domingo, 10 de julio de 2011

Parashá 41 Pinjas

Parashá 41 Pinjas (B´midbar 22: 2 – 25: 9)

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (25:10 - 26:4): El pacto de D'os con Pinejás. La actitud hacia los midianitas. D'os ordena la realización de un censo.

Segunda aliá (26:5-51): El censo de los hijos de Israel.

Tercera aliá (26:52 - 27:5): D'os ordena la repartición de la tierra de Quenaan. El censo de los levitas. El episodio de las hijas de Tzelofjad.

Cuarta aliá (27:6-23): La aprobación de D'os al pedido de las hijas de Tzelofjad. D'os le ordena a Moshé que vea la tierra a la cual no entrará. El pedido de Moshé a D'os de designar un sucesor y la elección Divina.

Quinta aliá (28:1-15): El sacrificio diario. El musaf (sacrificio agregado) de shabat. El musaf de rosh jódesh (comienzo de mes).

Sexta aliá (28:16 - 29:11): Los musafim de Pésaj. El musaf de Shavuot. El musaf de Rosh Hashaná. El musaf de Iom Kipur.

Séptima aliá (29:12 - 30:1): Los musafim de Sucot. El musaf de Sheminí Atzéret.

Introducción:

Al final de la parashá anterior - parashat Balak - vimos la heroica acción de Pinejás, el nieto de Aharón el sacerdote. Allí, la Torá nos cuenta que un jefe de la tribu de Shimón llamado Zimrí Ben Salú, había despertado el furor de D'os sobre el pueblo de Israel al tomar para él una mujer midianita a ojos de todo el pueblo.

Al ver esto, Pinejás - el nieto de Aharón - detuvo la mortandad al matarlos a ellos dos; mas la Torá atestigua que murieron 24000 personas a causa de aquella plaga.

Después de ese episodio, la Torá nos cuenta en nuestra parashá la recompensa de D'os a la que se hizo merecedor Pinejás:

"Habló D'os a Moshé diciendo: Pinejás hijo de Elazar, hijo de Aharón el sacerdote, aplacó mi enojo sobre los hijos de Israel, al celar Mi celo en ellos, y no destruí a los hijos de Israel por Mi celo. Por eso, proclama: He aquí que Yo le entrego a él Mi pacto de paz" (25:10-12).

Estos versículos son algo extraños. La Torá recalca que D'os lo recompensó a Pinejás por haber salvado al pueblo de Israel de la destrucción total al haber detenido la plaga, y esa acción indudablemente fue de gran valor.

Sin embargo, si quisiéramos analizar la situación desde otro ángulo encontraríamos que Pinejás mediante su acción, además de salvar al pueblo, él también provocó la santificación del Nombre de D'os, que hasta que él hizo lo que hizo estaba siendo profanado, ya que en la acción de Zimrí hubo una terrible profanación de Su Nombre al hacer un príncipe de Israel semejante cosa en público, delante de Moshé y delante de todo el pueblo de Israel, sin que nadie reclame ni exclame.

Y esto está explicado por Nuestros Sabios en el Talmud:

"'Vió Pinejás, hijo de Elazar…' (25:7). ¿Qué vió? …Shemuel dijo: Vió que 'No existe sabiduría ni inteligencia ni consejo en contra de D'os' (Mishlé -Proverbios- 21:30). En toda circunstancia que es profanado el Nombre de D'os, no se debe rendirle honor al maestro" (Sanhedrín 82a).

Aprendemos de este pasaje del Talmud que Pinejás santificó el Nombre de D'os entre las multitudes, y por su gran acción su mérito es muy grande, siendo imposible medir su recompensa.

Entonces, si no hubiera habido para el pueblo de Israel una salvación gracias a la acción de Pinejás (por ejemplo, si no hubiera habido ninguna plaga), de todas maneras, el sólo hecho de haber matado a Zimrí y a la midianita, representó una gran santificación del Nombre de D'os por parte de Pinejás, al celar el celo de D'os. Es por eso que debemos entender por qué al comienzo de nuestra parashá la Torá sólo detalló el mérito que tuvo Pinejás al aplacar la furia de D'os sobre Israel, al celar el celo de D'os, y no hay ninguna mención de que Pinejás también tuvo el mérito de haber santificado el Nombre de D'os en aquella oportunidad.

Para responder a esta pregunta, Rabí Iaacov Kanievsky (f. 1985) en su libro "Bircat Péretz" nos dice que debemos recordar las palabras de Nuestros Sabios del Talmud, que citaremos a continuación:

Dice la Mishná: "Estas son las cosas que la persona que las cumple recibe la ganancia en este mundo y el capital le espera a él en el mundo por venir; ellas son: el honrar al padre y a la madre, el hacer benevolencia, el hacer la paz entre un hombre y otro, y el estudiar la Torá equivale a todas estas cosas" (Peá 1:1).

Después de demostrar y fundamentar basados en distintos versículos del Tanaj (Biblia), cómo se aprendió que el cumplimiento de cada uno de los primeros preceptos que son recordados en esta Mishná le confieren a la persona recompensa no sólo en el mundo venidero sino también en este mundo, el Talmud finalmente cita el versículo que sirve como prueba para afirmar que una parte de la recompensa por el estudio de la Torá también se recibe en este mundo:

"Respecto del estudio de la Torá está escrito: 'Ya que ella [la Torá] es tu vida y el alargamiento de tus días'" (Devarim -Deuteronomio- 30:20).

