lunes, 28 de febrero de 2011

Parasha Pekudei

Los Cómputos del Mishkán

El Mishkán y sus santas vasijas estaban completados. Moshé por tanto les dijo a los Ben el Israel, “Dejádme presentáros una descripción exacta de cómo usé los materiales que vosotros donásteis.”

La frase de apertura de esta parshá, “Ele fekudé hamishkán / Estos son ¡os cómputos del Mishkán,” implica que Moshé se sentó frente al pueblo para presentar un cómputo de cómo había empleado toda onza de oro, plata, y cobre que habían sido contribuidas. Luego Moshé dio sus cálculos a una segunda persona, Itamar ben Aharón, para verificación.1

Moshé computó que veintinueve kikar (talentos) y 730 shekel de oro habían sido donados, y cien kikar y 1775 shekel de plata (Shemot 38:24- 25). Mientras estaba tratando de determinar, sin embargo, para qué objetos la plata había sido usada, permaneció con la suma de 1775 shekel de plata inexplicados. Tanto como sondeó su mente, no pudo recordar qué había hecho con ellos. El tuvo miedo de que alguien pudiera sospecharlo de malversación.2

Finalmente, una Voz Celestial apareció y proclamó, “Con estos 1775 shekel, los ganchos para los pilares (vavím) fueron construidos.


Los pilares que rodeaban el patio tenían ganchos de plata adosados a ellos que sostenían las cortinas en su lugar entre los pilares.

Moshé estaba aliviado. Los Benei Israel se regocijaron de que todas sus donaciones habían sido aceptadas por Hashem para el propósito santo del Mishkán.4

¿Por qué fue que Moshé, quien fue llamado neemán, digno de confianza, por el Todopoderoso Mismo (Bamidbar 12:7), encontró necesario justificar sus acciones ante el pueblo?5

Moshé había oído casualmente comentarios entre el pueblo. Algunos de ellos comentaron “¡Ultimamente, el cuello de Ben­Amram está muy gordo!” Y él había escuchado la respuesta, “No es extraño; ¡está a cargo de todo ese dinero para el Mishkán!” Moshé entonces se había jurado a sí mismo, “¡Tan pronto como el Mishkán esté construido, presentaré una descripción exacta del modo en que usé el dinero!”6

Estos eran ciertamente los comentarios de individuos pecadores. K’lal Israel en conjunto confiaban en Moshé como el veraz agente que había sido seleccionado por Hashem para transmitir la Torá a Su pueblo. Algunos individuos, no obstante, estaban perplejos acerca de la súbita riqueza de Moshé. No sabian que Hashem le había permitido guardar el zafiro que quedó después que labró las lujot. El así se había hecho rico.7

Moshé mismo sabia que había sido un leal depositario en administrar los dineros del Mishkán. No obstante, presentó una descripción exacta de sus acciones porque no quería que nadie lo sospechara equivocadamente. Es correcto para una persona clarificarse ella misma de toda sospecha a los ojos de las personas y no satisfacerse a si misma diciendo, “Di- s sabe la verdad.”8

La persona que colectaba el dinero para el fondo del Beit Hamíkdash no vestiría una vestidura con doble doblad illo (en la que pudiera esconder dinero), un cinto hueco, o aún pantalones. Si se volviera rica más tarde, la gente no podría alegar, “El se volvió rico del tesoro comunal.” Al igual que una persona debe comportarse en una manera que Hashem consideraría sin tocha, así debería ver que todas sus acciones la dejen libre de sospecha a los ojos de otros.9

La frase, “Moshé cumplió el mandamiento de Hashem como Hashem le ordenó” se reitera a lo largo de esta parshá. Es repetida un total de dieciocho veces. Correspondientemente, los Hombres de la Gran Asamblea instituyeron que la tefilá de shemoné esré contenga dieciocho bendiciones.10

De tal modo aludieron al hecho de que en nuestros días, cuando nosotros ya no tenemos un Mishkán o un Beít Hamikdash, nuestra tefilá se erige en lugar de los korbanot.

