sábado, 19 de febrero de 2011

Parasha Vaiakel

Moshé Congrega a K’lal Israel para Enseñarles las Leyes de Shabat

La parshá de Vaiakhél describe cómo el Mishkán fue construido. Es precedida, no obstante, por una advertencia de observar las leyes de Shabat.

En el día siguiente a Iom Kípur,1 Moshé congregó a K’laI Israel2 íntegro y les dijo, “Trabajo puede ser realizado durante los seis días de semana. No obstante, en el séptimo, ustedes deben abstenerse de toda labor.”

Moshé les enseñó a los Benei Israel las detalladas halajot de las treinta y nueve labores principales (avot melajot) cuya realización está prohibida en Shabat.3 Moshé concluyó con la advertencia, ''Quien viole el Shabat a pesar de haber sido advertido y en la presencia de dos testigos incurrirá en el castigo capital. Aún si el Beit Din está imposibilitado de ejecutarlo porque una de las dos condiciones precedentemente mencionadas no es cumplida, él ciertamente no escapará a la retribución Divina.”4

¿Por qué Hashem le ordenó a Moshé exhortar al pueblo a guardar los preceptos del Shabat antes de instruirlos acerca de construir el Mishkón?

El rey estaba planeando construir él mismo un nuevo palacio. Convocó a los mejores arquitectos y se asesoró con ellos por horas y horas. Les dio instrucciones detalladas sobre cómo planear el magnífico edificio que él tenía en mente, los espaciosos cuartos, el techo como torre, los portales a la entrada, y el lujoso diseño interior. La reina advirtió con desagrado que él pensaba sobre su nuevo palacio día y noche. Durante una de sus sesiones con los arquitectos, ella se introdujo dentro del cuarto y se quejó, “¡Vos estáis tan absorbido en vuestros planes que ya no me concedéis un solo pensamiento!”

El rey reconoció la verdad de su argumento. Inmediatamente ordenó que al día siguiente, una fiesta debería ser celebrada en honor de la reina.5

Similarmente, el Shabat se quejó a Hashem, “Tú me santificaste durante los Seis Días de la Creación.¡Ahora los judíos probablemente están por profanarme a causa de su gran amor por el Mishkán que están erigiendo para Ti!”

Hashem por consiguiente le ordenó a Moshé enfatizar al pueblo que las leyes de Shabat no debían ser descuidadas a causa de la construcción del Mishkán.

Moshé les enseñó a los Benei Israel entre muchas otras halajot que estaba prohibido encender un fuego en Shabat. (Los Kohaním fueron permitidos encender un fuego en el Mishkán con el fin de ofrendar los korbanot de Shabat. Fueron, no obstante, prohibidos de realizar aquella precisa misma labor para propósitos privados.)6

El malvado emperador Adriano desafió a R. Iehoshúa ben Jananiá, diciendo, “Yo soy más grande que vuestro maestro Moshé.”

“¿Cómo es eso?” interrogó R. lehoshúa.

“Muy simple,” replicó Adriano. “Yo estoy vivo, y él está muerto. ¿No dicen vuestros libros, ‘Mejor un perro vivo que un león muerto’ (Kohelet 9:4)?”

R. Iehoshúa le dijo, “Yo reconoceré la verdad de vuestras palabras si vos podéis cumplir una condición.¡Decretad que vuestros súbditos, como regla de una vez, no pueden encender ningún fuego por tres días consecutivos!”

“¡Nada más fácil que eso!” consintió Adriano, y emitió una orden a aquel efecto.

En la noche, ellos dos permanecían sobre la terraza del techo de Adriano.

R. Iehoshúa miraba a las casas de la ciudad y advirtió humo elevándose de la chimenea de una casa a la distancia.


“¿No prohibisteis encender un fuego?” él preguntó al emperador.

Un mensajero fue enviado a aquella casa. Retornó con el reporte que un hombre noble vivía allí, y su facultativo le había ordenado beber bebidas calientes para curar su resfriado. El había encendido el fuego para aquél propósito.

