domingo, 21 de agosto de 2011

Parashá 47 Re´e

Parashá 47 Re´e (D´varim 11: 26 – 16: 17)

Tema: ¡MÁS POBRES!

Resumen:

Nuestra parashá habla de los siguientes temas:

Primera aliá (11:26 - 12:10): Moshé Rabenu le explica al pueblo que delante de ellos tienen el camino de la bendición o de la maldición. Son recordadas las mitzvot de destruir todos los lugares donde se practicaba la idolatría, de ofrecer los korbanot (sacrificios) sólo en el lugar que D'os elegirá y la prohibición de tener altares privados.

Segunda aliá (12:11 - 28): D'os escogerá el lugar donde se ofrecerán los sacrificios. Leyes referentes a la consumición de carne.

Tercer aliá (12:29 - 13:19): Moshé les advierte que no se desvíen en pos de la idolatría, y que no agreguen mitzvot a la Torá y tampoco disminuyan de ellas. Es recordada la prohibición de escuchar a falsos profetas o familiares o seres queridos que intenten desviarnos del camino de D'os. La obligación de destruir a la ciudad que se haya pervertido totalmente detrás de la idolatría.

Cuarta aliá (14:1 - 21): No podemos hacer determinadas acciones como señal de luto por la muerte de un ser querido. Los animales que está permitido comer. Los pescados permitidos para el consumo. Las aves permitidas para el consumo.

Quinta aliá (14:22 - 29): Las leyes de los diezmos. Las leyes de la shemitá (año sabático de la tierra).

Sexta aliá (15:1 - 18): Leyes relacionadas con los esclavos y la caducación de deudas. Leyes de la tzedaká (caridad) y del préstamo de dinero sin interés.

Séptima aliá (15:19 - 16:17): Algunas leyes sobre los primogénitos de los animales. Moshé le recuerda al pueblo que cuide las fiestas de Pésaj, Shavuot y Sucot, incluyendo todas las mitzvot relacionadas con ellas.

Introducción:

En la parashá de esta semana encontramos diversos temas sobre los cuales podríamos extendernos, pero en esta oportunidad nos dedicaremos específicamente a uno de ellos: la creencia en las palabras de Nuestros Sabios.

Mucho es lo que se puede hablar acerca de la importancia y la necesidad de la Torá Oral, es decir, toda la tradición que D'os le enseñó a Moshé Rabenu en el monte Sinai y que fue transmitiéndose en forma oral de maestro a alumno de generación en generación - hasta que finalmente fue compilada en los distintos libros de Nuestros Sabios (la Mishná, el Talmud, la Tosaftá, la Baraitá, los distintos Midrashim, etc.), pues sin sus enseñanzas no podríamos entender muchas partes de la Torá escrita.

Por citar uno de los muchos ejemplos posibles, traeremos el caso de la conocida mitzvá de los tefilín, llamados en español 'filacterias', y que son ni más ni menos que unas cajitas cuadradas de cuero, pintadas de negro, que en su interior contienen varios pasajes de la Torá escritos sobre pergamino, y que se ajustan a la cabeza y al brazo mediante tiras que también son de cuero pintado de negro. ¿Quién no sabe lo que son los tefilín?

La mitzvá de los tefilín figura cuatro veces en toda la Torá - dos veces en el libro de Éxodo y dos en Deuteronomio - y estos son los versículos:

"Y será para ti una señal sobre tu mano y un recordatorio entre tus ojos, para que esté la Torá de D'os en tu boca, pues con mano fuerte te ha sacado D'os de Egipto" (Shemot - Éxodo- 13:9).

"Y será una señal sobre tu mano, y totafot entre tus ojos, pues con mano fuerte nos ha sacado D'os de Egipto" (Shemot 13:16).

"Y estarán estas palabras que Yo te ordeno hoy en tu corazón… y las atarás - como señal - a tu mano, y serán como totafot entre tus ojos" (Devarim -Deuteronomio- 6:6 y 8).

