domingo, 9 de enero de 2011

Parasha Bo

La Octava Plaga: Langostas

Hashem ordenó a Moshé advertir al Faraón acerca de la octava Plaga que El causaría a los Egipcios.

“Di al Faraón,¿No suele alguien que invita a un húesped esforzarse él mismo para asistirlo en toda forma posible? A pesar de ello después de que tú invitaste a los Judíos como huéspedes a tu país, los disuadiste a servirte y finalmente los hiciste tus esclavos y los oprimiste amargamente. ¡Yo juro que tú probarás esa mismísima amargura por haber cambiado tan vergonzosamente tu conducta hacia los Benei Israel!”.1

Moshé y Aharón transmitieron el mensaje de Hashem al Faraón. Ellos le advirtieron, “Así dice Hashem, Di-s de los Hebreos, ‘Sí tú aún rehúsas dejar ir a Mi pueblo, Yo traeré langostas dentro de tus fronteras mañana. Ellas devorarán el trigo y el espelto que fueron eximidos del Granizo.2 Las langostas llenarán tus casas y las casas de tus sirvientes y todo Egipto. ¡Será una plaga cuyo parecido nunca fue experimentado por tus padres y los padres de tus padres!”’.

Moshé comunicó el mensaje y notó que los sirvientes del Faraón se echaban miradas entre si- aparentemente creían sus palabras esta vez. El se retiró por algún tiempo para darles la oportunidad de discutir la situación entre sí mismos y hacer teshuvá.3 “Séd sensato,” los sirvientes aconsejaron al Faraón. “¿Cuánto tiempo debe este hombre continuar siendo una amenaza para nosotros? Si la Plaga de Langostas nos golpea, nosotros estamos destinados a morir de hambre.4 Poned a todos los Judíos en libertad para que ellos adoren a su Dí-s; ¿No os dáis cuenta de que Egipto está perdido?”.

El Faraón despachó un mensajero para traer a Moshé y Aharón de regreso al palacio.5 Les dijo, “¡íd servid a vuestro Di-s! ¿Quiénes serán las personas que irán?”. Moshé respondió, “Nosotros iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos, con nuestros hijos y nuestras hijas, nuestras ovejas y nuestro ganado. Al igual que todos nosotros os servimos a vos, así nosotros todos serviremos a Hashem.”6 “Sólo hombres ofrecen sacrificios,” objetó el Faraón. “¿Para qué propósito vosotros necesitáis a los niños? Debéis estar planeando escapar, y Yo no puedo escucharos. No penséis que vuestro plan de llevar a los Judíos al desierto tendrá éxito. Soy un experto astrólogo, y veo a la estrella Ra ‘á cerniéndose sobre el pueblo Judío en el desierto. Esa estrella significa sangre. ¡Vosotros todos pereceréis miserablemente en el desierto!”.

Cuando los Benei Israel escucharon las ominosas palabras del Faraón, temblaron.

De hecho, el Faraón estaba acertado al predecir que la estrella Ra’á simbolizaba sangre para el pueblo Judío. Mas él no sabia que Hashem convertiría la Sangre de Muerte en la Sangre del brit milá comandando a los Benei Israel a círcuncidarse a si mismos antes de entrar a Eretz Israel.7

El Faraón previó cuál sería la suerte de K’lal Israel de acuerdo con las leyes de la astrología las cuales son las leyes de la naturaleza. En verdad, Hashem elevó el destino de K’lal Israel sobre las estrellas y los condujo a través del desierto con milagros.8

El Faraón dio órdenes de arrojar a Moshé y Aharón fuera del palacio.

Hashem entonces ordenó a Moshé extender su mano. Inmediatamente, un poderoso viento del este comenzó a soplar. Continuó soplando el día entero y la noche. Al fin de la noche, trajo enjambres de langostas sobre Egipto. Hashem demoró la Plaga hasta el fin de la noche en la esperanza de que los Egipcios pudieran aún cambiar su opinión.9

La visión de nubes de langostas descendiendo sobre Egipto no entristeció a los Egipcios sino, por el contrario, los alegró. “¡Estas langostas harán alimentos deliciosos de conservas de langostas!” se regocijaron. “¡Nosotros las pondremos dentro de barriles, las salaremos, y nos las comeremos!”. La razón por la cual estaban tan felices era que estaban al borde de la inanición. La Pestilencia había exterminado sus animales para que no se pudiera obtener carne, y la Plaga del Granizo había destruido toda provisión de fruta y vegetales.10

Estas langostas no eran insectos ordinarios. Eran un ejército de insectos maravillosos, milagrosamente equipados con órganos especiales para herir y matar a los Egipcios. Poseían dientes como el acero, cuernos semejantes a aquéllos de bueyes, garras como leones, alas como águilas, y colas sibilantes como culebras. Saltaban a los rostros de los Egipcios y taladraban sus ojos con sus garras. Su saliva era veneno mortal; cuandoquiera que ella se derramaba sobre un Egipcio, él inmediatamente moría.11

Las langostas eran literalmente insaciables. No sólo consumían los árboles y la hierba, sino incluso brincaban dentro de las casas de los Egipcios y devoraban su joyería, ropas, y artículos preciados.Había tantas de ellas que oscurecieron el cielo, cubrieron la superficie de la tierra y obstruyeron los pozos. Ellas devoraron todo en Egipto de modo que para el fin de la Plaga, ni una sola hoja o brizna de hierba fue dejada en la tierra entera.12

¿ Por qué fueron los Egipcios afligidos con esta Plaga?

Hashem los estaba castigando midá- kenegued- midá por haber forzado a los Benei Israel a sembrar sus cosechas. Ahora las langostas devoraron todo lo que los Benei Israel habían sembrado.13 Además, luego de la Plaga del Granizo, los Egipcios creyeron que ellos se beneficiarían de las frutas que cayeron al suelo cuando las piedras de granizo destrozaron los árboles. Hashem por consiguiente envió a las langostas a consumir cualquier cosa comestible que había sido arrojada al suelo por el Granizo.14

El Faraón apresuradamente convocó a Moshé y Aharón, confesando, “¡Yo pequé contra Hashem vuestro Di-s y contra vosotros! ¡Perdonádme ami sólo esta única vez, e implorad a Hashem que El me alivie de las Langostas que nos causan a nosotros muerte por inanición!”.15

Cuando Moshé oró, Hashem trajo un fuerte viento del oeste. Con una sola ráfaga, él se llevó todas las langostas y las arrojó en el 1am SuJ. Aún aquellas langostas que los Egipcios habían logrado reunir y conservar en barriles, desaparecieron junto con las otras.16

Pero una vez que la Plaga acabó, Hashem permitió que el corazón del Faraón se endureciera, y él rehusó dejar ir a los Benei Israel.


La Novena Plaga: ¡ Oscuridad

Hashem ordenó a Moshé, “¡Extiende tu mano hacia el Cielo y trae Oscuridad sobre la tierra de Egipto, una oscuridad tan densa que ella pueda ser sentida!”