Sin embargo, la Guemará pregunta:

"Respecto del la mitzvá de shilúaj hakán (dejar libre a la madre de los pollitos) también está escrito: 'Para que sea el bien para ti y prolongues días' (Devarim 22:7), entonces [la Mishná] también tenía que haber contabilizado esta mitzvá [dentro de las mitzvot por las cuales se recibe una parte de la recompensa en este mundo]!"

La pregunta está clara: si nosotros aprendemos que al estudiar Torá también se recibe recompensa en este mundo ya que un versículo dice que la Torá provoca el alargamiento de los días de la persona que la estudia, entonces deberíamos deducir que si respecto de otra mitzvá también encontramos escrito que su cumplimiento prolonga los días de la persona que la cuidó, seguramente por el cumplimiento de ese precepto también se recibirá una parte la recompensa en este mundo.

Finalmente el Talmud responde:

"Dijo Rava: Rav Idi me lo explicó [a través del versículo que dice]: 'Alaben al justo que es bueno, pues el fruto de sus acciones comerá' (Ieshaiahu -Isaías- 3:10). ¿Acaso hay un justo bueno y un justo malo [que el versículo dice: 'Alaben al justo que es bueno']? El versículo nos enseña que hay un justo que es bueno respecto de D'os y también respecto de los hombres, y ese es un justo bueno; pero hay otro justo que solamente es bueno respecto de D'os, pero es malo respecto de las personas, y ese es un justo que no es bueno…" (Kidushín 40a).

La explicación de la respuesta de la Guemará es que la mitzvá de shilúaj hakán, es decir el precepto de dejar libre a la madre de los pollitos, es buena solamente respecto de D'os, es decir que solamente es buena para la persona que la cumple en el mundo venidero ya que allí recibirá su recompensa, pero respecto de las otras personas en este mundo este precepto no es bueno, pues las otras personas que no cumplieron la mitzvá no tienen ningún beneficio o provecho concreto de su cumplimiento por parte de otro, y el cumplimiento de un precepto que sólo es bueno respecto de D'os, es recompensado solamente en el mundo venidero, pero en este mundo no se recibe recompensa por su realización, ya que está escrito que sólo el justo bueno, es decir la persona que es correcta no sólo con D'os sino también con las demás personas, comerá el fruto de sus acciones no sólo en el mundo venidero sino también en este mundo.

Pero respecto del estudio de la Torá, no solamente se considera que es bueno respecto de D'os, pues la persona que la estudia recibirá su recompensa en el mundo venidero, sino que también se considera que es bueno para las personas, ya que incluso el resto de las personas que no estudian Torá se benefician concretamente en este mundo gracias a esa persona que está estudiando Torá en ese preciso instante, pues como explican Nuestros Sabios en el Talmud (Sanhedrín 99b), sin la Torá el mundo no seguiría existiendo y automáticamente volvería a ser lo que fue antes de que D'os lo creó: nada.

Ahora bien, volviendo a nuestra pregunta inicial, explica Rabí Iaacov Kanievsky que si tomamos en cuenta la gran santificación del Nombre de D'os que provocó la acción de Pinejás, veremos que en aquella santificación sólo se cumplió una mitzvá respecto de D'os, pues Pinejás celó el celo de D'os y sanó su Sagrado Nombre, pero de todas formas no hizo algo bueno para todos los hombres sino lo opuesto al tener que matar a un jefe de una de las tribus del pueblo de Israel.

Por eso, a pesar de que Pinejás hizo una mitzvá muy grande al santificar Su sagrado Nombre, y su mérito y su recompensa es inmensa en el mundo venidero, de todas formas en este mundo él no obtuvo recompensa por esa gran mitzvá, y no era apropiado que se le otorgue el pacto del sacerdocio eterno en este mundo, pues toda la recompensa le espera a él sólo en el mundo venidero.

Pero por cuanto que a través de su acción él detuvo la plaga que ya se había llevado a 24000 almas del pueblo, salvando así al pueblo de Israel de la destrucción total, no existe mitzvá más grande que esa para el beneficio de las personas, y por esa mitzvá sí le correspondió obtener su recompensa en este mundo.

Desarrollo:

Al final de la parashá de la semana pasada, leímos sobre el acto de Zimrí y la respuesta de Pinejás. El episodio es descripto de la siguiente manera:

"Y un hombre de los hijos de Israel trajo una mujer midianita delante de sus hermanos, a ojos de Moshé y toda la comunidad, y ellos lloraron frente a la entrada de la Tienda de Reunión. Pinejás el hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén, los vió a ellos. Él se levantó de entre la comunidad y tomó su lanza con él. Se acercó al hombre de Israel al lado de la Tienda y él los mató a ambos al lado de la Tienda y la plaga cesó en Israel" (25:6-8).

Mientras que la historia fue contada en la parashá de Balak, algunos elementos del episodio fueron dejados en suspenso hasta esta parashá - Pinejás. Esta parashá, llamada como el protagonista del episodio, nos informa de la ascendencia de los perpetradores del acto:

"El nombre del hombre de Israel que fue matado - junto con la mujer midianita - era Zimrí hijo de Salú, un príncipe de la tribu de Shimón. Y el nombre de la mujer midianita que fue matada era Kozbí la hija de Tzur - el jefe de la nación de Midián" (25:14-15).