“Vos véis,” R. Iehoshúa ben Jananiá se dirigió a Adriano, ‘vuest ros súbditos no hacen caso de vuestras órdenes aún mientras vos estáis vivo. Este hombre podía fácilmente haber esperado otro día para encender el fuego. Nuestro rebe, Moshé, nos advirtió a nosotros dos mil años atrás, ‘¡No encendáis un fuego en Shabat!’ ¡Hasta el día de hoy, ningún fuego es encendido en ninguna casa judía en el Shabat!”7

En lugares donde las personas son negligentes con las leyes del Shabat, incendios son frecuentes. Si el pueblo judío no está atento a

la prohibicio´n del Todopoderoso de encender un luego en

ellos son castigados teniendo que ser testigos de sus propias casas elevándose en llamas.8

Por Qué la Torá Da Repetidas y Prolongadas Descripciones de la Construcción del Mishkán

La Torá da una quintuple descripción del Mishkán y sus santas vasijas:

Hashem le dio a Moshé los detallados mandamientos en parshát Teruma.

Los mandamientos son explicados de una manera más general en parshát Ki Tisá (Shemot 31:1- 11).

Moshé transmitió los lineamientos generales de las instrucciones a K’lal Israel en esta parshá, Vaiakhél, diciendo que todo hombre sabio debería participar en la construcción.

La Torá relata una cuarta vez cómo los mandamientos de Hashem fueron cumplidos, mencionando separadamente que cada vasija fue construida (36:8- 39:2).


Finalmente, la Torá nuevamente enumera las vasijas del Mishkán después de que fueron completadas y llevadas a Moshé (39:33- 43).

¿Por qué Hashem dedicó tantas parshiot de la Torá al tema del Mishkán? La respuesta es que estas repeticiones están destinadas a despertar en nosotros la comprensión de la importancia del Mishkán y de su grandeza en los ojos de Hashem.

Nosotros encontramos instancias paralelas en la Torá. Por ejemplo, Hashem repite el nombre de K’lal Israel cinco veces en un pasuk (Bamidbar 8:19). El por medio de ello desea hacernos conscientes de Su gran amor por Su pueblo.

Después que el príncipe heredero regresó de su primer estada en la escuela, él fue el objeto de la atención incesante de su padre. Por el resto del día, el rey no pudo abstenerse de expresar interés por el príncipe heredero que había dado sus primeros pasos fuera del palacio. Continuamente repetía, “¿Ha regresado ya mi hijo de la escuela? ¿Ha comido ya el almuerzo mi hijo? ¿Se ha retirado mi hijo a descansar?”

Una repetida narración de un evento en la Torá es una expresión del interés de Hashem y la importancia que El atribuye a la materia. Similarmente, la descripción del encuentro de Eliezer con Rivká es narrada dos veces en parshát Jaié Sará, demostrando que las conversaciones de los sirvientes de nuestros ancestros son preciosas para Hashem.9

A pesar de que los mandamientos concernientes al Mishkán no se aplican a nosotros hoy en la práctica, somos prometidos con una inmensa recompensa por aprender las parshiot que versan del Mishkán. Somos recompensados por estudiar el esquema del Mishkán y sus vasijas y ciertamente por ahondar en su íntima significación simbólica.

Nuestros jajamím declaran que alguien que estudia las leyes relativas a los korbanot es considerado por el Cielo como si hubiera realmente ofrecido un sacrificio. Similarmente, quien aprende los capítulos concernientes al Mishkán es equiparado con quien ayudó en su real construcción.¡Con el mérito de su estudio, causará que la shejiná retorne a Tzión una vez más!10

La Construcción del Mishkán Comienza

Moshé llamó a una reunión e instruyó a los Benei Israel erigir el Míshkán. Su asamblea con fines sagrados expiaba por su anterior reunión irreligiosa en la cual ellos habían demandado el eguel.

Cuando el pueblo escuchó que la shejiná de Hashem residiría en el Mishkán como una señal de perdón por el Pecado del Becerro de Oro, su júbilo no conoció limites. Las donaciones inmediatamente comenzaron a afluir. Ellos donaron no sólo oro y plata, sino aún sus joyas personales. Con ello hicieron enmienda por la culpa en que incurrieron habiendo contribuido ornamentos para hacer un eguel. Las mujeres quienes habían rehusado entregar cualquiera de sus joyas para el Becerro de Oro fueron ahora las primeras en ofrecer voluntariamente y donar todas sus joyas al Mishkán.

En sólo dos días, aún más que una cantidad suficiente de abastecimientos fue traída. A pesar de ello las donaciones continuaron llegando en abundancia. Los recolectores de fondos se paseaban de un lado al otro del Campo, dirigiendo una llamada al pueblo para cesar de dar. 12

Los Benei Israel, contribuyendo tan arrolladoramente para el Mishkán, manifestaron su natural rasgo de generosidad.*

El pueblo judío está caracterizado por tres cualidades innatas:

Ellos son compasivos.