Cuando Moshé extendió su mano, Oscuridad envolvió la tierra de Egipto, permaneciendo por seis días consecutivos. Esta Plaga duró sólo seis días y no siete como las anteriores puesto que el séptimo día de Oscuridad fue reservado para cuando los Egipcios perseguirían a los Benei Israel en el 1am Suf y Hashem causaria Oscuridad sobre ellos.17

En los primeros tres días, los Egipcios pudieron moverse alrededor libremente en la oscuridad. Sin embargo, sin importar cuántas velas o antorchas encendieran, la oscuridad prevalecía y no podían ver nada. Durante estos días los reshaím entre los Judíos murieron. Ellos eran aquellos quienes no creían en la redención y aquéllos quienes adquirieron riquezas o mantenían altas posiciones en Egipto y no querían partir. Dijo Hashem, “Si Yo los destruyo en público, los Egipcios se mofarán, ‘Los Judíos son atacados por plagas al igual que nosotros lo somos”’. Hashem por consiguiente llevó los primeros tres días de Oscuridad para que los Benei Israel pudieran sepultar a sus muertos sin ser observados por sus enemigos 18

En el cuarto día, la oscuridad se condensó dentro de una masa compacta. Tan pronto como esto sucedió, los Egipcios ya no pudieron moverse: quien estaba parado debía permanecer en aquella posición por los próximos tres días, incapaz de sentarse, y quien estaba sentado ya no podía levantarse. Mientras los Egipcios estaban así inmóviles en la densa oscuridad, ellos oían abrirse las puertas de sus casas y pisadas aproximándose. Había sonidos de cajones de gabinetes y puertas siendo abiertas, mas ellos eran incapaces de levantarse y averiguar quiénes eran los intrusos y expulsarlos. De hecho, estos secretos visitantes eran los Benei Israel. Ellos habían sido informados por Moshé que al partir de Egipto, debían solicitar de sus vecinos oro y plata; por lo tanto fueron ahora a asegurarse qué items preciosos los Egipcios poseían para poder decirles más tarde, “ Dádme el artículo que vos guardáis en este y este cajón”. Ni un solo Judío, sin embargo, tomó aún el ítem más pequeño que no fuera suyo durante el periodo de Oscuridad.19

Los Ben ej Israel pudieron ver incluso en el medio de la oscuridad puesto que cada Judío era acompañado por un estallido de luz dondequiera que él iba.20

Extraño como ello pueda parecer, los Egipcios tuvieron una clara visión a pesar de la oscuridad- ¡ellos percibieron lo que sucedía en la tierra de Goshen! Observaron imágenes de los Benei Israel, proyectadas como si con una cámara, sentados alrededor de mesas, comiendo, bebiendo, y regocijándose. Aquella visión los llenó de una profunda infelicidad.21

¿Por qué fueron los Egipcios sumergidos dentro de oscuridad mientras los Benei Israel disfrutaron luz? Los Egipcios estaban siendo castigados mídá- kenegued- midá por una de sus diversiones sadistas. Un Egipcio solía ordenar a un Judío, “Sostén esta vela encendida sobre tu cabeza mientras yo ceno, pero ¡ténla derecha! Un movimiento, y ¡tu cabeza será separada con esta espada!” Y el pobre, tembloroso Judío debía permanecer de píe inmóvil con una vela sobre su cabeza mientras el Egipcio disfrutaba su comida. Ahora Hashem revirtió sus roles, haciendo que los Egipcios permanecieran inmóviles y morosos mientras los Benei Israel disfrutaban ellos mismos.22 La Oscuridad,por añadidura, era simbólica del hecho de que los Egipcios habían escogido una vida de oscuridad espiritual mientras los Benei Israel habían aceptado sobre si mismos la Torá de Hashem y mitzvot las cuales son comparadas a la luz. Ellos por consiguiente merecían verdadera luz ·23

El Faraón emplazó a Moshé y Aharón y clamó, “¡Id, servid a Hashem! Podéis llevar a vuestros niños pequeños con vosotros también, pero dejad vuestros animales atrás como seguridad de que retornaréis” 24

“No,” respondió Moshé, “llevaremos todos nuestros animales con nosotros también, incluyendo aquéllos que son propiedad conjunta de un Judío y un Egipcio.25 Más aún, vos nos daréis a nosotros de vuestros propios animales porque no sabemos todavía cuántos sacrificios Hashem requerirá de nosotros para Su servicio.´´

El Faraón comprendió con esta réplica que Moshé obedecía sólo a Hashem y no atendía a sus declaraciones (a pesar de que el Faraón alegaba ser amo del universo).26 El gritó coléricam ente,” ¡Desapareced de aquí, y guardáos de presentaros ante mi nuevamente, porque en el dia que retornéis a ver mí rostro, vos moriréis!”.

“Bien dicho,” respondió Moshé, “Yo verdaderamente no retornaré aquí para veros.¡Hashem me dijo que yo nunca más vendré a veros ( mas en cambio, vos vendréis a yerme)!”27


La advertencia acerca de la Décima Plaga

Ya que Moshé había anunciado al Faraón que nunca regresaria nuevamente a él, Hashem se presentó a Moshé antes de que él abandonara el palacio del Faraón, y le dio instrucciones de advertir al Faraón acerca de la última Plaga.

Esta fue la única vez que Hashem se reveló El Mismo a Moshé en el palacio del Faraón el que estaba lleno de ídolos. Ello sucedió sólo en honor de Moshé, a fin de que cumpliera su promesa, de que no retornaría a ver al Faraón nuevamente.28

Yo causaré una Plaga más al Faraón,” Hashem predijo a Moshé, la que será tan destructiva como todas las otras Plagas puestas juntas.29 Después de esta Plaga, él no sólo los autorizará a ustedes a partir, sino que realmente os echará de su país”. Hashem describió a Moshé la futura Plaga donde El mataría a los primogénitos, y Moshé retransmitió Sus palabras al Faraón.

“Así dice Hashem, ‘Cerca de medianoche Yo saldré al medio de Egipto y destruiré todo primogénito Egipcio, desde el príncipe heredero destinado a convertirse en el sucesor30 del Faraón hasta el más humilde de los Egipcios, el primogénito de la criada tras las piedras de los molinos, y aún al primogénito de los animales. La gritería y el llanto resultante será más intenso que cualquier cosa que haya sido alguna vez oída antes o cualquier cosa que será oída en el futuro’. Luego todos vuestros ministros vendrán a mí (Moshé señaló a los ministros que estaban parados próximos al Faraón), ¡este general aquí próximo a vos, este duque, y todos vuestros nobles!31 Ellos todos se inclinarán ante mí y nos rogarán a nosotros partir”.

A pesar de que Moshé sabia que incluso el Faraón mismo se inclinaría ante él, se refrenó de manifestar esto directamente puesto que Hashem le había ordenado ser respetuoso hacía el rey Egipcio.32

“Esta Plaga no suena tan mal,” el Faraón bromeó. “¿Cuántos primogénitos hay en Egipto en conjunto ? ¿Quizá varios cientos?”. Mas el Faraón erró. El no se dio cuenta de que las mujeres Egipcias quienes estaban sumergidas en la inmoralidad tenían un número de primogénitos engendrados por hombres diferentes, y cada hombre poseía varios hijos primogénitos de diferentes mujeres.33

Una anciana mujer Egipcia se reveló para mofarse de Moshe, diciendo, “¿Cómo puede el clamor tras esta Plaga ser tan terrible como vos predijisteis? Tómame a mí, por ejemplo- ya no tengo padre o madre que puedan ser muertos; mis hermanos y hermanas ya murieron, y mi único hija está muerto. Yo ya no seré afectada por esta Plaga de modo alguno. ¡Vos sois un falso profeta!”.

“Vos clamaréis antes que todos los otros,” Moshe profetizó.34

La Primera Mitzvá Ordenada a los Benei Israel:

Kidush Hajodesh, Santificación de la Luna Nueva

El primero de Nisán, Hashem instruyó a Moshé y Aharón, “Ustedes serán redimidos en el mes de Nisán. ¡Cuenten este mes, por consiguiente, como el primero de todos los meses en el calendario Judío!”