Ellos no eran personas simples; ambos eran aristócratas, de familias líderes de sus respectivas tribus. Rashí señala este hecho como una indicación del odio terrible de los midianitas hacia el pueblo de Israel: ellos estaban dispuestos a enviar a sus propias hijas al combate. El Targum (Ionatán) [Ierushalmi] identifica a Tzur con no otro que Balak mismo!! Su odio era tan profundo que estaba dispuesto a prostituir a su propia hija para tener la oportunidad de corromper a los judíos.

Pinejás, al ver esta escena, actúa - como lo describe la Torá - de manera "fanática", y mata a ambos en función de poner fin a la profanación. El acto de Pinejás es un acto arquetipo del fanatismo; otros en el futuro que actuaron de manera similar estaban asociados con Pinejás. Muy notablemente, Eliahu el Profeta está identificado por los Sabios como Pinejás - si no literalmente - por lo menos en el sentido místico; es dicho que ellos dos comparten un alma en común (ver Targum Ionatán Shemot 6:18).

Sin embargo, es posible ver este episodio como más que un acto fanático de Pinejás. Consideremos la motivación de los perpetradores, Kozbí y Zimrí. Estas personas eran ambas líderes en su propio derecho, cada una en sus respectivas comunidades. Su "actuación" siguió la invasión de la idolatría de "Baal" en el campamento israelita. Una vez que esta práctica extranjera se introdujo, lo que siguió fue un comportamiento sexual público, el cual en la vida judía es privado y sagrado.

Como hemos notado la semana pasada, uno de los ritos en la adoración del Baal era defecar en la presencia de la deidad, reflejando el estatus exaltado y "sagrado" de la naturaleza en la filosofía de la adoración a Baal. Un comportamiento que indicaba una reverencia a la naturaleza y a todas las cosas naturales, era una práctica aceptada. Una vez que esta "filosofía" es entendida, el acto de Kozbí y Zimrí - desde su punto de vista - no fue un "crimen de pasión" sino que fue la culminación de la adoración a Baal. Zimrí estaba tratando de mostrar un punto ideológico; así, el texto acentúa que él hizo el acto frente a la Tienda de Reunión.

"…frente a la entrada de la Tienda de Reunión. Pinejás el hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén, los vió a ellos. Él se levantó de entre la comunidad y tomó su lanza con él. Se acercó al hombre de Israel al lado de la Tienda y él los mató a ambos al lado de la Tienda y la plaga cesó en Israel" (25:6-8).

Si esto hubiese sido un acto de pasión, seguramente los dos se hubiesen escapado y escondido. Pero esto fue un acto público, un acto de rebelión, un acto dictaminado por la ideología - un acto de fanatismo. Entonces, ellos eligieron la Tienda de Reunión como el lugar para su encuentro. El acto de Zimrí y Kozbí fue premeditado. Como líderes, ellos aparentemente tenían un plan bien pensado de cómo apartar a los hijos de Israel de la santidad de las enseñanzas de Moshé, y llevarlos a la depravación de Baal.

"Y el nombre de la mujer midianita era Kozbí, la hija de Tzur; él era el jefe de la nación de Midián (25:15). Esto sirve para informarte hasta que punto los midianitas se sacrificaban a ellos mismos! Ellos realmente abandonaban a la hija de un rey en la prostitución; como está escrito: 'y ellos mataron a los reyes de Midián con el resto de sus muertos: Evi y Rekem, Tzur, etc.' (Números 31:8). Ahora, si Tzur, el más grande de todos ellos, a pesar de ser rey, abandonó a su hija, ¿quién no abandonaría a la suya? Por haberse denigrado a sí mismo y hacer que su hija se prostituya en público, las Escrituras lo reducen a él a una posición inferior y lo mencionan tercero. Sin embargo, en verdad, él era rey sobre todos ellos; él era el jefe de la nación de Midián" (Midrash Rabá 21:3).

De alguna manera, Zimrí no fue menos fanático que Pinejás, a pesar de que los dos reflejaron distintos lados, muy distintas direcciones. El fanatismo de Pinejás, y el de Zimrí, no debe sorprendernos, puesto que tiene su antecedente en Bereshit. Para poder apreciar esta conexión debemos recordar las enseñanzas que están al comienzo de esta parashá: Pinejás era el "hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén". Él era de la tribu de Leví. Zimrí era el "hijo de Salú, un príncipe de la tribu de Shimón". "Shimón y Leví", juntos otra vez, como en el pasado:

"Shimón y Leví son hermanos" (Bereshit 49:5).

Ellos estaban unidos, unidos por su fanatismo y furor. Iaacov, en su lecho de muerte, maldijo a este furor:

"Que su furor sea maldecido porque es poderoso, y su cólera por que es cruel…" (Bereshit 49:7).

¿Qué fue lo que hicieron Shimón y Leví para obtener una respuesta así de su anciano padre? ¿Qué fue lo que hizo que Iaacov deje a sus hijos esta herencia? Para contestar estas preguntas debemos retornar a su juventud.