La Torá enfatíza que Moshé construyó el Mishkán “como Hashem le ordenó” para fijar en nosotros el hecho de que Moshé lo construyó en todo detalle de acuerdo con el mandamiento Divino. Esto fue cierto no sólo en el simple sentido material. Moshé también aprehendió los pensamientos y alusiones Divinos simbolizados por los varios componentes del Mishkán.12

Finalmente, el nuevo edificio de la Ieshivá estaba completado. Había sido diseñado por un experto arquitecto para satisfacer todas las necesidades de los jóvenes estudiantes de Torá. Incluía un Beit Hamidrash espacioso, aireado e iluminado. El sofisticado trazado del otzar hasefarím (cuarto de biblioteca)- proveía un lugar para serena concentración tanto como rápido acceso a todos los volúmenes necesarios para aprendizaje. Todo cuarto había sido equipado en una manera que permitiría a los estudiantes ahondar en el estudio de Torá sin molestias o disturbio indebido. Los constructores fijaron una placa a cada cuarto. Portaba la inscripción, “Como por las instrucciones del famoso arquitecto XY” Esto haría conscientes a todo estudiante y visitante del hecho de que cada detalle de este edificio había sido construido con un plan, el propósito del cual era el facilitar el estudio de Torá.13

Similarmente, en esta parshá, la cual concluye la narrativa de la construcción del Mishkón, una “etiqueta” fue fijada a la descripción de cada objeto. La Torá añade a cada detalle, “Fue construido como Hashem le ordenó a Moshé.” Nosotros por medio de ello somos hechos comprender que toda particular instrucción con respecto al Míshkán fue llevada a cabo por Moshé de acuerdo con el plan y propósito Divinos.

La Shejiná (Divinidad) Retorna a Esta Tierra

El Mishkán fue completado después de tres meses de labor. Fue finalizado en el 25 de Kislev, de 2449.14 Moshé pensó que debería ser erigido e inaugurado inmediatamente. Hashem, no obstante, dijo, “El Mishkán no será consagrado hasta el mes de Nisán. Ese mes fue encontrado digno para su inauguración. Es un mes en el cual la shejrná ilumina el mundo, y es la tarea del Mishkán traer luz al mundo.” Dado que Kislev fue pasado por alto y no fue honrado como el mes en el cual el Mishkón sería consagrado, fue escogido en vez de ello como el mes para la fiesta de Janucá que comienza el 25 de Kislev.16

El pueblo vino a Moshé, cada uno trayendo la pieza que había construido para el Mishkán. Uno dijo, “Aquí está mi tabla,” y otro, ‘~Aquí está mí viga.”17

Cuando Hashem ordenó a Moshé “No erijas el Mishkán sino déjalo plegado por otros tres meses, hasta Nisán,” los burlones de entre el pueblo observaron, “¿Vosotros creéis que la shejiná realmente morará sobre la obra de Ben- Amram?”19

En el primero de Nisán, Hashem ordenó que el Mishkán finalmente fuera erigido. Aquellos mismos burlones trataron de armarlo, pero no se mantuvo. Entonces todos los hombres sabios de la generación se esforzaron para erigirlo pero fueron incapaces de hacerlo. Finalmente, Moshé erigió el Mishkán sin ayuda. El meramente tocó las vigas, y milagrosamente se colocaron ellas mismas en sus posiciones apropiadas.19

La Ceremonia Inaugural (miluím) del Mishkán duró ocho días. Hashem le enseñó a Moshé en qué lugar establecer cada vasija, cómo realizar la avodá, cómo ofrendar el ketoret, cómo preparar los candiles para la menorá, cómo ungir todas las vasijas a fin de consagrarlas, cómo ofrendar korbanot, cómo vestir a Aharón y a sus hijos en los bigdei kehunó, y cómo ungirlos.20

El octavo día de la Inauguración fue el primero de Nisán. Los grandiosos eventos de aquel día especial son relatados en detalle en parshát Shemini. (Ver Sheminí, bajo el título “Los Sucesos en el Octavo Día de la Inauguración del Mishkán. “)

Aquel día, el ketoret fue ofrendado, y luego, finalmente, la Nube de la shejiná descendió sobre el Mishkán y lo llenó con su presencia 21

Hashem creó al mundo de tal forma que Su shejiná pudiera residir en él.

