domingo, 24 de enero de 2010

Parashá B’shalaj - Shabat Shira

Resumen Parashá B’shalaj

Cuando los israelitas salieron de Egipto, HaShem no los condujo a Canaán por la ruta directa, a través de las tierra de los filisteos, con el objeto de queno se toparan con ejércitos hostiles y lamentaran la partida. En lugar de ello, el pueblo viajó en dirección opuesta, guiado por una columna de nubes durante el día, y de fuego por la noche.

Moshé no olvidó transportar los restos de Iosef, como éste había pedido. Los israelitas ya habían llegado a Etam, en el límite del desierto, cuando recibieron orden de regresar y acampar junto al Mar Rojo. Allí Paró los persiguió pensando que estaban atrapados en el desierto, pero el Señor nuevamente proveyó a su salvación

Tan pronto como el pueblo judío hubo partido, el faraón se lamentó de haberle permitido salir. Reunió a todo su ejército, que consistía de muchos soldados y carros, y persiguió a los israelitas. Muy pronto los egipcios estuvieron pisándoles los talones a los judíos, que fueron dominados por el pánico y se quejaron amargamente a Moshé: "Habría sido mucho mejor para nosotros servir en Egipto que morir en el desierto", clamaban.

Pero Moshé les aseguró que D-s lucharía por ellos una vez más. La columna de nubes que los guiaba se movió hacia la retaguardia, creando un velo oscuro que obstaculizó el avance egipcio. Por orden del Señor, Moshé extendió la mano sobre el Mar Rojo. Un fuerte viento sopló, entonces, del Este y dividió las aguas.

Esto permitió a los israelitas cruzar el mar con el lecho seco. Los egipcios los siguieron dentro del mar pero fueron sumidos en un estado de confusión por HaShem. Las ruedas de sus carros se atascaron en la arena húmeda. Entonces Moshé extendió nuevamente su mano sobre el mar y las aguas se cerraron sobre los egipcios y sus caballos, ahogándolos.

Moshé y los hijos de Israel entonaron una canción de triunfo, en la cual alababan el infinito poder de D-s, que había destruído al enemigo. El guiaría a Israel sin peligro a Canáan, cuyos habitantes se aterrorizaron al enterarse del aniquilamiento de los egipcios.

Los judíos marcharon continuadamente en dirección al Sur, a través del desierto de Shur, hacia Mará (amargor), llamado así por el sabor de sus aguas. Abrasado por la sed, el pueblo comenzó a murmurar contra Moshé.Entonces fue mostrado un tronco que al ser arrojado a las aguas, las endulzó. Los israelitas se refrescaron y continuaron su camino hacia el oasis de Elim.

Marchando hacia el interior, entraron en el desierto del Sinaí un mes después de su partida de Egipto. Pronto la falta de alimentos les hizo decir que mejor hubieran vivido en medio de los lujos de Egipto. HaShem les comunicó que haría caer pan del cielo y los sometería a una prueba para saber si obedecían Su ley.

Por la noche venían al campamento aves migratorias, codornices, y de este modo el pueblo recibió provisiónde carne. En la mañana el terreno estuvo cubierto cubierto de man (maná), el cual tenía el sabor que deseara cada consumidor. Se ordenó a los israelitas que recogieran no más de un ómer (medida de 4 litras, aproximadamente) de man por persona cada día. Empero, el sexto día debía juntarse una porción doble para disponer de alimento tambien en shabat, día en que está prohibido trabajar. Un ómer de man era colocado en una vasija de arcilla delante del Arca en el Mishcán, como testimonio de la bondad de HaShem.

El Refidim, ubicada más hacia el sur, el pueblo disputó nuevamente con Moshe, quejándose de la falta de agua. Por orden de D-s, Moshé golpeó una roca en el cercano monte Jorev con el bastón que había utilizado en Egipto, y brotó una corriente de agua que permitió a la gente beber a voluntad. El lugar en que ocurrió este milagro fue llamado Masá-Merivá.

La tribu de Amalek atacó a los israelitas en Refidim y éstos se defendieron bajo el mando de Iehoshúa. En el fragor de la batalla, Moshe ascendió a la cima del collado, llevando su bastón. Fue acompañado por Aharon y Jur. Estos sostenían sus brazos cuando se cansaba, pues Israel sólo vencía cuando Moshé mantenía en alto las manos orando a D-s.