Nuestro padre Iaacov tuvo una vida difícil. Él tenía un hermano que lo quería matar, un suegro que se abusó de él, e hijos que vendieron a uno de sus hermanos como esclavo. Iaacov también tenía una hija, Dina, quien salió de la vecindad para ver como los otros vivían. Allí ella fue capturada en una "relación" con Shejem el hijo de Jamor, quien se volvió loco por ella y la tomó en contra de la voluntad de ella. Su padre se acercó a Iaacov, en un intento de que lleguen a un acuerdo. Los hijos de Iaacov se acercaron a Jamor y le aconsejaron que circuncide a toda su tribu, lo que él hizo. Cuando ellos estaban en la cima del dolor, Shimón y Leví entraron a la ciudad y aniquilaron a todos. Iaacov estaba muy enojado con sus hijos, y los reprendió por ponerlo a él en una situación tan peligrosa. Al atacar a una tribu tan grande, cuando Iaacov y sus hijos eran pocos en número, Shimón y Leví pusieron a todo el pueblo judío en peligro de la venganza de las otras tribus vecinas que podían buscar revancha. Shimón y Leví respondieron: "¿Nuestra hermana será como una prostituta?" (Bereshit 34:31). Iaacov dejó esa pregunta pendiente, sin respuesta, hasta su lecho de muerte, cuando él maldijo el furor de ellos.

El episodio con Diná y Shejem sirve como un interesante paralelo de la historia de Zimrí y Kozbí. Shejem es el hijo del jefe de una tribu, Diná es la hija de Iaacov, también el líder de un pueblo. Allí, Shimón y Leví interpretaron la violación en términos nacionales, y atacaron al que hizo esa atrocidad. Su ataque fue ideológico, pero motivado por el enojo, y puede ser etiquetado como un acto de fanatismo. Iaacov, por su parte, fue más pragmático, y vió la situación en términos prácticos. En consecuencia, Iaacov maldijo al enojo de ellos, pero no se detuvo allí:

"Shimón y Leví son hermanos; instrumentos de crueldad son sus espadas. Mi alma, no está con su consejo; a su asamblea que mi honor no sea unido; porque en su enojo ellos mataron a hombres, y con toda su voluntad han matado a toros. Que su furor sea maldecido porque es poderoso, y su cólera porque es cruel; ellos serán divididos en Iaacov y dispersos en Israel" (Bereshit 49:5-7).

Iaacov suplica que estos dos hijos, y sus descendientes, divididos, porque cuando ellos están juntos, su furor se convierte en una obsesión y debilita. La conspiración en contra de Iosef fue instigada por Shimón y Leví (Rashí Bereshit 49:6). Iaacov rezó por su división, por el peligro que envolvía su unificación.

El Midrash identifica este tema cuando nota el comportamiento inapropiado de Zimrí.

"Zimrí, el hijo de Salú: las Escrituras dicen esto sobre él con asombro. Dice: El que irrumpa a través de un cerco, una serpiente lo morderá (Kohelet 10:8). Ahora su ancestro fue el primero en mostrar celos respecto de la prostitución, así como está escrito: 'dos de los hijos de Iaacov, Shimón y Leví… tomaron cada uno su espada… y mataron a todos los hombres" (Bereshit 34:25). Pero este hombre irrumpió a través del cerco que su padre ha hecho!" (Midrash Rabá 21:3).

A través de los años, los descendientes de Shimón y Leví tomaron direcciones distintas. En un nivel personal, cuando Moshé vió al egipcio golpeando a un judío, se levantó y salió a defender al judío, matando al egipcio en el proceso, actuando de una manera similar a su ancestro Leví.

Cuando el pueblo adoró al becerro de oro, Moshé pidió:

"Quien esté del lado de D'os, únase a mí! - y toda la tribu de Leví se unió" (Shemot 32:25).

Aquí nosotros vemos un "fanatismo" de parte de Leví, pero dirigido hacia D'os, en contra de aquellos que se habían rebelado. En estas circunstancias, Shimón se quedó en silencio. Más tarde en la historia, otros descendientes de Leví, los Macabeos, lideraron una rebelión en contra de los griegos. Podemos dibujar una línea de fanatismo en la tribu de Leví, pero debemos notar cuán diferente este fanatismo se manifiesta en la tribu de Shimón.

En el caso de Zimrí, ¿por qué toda la tribu de Shimón tuvo que ser atacada por la indiscreción de uno de sus miembros? Claramente, la rebelión liderada por Zimrí no fue sólo el acto de un solo hombre. La parashá Balak concluye con la plaga que se llevó 24000 vidas. En la parashá de esta semana, el censo fue de 22200 personas de la tribu de Shimón (Bamidvar 26:14), mientras que en el censo anterior, ellos eran 59300 (Bamidvar 1:23). Nosotros vemos que la diferencia más grande fue en la tribu de Shimón; aparentemente, la mayoría de todas las muertes fueron de esa tribu. Así Rashí concluye:

"Del número de personas perdidas de la tribu, comparada a la cuenta anterior en el desierto del Sinai, parece que todos los 24000 que murieron, eran de la tribu de Shimón" (Rashí 26:13).

