamado Poznansky. Cuando él golpeó la puerta, el mayordomo le abrió y lo invitó a pasar, mas él se negó y pidió que aquel filántropo saliera a la entrada a verlo.

Cuando el mayordomo le dijo a su patrón que Rabí Eliahu Jaim lo esperaba en el pasillo, éste salió hacia su encuentro. Al salir, el filántropo sintió que allí hacía mucho frío y le preguntó a Rabí Eliahu Jaim para qué había venido. El Rabino le dijo que él había venido para juntar dinero para los pobres que no tenían dinero para comprar leña para calefaccionar su casa.

Después de darle una importante suma de dinero, el filántropo le insistió a Rabí Eliahu Jaim que entre, y cuando entraron a la casa le preguntó por qué al comienzo él no quería entrar. Rabí Eliahu Jaim le contestó: "Cuando tú mismo sientes el dolor del frío, das más dinero".

Y a eso es que se refieren la palabras de nuestra parashá. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" - tú debes sentir su sentimiento y así lo ayudarás con más fuerza.

Desarrollo:

"Y D'os habló a Moshé diciendo: Habla a toda la Congregación de Israel y diles a ellos 'Santos habréis de ser pues Santo Soy Yo D'os, vuestro D'os'" (19:1-2).

Para muchos esto es la introducción a las enseñanzas más importantes de la Torá, y por extensión, del judaísmo. Las leyes centrales que gobiernan las relaciones entre un hombre y su prójimo son enumeradas en los versículos que siguen: "no pongas un obstáculo delante de un ciego, no maldigas (aún) a un sordo, no te pares sobre la sangre de tu hermano", e indiscutiblemente el versículo más famoso de todos: "ama a tu prójimo como a ti mismo". Todas estas leyes aparecen una detrás de otra como un acelerado fuego.

A pesar del énfasis "ético" de muchos de estos mandamientos, el capítulo trata también sobre asuntos "rituales". Lo que llama más la atención en esta sección, y es verdaderamente la característica de toda la Torá, es como se entrelazan las leyes respecto del hombre con el hombre, con las leyes respecto del hombre con D'os. Otros sistemas antiguos hablan sobre consideraciones rituales o sobre consideraciones sociales; la unicidad de la Torá es el entendimiento de que lo ético y lo ritual son dos partes de un mismo órgano. El "Código de Hammurabi", por ejemplo, es una serie de conceptos que Rousseau hubiese llamado "un contrato social", pero sus concernimientos sociales no están en función de una relación con una deidad. Por otro lado, nuestra parashá enseña:

"Veneraréis a vuestro padre y a vuestra madre y cuidaréis Mi Shabat, Yo soy D'os, vuestro D'os" (19:3).

Este versículo trata tanto sobre la relación del individuo respecto de sus padres como sobre el Shabat. El versículo es "firmado" "Yo soy D'os", como diciendo "Yo soy D'os Quien te ordenó observar ambos, lo ético y lo ritual". La conclusión a la que nosotros llegamos es que el individuo que no cumple con sus responsabilidades hacia su prójimo está - al mismo tiempo - transgrediendo en contra de D'os también. Aún el versículo "Ama a tu prójimo como a ti mismo" concluye con "Yo soy D'os".

Hay otra lección que aprender de esta yuxtaposición textual: le concierne a D'os - quizás - de igual manera, tanto lo ético como lo ritual. Es por eso que aquellos que se dirigen a las enseñanzas éticas como su exclusiva definición de judaísmo, están mal interpretando el mensaje al ignorar el contexto, y en realidad al ignorar las mismas palabras de la Torá.

Los primeros versículos de la parashá son críticos para un entendimiento del mensaje de la Torá:

"Y D'os habló a Moshé diciendo: Habla a toda la Congregación de Israel y diles a ellos 'Santos habréis de ser pues Santo Soy Yo D'os, vuestro D'os'" (19:1-2).

¿Por qué fue necesario juntar a toda la congregación para enseñar este mensaje? El Midrash responde:

"¿Por qué esta sección fue enseñada en una reunión? ¿Por qué no dice "habla a los hijos de Israel" así como dice en otras secciones de la Torá? Porque todos los (diez) mandamientos están incluidos en ella" (Tanjumá Kedoshim sección 3).

El Midrash ve a la parashá Kedoshim como una redeclaración de los diez mandamientos. Por su importancia es apropiado que sea enseñada en frente de toda la congregación. Debemos notar que los diez mandamientos también combinan el ritual con la ética. El Talmud remarca este punto en el siguiente pasaje:

"Cuando D'os dijo "Yo soy…", "No tendrán otros…", las naciones del mundo dijeron "Él está predicando para su propio engrandecimiento", pero cuando Él dijo "honra a tu padre y a tu madre" ellas (las naciones del mundo) alabaron también al primer mandamiento…al final de los mandamientos ellos llegaron a apreciar la verdad en los primeros" (Kidushín 31a).

De acuerdo con este pasaje, los primeros mandamientos no dieron una buena impresión a las naciones del mundo, quizás porque ellos recordaron a sus propias deidades, pero cuando D'os comenzó a requerir que el hombre se comporte éticamente en sus relaciones interpersonales también, las naciones entendieron que debían reevaluar el primer mandamiento también.

La orden de ser Santos parece difícil de cumplir. ¿Cómo puede el hombre finito y limitado ser "santo"? Más aún, ¿qué es la "santidad"? Los comentarios enseñan que santidad representa una "separación". Rashí, citando el Midrash, enseña que debemos separarnos, específicamente de las relaciones sexuales ilícitas. Con esto, Rashí crea una corriente lógica de ideas de la parashá anterior, Ajaré Mot, la cual finaliza con una lista de relaciones prohibidas.

El Rambán, por otro lado, ve este versículo como una enseñanza general de evadir excesos. El Rambán entiende que nos tenemos que separar de cosas que no están explícitamente prohibidas, cosas que van en contra del espíritu de la ley judía a pesar de que ellas están dentro de la ley y llama a quien incurre en este pecado un "menuval birshut haTorá" - un lascivo con el permiso de la Torá". En cualquier caso, de acuerdo a Rashí y al Rambán, se nos pide que seamos santos - que nos separemos. La Torá da una razón: 'Santos habréis de ser pues Santo Soy Yo D'os, vuestro D'os'" (19:2).

Si la santidad es una característica de D'os, nuestra pregunta retorna: ¿Cómo el hombre puede alcanzar la Santidad? El Rebe de Kotzk dijo:

"¿Cómo es que el hombre puede ser santo? Sólo porque "Yo D'os, vuestro D'os soy Santo" (Shem Mishmuel Vaikrá pag. 277).

El Shem Mishmuel, un nieto del Rebe de Kotzk, explicó la enseñanza de su abuelo de la siguiente manera: todo judío tiene dentro de él una parte de la santidad de D'os, la cual le permite alcanzar santidad. El hombre puede hacerse santo porque fue creado a imagen de D'os. Pero cada persona posee un alma diferente, es por eso que cada persona tiene una santidad distinta dentro de él. Una maravillosa dictonomía surge de esto: esta sección fue enseñada públicamente en función de enseñarle al hombre cómo hacerse santo, y dentro del método de esta enseñanza está el mensaje esencial: la santidad es algo que pertenece a toda la congregación judía. Si ser "santo" significa separarse, una persona puede llegar a creer que en función de hacerse santa debe apartarse de la comunidad. Es por eso que esta sección fue enseñada públicamente - para enseñarnos que la santidad que nosotros buscamos se encuentra en la comunidad.

Una nueva luz ilumina, entonces, el tan celebrado pasaje del Talmud en el cual alguien que se quiere convertir le pide a Hilel que le enseñe toda la Torá mientras está parado sobre un solo pie. Hilel le responde:

"No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti. Esta es toda la Torá, el resto son comentarios; ve y estúdialos!" (Shabat 31a).

La frase de Hilel (originalmente en arameo) se encuentra en el Targum Ierushalmi, como la explicación del versículo "ama a tu prójimo como a ti mismo". El comentario de Rashí a este pasaje del Talmud es de alguna manera enigmático:

"'No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti: a tu amigo y al amigo de tu padre no abandonarás' (Mishlé 27). 'Amigo': este es D'os. No ignores Sus palabras porque es detestable cuando tu amigo ignora tus palabras" (Rashí Shabat 31a).