El nacimiento del príncipe fue celebrado por todo el país con fuegos artificiales y banderas. El feliz día fue designado un feriado nacional anual. Después que el príncipe creció, él viajó a países extranjeros y un día fue tomado cautivo por un enemigo. Fue mantenido prisionero por muchos años pero finalmente fue liberado. El día de su retorno fue un evento feliz no sólo para sus padres sino para la población entera que compartió el júbilo del rey. El rey proclamó que el día de la liberación del príncipe debería ser celebrado como un feriado nacional en el futuro en lugar de su cumpleaños.35

Simílarmente, la Torá cuenta a Nisán como el primer mes preferentemente a Tishrei, aún cuando el cumpleaños del mundo era en Tishrei. Sin embargo, un nuevo período en la historia comenzó con la redención de Egipto, y desde entonces Nisán mereció convertirse en el primero de los meses. *

Hashem informó a Moshé, “Por 2448 años, Yo he proclamado todo nuevo mes en el Cielo, mas ahora que ustedes se han vuelto nación, Yo te confío a ti esta tarea.”36

El rey cuidadosamente guardaba las llaves de su tesoro, no permitiendo a nadie tocarlas. Pero tan pronto como su hijo “¿En qué posición visteis vos la luna nueva?” y así sucesivamente. El segundo testigo era luego examinado separadamente. Si sus afirmaciones coincidían, un nuevo mes era proclamado. Si más de dos testigos se presentaban a testificar acerca de la luna nueva, los testigos adicionales eran interrogados algunas preguntas generales (a pesar de que no más de dos testigos eran requeridos) para no desalentarlos de presentarse ante el Beít Din otra vez.39

Al principio, el Beit Din solía aceptar el testimonio de cualquier Judío, pero cuando los Baitusim (una secta de estudiantes de Tzadok y Baitus quienes negaban la Tradición Oral) intentaron engañar al Beit Din* sólo un Judío que era fiel a las enseñanzas de los Sabios era admitido como testigo. Los planes de los Beitusim fueron llevados a la atención de los Sabios de la siguiente forma:

Los Baitusím contratarían dos falsos testigos, uno de su secta y uno que no era de su secta. Una vez sucedió que el Beitusí había dado su testimonio, y el segundo (falso) testigo fue hecho entrar e interrogado, “¿En qué posición visteis la luna?” El hombre respondió burlonamente, “Yo ascendí la cuesta de Ma’alei Adumím y vi la luna entre dos rocas en la forma de un becerro, con orejas parecidas a aquéllas de un cordero, astas como aquéllas de un ciervo, y una cola en la espalda- ¡y si vosotros no me creéis a mí, encontraréis 200 zuz bajo mi colchón que me fueron entregados con el propósito de con taros todo esto!” ¿Por qué acordásteis ser empleado como falso testigo?” el Juez le preguntó. “Yo oí que los Baítusím tenían la intención de engañar al Beít Din. Por consiguiente consentí a su proposición a fin de revelar su complot a vosotros, porque si no,¡ellos podían haber empleado a peores testigos para venir y engañaros!” El Beít Din le dijo, “El dinero que los Baítusím os dieron es vuestro como un regalo,y aquéllos que os contrataron serán azotados (malkut).” (El Beít Din tiene el poder para confiscar dinero y declararlo hefker. Los jueces pudieron por consiguiente transferir el dinero a este hombre por revelar los planes de los Baitusim.)40


Hashem Ordena Ofrendar un Sacrificio de Pesaj y Observar Pesaj en Todas las Generaciones

En aquel primero de Nisán, Hashem dio a Moshé y Aharón mitzvot adicionales.

“Di a los Benei Israel hoy,” Hashem comandó, “ que en el diez de Nisán, el jefe de cada familia tomará un cordero. Este debe ser macho, sin defectos, y en su primer año. El lo atará a su poste de la cama por cuatro días para examinarlo y determinar que él no tiene defecto y es apto para korbán. En la tarde del catorce de Nisán, un representante de la familia deberá sacrificar el cordero para korbán Pesaj.”

“Señor del Universo,” objetó Moshé, “¿ cómo puedo yo ordenar a los Benei Israel sacrificar corderos los cuales son idolatrados por los Egipcios?”

Hashem respondió, “Yo juro que ellos no abandonarán esta tierra a menos que primero sacrifiquen los dioses de Egipto, demostrando la impotencia de las deidades de las naciones.”41

Ofrendando como sacrificio, a los dioses de Egipto los cuales los Benei Israel solían adorar, ellos hallarían expiación por sus pecados de idolatría en Egipto. Además, viendo a los ídolos de Egipto atados a los postes de sus camas y balando desamparadamente mientras los Egipcios eran impotentes para tomar acción en su contra reforzaría su emuná (fé) en Hashem.42

Flashem dio a Moshé y Aharón instrucciones detalladas acerca de la mitzvá del korbán Pesaj ordenando, “Después de sacrificar el cordero, ustedes deberán dejar que su sangre fluya dentro de una jofaina, sumergir un atado de hierbas de hisopo dentro de ella, y colocar un poco de la sangre sobre las jambas de la puerta y los dinteles de la casa en la cual el korbán Pesaj será comido.”

¿Por qué Hashem ordenó que ellos sumergieran el hisopo dentro de la sangre? El hisopo es la más inferior de las hierbas. Hashem estaba señalando a los Benei Israel, “A pesar de que los Egipcios os consideran bajos como el hisopo, en Mis ojos ustedes son preciados.”43

¿Por qué la sangre debía ser colocada sobre los dinteles y las jambas de las puertas?

El dintel (el que es más alto que las jambas de las puertas) representaba a Abraham, y las dos jambas de las puertas a Itzjak y Iaacov, demostrando que los Benei Israel serían salvados de la Plaga que destruyó a los primogénitos en el mérito de los ancestros ya que sus propios méritos eran insuficientes.44

Nuestros ancestros son representados por las jambas de las puertas para implicar que al igual que la jamba nunca es separada de la puerta, así nuestros ancestros nunca se movieron de Hashem.45

Hashem comandó, “La carne del cordero será comida en la noche del quince de Nisán. Deberá ser asada íntegra sobre un fuego y consumida junto con matzot y maror (hierbas amargas).

Toda ella deberá ser comida antes del amanecer, y si alguna parte del sacrificio es dejada sin terminar, deberá ser quemada en la mañana del segundo día (significando el día después de Iom Tov).

Ustedes la comerán de prisa luego de completar su comida, preparados para la acción, sus zapatos en sus pies, y sus bastones a mano, todo preparado para una partida inmediata de Egipto.”46

Todos los alimentos consumidos en la noche de Pesaj son rememorativos de nuestros antepasados:

El cordero es asado sobre un fuego, recordando a Abraham quien fue salvado de la caldera ardiente.

Las matzot aluden a Sará quien horneó matzot para sus huéspedes, los tres ángeles.

El maror trae a la mente a Jaacov quien fue perseguido por su hermano Esav y cuya vida consistió de una sucesión de tribulaciones.47

Además, el amargo maror simboliza el exilio Egicio durante el cual los Egipcios amargaron las vidas de los Judíos (Shemot 1:14).48

¿Por qué Hashem ordenó que el cordero para el korbán Pesaj fuera asado preferentemente a cocinado, y por qué él tenía que ser preparado íntegro? Hay una razón común para los mandamientos precedentes. Hashem deseaba establecer públicamente, más allá de toda duda, que era el cordero- el objeto de reverencia Egipcia- y no cualquier otra clase de animal el que estaba siendo sacrificado aquí. El por consiguiente ordenó que no debía ser cocinado ya que el proceso de cocinado puede tener lugar en una olla cubierta, mientras asar es un procedimiento que es realizado sobre un fuego abierto. Por añadidura, un alimento que es asado íntegro emite un olor mucho más fuerte que un plato cocinado. Fue asado íntegro para hacer evidente a todo observador que era un cordero. Más aún, el cordero fue asado en un fuego símbolo de la ley de la Torá la cual decreta que los ídolos deben ser quemados. El cordero debía ser consumido sólo después de una comida saciante y no ser devorado hambrientamente a fin de expresar desprecio por el ídolo Egipcio.49

Hashem explicó a Moshé y Aharón que el nombre de este sacrificio iba a ser korbán Pesa] , significando que Hashem saltaría sobre (Pesaj significa pasar sobre) las casas de los ei Israel al ver la sangre sobre sus )ambas y dinteles de las puertas y El eximiría a sus ,primoyénito.s de ser destruidos cuando primogénitos Egipcios murieran.