Podemos, entonces, concluir que Zimrí tenía seguidores de su tribu. En otras palabras, esta fue una rebelión en contra de Moshé y D'os, liderada por Zimrí pero seguida por un gran número de la tribu de Shimón. Un contraste poderoso puede ser visto: toda la tribu de Leví estaba del lado de Moshé después del becerro de oro, preparada para hacer todo por D'os, mientras que toda la tribu de Shimón estaba del lado de Zimrí. El Talmud describe cómo la tribu de Shimón apoyaba a Zimrí:

"Y Moshé dijo a los jueces de Israel: 'maten a todos los hombres que estuvieron en Baal Peor. Y la tribu de Shimón fue a Zimrí ben Salú y le dijo: 'He aquí, castigo capital es puesto, pero tú sigues en silencio [inactivo]'. ¿qué es lo que él hizo? Él se levantó y reunió a 24000 israelitas y fueron hacia Kozbí, y le dijeron: 'entrégate a mí'. Ella le respondió: 'yo soy la hija de un rey, y así me ordenó mi padre: 'debes rendirte sólo al hombre más grande de ellos'. Él respondió: 'Yo también soy el príncipe de una tribu, más aún, mi tribu es más grande que la de él [Moshé], puesto que la mía es segunda en nacimiento, mientras que la de él es tercera'. Luego él la tomó de su pelo y la trajo ante Moshé. Él exclamó: 'hijo de Amram, ¿esta mujer está permitida o prohibida? Y si tú dirás: está prohibida, ¿quién te permitió a la hija de Itró a ti?'. En ese momento Moshé se olvidó de la halajá [concerniente a la intimidad con una mujer pagana], y todo el pueblo lloró; es por eso que está escrito: 'y ellos lloraron ante la entrada de la Tienda de Reunión'. Y también está escrito: 'Y Pinejás hijo de Elazar, hijo de Aharón Hacohén, vió esto'. Ahora, ¿qué es lo que él vió? - Rav dijo: 'El vió lo que estaba pasando y recordó la halajá, y le dijo a él: 'Tío abuelo! ¿no nos has enseñado esto cuando has descendido del monte Sinai: el que cohabite con una mujer pagana será castigado por los celosos?'. Él respondió: 'Aquel que lee la carta que sea el agente [para llevar a cabo las instrucciones]'. Shemuel dijo: Él vió que 'no había ninguna sabiduría ni entendimiento ni consejo en contra de D'os': cuando el nombre de D'os es profanado, honor no debe ser atribuido al maestro de uno. Rabí Itzjak dijo en nombre de Rabí Elazar: Él vió al ángel causando destrucción entre el pueblo. Y él se levantó de en medio de la congregación, y tomo una lanza en su mano; a pesar de que uno no puede entrar a la casa de estudio con un arma. Él removió la punta y se la puso debajo de sus ropas, y fue inclinándose sobre el estuche [de la lanza, en el cual estaba puesta la punta filosa]. Y tan pronto como llegó hasta la tribu de Shimón, él exclamó: '¿Dónde encontramos que la tribu de Leví es más grande que la de Shimón?' [como diciendo: yo también deseo satisfacción]. Ellos dijeron: 'déjenlo pasar también a él para satisfacer su deseo. Ellos pensaron: Permitieron hacer esto los que antes se abstenían' (Talmud Sanhedrín 82a).

Cuando Pinejás actuó en contra del fanatismo de Zimrí, estuvieron aquellos que lo atacaron, llamando a su comportamiento inaceptable, "no judío". Ellos clamaban que Pinejás debía haber heredado algunas características extranjeras de su abuelo materno Itró. El Midrash explica que nuestra parashá presenta a Pinejás como un descendiente de Aharón, como atribuyendo la reacción de Pinejás al comportamiento de Aharón, y no a una extranjera fuente pagana.

Aharón también era de la tribu de Leví. Quizás las masas vieron a Aharón sólo como un amante de la paz, y no como un defensor de la verdad. Aharón era una figura muy simpática, y las personas habrán visto el comportamiento de Pinejás como un alejamiento radical del comportamiento de Aharón.

Más aún, el pueblo habrá razonado que si Moshé no reaccionó como lo hizo Pinejás, seguramente que el comportamiento de Pinejás fue más allá del límite: ¿Cómo alguien podía ser más "religioso" que Moshé?.

En su lecho de muerte, Iaacov atacó al enojo de Shimón y Leví; indiscutiblemente, hay un lugar para este comportamiento, pero no cuando es motivado por el enojo. Así también, hay un momento apropiado y lugar apropiado para la clase de acción de Pinejás. Iaacov advirtió específicamente en contra de la unión de las dos tribus problemáticas. Mientras que puede haber un lugar para la reacción extra legal de un individuo, cuando tal acción se transforma en el punto de fusión de dos tribus, el peligro de enojo por sí mismo, y el fanatismo resultante, es demasiado grande. Una vez divididos, los descendientes de Leví se convirtieron en el prototipo de servidores de D'os, los Cohanim y Leviim, quienes sirven en el Templo. Por otro lado, Shimón nunca tuvo éxito en usar su enojo de una manera positiva.