La batalla duró hasta la puesta del sol y Amalek fue derrotado. Moshé recibió orden de registrar este incidente e inculcar su importancia en Iehoshua, quien conduciría a los israelitas en Canaán. Por su traición al atacar a Israel, la tribu de Amalek debia ser totalmente destruida y su recuerdo borrado de la faz de la Tierra.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Resumen de Haftarat B’shalaj

Shofetim (Jueces) 4:4 - 5:31 (ashkenazim)

Shofetim (Jueces) 5:1-31 (sefaradim)

En la haftará de esta semana leeremos lo que se denomina la shirat Devorá (la canción de victoria de la jueza - profetiza Devorá). Nuestra haftará nos puede enseñar, entre otras cosas, que no existe para el judaísmo ningún prejuicio entre los dos sexos, y siempre que alguien esté debidamente preparado y se den las circunstancias apropiadas, puede ocupar incluso el cargo de dirigente espiritual de los judíos de la generación, así como lo hizo la profetiza Devorá.

El último pasuk (versículo) de la haftará, nos muestra la diferencia sustancial entre los enemigos de D'os y los que Lo aman:

"Así se destruirán todos tus enemigos, D'os; mas los que Lo aman, serán como la salida del sol con toda su fuerza…" (5:31)

El libro "Cojav Miiaacov" nos trae las palabras de Rabí Azariá Figo (f. 1647) quien nos explica este versículo basado en las palabras de Nuestros Sabios del Talmud:

"Rabí Shimón Ben Iojai dice: Una piedra preciosa colgaba del cuello de Abraham Avinu y toda persona enferma que la observaba inmediatamente se curaba. Cuando falleció Abraham Avinu, el Santo - bendito es Él, la colgó del sol" (Babá Batrá 16b).

Comentando este pasaje del Talmud, el Rashbá nos dice que mediante este ejemplo Nuestros Sabios quisieron explicarnos que muchos alumnos y estudiantes se encaminaron detrás de Abraham Avinu por sus palabras, sus ideas y su elevado razonamiento. Abraham les enseñaba a ellos el camino de D'os e ideas verdaderas y lógicas.

Y todo aquel que tenía sus ideas confundidas y a causa de ello su mente no podía distinguir la verdad, al ver la piedra preciosa en el cuello de Abraham Avinu, es decir, cuando escuchaba sus enseñanzas y la Torá de la verdad que estaba en su boca, inmediatamente se curaba de su enfermedad espiritual y reconocía quién era el Creador del mundo.

Pero cuando Abraham Avinu falleció D'os tomó esa piedra preciosa y la colgó del sol, es decir, que después de su muerte, no había en toda la tierra nadie que pudiera ocupar su lugar. Sólo quedó aquella promulgación que él difundió entre todas las personas: "el mundo tiene un Creador, un Conductor y un Supervisor". Y es por eso que después de la desaparición física de nuestro patriarca, de todas maneras podemos aprender toda esa enseñanza observando el comportamiento del sol y del resto de los astros celestiales, que son un verdadero testimonio de la increíble creación de D'os.

Y a esto se refirió el Rey Shelomó al decir: "¿Cuál es el excedente que tiene el hombre de todo su trabajo que trabaja bajo el sol?" (Kohelet -Eclesiastés- 1:3). En este versículo notamos que por un lado, las palabras "que trabaja" parecen estar repetidas, y por otro lado, nos preguntamos por qué no están en tiempo pasado: "que trabajó bajo el sol".

La explicación es que la ganancia y el excedente más grande que puede tener el hombre es trabajar y esforzarse tajat HaShemesh - bajo el sol, es decir, en lugar del sol ("tajat": bajo, en lugar de), ejerciendo la misma influencia que éste ejerce. Pues así como el sol (y el resto de los astros celestiales) le enseñan a la humanidad el conocimiento de D'os, así también el hombre no debe disminuir sus esfuerzos para enseñarle al resto de las personas el conocimiento del Creador, conduciendo a toda su generación por un camino correcto, así como lo hizo Abraham Avinu.