La explicación de Rashí está basada en el Midrash, y aparece en el Zohar:

Está escrito: 'a tu amigo, y al amigo de tu padre no abandonarás'. 'Tu amigo': este es D'os, como está escrito: '(Dijo D'os) por mis hermanos y mis amigos'(Salmos 122:8) … 'no lo abandonarás': y si lo has abandonado presta atención para no entrar a la casa de tu hermano (Midrash Rabá Éxodo 27:1).

"Rabí Jizkía interpretó el versículo: 'Un amigo ama todo el tiempo y un hermano es nacido para la adversidad' (Proverbios 27:17), de la siguiente manera: 'Un amigo' es D'os, del Cual está escrito: 'a tu amigo y al amigo de tu padre no abandonarás' … en verdad, 'tu no debes abandonar a tu Amigo', tu debes adorarLo, elevarte a Él, cumplir con Sus mandamientos, pero 'retira tu pie de tu impulso del mal para que no se transforme en tu dueño, sácalo de tu casa, de tu alma santa que tu Amigo te ha dado'. El verdadero servicio a D'os, consiste en amarLo por sobre todo y en todo, como está escrito: 'Debes amar a D'os tu D'os'" (Deuteronomio 6:5) (Zohar Shemot sección2 pag. 55b).

El comentario enigmático de Rashí ahora se aclara: la declaración de Hilel de que en este sólo versículo está incluida toda la Torá se hace entendible sólo cuando traducimos "amigo" como "D'os". De acuerdo a Rashí, el amigo al que no debes maltratar es no otro que D'os! Si ese es el caso, la elección de Hilel es recta, puesto que verdaderamente contiene todos los aspectos de la Torá, tanto éticos como rituales, de relaciones interpersonales como de la relación entre el hombre y D'os. Ahora vemos que la línea trazada entre las dos clases de leyes no es tan extensa como habíamos pensado: amar a mi prójimo incluye amar a D'os; amar a D'os incluye amar a mi prójimo. Yo debo ser santo porque D'os es santo. Ser santo significa estar separado; la manera en que me santificaré es amando a mi prójimo. Al amar a mi prójimo yo manifiesto mi amor por D'os.

Ahora nosotros entendemos por qué la ley judía legisla que antes de rezarle a D'os, uno debe aceptar el mandamiento de "amar a tu prójimo como a ti mismo" (Maguen Abraham 46:1 en nombre del Ariza"l).

Volvamos a nuestro texto en la Torá. Después de la enseñanza de amar a nuestro prójimo, ¿qué viene? ¿qué puede venir? ¿qué mandamiento puede estar junto a esta hermosa enseñanza?

"Mis leyes observarán. No combinarás distintas especies de animales, no sembrarás en tu campo mezcla de semillas y ropa de fibra mezclada no usarás sobre tu cuerpo (shatnez)" (19:19).

Este versículo parece anticlimático. El cambio fue repentino y brusco: de amar a tu prójimo, la cima de la disciplina ética, nosotros nos encontramos empujados al ritual más arcano - la prohibición en contra de mezclar lino con lana en nuestra ropa - siendo éste un mandamiento sin una aparente razón.

Un análisis profundo revela la conexión: como notamos antes, ser santo significa estar separado. Mantener las especies separadas es una lección de santidad. El tema no ha cambiado tan drásticamente como pensamos. El Gaón de Vilna explica el origen de la prohibición de Shatnez desde una perspectiva mística:

"Este es el secreto místico del shatnez, lana y lino. Porque la ofrenda de Cain fue lino, y [la ofrenda] de Hével fue lana" (el Gaón de Vilna en su comentario a "Sifrá Detzneuta" cap. 4 pag. 51b).

Hével era un pastor, mientras que Cain trabajaba la tierra. La primer persona de ser culpable de no amar a su prójimo como a sí mismo fue Cain. Su pecado tuvo grandes repercusiones; resultando una necesidad de más santidad en el mundo, más separación, más apreciación de la existencia de reinos diferentes - animal y vegetal, Cain y Hével. Si Cain se hubiese dado cuenta que un aspecto de la unicidad de D'os existía en Hével, él nunca lo hubiera matado. Él habrá pensado que Hével era prescindible. Él fracasó en entender que la imagen de D'os dentro de cada persona es única, y para que la humanidad alcance la santidad todas estas diferentes partes de D'os necesitan estar unidas. En consecuencia, una nueva clase de separación necesitaba ser introducida al mundo, para recordarnos del terrible crimen de Cain. Es así, que el acto de Cain resultó en la prohibición en contra del shatnez! Las leyes de separación de especies siguen, naturalmente, lógicamente, después del mandamiento "ama a tu prójimo como a ti mismo".

Amar a nuestro prójimo trae Divinidad al mundo, como está ilustrado en el Midrash: (nota: este midrash es relativamente largo y se encuentra en dos fuentes: Otzar Midrashim pag. 319 y el Ialkut Meam Loez, Vaikrá pag. 210)

"Hubo una vez dos amigos cuya amistad era profunda. Por causa de las guerras los amigos se separaron por muchos años. Finalmente uno oyó donde se encontraba su amigo, y viajó a visitarlo. Desafortunadamente los países en donde los dos vivían estaban en guerra uno con el otro. Rumores comenzaron a escucharse respecto de la misión del extranjero que había llegado a visitar. Pronto él fue arrestado y fue acusado de espionaje. Él fue encontrado culpable y sentenciado a muerte por el rey. El hombre suplicó al rey que le conceda un último deseo. El rey le preguntó: "¿Cuál es tu deseo?". El hombre respondió que él era un prominente hombre de negocios en su propio país y era bien conocido porque hacia negocios a crédito, con sólo un apretón de manos. La plena verdad es que a pesar de que él acumuló una pequeña fortuna, la mayoría de su dinero fue prestada a personas sin contrato. Él le pidió al rey que le permitiese hacer un último viaje a su casa para poner sus cosas en orden, y decir adiós a su familia. Si no podría hacerlo, el rey no sólo lo estaría condenando a él a muerte sino también a sus hijos a una vida de pobreza. El rey estaba pasmado: "¿cómo yo puedo creerle que volverá, qué puede darme como garantía?". El hombre respondió que él tenía un muy buen amigo que vivía en la ciudad, y él estaba seguro de que el hombre estaría dispuesto a tomar su lugar en la condena hasta su regreso. El amigo fue traído. Se le preguntó "¿tomaría usted el lugar de su amigo? Usted entiende que si él no vuelve es su cabeza la que será cortada". El hombre aceptó. "Después de todo, ¿para qué son los amigos?" respondió el hombre. El rey estaba intrigado de ver si el hombre verdaderamente volvería, y es así que le permitió salir, sabiendo que la ejecución sería en 30 días.

El momento fijado llegó, pero el hombre no retornó, entonces el rey ordenó a sus guardias que tomen al amigo y lo decapiten. Ellos sacaron al hombre, pusieron su cabeza en la guillotina y cuando el cuchillo estaba por bajar, un gran murmullo se escuchó desde la ciudad. Se le pidió al ejecutor que espere; el hombre había retornado. Él caminó valientemente hacia el ejecutor y agarró la espada, y dijo "Yo estoy aquí y estoy preparado para recibir mi suerte". El amigo se levantó y agarró también la espada y dijo: "Llegaste tarde, el trato era que regresarías en la mañana. Puesto que no regresaste, yo soy el que tiene que ser matado". El amigo respondió: "Pero es a mí a quien acusaron de traidor, fui yo el que fue sentenciado a muerte". El rey observó la discusión y mandó a llamar a los dos hombres. "Ninguno de ustedes será matado, con una sola condición". Los dos miraron al rey y le preguntaron: "¿cuál es la condición?". El rey respondió: "Que yo pueda ser su tercer amigo".

El Ialkut Meam Loez usó esta historia para enseñar el significado del versículo "ama a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy D'os". El mensaje profundo de la historia es que si el hombre verdaderamente y de corazón va a amar a su prójimo, D'os promete amar a los dos hombres y ser nuestro socio constante, nuestro tercer amigo. Los mandamientos que tratan sobre el hombre y su prójimo incluyen a D'os también. Ahora podemos entender por qué el "odio gratuito" causó la destrucción del Templo. Cuando nosotros actuamos con amor hacia nuestro prójimo, nosotros traemos la Shejiná al mundo; el odio entre los hombres expulsa la Shejiná del mundo. La santidad de D'os es reflejada a través de la santidad del hombre; la unicidad de D'os está manifestada en la unicidad colectiva de todos los hombres. La unión de dos personas causa que más Divinidad sea revelada en este mundo. Ser santos significa estar separados: cada persona debe encontrar la Divinidad exclusiva dentro de él y dentro de su prójimo. Esto requiere nuestra "separación", y nuestra unidad. El resultado es Santidad.