"Y ustedes pondrán estas palabras Mías, en su corazón y en su alma, y las atarán - como señal - a vuestras manos, y serán como totafot entre vuestros ojos" (Devarim 11:18).

Si quisiéramos comprender el significado de estos versículos sin la interpretación de Nuestros Sabios nos sería imposible, pues vemos claramente que para saber realmente lo que es "una señal sobre tu mano", o "un recordatorio entre tus ojos", o para comprender lo qué significa la palabra "totafot", estamos obligados a recurrir a la tradición oral, transmitida de generación en generación a través de los Sabios del pueblo de Israel.

Pero por cuanto que Nuestros Sabios nos explicaron que estos versículos hacen referencia a la mitzvá de los tefilín, ahora entendemos qué son esas señales, esos recordatorios y esos totafot. Sin embargo, todavía debemos estudiar dónde es que los tefilín deben ser colocados, y aunque aparentemente es muy fácil responder a esta pregunta siguiendo las palabras del versículo, aquí se complica mucho la compatibilidad entre la Torá Escrita y la transmisión oral de Nuestros Sabios, como explicaremos a continuación.

Si nos atenemos literalmente a las palabras de estos versículos entenderemos que sin ningún lugar a dudas, uno de los tefilín debe ser colocado sobre la mano y el otro entre los ojos, pero para nuestra sorpresa no es esta la opinión de Nuestros Sabios en el Talmud:

"¿Cómo sabemos que los tefilín se deben colocar en la parte alta de la cabeza?

- Pues estudiaron Nuestros Maestros: 'entre tus ojos' - se refiere a la parte alta de la cabeza.

- Tú dices que se refiere a la parte alta de la cabeza, pero tal vez se refiere [a que debes colocártelos] 'entre tus ojos' realmente?

- Está escrito aquí [respecto de los tefilín]: 'entre tus ojos' y está escrito en otro lugar [de la Torá, respecto de otro tema]: '…ni se rasuren entre vuestros ojos…' (Devarim 14:1), y así como sabemos que allí se está haciendo referencia a la parte alta de la cabeza, al lugar donde se puede rasurar [pues en ese lugar sí hay cabello, pero entre los ojos realmente no hay cabello para rasurar], asimismo aquí se está haciendo referencia a la parte alta de la cabeza, al lugar donde se puede rasurar" (Menajot 37b).

En primera instancia alguien podría alegar que es muy difícil comprender y aceptar las palabras del Talmud, pues ellas contradicen claramente lo que está escrito en la Torá, ya que de acuerdo con las enseñanzas de los Sabios debemos colocarnos los tefilín de la cabeza sobre los ojos, es decir, en el lugar donde comienza a crecer el cabello, pero la Torá nos dice claramente que debemos colocarnos los tefilín entre los ojos, y a pesar de que podemos y debemos aceptar las palabras de Nuestros Sabios transmitidas mediante la Torá Oral cuando algo no está suficientemente aclarado en la Torá Escrita, ¿cómo podremos nosotros - judíos creyentes en la Torá - cumplir las palabras del Talmud, abandonando lo que está escrito claramente en la Torá? (Y más aún, ¿esta contradicción no demostraría que las palabras del Talmud y toda la tradición oral son de dudosa credibilidad?).

La respuesta a esta difícil pregunta, es un simple: "No". Quien quiera o pueda afirmar que algo que dijeron Nuestros Sabios - de bendita memoria, contradice a la Torá escrita, simplemente se está equivocando. Pero no es que esta afirmación es incorrecta por definición solamente, porque debemos creer ciegamente en las palabras de la tradición oral, sino simplemente porque Nuestros Sabios sabían a la perfección toda la Biblia y su idioma: el "lashón hakódesh" (la lengua sagrada) - idioma muy diferente del hebreo moderno, en su significado y uso.