Y a esto se refirió la jueza Devorá en nuestra haftará, al decir: "mas los que Lo aman, serán como la salida del sol con toda su fuerza…", puesto que los que verdaderamente Lo aman y son fieles a Él, se asemejan realmente al sol cuando sale con toda su imponencia difundiendo y divulgando la existencia y el poder de D'os sobre la faz de toda la tierra.

Perla de la Parashá B’shalaj

"Retornó el mar al amanecer a su vigor" (Éxodo 14:27).

El Midrash comenta:

Dijo Moshé a D'os: Tú has decretado al comienzo de la creación: "Que se reúnan las aguas en un solo lugar", entonces, ¿cómo Tú me pides que yo parta el mar? Yo no puedo hacer que haya tierra seca en el medio del mar!

Le contestó D'os: Yo soy el que le puse como condición al comienzo que Yo lo partiré. Es por eso que está escrito: "Y retornó el mar al amanecer a su vigor". La palabra leetanó - "a su vigor", suena muy parecido a la palabra litnaó - "a su condición", es decir a la condición que D'os le había impuesto cuando lo creó.

Pregunta Rabí Jaim Ben Atar en su comentario "Or Hajaim": Si era una condición explícita desde el comienzo de su creación que el mar se debía partir, entonces ¿por qué el mar no aceptó partirse en primer instancia alegando delante de Moshé que él no tenía porque aceptar su voluntad, ya que Moshé era un ser humano que fue creado en el sexto día de la creación cuando el mar fue creado en el tercero, como dice el midrash? Además, encontramos que los ríos se partieron delante de los grandes justos del pueblo de Israel, como cuenta el Talmud acerca de Rabí Pinjás Ben Iair, y este hecho es difícil de entender ya que el midrash nos enseña que el tnai, es decir, la condición que D'os le impuso a las aguas, era solamente que se abran cuando los judíos salieran de Egipto!

Es por eso que contesta el Or Hajaim, que en realidad, la condición que fijó D'os al crear el mar fue una condición no sólo con el mar, sino con toda la creación: toda la creación estaría supeditada a la Torá y a las personas que la estudien y la cumplan, y todos lo que ellos decreten sobre ella sería como si D'os lo hubiera decretado. Y es por eso que Rabí Pinjás Ben Iair pudo decretarle al río que se parta delante de él para poder pasar. Pero aquí el pueblo de Israel todavía no había recibido la Torá y es por eso que el mar no quería partirse delante de ellos, hasta que D'os le obligó hacerlo delante de Moshé, como nos enseña el Midrash, porque en verdad, Moshé sí estaba en el nivel de aquellos justos y piadosos.

* * *

Y presenció Israel el poder grande que ejerció D'os en Egipto. Y veneró el pueblo a D'os y tuvieron fe en D'os y en Moshé Su siervo” (Shemot 14:31).

El hecho de que la primer parte del versículo dice que el pueblo de Israel vio los milagros de D'os, y la segunda parte recalca que el pueblo tuvo fe en D'os y en Moshé a causa de esos milagros, tal vez nos quiera enseñar que la fe en D'os no necesariamente deriva de los milagros.

Mucha gente en nuestros tiempos dice que si verían milagros realizados ante ellos, comenzarían a creer en D'os y a cumplir Sus mitzvot.

Sin embargo, en la vida real hay innumerables ocasiones en las cuales las personas han experimentado u observado milagros, y si al principio el efecto de éstos fue muy poderoso, con el tiempo su intensidad disminuyó.

Como ejemplo clásico tenemos las 7 guerras que el Estado de Israel ha tenido contra los árabes. En cada una de ellas ocurrieron milagros que fueron admitidos explícitamente por los mismos jefes del Ejército, sobre todo en la guerra de los 6 días. Pero al final de cuentas, sólo un número pequeño de personas retornaron a la Torá a razón de estos milagros.

Como dato curioso, muchos Sabios han comentado que el milagro más grande desde la Creación del mundo hasta nuestros tiempos, es la subsistencia del pueblo judío, a pesar de la persecución que ha experimentado por todos los siglos. “AM ISRAEL JAI”.

1 comentario:

  1. EN CADA KABALA SHABBAT ENCENDEMOS NUESTRAS NEROT POR DOS MOTIVOS, RECORDAR Y GUARDAR..."AM ISRAEL JAI". AMEN VE AMEN.

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