Conclusión:

Grato Aroma.

"Y dijo Hashem a Moshé: habla con Aharón, tu hermano, y no vendrá en cualquier momento al Santuario, al otro lado del velo, delante de la cubierta que está sobre el arca; y no morirá porque en una nube me revelaré sobre la cubierta." (Vaikrá 16,2)

Con estas palabras comienza la sección semanal de la Torá a describirnos el servicio de Yom Kipur, tal como se realizaba en el Templo, siendo la primera advertencia dada a Moshé sobre su hermano Aharón, el Cohén oficiante, que este servicio no es algo cotidiano, y por lo tanto no en cualquier momento podrá acercarse al Santuario, al otro lado del velo del Templo, sino solo en un día especial, el día de las expiaciones que recae el décimo día del mes de Tishrey. Además hace resaltar la Torá en estas primeras indicaciones otro elemento del servicio, cuya trascendencia fijará la definición de este día, cuando el versículo dice: "porque en una nube me revelaré sobre la cubierta", se hace alusión al sahumerio que ingresa el Cohén Gadol este día como parte culminante del servicio de Yom Kipur; así leemos en Najmánides: "este es la explicación de en una nube me revelaré... que no puede ingresar sino con un sahumerio que levante una nube, como declara más adelante y cubrió la nube del sahumerio la cubierta del Arca..".

Vemos que el ingreso del Cohén al Santuario en este día estaba acompañado de la presentación del sahumerio, es decir de la mezcla de diferentes especias aromáticas, que eran una condición para que la Presencia divina se posara sobre la cubierta del arca. Para entender los mensajes espirituales que estos factores representan debemos profundizar en el significado del día y sus proyecciones.

Yom Kipur es un día con un significado central en la vida del ser humano como particular, ya que es un día de ayuno y arrepentimiento, un día completamente dedicado a las plegarias y a la reconciliación de un hombre con otro y de los hombres con su Creador. Un momento en que el ser humano se desconecta de todos los elementos materiales que le rodean y se sumerge en conceptos del espíritu, tales como la reflexión sobre su comportamiento y la purificación de su alma.

En el Templo se expresa este día con un servicio especial, que ayuda a los particulares a purificarse dentro de un marco público, ya que este día se purifica el pueblo de Israel por completo de sus pecados. El Cohén Gadol como enviado del pueblo, se para en el atrio y se confiesa en nombre de todo Israel, y les dice: ¡purifíquense! En esta confesión el Cohén hace expiación "por él, por su casa y por todo la comunidad de Israel". (Vaikrá 16,17). Además, Yom Kipur representa la purificación de todo ser vivo, y el servicio del Cohén y su ingreso al Santuario causa la expiación de los pecados universales desde los días de Adam, el primer hombre, con la esperanza de corregir este universo bajo el reinado de Hashem.

Si reflexionamos profundamente encontraremos que existe una relación esencial entre el servicio del Cohén este día en el Santuario, y el comienzo de la creación del mundo y de hombre, ya que como nos han enseñado nuestros sabios, el ingreso del Cohén detrás del velo del Templo es una expiación por el pecado de Adam y de la humanidad completa en los primeros momentos de la historia; así nos declara Rabí Aharón Haleví (autor del Séfer Hajinuj): "Fue una de las bondades que hizo el Creador con sus criaturas, fijarles un día en el año para expiar por los pecados, aunque la expiación se condiciona al hecho que se arrepientan. Ya que si se juntasen los pecados de los seres humanos año tras año... el mundo debería ser destruido. Por lo tanto, vio en su sabiduría, Bendito El, para mantener al mundo, fijar un día en el año para expiar los pecados de los arrepentidos. Y desde el comienzo de la creación del mundo fue dispuesto y consagrado para esto".

El error de Adam le llevó a que Hashem lo expulsara del Gan Eden, para entender la desconección que se formó entre el hombre y su Creador como consecuencia de su pecado, debemos prestar atención a los versículos que tratan de este tema: "expulsó al hombre y puso al oriente del Gan Eden a los querubines y el filo de una espada que giraba para cuidar el camino al árbol de la vida" (Bereshit 2,24). Yonathán Ben Uziel, en sus glosas en arameo sobre este pasaje, nos enseña que Hashem expulsó a Adam del lugar donde había puesto su Presencia desde antes entre los dos querubines, es decir antes que el hombre cometiera el pecado, estaba bajo la sombra de la Presencia divina, en el Santuario, el lugar donde se ubicó la Presencia divina desde el principio de la creación entre los dos querubines. El pecado trajo como consecuencia que se levantó una cortina entre el hombre y su Creador, el hombre fue expulsado. Desde ahora lo servirá sobre el altar que está al oriente del Santuario. El camino al lugar donde se encuentra en forma esencial la Presencia divina está resguardado por los querubines y por el filo de una espada que jira, no existen oportunidades cotidianas de ingresar a este lugar excepto en el día que se permite correr el velo y sólo al Cohén Gadol, como un representante del primer hombre.

El Cohén Gadol, con todas sus implicaciones es representante de Adam, el primer hombre, y junto con él de toda la humanidad, él puede presentarse nuevamente delante del lugar donde Hashem posó su Presencia, entre los dos querubines, como un retorno a los primeros momentos de la creación previos al pecado, esto es señal de pureza, el día de la pureza, es decir en Yom Kipur. Dentro de este marco el servicio realizado con el sahumerio toma una lugar central, y lo hace algo diferente del resto de las festividades que cubren el ciclo del año; como ya dijimos Aharón podrá ingresar al lugar sagrado, con todos los significados primigenios que esto conlleva, solamente acompañado de una nube, esta nube es descrita por los sabios (Cf. Yomá 53ª) como el humo que se produce al quemarse las especias aromáticas del sahumerio, y se constituye como una introducción y reconciliación previa al resto de los servicios del día, así serán todos aceptados delante de Hashem. Sobre la grandeza e importancia del sahumerio nos han enseñado nuestros maestros:

"Es muy apreciado el sahumerio, ya que de los catorce sacrificios que Israel presenta en Yom Kipur, sin embargo el Cohén Gadol no pide por sus necesidades sino en el momento que lo quema, como se declara: y pondrá el sahumerio sobre el fuego delante de Hashem (Vaikrá 16,13), ¿De dónde sabemos que en ese momento solía rezar? Porque se declara: que se levante mi plegaria como un sahumerio delante de Ti, como levantar mis manos, como una grata oblación (Tehilim 141,2). Y ¿Por qué el sahumerio es tan apreciado? – Porque no se presenta por un pecado" (Mishnat Rabí Eliézer Haglili, 12).

Las dos características del sahumerio mencionadas en este texto, el hecho que se asocia a la plegaria y el que no sea presentado por un pecado, construyen una nueva relación con el Creador; así los componentes de este sahumerio son tomados de hierbas aromáticas que hay en el mundo, estos aromas nos recuerdan el aroma del Gan Eden, como nos enseñan lo sabios sobre el versículo en Shir Hashirim (5,1): "He venido a mi jardín, mi hermana, mi novia, cogido de mi mirra con mis perfumes", donde el jardín hace referencia al Jardín Primordial, el Gan Eden. En los primeros momentos de la creación, la Presencia divina "caminó" con el hombre en el Jardín y vino delante de ellos el aroma de los árboles y el perfume de sus especias; sin embargo el paso del estado de pureza al de pecado creó una cortina entre nosotros y el Creador y causó además que el perfume del Jardín para nosotros se desvaneciera, no obstante con la construcción del Tabernáculo en el desierto nuevamente se puede percibir en el sahumerio, recuerdo simbólico de esos aromas primordiales, algo del placer espiritual que causaba en Adam el perfume del Jardín.