No obstante, Adám pecó. La shejiná entonces se retiró al Primer Cielo.

Cuando la Generación de Enosh pecó, la shejiná partió al Segundo Cielo.

La Generación del Diluvio con sus crímenes causó a la shejiná retroceder al Tercer Cielo.

La malvada Generación de la Dispersión hizo a la shejiná retroceder al Cuarto Cielo.

La corrupción de los egipcios en el tiempo de Abraham echó a la shejiná atrás al Quinto Cielo.

A causa de la maldad de Sedom y sus ciudades vecinas, la shejiná partió al Sexto Cielo.

Finalmente, la depravación de los egipcios en el tiempo de Moshé hizo a la shejiná retirarse al Séptimo Cielo.

Siete tzadikím restituyeron la shejiná al mundo.

Abraham la devolvió al Sexto Cielo.

Itzjak regresó la shejiná al Quinto Cielo.

Iaacov causó a la shejiná descender al Cuarto Cielo.

Leví la devolvió al Tercer Cielo.

Kehat la atrajo de regreso al Segundo Cielo.

Amram restituyó la shejiná al Primer Cielo.

Cuando Moshé erigió el Mishkán, la shejiná descendió del Primer Cielo y una vez mós reto rnó a la Tierra.22

A pesar de que la shejinó estaba centrada en el Mishkán, la Gloria de Hashem radiaba de allí al mundo entero.23

Mientras la Nube de Gloria descansaba sobre el Mishkán, Moshé no entró, por respeto a la shejinó. Hashem por lo tanto lo distinguió convocándolo en la presencia de todo K’lal Israel (Vaikrá 1:1).24

La Grandeza del Mishkán

En el primer pasuk de parshát Pekudei, el Mishkán es llamado “mishkón haedut/el Mishkón del testimonio.”

Llevaba este nombre dado que sirvió como un testigo para todas las naciones de que Hashem había perdonado al pueblo judío por el jet haeguel (pecado del becerro de oro).25

El Mishkán era tan grandioso que sus santas vasijas nunca cayeron en manos no judías. Cuando el Beit Hamikdash fue construido, ellas fueron transferidas allí, y antes de la destrucción del Templo, ellas fueron escondidas en sus cámaras subterráneas.26*

La construcción del Mishkán fue más querida a Hashem que la Creación del universo entero. El universo emergió por meros pronunciamentos emanando de los labios de Hashem. El Mishkón fue más preciado, no obstante, porque entró en existencia por medio del esfuerzo manual de los grandes tzadikím, Moshé, Betzalel, Aholiav, y de todo K’lal Israel que participó en su construcción.

Hashem también intervino en la construcción, como está dicho, “El santuario, Oh Hashem, que Tus Manos establecieron” (Shemot 15:17).27

Concerniente al Mishkán está dicho,

/ Sal y ve, K’lal Israel, al Rey a Quien toda paz pertenece

/ corona que K‘lal Israel hizo para El (el Creador)”.

¿Qué corona es ésta? Es el Mishkón que estaba adornado con oro, plata y diamantes, lo mismo que una corona (Shir Hashirím

3:11).

¡Cuán grande era la felicidad del Creador! A pesar de que el cielo y la tierra no pueden contener Su Gloria, El confinó su shejiná al Mishkán.

Ma tovu ohaleja Iaacov /¡cuán buenas son tus tiendas, Iaakov­el Mishkón de la shejiná y la tienda de Moshé,

mishkenoteja Israel / todos los mishkanot (lugares de residencia para el Todopoderoso) que vosotros construisteis, el Mishkán del desierto, de Shíló, de Nov, y de Guivón!”

La Nube de Gloría descansaba sobre el Mishkán de día, y una Nube de Fuego por la noche, visible por K‘lal Israel entera durante todos sus viajes en el desierto.28

“¡Cuán afortunado el pueblo que experimentó esto, cuán afortunado el pueblo cuyo Di- s es Hashem” (Tehilím 144:15)!

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 327 a 333

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