El rey envió el siguiente mensaje a sus hijos: “Mañana, la Corte Suprema sostendrá una sesión para impartir castigo capital a todos los traidores a la Corona. Yo que vosotros habéis tenido también relaciones con aquellos traidores. Por consiguiente os aconsejo a vosotros presentaros durante la sesión de la corte mañana y obsequiarme con un regalo. El jurado comprenderá entonces claramente que sois defensores de la Corona y ¡no osarán incluiros a vosotros en la sentencia de los criminales!”50

Similarmente, Hashem ordenó a los Benei Israel ofrendar un korbán Pesaj y colocar su sangre sobre las jambas y dinteles de las puertas en el momento cuando los Egipcios estuvieran siendo castigados. Hashem no necesitaba esta señal para distinguir entre las casas de los Egipcios y aquéllas de los Judíos. Más bien, la sangre sirvió como una exhibición pública de parte de los Benei Israel para mostrar que ellos repudiaban públicamente la idolatría Egipcia y pertenecían a los seguidores de Hashem. Haciendo esto, así demostraban que eran dignos de ser salvados.51

En adición a las leyes del korban Pesaj, Hashem ordenó que el quince de Nisán sea observado anualmente en toda generación como el Iom Tov de Pesaj. Los Benei Israel tendrán que quitar todo jametz ( masa leudada ) de sus lugares de residencia el catorce de Nisán y mantener sus casas libres de jametz por siete días consecutivos. Ellos fueron ordenados consumir el korban Pesaj cada año junto con matzot y maror en la noche del quince de Nisán, en eterna memoria de su liberación de Egipto.

Los Benei Israel se Circuncidan Ellos mismos y Ofrendan el Korbán Pesaj

Moshé narró a los Benei Israel los mandamientos divinos relativos al korbán Pesaj. El concluyó anunciando, “Cuando entren en Eretz Israel y sus niños los interroguen a ustedes acerca del significado del cordero ofrendado el catorce de Nisán, digan, ·Es un sacrificio de Pesaj a Hashem que pasó sobre nuestras casas en Egipto y nos liberó a nosotros.”’

Al escuchar las palabras de Moshé, los Benei Israel inclinaron sus cabezas y se postraron ellos mismos en agradecimiento a Hashem ya que entendieron la importancia del mensaje de Moshé:

Serían pronto redimidos, entrarían a Eretz Israel, y a ellos les seria dada descendencia.52

Como Hashem había ordenado, el jefe de cada familia Judía ató un cordero a su poste de cama el diez de Nisán. Cuando los Egipcios vieron a sus dioses siendo preparados para sacrificio, lloraron, porque la visión del honor de sus dioses siendo desairado era más duro de soportar que todas las Plagas.53 No obstante, no osaron dañar a los Judíos. El día en que estos eventos tuvieron lugar fue un Shabat. En memoria de aquel magno Shabat cuando los Benei Israel abiertamente arrastraron los dioses de los Egipcios a sus casas para prepararlos para sacrifícarlos y los Egipcios no protestaron, nosotros llamamos al Shabat anterior a Pesaj “Shabat Hagadol (el Gran Shabat).

El catorce de Nisán,55 Hashem explicó a Moshé y Aharón las condiciones que deben ser cumplidas por alguien que quiere participar del korbán Pesaj:

El korbán Pesa] no puede ser consumido por alguien que se alejó él mismo de Hashem, sea un judío que rechazó la Torá o un gentil.56

No puede ser comido por un guer toshau (un gentil que vive en Eretz Israel y observa las Siete Leyes de Noaj ) o por un no-Judío que fue contratado para trabajar para un Judío.

No puede ser comido por alguien que no esté circuncidado.


Cuando el rey hizo un banquete en su propio honor, él dio instrucciones a sus sirvientes, “¡Admitíd al palacio sólo a aquéllos que lleven puesta mi insignia especial!”

Similarmente, Moshé dijo a los Benei Israel, “ Sólo quien lleva el sello del pacto con Abraham, el brit milá, puede probar del korban Pesaj.”

El brit milá es el signo que indica que nosotros somos los sirvientes de Hashem58

Había un gentil quien solía viajar a Ierushalaim y participar del korbán Pesaj, fingiendo que él era un Judío.

Una vez, este gentil llegó a la ciudad de Netzivin en Babel y se ufanó ante R. lehudá ben Beterá, “Vuestra Torá declara que ningún extranjero o persona no circuncidada puede comer del korbán Pesaj, aun así ¡yo recibo la porción más selecta del korbán todos los años en Jerusalem!”

R. lehudá ben Beterá no tenía poder legal para castigar al hombre en Babel, y por consiguiente él replicó, “¿Os fue dada alguna vez a vos la gorda cola del cordero?”

“Nunca,” admitió el gentil.

“Vos véis, fuisteis privado de la porción más sabrosa,” dijo R. lehudá. “Aquella parte los Judíos la guardan para si. La próxima vez que estéis en Jerusalem solicitad la gorda cola.”

Cuando el gentil viajó a Jerusalem el siguiente Pesa] y, como de costumbre, le fue entregada una porción del korbán Pesaj ,él exclamó, “¡Yo no quiero esta porción, quiero la cola!”

¡Imposible!” respondió el que estaba a cargo de distribuir la carne. “¿Cómo podríamos nosotros hacer tal cosa?”

“R. lehudá ben Beterá me dijo que vosotros retuvisteis de mí la parte más selecta. ¡Yo pago tanto como vosotros lo hacéis!”

Todos los Judíos que escucharon su pedido estaban perplejos; todo el que estudio Torá sabe que la cola no puede ser consumida sino que es ofrendada a lo alto al Todopoderoso en el mizbéaj ( Vaikrá 3:9).Puesto que su extraña afirmación suscitó sospecha, ellos inquirieron acerca de su identidad y pronto descubrieron que era un gentil. Como consecuencia, el Beít Din lo ejecutó.

Así el culpable fue penado a través del ingenioso plan de R. lehudá ben Beterá. El Beit Din le envió un mensaje diciendo, “¡Paz sobre vos, R. lehudá ben Beterá, quien mora en Netzivin y cuya red se extiende fuera hasta Jerusalem!”59

El emperador romano Antonio preguntó a su amigo R. Iehudá HaNasí, “¿Recibiré yo una porción del Liviatán en el mundo por venir?” Su pregunta quería decir, “¿ Recibirán los rectos de entre las naciones una porción en el olam- habá?”

R. Ieh udá HaNasí respondió afirm ativamen te.

“¿Cómo es esto posible?” Antonio lo cuestionó. Yo sé que no estoy autorizado a participar de vuestro anual korbán Pesaj. Si esto es así, ¿por qué seré permitido de participar de la carne del Liviatán la que ciertamente es más sagrada?”

“Respecto del korbán Pesaj, no puedo hacer nada por vos, replicó R. lehudá HaNasí. “¡Aún el más grande tzadík no puede participar de él mientras no esté circuncidado porque la Torá consigna explícitamente que sólo alguien con brít milá puede tener parte en él!” Cuando Antonio así se volvió consciente de la grandeza de la mitzvá de mílá, se circuncidó él mismo y se volvió un guer.60 El estará a la cabeza de todos los gueirei tzedek quienes serán recompensados en el futuro.61

Hashem ordenó a Moshé y Aharón que previo a sacrificar el korbán Pesa], una compañía era requerida de unirse con la intención de comerlo juntos. Ningún forastero seria autorizado a unirse al grupo una vez que el cordero hubiera sido sacrificado.