Un simple ejemplo de esto que acabamos de explicar, es lo que encontramos anteriormente respecto del lugar en la cabeza donde los tefilín deben ser colocados. ¿Cómo aprendió el Talmud que el lugar de los tefilín de la cabeza no es "entre los ojos" realmente? Estudiando un versículo que aparece en nuestra parashá, y que a continuación transcribiremos en forma completa, pero antes recordemos el pasaje del Talmud nuevamente:

"Está escrito aquí [respecto de los tefilín]: 'entre tus ojos' y está escrito en otro lugar [de la Torá, respecto de otro tema]: '…ni se rasuren entre vuestros ojos…' (Devarim 14:1), y así como sabemos que allí se está haciendo referencia a la parte alta de la cabeza, al lugar donde se puede rasurar [pues en ese lugar sí hay cabello, pero entre los ojos realmente no hay cabello para rasurar], asimismo aquí se está haciendo referencia a la parte alta de la cabeza, al lugar donde se puede rasurar".

El versículo completo de nuestra parashá recordado en este pasaje del Talmues el siguiente:

"Ustedes son hijos de D'os; no se rasguen ni se rasuren entre vuestros ojos, por un muerto" (Devarim -Deuteronomio- 14:1).

En este versículo encontramos dos temas que fueron unidos en una sola oración. Primero, vemos que en la Torá y el judaísmo todos los componentes del pueblo de Israel son llamados "los hijos de D'os", a diferencia de otras religiones que consideran que sólo uno fue el hijo de D'os (además de que fue matado!). Y el segundo tema del versículo, es la prohibición de dos costumbres de duelo y dolor por la desaparición de algún ser querido, que eran acostumbradas por las personas de aquellas épocas.

La primer costumbre consistía en que quien estaba doliente por alguien, se rasgaba la piel de su cuerpo, demostrando así su gran dolor por esa pérdida, y la segunda costumbre era que también ellos rasuraban completamente la parte del cuero cabelludo que estaba por encima de la frente, dejándola totalmente sin cabello. Sin embargo, la Torá prohibió totalmente estas costumbres paganas.

En cuanto a la comprensión del texto se refiere, a pesar de que está escrito: "ni se rasuren entre vuestros ojos, por un muerto", evidentemente es imposible entender que la prohibición consiste en rasurarse totalmente el pelo que tenemos entre los ojos - ya que allí no hay pelo!, y necesariamente el entendimiento correcto y literal del versículo es como explicamos anteriormente, que está haciendo referencia al rasuramiento del cabello que se encuentra por encima de los ojos, es decir por encima de la frente.

Ahora que entendimos este versículo de nuestra parashá, las palabras de Nuestros Sabios del Talmud brillan con una singular belleza delante nuestro por la verdad que encierran, pues así como aquí es imposible entender que "entre vuestros ojos", se refiere a que está prohibido rasurarse a la altura de los ojos, de la misma forma debemos comprender los versículos que al hablar de los tefilín dicen: "entre tus ojos".

Es por eso que nunca debemos dudar de las enseñanzas de Nuestros Sabios, aunque la lógica que ellas encierren sea incomprensible para nosotros, pues la fuente de la cual ellas provienen se remonta directamente hasta la revelación Divina en el Monte Sinai. De lo único que debemos dudar es de nuestro limitado entendimiento sobre una ilimitada sabiduría.

Desarrollo:

¡MÁS POBRES!

La familia se había vestido de gala para ir al casamiento. Subieron todos al auto y emprendieron el viaje. A las pocas cuadras llegaron a una esquina en la cual debieron detenerse para esperar que cambie el semáforo.

Como sucede a menudo, un niño de apenas 5 o 6 años vestido con ropa harapienta, se acercó a la ventana del que maneja y golpeó extendiendo la mano y mostrando su cara triste y sufrida. El conductor, sin cortar la conversación en la cual estaba inmerso, tomó una de las monedas que tiene preparadas para tales contingencias, bajó la ventanilla y "colaboró con la causa" a la cual había sido invitado. La luz cambió, y puso en marcha el auto...

Dada la mala sincronización de los semáforos, a las pocas cuadras, se repitió la escena, con la diferencia que esta vez se trataba de una mujer con un bebé en brazos. En el transcurso del viaje, fueron cuatro los que le solicitaron ayuda. "¡Cada vez son más!" - pensó la cuarta vez que le pidieron.