El enojo es una característica particularmente peligrosa. Los Sabios lo comparan con la idolatría, puesto que cuando una persona se enoja pierde el control y no continúa sirviendo a D'os. Leví pudo controlar el enojo, manteniendo una relación firme y extrema con D'os. Esta completa dedicación a lo Divino es lo que les permitió ser Cohanim. A veces, esta intensidad de propósito se manifestaba en el Templo, y a veces se manifestaba en el campo de batalla, como con los Macabeos. El punto crucial es la dedicación firme a D'os. Esta característica, mientras que es el dominio de Leví, puede ser adoptada por cualquier judío. El Rambam, en un famoso pasaje comenta:

"No sólo la tribu de Leví, sino que cualquier hombre en toda la tierra cuyo espíritu lo moviliza, y lo hace separarse y pararse ante D'os para servirLo, en función de conocer a D'os, y caminar por un camino recto como D'os le ha hecho, y él rechaza los numerosos cálculos que ocupan a la mayoría de los hombres, esta persona se s- (se convierte) en Sagrado de Sagrados, y D'os será su porción por siempre…" (Rambam Mishná Torá Leyes de Shemitá e Iovel 13:12).

Conclusión:

Un judío puede convertirse en "consagrado". Todo lo que se necesita es tener una dedicación firme a D'os, así como fue manifestada por Pinejás. Su amor por D'os requirió su reacción extrema. El comportamiento fanático de Zimrí, el cual fue seguido por la tribu de Shimón, tenía que ser detenido. Pero para ser sagrado uno no puede tener una agenda personal, como tenía Zimrí. Quizás Zimrí se convenció a sí mismo de la creencia de seguir el ejemplo de su bisabuelo Shimón. Pinejás, por otro lado, se paró para no obtener nada personal. Por lo contrario, su acción fue ridiculizada por otros líderes.

Pinejás fue motivado por un profundo amor a D'os, el cual no abandonó por la opinión pública o el expediente político. Por esta razón él fue recompensado con el Pacto de Paz. El mandato de los cohanim es traer paz al mundo; a veces esto es logrado con palabras de paz, pero otras veces es logrado con la fuerza. La recompensa que recibió Pinejás nos da una visión de su motivación: Él quería desesperadamente la paz, pero la obscenidad que se desató ante sus ojos lo dejó sin opciones. Se nos recuerda de la enseñanza de Hilel en la Mishná de Avot:

"Deberás ser como los alumnos de Aharón: ama la paz y persigue la paz" (Avot 1:12).

Ocasionalmente, la búsqueda de paz requiere una muestra de amor no convencional. Los cohanim estaban "empapados" de amor - de amor por D'os y su prójimo. El enojo que Iaacov maldijo, fue reemplazado por amor. Es por eso que la tribu de Leví sobresalió. Por otro lado, la tribu de Shimón representaba el más grande fracaso durante los años que pasaron en el desierto. Un testimonio de esto es la bendición final de Moshé a las tribus al final del libro de Devarim. Los conceptos similares a las bendiciones de Iaacov son numerosos, pero la diferencia más impactante entre las bendiciones, está en las palabras finales de Moshé a la tribu de Shimón y Leví. Mientras que Iaacov los atacó, Leví en ese momento recibió una hermosa bendición de parte de Moshé:

"Tus Urim y tus Tumim, para Tu piadoso…" (Devarim 33:8).

Leví fue llamado "piadoso". Por otro lado, Shimón fue la única tribu que no recibió una bendición, ni comentarios de Moshé - sólo silencio. Y es un silencio que habla mucho. El potencial para la grandeza que tenía esta tribu no fue desarrollado. La visión de Iaacov pedía una separación de estas dos tribus, y en verdad, ellas fueron separadas, siguiendo dos caminos diferentes, dos destinos diferentes.

El conflicto de Zimrí y Pinejás sirve como un microcosmos de un gran tema, de dos tribus viajando en dos direcciones distintas, una hacia la grandeza y la otra hacia lo infame. Mucho tiempo antes, Iaacov rezó para que ellas se separen, en función de que cada una encuentre su camino único hacia D'os. Leví encontró el suyo; Shimón no lo encontró. Nosotros vemos en esta parashá que dos personas, en verdad dos tribus, pueden tener las mismas características, pero para alcanzar la grandeza, no ayuda tanto las características con las que se nace, como la manera en la cual usamos estas características.

Shabat Shalom.

Haftarat Pinjas Yirmiyahu (Jeremías) 1: 1 – 2: 3 (Sefaradim)

Las haftarot que son leídas en los shabatot posteriores al 17 de Tamuz y hasta después de Iom Kipur, no han sido seleccionadas por tener alguna relación con la parashá de la semana, como generalmente es el criterio que rige para su elección, sino que ellas tienen una relación con la época del año en la cual nos encontramos.

Este cambio de criterio en la elección de las haftarot está legislado en el Shulján Aruj (Oraj Jaim 428:8) y tiene su origen en el Midrash Pesiktá que nos enseña que en los tres sábados que hay entre el ayuno 17 de Tamuz hasta el día del 9 de Av deben ser leídas tres haftarot cuya temática sea las advertencias de desgracia y destrucción de Jerusalem a causa de los pecados del pueblo de Israel. Luego, desde el 9 de Av hasta Rosh Hashaná deben ser leídas siete haftarot de consuelo para el pueblo de Israel, y por último después de Rosh Hashaná deben ser leídas dos haftarot de arrepentimiento (a veces hay un sólo shabat entre Rosh Hashaná e Iom Kipur).

Yirmiyahu 1:1 - 2:3

En los años en los que las parashot Matot y Masé se leen el mismo shabat, esta haftará es leída en el shabat que se lee parashat Pinejás, pero si las parashot Matot y Masé se leen en sábados separados, entonces esta haftará es leída en el shabat que se lee parashat Matot, y ese es el motivo por el cual en los distintos jumashim (cada uno de los cinco libros de la Torá) esta haftará está impresa después de parashat Matot.