No se permitía romper ni un hueso del korbán Pesa]. Después de consumir el korbán, los Benei Israel debían arrojar los huesos intactos dentro de las plazas del mercado a la vista total de todos los Egipcios.62

Cuando Moshé ordenó a los Benei Israel circuncidarse a sí mismos a fin de poder participar del korbán Pesa], muchos vacilaron.

Hashem por consiguiente ordenó a Moshé asar su propio korban Pesa] inmediatamente. El Todopoderoso luego emplazó a los vientos del Can Edén a asirse a aquel korbán, haciendo que su aroma se disipase por todo Egipto. Su dulce aroma era tan irresistible que los Benei Israel corrieron a Moshé rogándole, “¡Por favor déjanos comer de tu korbán Pesa]!” Mas Hashem comandó a Moshé y Aharón permitir sólo a personas circuncidadas participar de él. Todo Benei Israel, sin excepción, inmediatamente consintieron en el brit milá.63 Ellos fueron circuncidados por Moshé y Iehoshúa.64 Un vasto número de Egipcios (conocidos como erev ray) quienes deseaban unirse a los Benei Israel también realizaron brit milá y se volvieron gueirim a fin de participar del korbán Pesaj.65

Ahora los Benei Israel poseían dos mitzvot en cuyo mérito ellos eran dignos de la redención - la sangre del korbán Pesaj y la sangre de sus brit milá, ambas de las cuales atestiguaban su lealtad a Hashem 66

A medianoche del quince de Nisán, Hashem pasó sobre las casas Judías. El besó a cada uno de los Benei Israel, como así fuera, bendiciéndolo a él por haber ofrendado el korbán Pesa] y realizado brit milá.67

La frase que los Benei Israel fueron besados por el Todopoderoso denota que por medio del brit milá, ellos alcanzaron un nivel más alto de kedushá y proximidad a la shejiná (divinidad).68

La Décima Plaga: Muerte del Primogénito

Cuando los primogénitos Egipcios escucharon la advertencia de Moshé sobre una plaga en la cual ellos todos perecerían, imploraron a sus padres, “¡Por favor liberad a los Judíos! ¡En el pasado, todo lo que Moshé predijo acaeció, y nosotros no deseamos morir!” Los padres Egipcios se rehusaron a escucharlos , contestando, ‘Cada hombre posee diez hijos. ¡Es mejor que cada familia sacrifique uno de sus hijos antes que dejar a los Judíos salir libres!”

Viendo que sus padres eran despiadados, los hijos primogénitos decidieron exhortar al Faraón. Razonaron, ‘El Faraón ciertamente consentirá porque él mismo es un primogénito.” Ellos suplicaron al Faraón, ‘~¡Conceded libertad a los Judios! ¿Por qué deberíamos todos nosotros ser aniquilados y vos también?”

“¡Expulsad a estos hombres del palacio!” el Faraón coléricamente dio instrucciones a sus sirvientes.” “¡Nosotros todos debemos estar preparados para sacrificar nuestras vidas para impedir a los Judíos partir!”69

Los primogénitos retornaron a sus hogares, mas antes de medianoche, hicieron estragos en la tierra desenvainando sus espadas y, en ira ciega, matando a sus padres y a quienquiera cruzara sus sendas.70

Ellos tomaron todo tipo de precauciones en la esperanza de ser salvados de la Plaga.

Algunos fueron escondidos por sus padres en los templos de idolatría que pensaron eran seguros.71 Muchos niños primogénitos corrieron a la tierra de Goshen para dormir en las mismas camas que los Benel Israel.72

Al exacto momento cuando la medianoche sonó, las palabras de Hashem se hicieron realidad.73 El Todopoderoso descendió sobre Egipto, acompañado por una multitud de Angeles Destructores.

Hashem Mismo mató a los primogénitos, mientras los Angeles de Destrucción fueron asignados la tarea de matar a los todavía no nacidos primogénitos aún en los úteros de sus madres.74

Todos los niños primogénitos murieron, tanto varones como mujeres, desde los nobles hijos del Faraón hasta el esclavizado primogénito de los prisioneros Egipcios quienes habían afirmado maliciosamente, “Nosotros preferiríamos permanecer en prisión por el resto de nuestras vidas que ver a los Judíos salir libres.”75 Hashem también mató a los primogénitos de todos los animales porque los Egipcios los adoraban.76

Los primogénitos Egipcios quienes se escondían en los templos de idolatría fueron destruidos junto con sus dioses todos los cuales se desintegraron - los ídolos de madera se pudrieron, los ídolos de piedra se disolvieron, y las imágenes de oro y plata se fundieron. Ni un solo ídolo permaneció intacto excepto el ídolo Ba’aI Tzefón el que contínuó existiendo a fin de conceder a los Egipcios la elección de atribuirle a él supremacía.77

En familias en las cuales no había niños primogénitos, el mayor de la casa fue muerto.78 En hogares donde los primogénitos habían fallecido antes de la plaga, los perros arrastraron sus cadáveres fuera de sus sepulturas, los masticaron , y también demolieron las estatuas erigidas en su honor.79

La mujer anciana que había ridiculizado la profecía de Moshé fue la primera en ser atacada. Ella poseía una estatua de su hijo primogénito varón la cual apreciaba más que su vida. Los perros la arrancaron y la demolieron, y ella fue muerta de pesar. Todos los Egipcios fueron más afectados al ver sus estatuas destruidas que por la real muerte de sus primogénitos. Además, la vista de sus ídolos desplomándose y desintegrándose frente a sus ojos evocó en ellos la más grande pena.89

El palacio del Faraón era la escena del desastre. Casi todos sus hijos estaban muertos y así estaban los hijos de sus sirvientes. El Faraón, loco de ira, asió una espada y ejecutó a todos los consejeros y nobles quienes le habían aconsejado a él desobedecer a Moshé. Esta fue la tercera masacre de reshaím en aquella terrible noche de castigo:

Los primogénitos habían matado a sus padres y a quienquiera que encontraron.

Hashem destruyó a los primogénitos a la medianoche.

El Faraón mató a todos sus nobles y asesores.81

Siguiendo a la Plaga, una turba de Egipcios tomó por asalto el palacio, con la intención de asesinar al rey en revancha, y él tuvo que esconderse.82 Mas el Faraón escapó porque Hashem lo mantuvo con vida para que pudiera dar testimonio de todos Sus milagros.83

¿Por qué la Plaga de la Muerte del Primogénitos tuvo lugar en la noche en vez de en el día ? Hashem estaba así castigando a los Egipcios mídá- kenegued- midá por haber revertido el orden natural de las cosas. Ellos habían ordenado a los Benei Israel realizar labor que es usualmente hecha en el día a la noche y vice- versa, y habían comandado también a los hombres Judíos realizar trabajo ordinariamente hecho por mujeres mientras a las mujeres les asignaron las tareas de los hombres. En consecuencia, Hashem también revirtió el orden natural y los castigó en el medio de la noche.84

Los Egipcios merecían que sus primogénitos fueran muertos como castigo por haber intentado aniquilar a los Benei Israel quienes son llamados, “el hijo primogénito de Hoshem” (Shemot 4:2).Hashem, no obstante, esperó hasta el mismo fin antes que El comenzara esta severa Plaga sobre los Egipcios. El esperaba que ellos hicieran teshuuá tan pronto como fueran hechos sufrir y sus animales y pertenencias fueran atacados , y así la Plaga que era una amenaza a sus vidas podría ser evitada.85

El orden que Hashem empleó en traer las Plagas se asemejaba a las tácticas de un rey que quiere hacer guerra para subyugar a un país enemigo.