Efectivamente, cuando se acercó a la sinagoga, ya lo esperaba un grupo de personas necesitadas: "Somos cinco!" - dijo una de ellas, que era la que tenía la bolsita de plástico en la mano, dando a entender que esperaba una cantidad de Tzedaká que tuviese en cuenta la cantidad de menesterosos que debía ayudar.

Nuestro buen conductor, una persona generosa en dinero, corazón y con su tiempo, colaboraba en la comisión directiva de la escuela a la cual concurrían sus hijos. Esa semana debían tratar el tema de los pedidos de becas y las solicitudes de reducción en el monto de aranceles. Al mirar la cantidad de pedidos que se habían "acumulado", pensó desesperado y en voz alta: "Si le damos beca a todos estos alumnos, cuándo nos pondremos al día con los docentes a quienes ya les debemos dos meses de haberes...".

Volvió a casa afligido por la impotencia. Los pedidos eran reales. Las familias pasaban un muy mal momento, pues los padres de familia habían perdido sus puestos de trabajo. Conociendo los nombres que habían sobre las solicitudes, sabía que no mentían. Recordaba que en su niñez se hablaba de la gente que moría de hambre en Biafra. Su papá le había mostrado en el mapa dónde quedaba África, y dónde se ubicaba Biafra. Sus hijos habían vuelto a casa en distintas ocasiones con pedidos de ropa y alimentos no perecederos para luchar en contra de la indigencia en "el interior del país".

En la escuela había leído acerca de la pobreza que había en varios países después de la depresión de los años treinta... Todo parecía tan lejano en tiempo y en espacio...

¿Qué dice Ud. querido lector? Lamentablemente es así. La pobreza está aquí no más, "a la vuelta". Frente a nuestros ojos. ¿Qué actitud tomar? Los reclamos son muchos. Camine un día por el centro cerca de la Casa de gobierno. Lea la información acerca de los nuevos integrantes que se suman a la clase "que vive debajo del índice de pobreza", acerca de "los pobres que se vuelven más pobres", etc.

Efectivamente, nos toca a nosotros encarar el tema. Muchos hemos nacido en épocas en las cuales de a poco las cosas iban siendo paulatinamente más fáciles o más cómodas. Muchos hijos o nietos de inmigrantes, recuerdan aún sus humildes comienzos en el país. Cuando la memoria falla, las fotos de la época recuerdan la precariedad en la que se vivía en otros momentos.

La modernidad trajo consigo muchos adelantos tecnológicos, aliviándonos de muchas molestias, grandes y pequeñas. En lugar de colgar al ropa mojada, Ud. tiene un secaropas. Ya no necesita lavar y fregar los pañales, pues los compra descartables. En lugar de esperar en el frío de la noche hasta que la leche para la mamadera del bebé esté caliente (y no se pase), Ud. tiene un microondas. ¿Y el teléfono? Se acuerda cuando debía girar el disco? (¡Verdad! Las características eran más breves, pero tampoco estaba el "redial", por si daba ocupado...). No podemos negar que en muchos aspectos la vida se tornó, lentamente, más fácil, más confortable.

¿Pero esto? ¿Quién hubiese imaginado que la cosa podía darse vuelta hacia abajo de modo tan precipitado? ¿Es que la calle por la que transitábamos era "doble mano"? ¡Cómo nos cuesta adecuarnos a situaciones de estrechez, de carencia!

En distintos países y en diferentes épocas, la tasa de pobreza es más alta o más baja. La cuestión de la correcta distribución de los bienes ha provocado en muchos pensadores idear proyectos justos para las sociedades que habitan en los más variados lugares del mundo. Muchas de ellas (o todas) terminaron siendo un rotundo fracaso. Cuando la población pobre se sintió abrumada por la indigencia en la cual estaba sumida, hizo saber su dolor y su hambre en forma violenta.