Podemos ahora interiorizarnos del servicio del sahumerio en Yom Kipur, el día que escogió el Creador para reencontrarnos, ese día revestido de pureza el Cohén Gadol, representante de la humanidad, ingresa más allá de la cortina divisoria, pero no puede hacerlo sino en una nube, es decir la única posibilidad de poder estar nuevamente frente a la Presencia de Hashem, como en tiempos de Adam es envuelto en el humo del sahumerio, el recuerdo actual de los aromas del Jardín Primordial. Este reencuentro marca además muchas dimensiones particulares y generales de Israel, así el Cohén cuando terminaba de realizar el sahumerio dentro del Santuario, se dirigía fuera del velo y frente al lugar donde las varas del Arca santa sobresalían en el velo, realizaba una plegaria por las necesidades del pueblo: "Que sea este año que viene sobre nosotros y sobre todo tu pueblo Israel en cualquier lugar donde estén... lluvioso...". (Rezo del Cohén Gadol en Yom Kipur)

Sobre el velo estaban dibujados los querubines (Shemot 26,31) y así también había querubines que se alzaban sobre la cubierta del Arca, ciertamente estos son una continuación de los querubines del Gan Eden, así se declara: "Y con respecto a ellos, a los querubines del Gan Eden, estaban los querubines del Templo" (Recanati a Bereshit 16). Es decir el sahumerio marca en Yom Kipur el punto más sutil del reencuentro entre el hombre y su Creador, como una vuelta al Gan Eden.

Shabat Shalom.

Haftarat Ajarei Mot Iejezkel 45:18 - 46:14 (Sefaradim)

La costumbre de los judíos ashkenazitas es leer como haftarát Ajaré Mot una sección extraída del libro del profeta Amós 9:7-15, y como haftarat Kedoshim una sección perteneciente al libro del profeta Iejezkel 22:1-16.

Sin embargo, entre los judíos sefaraditas la costumbre es distinta. Ellos acostumbraron leer en haftarat Ajaré Mot el texto extraído de Iejezkel 22:1-16, mientras que en haftarat Kedoshim leen de Iejezkel 20:1-20.

Como hemos explicado en nuestra Introducción a las Haftarot, en los shabatot del año donde se leen dos parashot juntas, la costumbre general tanto entre los judíos ashkenazim como entre los judíos sefaradim es leer solamente la haftará correspondiente a la segunda de las parashot leídas.

Sin embargo, si las parashot Ajaré Mot y Kedoshim se leen el mismo shabat, a pesar de que los judíos sefaradim acostumbran leer la haftará correspondiente a parashat Kedoshim siguiendo la regla general, los judíos ashkenazim, excepcionalmente, acostumbran leer la haftará correspondiente a parashat Ajaré Mot (Ramá Oraj Jaim 428:8, Mishná Berurá y Kaf Hajaim).

Comentario
Amós 9:7-15

En la haftará de Ajaré Mot (de acuerdo a la costumbre de los judíos ashkenazim) encontramos una fuerte reprimenda a los hijos de Israel - que querían abandonar la Torá y los preceptos - por parte del profeta Amós (s. VII a.e.c.).

Sin embargo, al final de la haftará encontramos palabras de consuelo y esperanza para "los cautivos del pueblo de Israel":

"He aquí que días vienen - palabra de D'os - en los que se encontrará el arador con el cosechador y el pisador de uvas con el sembrador, gotearán las montañas vino y todas las colinas se disolverán" (9:13).

El Rav Mendel Hirsh en su "Séder Hahaftarot" nos explica que cuando el pueblo de Israel - así como la humanidad toda - se encuentren en un estado de purificación y unidad respecto de la valorización de D'os, se creará una situación de paz con Él, una situación de paz entre el hombre y su prójimo, y habrá paz entre un pueblo y otro.

En ese momento D'os impondrá la paz entre la naturaleza y el hombre, y todas las molestias y los obstáculos que fueron colocados con el transcurrir del tiempo para educar a la humanidad, serán quitados.

La tierra volverá a producir frutos con toda su fuerza, hasta tal punto que "se encontrará el arador con el cosechador", pues el cosechador tendrá tanta producción que juntar, que seguirá trabajando hasta la época en la que nuevamente se deberá arar el campo para prepararlo para la siembra, "y el pisador de uvas" se encontrará "con el sembrador", ya que tendrá tantas uvas para pisar, que llegará la época de la siembra y él todavía estará preparando vino. Habrá tanta producción que "gotearán las montañas vino" y la lluvia será tan abundante que "todas las colinas se disolverán".

"Haré retornar a los cautivos de Mi pueblo Israel y reconstruirán ciudades desiertas y se asentarán, plantarán vides y tomarán su vino y harán jardines y comerán su fruto" (9:14).

Cuando toda la humanidad esté bendecida con esa abundancia, se estará hablando de la redención final del pueblo de Israel - a través de la providencia y el cuidado especial de D'os con su pueblo.

La expresión "Y haré retornar a los cautivos de Mi pueblo Israel" nos muestra una relación de amor entre D'os y el pueblo que retorna a su tierra purificado.

"Y los plantaré en su tierra y no serán más desarraigados de la tierra que les he dado,
ha dicho Hashem, tu D'os"
(9:15).

Ese pueblo purificado también tiene una relación con la tierra a la cual retornan asentándose en ella, ya que para ellos ella había sido destinada.

Todos los aseguramientos son de D'os, pues Él es "Hashem, tu D'os". De esta forma finaliza Amós su profecía, con una fuerte expresión el profeta se dirige directamente a cada judío de cada generación, en todo tiempo, diciéndole que D'os encomendó a cada uno para que ponga de sí su pequeña parte para concretizar este objetivo, mediante una predisposición y un cumplimiento fiel y completo de la obligación de su vida.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Y purificará el Santuario por las impurezas de los hijos de Israel y por sus graves pecados, por todas sus transgresiones" (Vaikrá 16:16).

Este versículo aparentemente aparece en un orden inverso al lógico, porque comienza hablando de sus graves pecados, es decir de los pecados graves cometidos por el pueblo, y finaliza hablando sobre sus transgresiones, es decir sobre las transgresiones simples cometidas por ellos.

Pero generalmente nosotros primero pedimos perdón por las transgresiones leves y sólo después por los grandes pecados. Entonces, ¿a qué se debe el cambio en el versículo?

La respuesta es que generalmente el iétzer hará (impulso o instinto del mal) comienza a trabajar incitando a la persona a que cometa "pequeñas" transgresiones, y cuando ve que la persona le hizo caso, lo induce a cometer pecados más graves.

Pero la explicación de este versículo es la siguiente: "Y purificará el Santuario por las impurezas de los hijos de Israel", es decir por el hecho de que ellos se impurificaron completamente por el iétzer hará, "y por sus graves pecados", es decir por los pecados graves y premeditados.

Y la razón de esto es "por todas sus transgresiones", pues solamente porque ellos comenzaron escuchando al iétzer hará que los incitó a cometer transgresiones simples, llegaron a impurificarse totalmente.

Basado en las palabras de Rabí Iejiel Mijal Epshtein.

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Parashá 29 Ajarei Mot

Parashá 29 Ajarei Mot (Vaikrá 16: 1 – 20: 27)

Tema: “Santidad”.

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (16:1-24): El servicio de Iom Kipur.

Segunda aliá (16:25 - 17:7): Otros detalles del servicio de Iom Kipur. La matanza de animales.

Tercera aliá (17:8 - 18:21): La ingestión de sangre. El precepto de cubrir la sangre. Las costumbres de otros pueblos. Leyes sexuales.

Cuarta aliá (18:22 - 19:14): Otras leyes sexuales. La pureza de la tierra de Israel. Leyes de pureza. Distintas obligaciones con el pobre. Leyes de rectitud social.

Quinta aliá (19:15-32): Otras leyes sociales. Mezclas de animales y de fibras. Prácticas prohibidas. Las mitzvot de los árboles. La prohibición de la adivinación. Respeto a las personas.

Sexta aliá (19:33 - 20:7): Algunas leyes referidas a la relación entre las personas. Idolatría y santidad.

Séptima aliá (20:8-27): Leyes sexuales. La tierra de Israel y su pureza. Leyes de pureza.

Introducción:

Esta semana, en parashat Kedoshim, se habla de muchas mitzvot "shebén adam lajaberó" (entre el hombre y su prójimo), y tal vez su punto culminante es el famoso "ama a tu prójimo como a ti mismo":

"No te vengarás y tampoco guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo, y amarás para tu prójimo como para ti mismo, Yo soy D'os" (19:18).