Sangre: En subyugar un país enemigo, la primera acción del invasor es cortar los aprovisionamientos de agua. Así, Hashem convirtió el agua de los Egipcios en un liquido no bebible.

Ranas: Después de eso, el atacante atemoriza al enemigo por medio de tambores, sonidos de trompetas, y el resonar ruidoso de caballos y carretas. Similarmente, Hashem trajo la ranas cuyo croar aterrorizó a los Egipcios.

Piojos: Inmediatamente después, el invasor trae arqueros quienes arrojan una multitud de flechas contra el enemigo; de forma similar, Hashem trajo piojos que atacaron a los Egipcios como flechas.

Bestias Salvajes: El atacante luego convoca a aliados extranjeros para unirse a él. Por lo tanto Hashem citó toda clase de bestias destructivas del desierto para reunirse contra los Egipcios.

Pestilencia: A medida que el atacante se acerca al campo rival, él envía jinetes frente a si para aniquilar los animales del enemigo. Esto fue logrado por la pestilencia.

Forúnculos: Llegando aún más cerca del campo enemigo, el conquistador busca destruir el ejército opositor; así, Hashem infligió sus cuerpos con forúnculos.

Piedras de Granizo: El lanza misiles para demoler los muros de la ciudad.

Langostas: Subsecuentemente, él congrega su ejército para conquistar la ciudad; por lo tanto las langostas acabaron cualquier cosa que fue dejada por el granizo.

Oscuridad: Una vez que él ha tomado posesión de la ciudad, toma a los enemigos cautivos y los aprisiona.

Muerte del Primogénito: Finalmente, él ejecuta a los líderes y generales del campo enemigo.86

Hashem causó Diez Plagas a los Egipcios para castigar al Faraón quien negaba la existencia del Creador del universo el que había sido traído a existencia por Diez Pronunciamientos.87 Los Benei Israel, más aún, merecían que sus enemigos fueran afligidos con Diez Plagas porque su antepasado Abraham había exítosamente resistido Díez Pruebas.88 Las Plagas emergieron de todos los variados elementos, algunas del agua, algunas de la tierra, y algunas del cielo, para manifestar que Hashem es el Amo sobre todos ellos.89

Faraón Implora a Moshe que los Benei Israel Partan Inmediatamente

El Faraón pensó, “Moshé no ha mentido nunca aún, y él declaró que nunca retornaría a mí; yo debo por lo tanto ir a él.90

El abandonó su palacio en la oscuridad de la noche y se apresuro a la tierra de Goshen. Al arribar allí, inquirió, “¿Donde está la casa de Moshé y Aharón ?“ Los muchachos Judíos reconocieron al rey de Egipto y gritaron burlonamente, “¡La casa de Moshé está aquí!”

“No, en la próxima calle,” bromeó otro. El Faraón se extravió y vagó a través de las calles hasta que finalmente encontró la casa correcta. Golpeó.

“¿Quién esta ahí?”, Moshé gritó.

“El infeliz, humillado rey Faraón,” una voz temblorosa respondió del exterior.91

“¿Por qué habéis vos venido aquí? ¡Los reyes no suelen golpear a las puertas en el medio de la noche!”

“Yo debo hablaros a vos. ¡ Por favor venid afuera!”92

Moshé y Aharón, como todos los Judíos, estaban comiendo el korban Pesaj y diciendo hale! a Hashem.93

no puedo salir al exterior,” respondió Moshé, “porque Hashem nos prohibió a nosotros abandonar nuestras casas hasta la mañana!”

4Moshé, mi querido amigo, sólo escúchame a mí a través de la ventana!” rogó el Faraón.

Moshé se apoyó fuera de la ventana, y el Faraón se prosternó ante él, implorándole, “¡Yo os ruego a vos, partid del país inmediatamente y llevad a todos con vos!”

“Hashem nos ordenó a nosotros permanecer en nuestras casas hasta, la mañana,” repitió Moshé. “¿Somos nosotros ladrones que se escabullen durante la noche?”94

“Yo prefiero que vosotros partáis inmediatamente; os daré a vosotros tantos de mis animales y sirvientes como deseéís,” el Faraón persistió.

“¿.Por qué la súbita prisa?” preguntó Moshé.

“Yo mismo soy un primogénito,” admitió el Faraón, “y temo que aún moriré si vosotros permanecéis aquí más tiempo”.

“¡No temáis! Hashem os sostendrá a vos para que podáis ser testigo de más castigos!”95

Batia, la hija del Faraón, había venido junto con su padre para hallar a Moshé. Ella reprochó a Moshé, “¿Es ésta vuestra gratitud por haber sido criado por mi? ¿Por qué habéis causado tanta pena a la casa de mi padre ?“

“¿Alguna de las Plagas os dañó a vos?” Moshé le preguntó a ella.

“No”, Batía admitió. “Ni una de ellas me ha afligido.”

“Puesto que vos sóis una hija primogénita, deberíais también haber muerto en la Plaga de la Muerte del Primogénito,” dijo Moshé, pero fuisteis salvada a causa de mi tefilá.”

“¿Pero cómo puedo yo soportar ver sufrir a la familia de mí padre?” ella preguntó.

“Ellos están siendo castigados por no obedecer a Hashem,” fue la réplica de Moshé.96

El Faraón interrogó, “¿Qué puedo hacer para acabar esta Plaga?”

“Muy simple,” Moshé replicó. “Gritad tan ruidosamente como vos podáis que los Benei Israel son libres.”

El Faraón elevó su voz y anunció, “¡Escuchadme a mi, pueblo Judío! Vosotros sois libres de partir. Hasta ahora fuisteis sirvientes del Faraón; ¡de ahora en adelante vosotros lo sois de Hashem!”

Un milagro sucedió, y la voz del Faraón fue magnificada para que el mensaje de libertad resonara por todo Egipto.97

Mas el Faraón aún no estaba satisfecho. El caminó de casa en casa, diciéndole a cada Judío individualmente, “¡ Adi-s, partid en paz! “98

letziat Mitzraim - El Exodo

Era la mañana del quince de Nisán de 2448. La tierra de Egipto estaba atestada de los muertos y de los expirantes. No todos los primogénitos habían muerto inmediatamente; Hashem distribuyó juicio individual a cada primogénito. Algunos perecieron inmediatamente, otros permanecieron retorciéndose en agonía hasta la mañana, y todavía otros sufrieron de la Plaga por tres días y sólo entonces expiraron.99 No había una sola casa Egipcia en la cual no hubieran cinco o díez difuntos, porque además del primogénito, Hashem destruyó a aquellos depravados Egipcios que se opusieron a

la redención de los Benei Israel.100 No obstante, los Egipcios no permanecieron con sus muertos. En lugar de ello, todos ellos se apresuraron a Goshen con animales y carretas, implorando a los Bene¡ Israel partir porque pensaron, “Nosotros todos moriremos pronto.”101

Antes de su partida los Benei Israel solicitaron a sus vecinos Egipcios oro, plata, y vestimentas porque recordaron bien la orden de Moshé. Moshé les había informado a ellos que Hashem le había dicho a él, “Por favor di al pueblo que cada uno debe pedir a su vecino Egipcio oro, plata, y vasijas. Así la promesa que Yo le consagré a su antepasado Abraham de que saldrían fuera de Egipto con grandes riquezas será cumplida.”102

¿Por qué Hashem formuló su mandamiento a Moshé como una súplica, diciendo a Moshé, “Por favor di al pueblo...?”