La solución marxista tampoco pudo crear una sociedad equitativa pues no permitió el desarrollo de las empresas, al negar uno de los principios básicos de los seres humanos: su deseo de procurarse sustento y poseer bienes materiales. ¿A quién le incumbe el problema? ¿Es un tema que lo tiene que resolver el Estado con nuestros impuestos? ¿Quién es el Estado? ¿por qué no se termina de resolver jamás? ¿qué dice la Torá al respecto?

En Parshat Re"é, la Torá habla sobre la obligación de dar Tzedaká. Este no es el único lugar, ni la única Mitzvá relacionada con los menesterosos. En Parshat Behar, ya habíamos leído acerca de la Mitzvá de prestar ayuda económica en calidad de préstamo sin cobro de intereses y en otros sitios se mencionan las Mitzvot de lo que el campesino debe dejar para el pobre en la época de la cosecha y el diezmo para los necesitados. Sin embargo, en Re"é, hay una aparente contradicción: una cita dice (Devarim 15:4) que "no habrá entre ti pobres..." y, más tarde (Devarim 15:11) se menciona que "no dejarán de haber pobres en la tierra". ¿Es posible imaginar un mundo sin gente carenciada? Esto no se entiende. ¿Cuál es la fórmula mágica?

Rash"í analiza los versículos y responde que se trata de diferentes situaciones: cuando cumplen la voluntad del Todopoderoso, automática baja la tasa de pobreza. ¿Qué significa todo esto? A pesar que los seres humanos no lo hemos logrado (al menos en los últimos siglos o milenios) existe la posibilidad de erradicar la pobreza de la faz de la tierra.

¿De quién depende? Según lo que estamos viendo, no del Estado. Sí depende de nosotros. El Estado tiene sus leyes creadas por seres humanos y puede y debe implementarlas. Pero no puede obligar a las personas a ser buenas. Las leyes, por más justas que sean, son obligaciones legales y no crean bondad.

La bondad es la parte esencial de la ética que deben practicar las personas. La indigencia de parte de la población es señal de pobreza y miseria espiritual generalizada al resto de la población. Ud. preguntará: Pero... ¿Qué puedo hacer yo? ¿Debo organizar una manifestación pública para protestar por los necesitados y los hambrientos? No creo que esta sea una respuesta útil o efectiva.

La Torá depositó su confianza en cada uno de nosotros para encargarnos hacer lo que nos está al alcance con nuestro patrimonio intelectual, emocional y material. Y, sin duda, es mucho más de lo que cada uno está enterado que posee. Aquí no se trata de ser extrovertido o tímido ("¡¿quién soy yo para hacerlo?!", etc.). Cada uno de nosotros está dotado de ciertas cualidades de las que otros carecen.

Depende de nuestra buena voluntad, la decisión de compartir. Obviamente, sumado a esto, y una vez que se mostró con el ejemplo lo que se puede llegar a hacer, si la persona posee talento organizativo y entusiasmo podrá contagiar a sus allegados a participar o a que tomen conciencia para que cada uno haga lo suyo.

La Mitzvá de Tzedaká depende de cada individuo y hoy en particular, la coyuntura nacional llama a cada uno a reflexionar y actuar. Daniel Oppenheimer

Conclusión:

La mitzvá de Tzedaká y el mes de Elul

"Si hubiera un pobre entre tus hermanos, en una de tus ciudades, en tu tierra que Hashem, tu Di-s te concede a ti, no endureceras tu corazon ni cerraras tu mano a tu hermano pobre, sino que abrir habras de abrir tu mano a el y prestar le prestaras lo suficiente para su carencia, lo que el necesita". (Deuteronomio 15:7-8)

Dar tzedaka (caridad), es una mitzva para todo tiempo. Cuando y dondequiera surja la necesidad de ayudar al pobre, sostener la educacion de Tora en una yeshiva, en un Bet Kneset, etc. uno tiene la mitzva de contribuir, tal como leemos en Parashat Ree: "no cerraras tu mano..." y como tambien nos instruye el Rambam al respecto en sus "Leyes de dadivas para los pobres" (7:1): "Es una mitzva positiva el dar caridad al pobre para aliviar su penuria, de acuerdo a la capacidad financiera del donante, pues "abrir abriras tu mano" ".