Nuestra traducción del versículo está basada en el comentario de Rabí Abraham Ibn Ezra (1102 - 1167). Comentando las palabras "veahavtá lereajá kamoja - amarás para tu prójimo como para ti mismo", él dice que muchos opinan que la letra "lamed" de la palabra "lereajá" está escrita innecesariamente y debemos entender el versículo como si estuviera escrito: "veahavtá reajá kamoja - amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Pero el Ibn Ezra entiende que el versículo debe ser comprendido literalmente, "lereajá" (para tu prójimo), y que la Torá nos pide que amemos lo bueno para nuestro prójimo así como lo deseamos (a lo bueno) para nosotros.

Ahora bien, todos estamos de acuerdo en que esta es una hermosa mitzvá e incluso los judíos más alejados de la Torá se emocionan al escuchar estas palabras.

Sin embargo, siendo realistas, debemos saber que esta es una mitzvá cuyo cumplimiento es muy difícil, pues en la teoría todos amamos al prójimo como a nosotros mismos o - de acuerdo al comentario del Ibn Ezra - todos amamos y deseamos que el otro reciba todo lo bueno que queremos para nosotros, pero la verdad es que no hacemos mucho para que ese deseo se concrete.

Pero tal vez podremos entender un poco más de qué se trata esta importante mitzvá, a través de lo que se cuenta acerca de Rabí Eliahu Jaim Maizel de Lodz, citado en el libro "Higuioné Aharón".

Era invierno y afuera hacía mucho frío. Una vez fue Rabí Eliahu Jaim a juntar dinero para lo pobres a lo de un filántropo llamado Poznansky. Cuando él golpeó la puerta, el mayordomo le abrió y lo invitó a pasar, mas él se negó y pidió que aquel filántropo saliera a la entrada a verlo.

Cuando el mayordomo le dijo a su patrón que Rabí Eliahu Jaim lo esperaba en el pasillo, éste salió hacia su encuentro. Al salir, el filántropo sintió que allí hacía mucho frío y le preguntó a Rabí Eliahu Jaim para qué había venido. El Rabino le dijo que él había venido para juntar dinero para los pobres que no tenían dinero para comprar leña para calefaccionar su casa.

Después de darle una importante suma de dinero, el filántropo le insistió a Rabí Eliahu Jaim que entre, y cuando entraron a la casa le preguntó por qué al comienzo él no quería entrar. Rabí Eliahu Jaim le contestó: "Cuando tú mismo sientes el dolor del frío, das más dinero".

Y a eso es que se refieren la palabras de nuestra parashá. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" - tú debes sentir su sentimiento y así lo ayudarás con más fuerza.

Desarrollo:

"Y D'os habló a Moshé diciendo: Habla a toda la Congregación de Israel y diles a ellos 'Santos habréis de ser pues Santo Soy Yo D'os, vuestro D'os'" (19:1-2).

Para muchos esto es la introducción a las enseñanzas más importantes de la Torá, y por extensión, del judaísmo. Las leyes centrales que gobiernan las relaciones entre un hombre y su prójimo son enumeradas en los versículos que siguen: "no pongas un obstáculo delante de un ciego, no maldigas (aún) a un sordo, no te pares sobre la sangre de tu hermano", e indiscutiblemente el versículo más famoso de todos: "ama a tu prójimo como a ti mismo". Todas estas leyes aparecen una detrás de otra como un acelerado fuego.

A pesar del énfasis "ético" de muchos de estos mandamientos, el capítulo trata también sobre asuntos "rituales". Lo que llama más la atención en esta sección, y es verdaderamente la característica de toda la Torá, es como se entrelazan las leyes respecto del hombre con el hombre, con las leyes respecto del hombre con D'os. Otros sistemas antiguos hablan sobre consideraciones rituales o sobre consideraciones sociales; la unicidad de la Torá es el entendimiento de que lo ético y lo ritual son dos partes de un mismo órgano. El "Código de Hammurabi", por ejemplo, es una serie de conceptos que Rousseau hubiese llamado "un contrato social", pero sus concernimientos sociales no están en función de una relación con una deidad. Por otro lado, nuestra parashá enseña:

"Veneraréis a vuestro padre y a vuestra madre y cuidaréis Mi Shabat, Yo soy D'os, vuestro D'os" (19:3).

Este versículo trata tanto sobre la relación del individuo respecto de sus padres como sobre el Shabat. El versículo es "firmado" "Yo soy D'os", como diciendo "Yo soy D'os Quien te ordenó observar ambos, lo ético y lo ritual". La conclusión a la que nosotros llegamos es que el individuo que no cumple con sus responsabilidades hacia su prójimo está - al mismo tiempo - transgrediendo en contra de D'os también. Aún el versículo "Ama a tu prójimo como a ti mismo" concluye con "Yo soy D'os".

Hay otra lección que aprender de esta yuxtaposición textual: le concierne a D'os - quizás - de igual manera, tanto lo ético como lo ritual. Es por eso que aquellos que se dirigen a las enseñanzas éticas como su exclusiva definición de judaísmo, están mal interpretando el mensaje al ignorar el contexto, y en realidad al ignorar las mismas palabras de la Torá.

Los primeros versículos de la parashá son críticos para un entendimiento del mensaje de la Torá:

"Y D'os habló a Moshé diciendo: Habla a toda la Congregación de Israel y diles a ellos 'Santos habréis de ser pues Santo Soy Yo D'os, vuestro D'os'" (19:1-2).

¿Por qué fue necesario juntar a toda la congregación para enseñar este mensaje? El Midrash responde:

"¿Por qué esta sección fue enseñada en una reunión? ¿Por qué no dice "habla a los hijos de Israel" así como dice en otras secciones de la Torá? Porque todos los (diez) mandamientos están incluidos en ella" (Tanjumá Kedoshim sección 3).

El Midrash ve a la parashá Kedoshim como una redeclaración de los diez mandamientos. Por su importancia es apropiado que sea enseñada en frente de toda la congregación. Debemos notar que los diez mandamientos también combinan el ritual con la ética. El Talmud remarca este punto en el siguiente pasaje:

"Cuando D'os dijo "Yo soy…", "No tendrán otros…", las naciones del mundo dijeron "Él está predicando para su propio engrandecimiento", pero cuando Él dijo "honra a tu padre y a tu madre" ellas (las naciones del mundo) alabaron también al primer mandamiento…al final de los mandamientos ellos llegaron a apreciar la verdad en los primeros" (Kidushín 31a).

De acuerdo con este pasaje, los primeros mandamientos no dieron una buena impresión a las naciones del mundo, quizás porque ellos recordaron a sus propias deidades, pero cuando D'os comenzó a requerir que el hombre se comporte éticamente en sus relaciones interpersonales también, las naciones entendieron que debían reevaluar el primer mandamiento también.

La orden de ser Santos parece difícil de cumplir. ¿Cómo puede el hombre finito y limitado ser "santo"? Más aún, ¿qué es la "santidad"? Los comentarios enseñan que santidad representa una "separación". Rashí, citando el Midrash, enseña que debemos separarnos, específicamente de las relaciones sexuales ilícitas. Con esto, Rashí crea una corriente lógica de ideas de la parashá anterior, Ajaré Mot, la cual finaliza con una lista de relaciones prohibidas.

El Rambán, por otro lado, ve este versículo como una enseñanza general de evadir excesos. El Rambán entiende que nos tenemos que separar de cosas que no están explícitamente prohibidas, cosas que van en contra del espíritu de la ley judía a pesar de que ellas están dentro de la ley y llama a quien incurre en este pecado un "menuval birshut haTorá" - un lascivo con el permiso de la Torá". En cualquier caso, de acuerdo a Rashí y al Rambán, se nos pide que seamos santos - que nos separemos. La Torá da una razón: 'Santos habréis de ser pues Santo Soy Yo D'os, vuestro D'os'" (19:2).

Si la santidad es una característica de D'os, nuestra pregunta retorna: ¿Cómo el hombre puede alcanzar la Santidad? El Rebe de Kotzk dijo:

"¿Cómo es que el hombre puede ser santo? Sólo porque "Yo D'os, vuestro D'os soy Santo" (Shem Mishmuel Vaikrá pag. 277).