"Palabras de Irmiahu hijo de Jilkiahu de los sacerdotes que había en Anatot, en la tierra de Biniamín" (1:1)

En los primeros pesukim (versículos) de nuestra haftará, vemos como D'os lo llama por primera vez al profeta y trata de convencerlo de que acepte la misión de profetizar para los pueblos, pero a pesar de esto, Irmiahu se niega a hacerlo.

De todas formas, dice el texto que "la mano de D'os" tocó su boca y a partir de ese momento la palabra de D'os estuvo en la boca de Irmiahu, e inmediatamente después, aparece la primer profecía que Irmiahu recibió para el pueblo de Israel.

"Y fue la palabra de D'os a mí diciendo: '¿Qué estás viendo, Irmiahu?' Y dije: 'Una rama de almendro yo estoy viendo'. Me dijo D'os a mí: 'Bien has visto! Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla'" (1:11-12)

D'os quería que Irmiahu le advierta a los hijos de Israel que si ellos no revertirán sus acciones, D'os destruirá a los judíos, y a su más preciado y sagrado lugar, el Templo de Jerusalem. Para ello, D'os le mostró un makel shaked (rama de almendro).

Nótese que la raíz hebrea de la palabra almendro está compuesta por las letras shin, kof y dalet, y estas letras también pertenecen a la raíz del verbo lishkod que también puede significar "apresurar". Es por eso que cuando Irmiahu le contestó a D'os: : "makel shaked aní roé - una rama de almendro yo estoy viendo", D'os le dijo: "ki shoked aní al debarí laasotó - Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla". D'os utilizó la misma raíz idiomática para interpretar la profecía que Irmiahu había tenido.

Sin embargo, los comentaristas del Tanaj (Biblia) entendieron que la interpretación de esta profecía no se relaciona con la visión en sí, a través de una raíz lingüística solamente. Rashí y Radak, entre otros, entendieron - seguramente basados en el midrash citado también por Rashí - que el mensaje de esta visión es que así como el almendro es un árbol que florece mucho más rápido que otros árboles, asimismo D'os está apresurando Su palabra, para cumplirla.

"Y fue la palabra de D'os a mí, por segunda vez, diciendo: '¿Qué estás viendo?' Y dije: 'Una olla hirviendo yo estoy viendo, y lo hace por el norte'. Me dijo D'os a mí: 'Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra'" (1:13-14)

Esa olla hirviendo que vió Irmiahu tenía una particularidad, ella no hervía como cualquier otra olla. En una olla común y corriente, se puede apreciar a simple vista que el fuego está ubicado por debajo de ella ya que la ebullición es pareja en todos los bordes de la olla. Sin embargo, en esa olla ésto no ocurría. Irmiahu notó que las burbujas no eran parejas en todos los costados de la olla, de tal manera que parecía ser que en esa olla, la fuente de calor no estaba dispuesta debajo de ella en el centro, sino a un costado, del lado norte.

Rabí Moshé Alshej (1508 - 1593) en su comentario al libro, llamado "Marot Hatzobeot", nos dice que a través de estas dos visiones, D'os quiso demostrarle a Irmiahu que él es el hombre más indicado para cumplir con la función de profeta.

Dice nuestro autor que D'os le quiso demostrar a Irmiahu que si Él le hubiera preguntado a otra persona: "¿Qué estás viendo?" y ese hombre vería una rama sin frutos ni hojas, sólo una rama seca - así como vió Irmiahu - él no hubiese prestado atención a la especie de la cual provenía aquella rama, si la rama era de almendro u otra especie.

Él sólo hubiera dicho: "una rama yo estoy viendo" y por cuanto que la intención de la profecía es mostrar que D'os está apresurando Su palabra para cumplirla, la interpretación de la profecía no hubiera podido tener lugar, pues si la persona no hubiera dicho: "makel shaked aní roé - una rama de almendro yo estoy viendo", D'os no hubiera podido decir: "ki shoked aní al debarí laasotó - Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla".

Pero Irmiahu sí observó y prestó atención de qué especie era la rama, y es por eso que D'os le dijo: "Bien has visto!" y es por eso que fuiste elegido como profeta para las naciones.

Y de manera similar D'os lo probó a Irmiahu por segunda vez, en la visión de la olla hirviendo. Él le preguntó: "¿Qué estás viendo?", y de haberle preguntado esto a cualquier otra persona la respuesta hubiera sido: "una olla hirviendo", sin prestar atención al detalle de que un lado tenía más ebullición que los demás, ya que ese detalle no fue preguntado, y D'os no hubiera podido interpretar la profecía.

Sin embargo Irmiahu sí vió que las burbujas provenían del lado norte de la olla y es por eso que D'os le contestó: "Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra", para demostrarle que también esta vez vió bien. Y de esta forma D'os lo apresuraba a Irmiahu y le demostraba que no había otra persona que entendiera como él las visiones proféticas, y es por eso que no debía negarse a cumplir su misión sino que la debía aceptar de buen grado.