La respuesta puede ser comprendida con la ayuda de la siguiente parábola:

Un hombre pasó muchos años de su vida bajo condiciones terribles en un campamento de trabajo siberiano. Finalmente le fue dicho, “¡Mañana vos seréis liberado!¡También recibiréis una fortuna al partir!” “¿Vosotros pensáis que yo quiero dinero?” el hombre replicó. “Dé jenme sólo experimentar el momento cuando sea realmente liberado de este lugar, y me daré prisa y partiré felizmente sin siquiera un centavo. “103

Por eso, Hashem temía que los Benei Israel, una vez concedidos su libertad, tendrían prisa de huir e ignorarían el precepto de solicitar de los Egipcios dinero. El por consiguiente lo precedió con una súplica especial de que su mandamiento fuera observado.

Al principio, los Egipcios intentaron negar que poseían cualquier objeto de valor. Sin embargo, los Benei Israel les describieron la ubicación exacta, forma, y cantidad de estas posesiones ya que habían buscado por todas partes de las casas de los Egipcios a fondo durante los días de Oscuridad.104

Los Egipcios por lo tanto no sólo les entregaron a ellos las cosas que demandaron, sino que entregaron dos de cada, diciendo, “¡Tomad el doble de cantidad, y sólo idos!”105

Los Benei Israel vaciaron a Egipto de su riqueza. Ellos estaban legalmente habilitados a todo el dinero que recibieron a causa de la propiedad que dejaban detrás de sí tanto como por los doscientos diez años de labor esclava impaga.’06 Era parte del castigo de los Egipcios el que fueran forzados a regalar sus fortunas a los Benei Israel.

Al cocinero principal del palacio real le fue entregada una considerable suma de dinero con la que comprar un pescado para la comida del rey. El retornó con un maloliente pescado en el cual había empleado la suma entera de dinero. Cuando el rey escuchó acerca de esto, dijo, “¡Vos seréis castigado por vuestra negligencia! ¡Escoged entre comer este pescado, pagar por él, o ser azotado con cien azotes!” “Permitídme a mí comer el pescado,” replicó el cocinero. Comenzó a masticarlo pero fue tan repulsado por su mal olor que no pudo continuar “Yo preferiría recibir la paliza,” dijo. Los soldados del rey lo tomaron y comenzaron a azotarlo. Cuando él sintió el látigo henderse sobre su cuerpo, gritó de dolor. “¡Parad! ¡Prefiero pagar!” Así él pagó el valor total del pescado después de haber probado de él y haber sentido el látigo también.

Similarmente, el Faraón y los Egipcios pagaron caramente por sus crímenes contra los Benei Israel. Primero, plagas fueron infligidas sobre sus cuerpos, y luego por añadidura, tuvieron que reembolsar a los Judíos con oro y plata.107

Todo individuo Judío que abandonó Egipto llevó consigo noventa burros cargados con oro, plata y perlas.108

Mientras los Benei Israel se ocuparon ellos mismos con la mitzvá de llevarse la riqueza de Egipto, Moshé estaba comprometido en una mitzvá diferente. El estaba preparando el ataúd de Iosef para llevarlo para ser enterrado en Eretz Israel (como los hijos de losef habían prometido hacer). Moshé se esforzó él mismo por tres días tratando de localizar el ataúd de Iosef, pero su búsqueda fue infructuosa.109 Finalmente, él encontró a Seraj bat Asher, una mujer anciana, quien recordaba los eventos en el tiempo de la muerte de Iosef. Ella condujo a Moshé a un cierto paraje junto al Nilo y, señalando al río, le reveló a él, “¡Los magos del Faraón colocaron el cadáver de Iosef en un ataúd de metal y lo hundieron en el Nilo!”110

La razón por la cual los magos del Faraón habían enterrado a losef en el Nilo era su deseo de detener a los Judíos para siempre. Ellos dijeron al Faraón, “Los Judíos han prometido a Iosef enterrarlo en Eretz Israel. Si su ataúd fuera ocultado y ellos no pudieran recuperarlo, no podrán nunca partir.” Más aún, los astrólogos creían que las aguas del Nilo serian bendecidas por la presencia de los restos de losef.112

Moshé, parado junto a la orilla del Nilo, llamó, “¡losef, Iosef!. Ha llegado el tiempo para que Hashem cumpla Su juramento de redimir a los Benei Israel, y ha llegado el tiempo de cumplir nuestro juramento para con vos. ¡Si tú te presentas nosotros llevaremos tu ataúd, mas si no, estamos absueltos de nuestro juramento!”

Moshé lanzó una placa de metal dentro del río sobre la cual el Nombre Divino había sido grabado. Inmediatamente, el ataúd se puso a flote.113

La habilidad de Moshé para hacer ascender un ataúd de metal a la superficie del río no debería asombrarnos si nosotros consideramos que esta hazaña fue llevada a cabo incluso por una persona inferior a Moshé por el profeta Elishá, generaciones más

tarde.114

Los estudiantes del profeta Elishá fueron al Río lardén (Jordán) para cortar vigas (con el propósito de construir para ellos un nuevo Beit Hamidrash). La cabeza del hacha de uno de los estudiantes cayó dentro del río. “¡Ay,maestro,” él exclamó a Elishá, “es prestada!”

Elishá le preguntó, “¿Dónde cayó?” El estudiante señaló el lugar. Elishá cortó una vara, la arrojó dentro del Río Jardén (Jordán) y la pieza de hierro se puso a flote. El estudiante extendió su mano y la recuperó.115

Esta historia está relatada en el Tanaj para traer a nuestra comprensión la grandeza de los profetas. Elishá fue capaz de revertir las leyes de la física, a su decreto, madera se hundió dentro del agua asi como piedra y hierro flotaron a la superficie como madera.116


Moshé preparó el ataúd de Iosef para el viaje y también los restos de todos los otros hijos de Iaacov los que fueron transportados a Eretz Israel cada uno por el nasí de la Tribu.”7 Al ataúd de Iosef le fue conferido el honor especial de ser transportado a través del desierto lado a lado con el arón (arca) el cual contenía las lujot. Cuando transeúntes inquirían, “¿Qué arca es ésta que acompaña el arca de la shejiná,?” ellos eran respondidos, “Durante toda su vida, el que descansa allí dentro cumplió todos los mandamientos inscriptos sobre las lujot del arón. 118

¿Cómo deducimos nosotros de la Torá que Iosef observó todos los Diez Mandamientos?

El demostró la creencia en “Yo soy Hashem, nuestro Di-s” porque él dijo a sus hermanos, “¿Estoy yo en el lugar de Di-s?” (Bereshit 50:19).

El no tuvo otros dioses porque afirmó, “Yo temo a Di-s” (Bereshit 42:18).

El no pronunció el Nombre de Hashem en vano porque cuando hizo un falso juramento, juró por la vida del Faraón y no por Hashem (Bereshit 42:15).

El observó Shabat, comandando que las comidas de Shabat fueran preparadas con anticipación (Bereshit 43:16).

El honró a su padre, obrando de acuerdo con su deseo de visitar a sus hermanos en Shejem a pesar del peligro que ello ocasionaba para él (Bereshít 37:13).

El cumplió la prohibición contra el asesinato, rehusando obedecer la demanda de la esposa de Potifar de asesinar a su amo.

El no cometió adulterio con la esposa de Potifar.

El era cauto del hurto, no robando ningún dinero de la fortuna que recolectaba durante los años de hambruna, sino lealmente entregándola al Faraon.


El nunca reveló a su padre que sus hermanos lo habían vendido. Si se refrenó de relatar una cuestión que era cierta porque consideraba su descubrimiento incorrecto, ciertamente no mentiría, transgrediendo la prohibición de dar falso testimonio.

El cumplió el mandamiento, “¡Tú no codiciarás!” porque él no deseó a la esposa de Potifar.