El Shem Mishmuel, un nieto del Rebe de Kotzk, explicó la enseñanza de su abuelo de la siguiente manera: todo judío tiene dentro de él una parte de la santidad de D'os, la cual le permite alcanzar santidad. El hombre puede hacerse santo porque fue creado a imagen de D'os. Pero cada persona posee un alma diferente, es por eso que cada persona tiene una santidad distinta dentro de él. Una maravillosa dictonomía surge de esto: esta sección fue enseñada públicamente en función de enseñarle al hombre cómo hacerse santo, y dentro del método de esta enseñanza está el mensaje esencial: la santidad es algo que pertenece a toda la congregación judía. Si ser "santo" significa separarse, una persona puede llegar a creer que en función de hacerse santa debe apartarse de la comunidad. Es por eso que esta sección fue enseñada públicamente - para enseñarnos que la santidad que nosotros buscamos se encuentra en la comunidad.

Una nueva luz ilumina, entonces, el tan celebrado pasaje del Talmud en el cual alguien que se quiere convertir le pide a Hilel que le enseñe toda la Torá mientras está parado sobre un solo pie. Hilel le responde:

"No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti. Esta es toda la Torá, el resto son comentarios; ve y estúdialos!" (Shabat 31a).

La frase de Hilel (originalmente en arameo) se encuentra en el Targum Ierushalmi, como la explicación del versículo "ama a tu prójimo como a ti mismo". El comentario de Rashí a este pasaje del Talmud es de alguna manera enigmático:

"'No hagas a tu prójimo lo que no quieres que te hagan a ti: a tu amigo y al amigo de tu padre no abandonarás' (Mishlé 27). 'Amigo': este es D'os. No ignores Sus palabras porque es detestable cuando tu amigo ignora tus palabras" (Rashí Shabat 31a).

La explicación de Rashí está basada en el Midrash, y aparece en el Zohar:

Está escrito: 'a tu amigo, y al amigo de tu padre no abandonarás'. 'Tu amigo': este es D'os, como está escrito: '(Dijo D'os) por mis hermanos y mis amigos'(Salmos 122:8) … 'no lo abandonarás': y si lo has abandonado presta atención para no entrar a la casa de tu hermano (Midrash Rabá Éxodo 27:1).

"Rabí Jizkía interpretó el versículo: 'Un amigo ama todo el tiempo y un hermano es nacido para la adversidad' (Proverbios 27:17), de la siguiente manera: 'Un amigo' es D'os, del Cual está escrito: 'a tu amigo y al amigo de tu padre no abandonarás' … en verdad, 'tu no debes abandonar a tu Amigo', tu debes adorarLo, elevarte a Él, cumplir con Sus mandamientos, pero 'retira tu pie de tu impulso del mal para que no se transforme en tu dueño, sácalo de tu casa, de tu alma santa que tu Amigo te ha dado'. El verdadero servicio a D'os, consiste en amarLo por sobre todo y en todo, como está escrito: 'Debes amar a D'os tu D'os'" (Deuteronomio 6:5) (Zohar Shemot sección2 pag. 55b).

El comentario enigmático de Rashí ahora se aclara: la declaración de Hilel de que en este sólo versículo está incluida toda la Torá se hace entendible sólo cuando traducimos "amigo" como "D'os". De acuerdo a Rashí, el amigo al que no debes maltratar es no otro que D'os! Si ese es el caso, la elección de Hilel es recta, puesto que verdaderamente contiene todos los aspectos de la Torá, tanto éticos como rituales, de relaciones interpersonales como de la relación entre el hombre y D'os. Ahora vemos que la línea trazada entre las dos clases de leyes no es tan extensa como habíamos pensado: amar a mi prójimo incluye amar a D'os; amar a D'os incluye amar a mi prójimo. Yo debo ser santo porque D'os es santo. Ser santo significa estar separado; la manera en que me santificaré es amando a mi prójimo. Al amar a mi prójimo yo manifiesto mi amor por D'os.

Ahora nosotros entendemos por qué la ley judía legisla que antes de rezarle a D'os, uno debe aceptar el mandamiento de "amar a tu prójimo como a ti mismo" (Maguen Abraham 46:1 en nombre del Ariza"l).

Volvamos a nuestro texto en la Torá. Después de la enseñanza de amar a nuestro prójimo, ¿qué viene? ¿qué puede venir? ¿qué mandamiento puede estar junto a esta hermosa enseñanza?

"Mis leyes observarán. No combinarás distintas especies de animales, no sembrarás en tu campo mezcla de semillas y ropa de fibra mezclada no usarás sobre tu cuerpo (shatnez)" (19:19).

Este versículo parece anticlimático. El cambio fue repentino y brusco: de amar a tu prójimo, la cima de la disciplina ética, nosotros nos encontramos empujados al ritual más arcano - la prohibición en contra de mezclar lino con lana en nuestra ropa - siendo éste un mandamiento sin una aparente razón.

Un análisis profundo revela la conexión: como notamos antes, ser santo significa estar separado. Mantener las especies separadas es una lección de santidad. El tema no ha cambiado tan drásticamente como pensamos. El Gaón de Vilna explica el origen de la prohibición de Shatnez desde una perspectiva mística:

"Este es el secreto místico del shatnez, lana y lino. Porque la ofrenda de Cain fue lino, y [la ofrenda] de Hével fue lana" (el Gaón de Vilna en su comentario a "Sifrá Detzneuta" cap. 4 pag. 51b).

Hével era un pastor, mientras que Cain trabajaba la tierra. La primer persona de ser culpable de no amar a su prójimo como a sí mismo fue Cain. Su pecado tuvo grandes repercusiones; resultando una necesidad de más santidad en el mundo, más separación, más apreciación de la existencia de reinos diferentes - animal y vegetal, Cain y Hével. Si Cain se hubiese dado cuenta que un aspecto de la unicidad de D'os existía en Hével, él nunca lo hubiera matado. Él habrá pensado que Hével era prescindible. Él fracasó en entender que la imagen de D'os dentro de cada persona es única, y para que la humanidad alcance la santidad todas estas diferentes partes de D'os necesitan estar unidas. En consecuencia, una nueva clase de separación necesitaba ser introducida al mundo, para recordarnos del terrible crimen de Cain. Es así, que el acto de Cain resultó en la prohibición en contra del shatnez! Las leyes de separación de especies siguen, naturalmente, lógicamente, después del mandamiento "ama a tu prójimo como a ti mismo".

Amar a nuestro prójimo trae Divinidad al mundo, como está ilustrado en el Midrash: (nota: este midrash es relativamente largo y se encuentra en dos fuentes: Otzar Midrashim pag. 319 y el Ialkut Meam Loez, Vaikrá pag. 210)

"Hubo una vez dos amigos cuya amistad era profunda. Por causa de las guerras los amigos se separaron por muchos años. Finalmente uno oyó donde se encontraba su amigo, y viajó a visitarlo. Desafortunadamente los países en donde los dos vivían estaban en guerra uno con el otro. Rumores comenzaron a escucharse respecto de la misión del extranjero que había llegado a visitar. Pronto él fue arrestado y fue acusado de espionaje. Él fue encontrado culpable y sentenciado a muerte por el rey. El hombre suplicó al rey que le conceda un último deseo. El rey le preguntó: "¿Cuál es tu deseo?". El hombre respondió que él era un prominente hombre de negocios en su propio país y era bien conocido porque hacia negocios a crédito, con sólo un apretón de manos. La plena verdad es que a pesar de que él acumuló una pequeña fortuna, la mayoría de su dinero fue prestada a personas sin contrato. Él le pidió al rey que le permitiese hacer un último viaje a su casa para poner sus cosas en orden, y decir adiós a su familia. Si no podría hacerlo, el rey no sólo lo estaría condenando a él a muerte sino también a sus hijos a una vida de pobreza. El rey estaba pasmado: "¿cómo yo puedo creerle que volverá, qué puede darme como garantía?". El hombre respondió que él tenía un muy buen amigo que vivía en la ciudad, y él estaba seguro de que el hombre estaría dispuesto a tomar su lugar en la condena hasta su regreso. El amigo fue traído. Se le preguntó "¿tomaría usted el lugar de su amigo? Usted entiende que si él no vuelve es su cabeza la que será cortada". El hombre aceptó. "Después de todo, ¿para qué son los amigos?" respondió el hombre. El rey estaba intrigado de ver si el hombre verdaderamente volvería, y es así que le permitió salir, sabiendo que la ejecución sería en 30 días.