Sin embargo, sin contradecir este magnífico comentario de Rabí Moshé Alshej, si estudiamos estos versículos desde otro punto de vista, podemos aprender otras enseñanzas. Se puede decir que estas dos visiones que D'os le hizo ver a Irmiahu no sólo tuvieron como objetivo tratar de convencerlo de que acepte su misión, sino que también quisieron enseñarle a Irmiahu el "oficio de profeta".

Por supuesto que no todo el que desee ser profeta lo conseguirá, ya que eso no depende de la persona solamente, sino de la voluntad de D'os que es, sin ningún lugar a dudas, la fuente de la profecía. Pero por otro lado, Nuestros Sabios nos enseñaron que para que alguien pueda llegar a ser profeta, debe cumplir con ciertos requisitos mínimos, como ser justo, sabio, etc. y si tiene estas condiciones, se pueden hacer intentos "técnicos" para que D'os se comunique con él, y D'os en definitiva decidirá si querrá hacerlo o nó. (Véase en la haftarat Vaierá el término que utiliza el versículo: bené haneviim - los alumnos de los profetas).

Como vemos en los versículos, D'os quiso enseñarle a Irmiahu cómo se debe profetizar, quiso educarlo. Deteniéndonos en ciertos detalles del texto podremos aprender algunos secretos sobre el díficil oficio de educar. Citaremos los versículos nuevamente:

"Y fue la palabra de D'os a mí diciendo: '¿Qué estás viendo, Irmiahu?' Y dije: 'Una rama de almendro yo estoy viendo'. Me dijo D'os a mí: 'Bien has visto! Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla'. Y fue la palabra de D'os a mí, por segunda vez, diciendo: '¿Qué estás viendo?' Y dije: 'Una olla hirviendo yo estoy viendo, y lo hace por el norte'. Me dijo D'os a mí: 'Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra'" (1:11-14)

El RIosef Kleiner explicó que el lenguaje de estos pesukim es extraño. En la primera visión, D'os lo felicitó a Irmiahu por haber visto detalles que aparentemente carecen de importancia, diciéndole: "Bien has visto!", sin embargo en la segunda visión, a pesar de que Irmiahu también observó correctamente, D'os no lo felicitó por su aguda visión, sino que directamente interpretó la profecía, para que Irmiahu entienda el mensaje.

(A sus palabras, se puede agregar que en la primer visión, al preguntarle lo que veía, D'os le dijo: "¿Qué estás viendo, Irmiahu?" pero en la segunda visión, sólo le preguntó: "¿Qué estás viendo?" sin recordar su nombre propio, utilizando un lenguaje más directo).

Dice el Rav Kleiner, que este cambio en el lenguaje nos viene a enseñar que en el campo de la educación, no todo debe ser "caricias y alabanzas". Hay veces que debemos ser muy directos con nuestros hijos diciéndoles las cosas de una manera dura.

Podemos ver con mucha tristeza que sus palabras encierran una gran verdad. Solamente alcanza con salir a la calle y ver a la gente, para darse cuenta que en muchos casos los "descarrilados" - en el más amplio sentido de la expresión - no son sólo quienes en su niñez y adolescencia fueron sometidos por parte de sus padres o maestros, a una disciplina demasiado rígida.

Vemos con nuestros propios ojos, que la falta total de disciplina así como también una disciplina deficiente, pueden provocar en la personalidad del hombre daños no menos severos que el exceso de la misma.

En nuestra época más que en las anteriores, creemos que es bueno tener estos conceptos bien frescos en nuestra conciencia, ya que desgraciadamente estamos viviendo una época de enfermiza permisibilidad. Muchos tienden a creer que todo está permitido, tanto en el mundo de la secularidad como en el del judaísmo, y a través de ese pensamiento incurren en toda clase de errores que no tienen parangón, y a veces, hasta son irreparables.

Es por eso que debemos aprender de nuestra Sagrada Torá la fórmula del éxito. Ella nos enseña que debemos encaminarnos por el camino intermedio, sin desviarnos, en general, hacia los extremos. Si seguimos Su consejo podremos cumplir nuestro deber como judíos, y nuestra obligación como los educadores de nuestros hijos.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Pinjás hijo de Elazar, hijo de Aharón - el Cohen, hizo que cese Mi Furor de sobre los hijos de Israel, al celar Mi celo…" (Bamidvar 25:11).

Aquí, el versículo alaba a Pinjás por haber "celado el celo de D'os", es decir por haber matado a Zimrí y a la mujer midianita con la cual estaba cometiendo un gran pecado, y gracias a su acción D'os aplacó Su enojo de con el pueblo. Sin embargo, es raro que el texto resalte solamente el hecho de que Pinjás celo el celo de D'os y no el hecho de que al matarlos él se estaba exponiendo a un gran peligro, pues su vida corría peligro ya que los hombres cercanos a Zimrí querrían matarlo.

La respuesta es que en la situación que se encontraba el pueblo de Israel el honor de D'os estaba en juego, y por cuanto que el objetivo final de la abnegación al entregar la vida por las causas justas debe ser buscar la santificación del Nombre de D'os, aquí la Torá no recalcó esa abnegación que profesó Pinjás, sino precisamente el hecho de que Pinjás celó el celo de D'os, alabándolo por ello.

Cuando realizamos buenas acciones no debemos realizarlas pensando que ellas son un fin en sí mismo, sino que debemos tener la intencionalidad de engrandecer la gloria de D'os sobre la tierra.

(Basado en las palabras de Rabí Iejezkel Levishtein).

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