Ellos son vergonzosos.

Ellos practican jesed (ayudar a otros con caridad y buenas acciones).

Puede ser asumido que un judío que carece de los rasgos arriba mencionados no proviene de onces tros que estuvieron de pie en Har Sinaí.13


Moshé proclamó que todo hombre y mujer temerosos de Di- s estaban invitados a ayudar hilando y tramando los tapices y construyendo partes para las paredes del Mishkán con sus propias manos.

Ambos los hombres y las mujeres respondieron. Ellos trabajaron y trajeron a Moshé muestras de su trabajo. La especialidad de las sabias mujeres era hilar el pelo de cabra para los tapices. Puesto que el pelo era fino y duro, era una tarea difícil.15

Quienquiera que ayudó en la construcción del Mishkán fue dotado de especial sabiduría por Hashem. Cuando Moshé examinó las muestras que le fueron traídas, él encontró que todas conformaban con la descripción de Hashem, y estuvo muy feliz)6

No sólo fueron las personas que ayudaron a construir el Mishkán inspiradas con sabiduría Divina, sino incluso a los animales usados para su construcción les fue concedido sentidos especiales.17 Por ejemplo, los animales domésticos que tenían que transportar las vigas sabían por si mismos qué ruta tomar, y las bestias salvajes cuya piel era requerida para los tapices vinieron a los Benei Israel espontáneamente.18

Ambos Betzalel y Aholiav fueron inspirados con entendimiento Divino a fin de posibilitarles moldear las vasijas para el Mishkán exactamente como Hashem había ordenado y cincelar aún los más intrincados diseños.19

Parece extraño, no obstante, que ni Aholiav ni ninguna otra persona temerosa de Di- s que ayudó a construir el Mishkán sean citados por la Torá por los roles que ejecutaron. Betzalel, parece, es reconocido todo el mérito porque los pesukím reiteran constantemente, “y él lo hizo,” una aparente referencia a Betzalel solamente 20

La razón para esto es que Betzalel no sólo se empeño él mismo en la construcción material. También se afanó en el reino espiritual. Esforzó su mente al extremo para comprender el significado profundo detrás de cada objeto. Puesto que invirtió tanto esfuerzo espiritual en la construcción, él fue recompensado por Hashem. Fue consecuentemente concedido el más grande nivel de ruaj hakodesh (inspiración de Di-s) y fue capaz de desentrañar la significación de cada implemento. La Torá atribuye la construcción íntegra del Mishkán a Betzalel dado que, imbuyendo a cada vasija con sus santos pensamientos, él se convirtió en su hacedor espiritual, colocando el sello final sobre cada objeto.21


La Construcción del Mishkán Revela el Verdadero Carácter de Belleza Espiritual de K’lal Israel

K’lal Israel proclama, “Shejorá aní venavá / Yo soy negra, no obstante hermosa” (Shir Hashirím 1:5).

Esta afirmación parece ser contradictoria; ¿no son negrura y belleza dos extremos opuestos?

Cada uno de estos dos atributos, no obstante, se refiere a una etapa diferente en la historia de K’lal Israel. Los Benei Israel proclaman,

“Yo soy negra, cuando mis propias acciones son tomadas en consideración, pero hermosa considerando las acciones de mis ancestros.”

La princesa una vez cometió una transgresión y fue desterrada de la corte real. Fue forzada a ganarse la vida recolectando la cosecha de los campos junto con los granjeros com unes.

Investigación posterior de su mal acto trajo a la luz el hecho de que no tenía que ser culpada por el crimen. Más bien, fue una de las criadas en el palacio quien había causado todo el problema.

La princesa fue por lo tanto convocada para retornar a la corte real, pero ella ya no era la hermosa doncella que había sido anteriormente. Su delicada piel había sufrido de la exposición al sol abierto en los campos. Estaba ahora bronceada por el sol y parecía negra y feo. Cuando las mujeres nobles llegaron al palacio para visitar, se burlaron ante la vista de la negra princesa.