El momento fijado llegó, pero el hombre no retornó, entonces el rey ordenó a sus guardias que tomen al amigo y lo decapiten. Ellos sacaron al hombre, pusieron su cabeza en la guillotina y cuando el cuchillo estaba por bajar, un gran murmullo se escuchó desde la ciudad. Se le pidió al ejecutor que espere; el hombre había retornado. Él caminó valientemente hacia el ejecutor y agarró la espada, y dijo "Yo estoy aquí y estoy preparado para recibir mi suerte". El amigo se levantó y agarró también la espada y dijo: "Llegaste tarde, el trato era que regresarías en la mañana. Puesto que no regresaste, yo soy el que tiene que ser matado". El amigo respondió: "Pero es a mí a quien acusaron de traidor, fui yo el que fue sentenciado a muerte". El rey observó la discusión y mandó a llamar a los dos hombres. "Ninguno de ustedes será matado, con una sola condición". Los dos miraron al rey y le preguntaron: "¿cuál es la condición?". El rey respondió: "Que yo pueda ser su tercer amigo".

El Ialkut Meam Loez usó esta historia para enseñar el significado del versículo "ama a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy D'os". El mensaje profundo de la historia es que si el hombre verdaderamente y de corazón va a amar a su prójimo, D'os promete amar a los dos hombres y ser nuestro socio constante, nuestro tercer amigo. Los mandamientos que tratan sobre el hombre y su prójimo incluyen a D'os también. Ahora podemos entender por qué el "odio gratuito" causó la destrucción del Templo. Cuando nosotros actuamos con amor hacia nuestro prójimo, nosotros traemos la Shejiná al mundo; el odio entre los hombres expulsa la Shejiná del mundo. La santidad de D'os es reflejada a través de la santidad del hombre; la unicidad de D'os está manifestada en la unicidad colectiva de todos los hombres. La unión de dos personas causa que más Divinidad sea revelada en este mundo. Ser santos significa estar separados: cada persona debe encontrar la Divinidad exclusiva dentro de él y dentro de su prójimo. Esto requiere nuestra "separación", y nuestra unidad. El resultado es Santidad.

Conclusión:

Grato Aroma.

"Y dijo Hashem a Moshé: habla con Aharón, tu hermano, y no vendrá en cualquier momento al Santuario, al otro lado del velo, delante de la cubierta que está sobre el arca; y no morirá porque en una nube me revelaré sobre la cubierta." (Vaikrá 16,2)

Con estas palabras comienza la sección semanal de la Torá a describirnos el servicio de Yom Kipur, tal como se realizaba en el Templo, siendo la primera advertencia dada a Moshé sobre su hermano Aharón, el Cohén oficiante, que este servicio no es algo cotidiano, y por lo tanto no en cualquier momento podrá acercarse al Santuario, al otro lado del velo del Templo, sino solo en un día especial, el día de las expiaciones que recae el décimo día del mes de Tishrey. Además hace resaltar la Torá en estas primeras indicaciones otro elemento del servicio, cuya trascendencia fijará la definición de este día, cuando el versículo dice: "porque en una nube me revelaré sobre la cubierta", se hace alusión al sahumerio que ingresa el Cohén Gadol este día como parte culminante del servicio de Yom Kipur; así leemos en Najmánides: "este es la explicación de en una nube me revelaré... que no puede ingresar sino con un sahumerio que levante una nube, como declara más adelante y cubrió la nube del sahumerio la cubierta del Arca..".

Vemos que el ingreso del Cohén al Santuario en este día estaba acompañado de la presentación del sahumerio, es decir de la mezcla de diferentes especias aromáticas, que eran una condición para que la Presencia divina se posara sobre la cubierta del arca. Para entender los mensajes espirituales que estos factores representan debemos profundizar en el significado del día y sus proyecciones.

Yom Kipur es un día con un significado central en la vida del ser humano como particular, ya que es un día de ayuno y arrepentimiento, un día completamente dedicado a las plegarias y a la reconciliación de un hombre con otro y de los hombres con su Creador. Un momento en que el ser humano se desconecta de todos los elementos materiales que le rodean y se sumerge en conceptos del espíritu, tales como la reflexión sobre su comportamiento y la purificación de su alma.

En el Templo se expresa este día con un servicio especial, que ayuda a los particulares a purificarse dentro de un marco público, ya que este día se purifica el pueblo de Israel por completo de sus pecados. El Cohén Gadol como enviado del pueblo, se para en el atrio y se confiesa en nombre de todo Israel, y les dice: ¡purifíquense! En esta confesión el Cohén hace expiación "por él, por su casa y por todo la comunidad de Israel". (Vaikrá 16,17). Además, Yom Kipur representa la purificación de todo ser vivo, y el servicio del Cohén y su ingreso al Santuario causa la expiación de los pecados universales desde los días de Adam, el primer hombre, con la esperanza de corregir este universo bajo el reinado de Hashem.

Si reflexionamos profundamente encontraremos que existe una relación esencial entre el servicio del Cohén este día en el Santuario, y el comienzo de la creación del mundo y de hombre, ya que como nos han enseñado nuestros sabios, el ingreso del Cohén detrás del velo del Templo es una expiación por el pecado de Adam y de la humanidad completa en los primeros momentos de la historia; así nos declara Rabí Aharón Haleví (autor del Séfer Hajinuj): "Fue una de las bondades que hizo el Creador con sus criaturas, fijarles un día en el año para expiar por los pecados, aunque la expiación se condiciona al hecho que se arrepientan. Ya que si se juntasen los pecados de los seres humanos año tras año... el mundo debería ser destruido. Por lo tanto, vio en su sabiduría, Bendito El, para mantener al mundo, fijar un día en el año para expiar los pecados de los arrepentidos. Y desde el comienzo de la creación del mundo fue dispuesto y consagrado para esto".

El error de Adam le llevó a que Hashem lo expulsara del Gan Eden, para entender la desconección que se formó entre el hombre y su Creador como consecuencia de su pecado, debemos prestar atención a los versículos que tratan de este tema: "expulsó al hombre y puso al oriente del Gan Eden a los querubines y el filo de una espada que giraba para cuidar el camino al árbol de la vida" (Bereshit 2,24). Yonathán Ben Uziel, en sus glosas en arameo sobre este pasaje, nos enseña que Hashem expulsó a Adam del lugar donde había puesto su Presencia desde antes entre los dos querubines, es decir antes que el hombre cometiera el pecado, estaba bajo la sombra de la Presencia divina, en el Santuario, el lugar donde se ubicó la Presencia divina desde el principio de la creación entre los dos querubines. El pecado trajo como consecuencia que se levantó una cortina entre el hombre y su Creador, el hombre fue expulsado. Desde ahora lo servirá sobre el altar que está al oriente del Santuario. El camino al lugar donde se encuentra en forma esencial la Presencia divina está resguardado por los querubines y por el filo de una espada que jira, no existen oportunidades cotidianas de ingresar a este lugar excepto en el día que se permite correr el velo y sólo al Cohén Gadol, como un representante del primer hombre.

El Cohén Gadol, con todas sus implicaciones es representante de Adam, el primer hombre, y junto con él de toda la humanidad, él puede presentarse nuevamente delante del lugar donde Hashem posó su Presencia, entre los dos querubines, como un retorno a los primeros momentos de la creación previos al pecado, esto es señal de pureza, el día de la pureza, es decir en Yom Kipur. Dentro de este marco el servicio realizado con el sahumerio toma una lugar central, y lo hace algo diferente del resto de las festividades que cubren el ciclo del año; como ya dijimos Aharón podrá ingresar al lugar sagrado, con todos los significados primigenios que esto conlleva, solamente acompañado de una nube, esta nube es descrita por los sabios (Cf. Yomá 53ª) como el humo que se produce al quemarse las especias aromáticas del sahumerio, y se constituye como una introducción y reconciliación previa al resto de los servicios del día, así serán todos aceptados delante de Hashem. Sobre la grandeza e importancia del sahumerio nos han enseñado nuestros maestros:

"Es muy apreciado el sahumerio, ya que de los catorce sacrificios que Israel presenta en Yom Kipur, sin embargo el Cohén Gadol no pide por sus necesidades sino en el momento que lo quema, como se declara: y pondrá el sahumerio sobre el fuego delante de Hashem (Vaikrá 16,13), ¿De dónde sabemos que en ese momento solía rezar? Porque se declara: que se levante mi plegaria como un sahumerio delante de Ti, como levantar mis manos, como una grata oblación (Tehilim 141,2). Y ¿Por qué el sahumerio es tan apreciado? – Porque no se presenta por un pecado" (Mishnat Rabí Eliézer Haglili, 12).