Además, nosotros encontramos en la Torá que Iosef no transgredió la prohibición de odiar al hermano (Vaikrá 19:17) ni la prohibición de tomar revancha o guardar rencor (ibid. 19:18 ). Cuando él se reveló a los hermanos, no desplegó odio hacia ellos sino les habló palabras de afecto y consuelo. Después de la muerte de Iaacov, cuando los hermanos sospecharon que él estaba tomando venganza sobre ellos, lloró al ser falsamente sospechado y les explicó que él no guardaba rencor y que consideraba su venta a Egipto una acción de Hashem. También cumplió la mítzvá de sostener a los empobrecidos hermanos (ibid. 25:35) sustentando a su familia en Egipto.119

En la noche de ietziat Mitzraim, Moshé también recolectó las vigas que Iaacov había traído a Egipto y la madera que sus hijos habían plantado allí con el propósito de construir el Mis hkán.120

El número de hombres Judíos entre veinte y sesenta años de edad que partieron de Egipto en pleno día en este quince de Nisán era de 600.000 menos uno. Dijo Hashem, “¡Yo Me incluiré a Mi Mismo en el número para que sean exactamente 600.000!”121

Los erev ray, los mejores de los Egipcios se alistaron junto a los Benei Israel. A pesar de que Hashem había aconsejado a Moshé en contra de aceptarlos como gueirim, Moshé insistió. El discutió con Hashem. “Estas personas han presenciado Tu gran fuerza en Egipto. ¡Si nos acompañan a nosotros, experimentarán milagros adicionales y entonces comprenderán totalmente que no existe poder fuera de Tí!”122

Batía, la hija del Faraón, estaba entre aquéllos que se unieron al éxodo.123 Ella entró a Eretz Israel (como lo hicieron todas las mujeres de aquella generacíón,pues sólo los hombres pecaron en el desierto y murieron allí124), y, más aún, fue una de las nueve personas rectas que fueron llevadas con vida al Gan Edén.125

La recompensa de Batia fue inmensa como resultado de su inmenso autosacrificio en salvar la vida de Moshé en oposición al decreto de su padre. Ella sabia que su edicto estaba motivado por un profundo odio por los Benei Israel. Cuando salvó a Moshé y lo crió, ella arriesgó su vida.126

Una vez que el tiempo de la redención hubo llegado, los Benei Israel no fueron detenidos en Egipto por un momento extra.127 Partieron en la prisa más grande. Apremiados por los Egipcios, no tuvieron tiempo para preparar provisiones para el viaje sino llevaron consigo sólo la amarga masa no leudada que habían tenido la intención de dejar levantar y luego hornear. Más tarde hicieron motzot de esta masa. Un milagro ocurrió en donde aquellas matzot proveyeron alimentación suficiente por treinta días hasta que el man comenzó a caer el dieciséis de Iyar.128 Ellos envolvieron los restos de su comida de Pesaj de matzá y maror y los colocaron sobre sus hombros porque apreciaban la mitzvá de Hashem tanto que no permitirían a sus burros llevar los sobrantes.129

A pesar de que Benel Israel no sabían cómo ellos iban a sobrevivir en el desierto, todos ellos, hombres, mujeres, y niños, siguieron a Moshé con la más grande emuná que Hashem proveería para ellos 130 Hashem en Su bondad causó que el éxodo ocurriera en Nisán, un mes en el cual el tiempo es benigno y placentero, y no en una estación lluviosa o fría.131

Los Benei Israel alcanzaron su primer destino, la ciudad de Ramsés. en el espacio de un muy corto tiempo. De allí fueron milagrosamente transportados a la ciudad de Sucot como si en alas de águila. Luego ellos continuaron viajando hasta Eitam la cual linda el desierto. 132

El Significado de Ietziat Mitzraim (el Exodo de Egipto) para nuestra Generación

Toda generación tiene sus descreídos, ateos, escépticos y burlones quienes niegan la Providencia de un Di-s omnisciente e intentan persuadirnos a nosotros que no existe ni Recompensa ni Castigo.

El Todopoderoso podría fácilmente refutar sus alegatos realizando milagros los cuales demostrarían Su existencia y poder.

¿Mas debería Hashem causar un cataclismo del cosmos, entremetiéndose en las leyes de la naturaleza, para los tontos y filósofos de cada generación que dudan de Su existencia?

En lugar de ello, Hashem escogió demostrar Su Providencia y Poderío de una vez y por todas enviando las Plagas sobre Egipto y redimiendo a nuestros ancestros. Los eventos que tuvieron lugar antes y durante ietziat Mitzraim prueban lo siguiente:

Hashem se comunica con grandes hombres y los elige a ellos como Sus profetas como puede ser visto del hecho de que Hashem habló a Moshé y le informó a él de las Plagas venideras.

El castiga a los reshaím (malvados) como es evidente del castigo de los Egipcios.

El guía los asuntos del mundo como está claro de la redención de los esclavizados Judíos.

Todos los eventos precitados fueron presenciados por nuestro pueblo íntegro. Ellos no sólo fueron registrados en la Torá y transmitidos por palabra de boca de una generación a la siguiente, sino, por añadidura, Hashem nos comandó a nosotros cumplir un gran número de mitzvot para asegurar que ietziat Mitzraim y sus milagros permanezcan por siempre frescos en nuestras mentes:

Para este propósito El nos ordenó a nosotros mencionar ietziat Mitzraim al leer el Shemá (Devarín 16:3).

El ordenó que nosotros escribamos las porciones relacionadas con ietziat Mitzraim sobre rollos de pergamino y las coloquemos en los tefilín (filacterias).

El nos mandó a nosotros observar Pesaj y Shavuot en toda generación en memoria de ietziat Mítzraim, en adición a muchas más mitzuot.

En consecuencia, una persona que adquiere una mezuzá y la fija a la jamba de su puerta no ha meramente comprado un rollo de pergamino y lo ha clavado a una viga, sino que ha de tal modo realizado una mitzvá por la cual reconoce que Hashem es el Creador. En la misma yeta, la Torá pronuncia el estricto castigo de caret sobre alguien que come jametz (alimentos leudados) en Pesaj porque de este modo niega la creencia en íetziat Mitzraim y, como resultado, en todos los principios de la Torá.133

Quien niega ietziat Mitzraim de tal modo niega a Hashem y Su Torá, quien reconoce ietziat Mitzraim admite la verdad de Hashem y Su Torá.134

Existe una m itzvá especial (en esta parshá) de relatar la historia de ietziat Mitzraim en la noche del quince de Nisán al tiempo cuando la matzá (la que debe ser comida en esa noche) es colocada ante la persona. Aún si no hay ninguna otra persona presente a quien él pudiera relatar la narrativa de ietziat Mitzraim, él se debe recitar la historia del éxodo a sí mismo.135

La Mitzvá de Santificar a todo Primogénito Humano Varón y también Aquéllos de los Animales

Hashem ordenó a Moshé, “Todo primogénito varón es sagrado para Hashem. El pertenece al kohén a menos que sus padres lo rediman entregando al kohén cinco se¡aím. Los detalles de esta mitzvá son explicados en la parshát Koraj, (Bamidbar 18:6.)

Santificar al primogénito nos recuerda a nosotros que Hashem salvó a los primogénitos Judíos en Egipto.136

El primogénito de un animal domesticado es también sagrado y debe ser entregado a un kohén. Entre los animales tamé (impuros) sólo el primogénito del burro tiene una condición especial. El debe ser redimido con un cordero o el valor de este burro el que es luego entregado al kohén. Si el primogénito de un burro no fue redimido, su cuello debe ser quebrado, y ningún beneficio puede ser derivado de él.

¿Por qué fue el burro escogido de todos los animales impuros?

1. Los primogénitos de los Egipcios son comparados a burros (Iejézkel 23:20 ). Así esta mitzuá nos recordará a nosotros para siempre la Plaga de la Muerte de los Primogénitos.137

2. Una ley especial fue dada relativa a los burros porque ellos ayudaron a los Ben el Israel que abandonaron Egipto transportando sus cargas de oro y plata.138

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 75 a 103

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