“¿Por qué vosotras me contempláis con desdén? la princesa les preguntó. “Yo sólo necesito un buen bálsamo y algunos baños para curarme. Estos me harán tan hermosa y blanca como solía ser. Pero vosotras todas nacisteis con piel oscura.¡Todos los cosméticos y baños en el mundo entero no tornarán vuestra piel blanca!”22

Similarmente, K'lal Israel posee la kedushá innata que heredaron de sus grandes ancestros. Aún a pesar de que su belleza pueda a veces ser ensombrecida por la influencia del ietzer hará (el impulso que lleva a hacer el mal) y de las naciones, su negrura es sólo superficial. Tan pronto como ellos se esfuerzan a si mismos un poco, son capaces de hacer teshuvá (arrepentimiento) y recobrarán su natural belleza espiritual.

K‘Ial Israel afirma además:

“Yo fui negra en Egipto, pero hermosa al pronunciar naasé ven ishmá en Har Sinai.”

“Yo fui negra cuando me rebelé en el Iam Suf, pero hermosa cuando yo exclamé allí, ‘Este es mi Di- s, y yo lo giorificaré a El.

“Yo fui negra en el incidente del jet haeguel, pero hermosa en la construcción del Mishkán.”

Los Benei Israel fueron conducidos a hacer el Becerro de Oro a causa de las persuasiones del Satán. Tan pronto como Moshé regresó, sin embargo, ellos voluntariamente accedieron a la eliminación del eguel y al castigo de muerte de los pecadores. Su gran anhelo de expiación y la restitución de la shejiná a su medio fue probado por sus vastas donaciones para el Mishkán. De tal modo manifestaron el verdadero carácter de K‘lal Israel el carácter de belleza espiritual, natural.23

El Error de los Nesiím en Donar para el Mishkán

Tan pronto como los nesiím (líderes de las Tribus) escucharon que Hashem quería que un Míshkán fuera erigido, le sugirieron a Moshé, “Nosotros solos suministraremos todos los materiales para el Mishkán. No es necesario para K‘lal Israel donar nada.”24

Los nesíím creían que la shejiná preferiría residir en un Mishkán construido con sus presentes antes que en un Mishkán construido con las donaciones del pueblo. Por lo menos, ellos no habían estado comprometidos en el jet haeguel en absoluto. Además de eso.donarian con un corazón puro puesto que eran sobresalientes en sabiduría y carácter. Un Míishkán construido por ellos, ellos creyeron, poseería por consiguiente un valor espiritual más grande25

Moshé, no obstante, respondió, “¡Hashem me ordenó aceptar donaciones de todo el que esté deseoso de dar!” Los nesiím entonces decidieron, “Antes que donar junto con K‘lal Israel, nosotros suministraremos todo lo que esté faltando al final. “26

Razonaron que si sus obsequios completaran el Mishkán, Hashem lo consideraría como si hubieran construido el edificio integro 27

Pero subestimaron la generosidad de los Benei Israel, quienes dieron ansiosa y amorosamente. Los judíos llegaron a Moshé en multitudes, ambos hombres y mujeres, adelantándose dando empujones en su ansiedad por cumplir la mitzvá.28

Después de dos días, ningún material más fue necesitado, y los nesiím llegaron demasiado tarde.

La Torá omite la letra lud de la palabra nesiím (35:2 7 ) para indicar que ellos fallaron. A pesar que tenían buenas intenciones, estuvieron equivocados en posponer el cumplimiento de una mitzvá.29*

Cuando los nesiim vieron que ya no era necesario más material, donaron las preciosas gemas para el efod y el joshen 30**

Más tarde, los nesiím estuvieron particularmente ansiosos y rápidos para ofrendar los sacrificios inaugurales (korbanot miluim) a fin de corregir su error de haber demorado sus donaciones para el Mishkán.31

El Kior / Aguamanil es Hecho de los Espejos de Cobre de las Mujeres

Además de muchos otros obsequios, las rectas mujeres trajeron sus espejos de cobre personales para ser usados como materiales de construcción. Cuando Moshé vio a estos, él pensó, “¿Cómo puedo yo aceptarlos? Son herramientas del ietzer hará.”

“No desprecies los espejos,” Hashem corrigió a Moshé. “Debido a estos espejos, los Benei Israel se multiplicaron en Egipto. Las mujeres judías los usaron leshem shamaim, para embellecerse ellas mismas a fin de continuar dando a luz niños a pesar de la tortura egipcia.”32

Hashem ordenó a Moshé, “Toma estos espejos para la construcción del kior. Las mujeres judías usaron estos espejos sólo con fines de kedushá. Por consiguiente. en el futuro, las sotot serán examinadas con el agua del kior. Serán expuestas a la prueba para determinar si son puras y santas como lo fueron sus madres.”33

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 317 a 326

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