Las dos características del sahumerio mencionadas en este texto, el hecho que se asocia a la plegaria y el que no sea presentado por un pecado, construyen una nueva relación con el Creador; así los componentes de este sahumerio son tomados de hierbas aromáticas que hay en el mundo, estos aromas nos recuerdan el aroma del Gan Eden, como nos enseñan lo sabios sobre el versículo en Shir Hashirim (5,1): "He venido a mi jardín, mi hermana, mi novia, cogido de mi mirra con mis perfumes", donde el jardín hace referencia al Jardín Primordial, el Gan Eden. En los primeros momentos de la creación, la Presencia divina "caminó" con el hombre en el Jardín y vino delante de ellos el aroma de los árboles y el perfume de sus especias; sin embargo el paso del estado de pureza al de pecado creó una cortina entre nosotros y el Creador y causó además que el perfume del Jardín para nosotros se desvaneciera, no obstante con la construcción del Tabernáculo en el desierto nuevamente se puede percibir en el sahumerio, recuerdo simbólico de esos aromas primordiales, algo del placer espiritual que causaba en Adam el perfume del Jardín.

Podemos ahora interiorizarnos del servicio del sahumerio en Yom Kipur, el día que escogió el Creador para reencontrarnos, ese día revestido de pureza el Cohén Gadol, representante de la humanidad, ingresa más allá de la cortina divisoria, pero no puede hacerlo sino en una nube, es decir la única posibilidad de poder estar nuevamente frente a la Presencia de Hashem, como en tiempos de Adam es envuelto en el humo del sahumerio, el recuerdo actual de los aromas del Jardín Primordial. Este reencuentro marca además muchas dimensiones particulares y generales de Israel, así el Cohén cuando terminaba de realizar el sahumerio dentro del Santuario, se dirigía fuera del velo y frente al lugar donde las varas del Arca santa sobresalían en el velo, realizaba una plegaria por las necesidades del pueblo: "Que sea este año que viene sobre nosotros y sobre todo tu pueblo Israel en cualquier lugar donde estén... lluvioso...". (Rezo del Cohén Gadol en Yom Kipur)

Sobre el velo estaban dibujados los querubines (Shemot 26,31) y así también había querubines que se alzaban sobre la cubierta del Arca, ciertamente estos son una continuación de los querubines del Gan Eden, así se declara: "Y con respecto a ellos, a los querubines del Gan Eden, estaban los querubines del Templo" (Recanati a Bereshit 16). Es decir el sahumerio marca en Yom Kipur el punto más sutil del reencuentro entre el hombre y su Creador, como una vuelta al Gan Eden.

Shabat Shalom.

Haftarat Ajarei Mot Iejezkel 45:18 - 46:14 (Sefaradim)

La costumbre de los judíos ashkenazitas es leer como haftarát Ajaré Mot una sección extraída del libro del profeta Amós 9:7-15, y como haftarat Kedoshim una sección perteneciente al libro del profeta Iejezkel 22:1-16.

Sin embargo, entre los judíos sefaraditas la costumbre es distinta. Ellos acostumbraron leer en haftarat Ajaré Mot el texto extraído de Iejezkel 22:1-16, mientras que en haftarat Kedoshim leen de Iejezkel 20:1-20.

Como hemos explicado en nuestra Introducción a las Haftarot, en los shabatot del año donde se leen dos parashot juntas, la costumbre general tanto entre los judíos ashkenazim como entre los judíos sefaradim es leer solamente la haftará correspondiente a la segunda de las parashot leídas.

Sin embargo, si las parashot Ajaré Mot y Kedoshim se leen el mismo shabat, a pesar de que los judíos sefaradim acostumbran leer la haftará correspondiente a parashat Kedoshim siguiendo la regla general, los judíos ashkenazim, excepcionalmente, acostumbran leer la haftará correspondiente a parashat Ajaré Mot (Ramá Oraj Jaim 428:8, Mishná Berurá y Kaf Hajaim).

Comentario
Amós 9:7-15

En la haftará de Ajaré Mot (de acuerdo a la costumbre de los judíos ashkenazim) encontramos una fuerte reprimenda a los hijos de Israel - que querían abandonar la Torá y los preceptos - por parte del profeta Amós (s. VII a.e.c.).

Sin embargo, al final de la haftará encontramos palabras de consuelo y esperanza para "los cautivos del pueblo de Israel":

"He aquí que días vienen - palabra de D'os - en los que se encontrará el arador con el cosechador y el pisador de uvas con el sembrador, gotearán las montañas vino y todas las colinas se disolverán" (9:13).

El Rav Mendel Hirsh en su "Séder Hahaftarot" nos explica que cuando el pueblo de Israel - así como la humanidad toda - se encuentren en un estado de purificación y unidad respecto de la valorización de D'os, se creará una situación de paz con Él, una situación de paz entre el hombre y su prójimo, y habrá paz entre un pueblo y otro.

En ese momento D'os impondrá la paz entre la naturaleza y el hombre, y todas las molestias y los obstáculos que fueron colocados con el transcurrir del tiempo para educar a la humanidad, serán quitados.

La tierra volverá a producir frutos con toda su fuerza, hasta tal punto que "se encontrará el arador con el cosechador", pues el cosechador tendrá tanta producción que juntar, que seguirá trabajando hasta la época en la que nuevamente se deberá arar el campo para prepararlo para la siembra, "y el pisador de uvas" se encontrará "con el sembrador", ya que tendrá tantas uvas para pisar, que llegará la época de la siembra y él todavía estará preparando vino. Habrá tanta producción que "gotearán las montañas vino" y la lluvia será tan abundante que "todas las colinas se disolverán".

"Haré retornar a los cautivos de Mi pueblo Israel y reconstruirán ciudades desiertas y se asentarán, plantarán vides y tomarán su vino y harán jardines y comerán su fruto" (9:14).

Cuando toda la humanidad esté bendecida con esa abundancia, se estará hablando de la redención final del pueblo de Israel - a través de la providencia y el cuidado especial de D'os con su pueblo.

La expresión "Y haré retornar a los cautivos de Mi pueblo Israel" nos muestra una relación de amor entre D'os y el pueblo que retorna a su tierra purificado.

"Y los plantaré en su tierra y no serán más desarraigados de la tierra que les he dado,
ha dicho Hashem, tu D'os"
(9:15).

Ese pueblo purificado también tiene una relación con la tierra a la cual retornan asentándose en ella, ya que para ellos ella había sido destinada.

Todos los aseguramientos son de D'os, pues Él es "Hashem, tu D'os". De esta forma finaliza Amós su profecía, con una fuerte expresión el profeta se dirige directamente a cada judío de cada generación, en todo tiempo, diciéndole que D'os encomendó a cada uno para que ponga de sí su pequeña parte para concretizar este objetivo, mediante una predisposición y un cumplimiento fiel y completo de la obligación de su vida.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Y purificará el Santuario por las impurezas de los hijos de Israel y por sus graves pecados, por todas sus transgresiones" (Vaikrá 16:16).

Este versículo aparentemente aparece en un orden inverso al lógico, porque comienza hablando de sus graves pecados, es decir de los pecados graves cometidos por el pueblo, y finaliza hablando sobre sus transgresiones, es decir sobre las transgresiones simples cometidas por ellos.

Pero generalmente nosotros primero pedimos perdón por las transgresiones leves y sólo después por los grandes pecados. Entonces, ¿a qué se debe el cambio en el versículo?

La respuesta es que generalmente el iétzer hará (impulso o instinto del mal) comienza a trabajar incitando a la persona a que cometa "pequeñas" transgresiones, y cuando ve que la persona le hizo caso, lo induce a cometer pecados más graves.

Pero la explicación de este versículo es la siguiente: "Y purificará el Santuario por las impurezas de los hijos de Israel", es decir por el hecho de que ellos se impurificaron completamente por el iétzer hará, "y por sus graves pecados", es decir por los pecados graves y premeditados.

Y la razón de esto es "por todas sus transgresiones", pues solamente porque ellos comenzaron escuchando al iétzer hará que los incitó a cometer transgresiones simples, llegaron a impurificarse totalmente.

Basado en las palabras de Rabí Iejiel Mijal Epshtein.

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