Parashat Ree siempre es leida alrededor de Rosh Jodesh Elul (comienzo del mes). Y es que en este, el ultimo mes antes de Rosh Hashana, uno debe aumentar sus contribuciones de tzedaka muy por encima de las entregadas en el resto del anio. Este mandato de dar mas tzedaka es puntualizado por el Rambam (Maimonides) en referencia a los Diez Dias de Arrepentimiento, entre Rosh Hashana y Iom Kipur.

Asi escribe en Hiljot Teshuva 3:4: "Aunque el tocar el shofar en Rosh Hashana es un mandato de la Tora (sin una razon explicita), es sabido que alude a la necesidad de que aquellos que permanecen dormidos (de mitzvot) despierten... y mejoren su camino... Cada persona debe verse, a traves de todo el anio, como si fuera mitad meritoria y mitad culpable...

De modo que si realiza una sola mitzva, inclina su balanza y la de todo el mundo, hacia el lado del merito, trayendo asi salvacion para si mismo y para los demas. Acostumbra entonces el judio a aumentar su cuota de tzedaka, a realizar mas buenas acciones y, en general, a ocuparse en mitzvot entre Rosh Hashana y Iom Kipur mas que en el resto del año". No debe haber ningun hermano pasando necesidades sin que extendamos nuestra mano para contribuir.

Y cuanto mas cercano es el vinculo familiar, mayor es la obligacion de ayudar: por ejemplo un hijo a su padre, un hermano a otro hermano, etc. Es un deber ineludible que, ademas, atrae todas las bendiciones del Cielo, tal como dicen nuestros Sabios: "mas de lo que el donante hace por el que recibe, este hace por su donante". Es comun creer que hay que ser pudiente o tener un comodo pasar economico para dar tzedaka. No es asi. Todos deben cumplir con esa obligacion, de acuerdo a sus posibilidades... y aun mas que eso.

Aquel que piensa que si tuviera mas dinero, daria a mano abierta a todos, olvida que junto con la riqueza, crece en el corazon del rico, su Ietzer ha-ra (mala inclinacion) que le causa una embriaguez parecida a la del vino...

Haftarat Re´e Ieshaiahu (Isaías) 54:11 - 55:5 (Sefaradim)

Esta semana leeremos la tercera de las siete profecías de consuelo al pueblo de Israel y a la tierra de santidad, extraídas del libro del profeta Ieshaiahu.

"Empobrecida, agitada, desconsolada; he aquí que Yo asentaré con puj tus piedras, y haré tus fundaciones de sapirim" (54:11)

El profeta nos presenta aquí una turbia imagen de la ciudad sagrada. Jerusalem, se encuentra en un estado de empobrecimiento, como una mujer menesterosa cuyo corazón está convulsionado y agitado por todas las aflicciones que ha sufrido, por su destrucción y por el exilio de sus hijos. Pero la misericordia Divina jamás se alejará y D'os le asegura que reconstruirá las piedras de sus pisos con puj - una clase de piedra negra muy cara - además de fortalecer sus cimientos con sapirim - una clase de piedra rojiza, muy cara también.

Sin embargo, inmediatamente después de esta profecía, aparece otra que habla sobre la importancia del estudio de la Torá, como insinuándonos que el verdadero consuelo, necesariamente deberá estar acompañado de la dulzura de las palabras de nuestra Sagrada Torá.

"Oh! Todos los sedientos vayan al agua, así como quien carece de dinero; vayan, compren y coman; vayan, compren sin dinero y sin precio vino y leche" (55:1)

En esta segunda profecía, el profeta Ieshaiahu convoca a todos los sedientos a acercarse a las dulces aguas de la Torá, diciendo que puede ir incluso quien carezca de medios económicos para comprar agua, pues podrá obtener las dulces aguas de la Torá gratuitamente. Quienes realmente tengan apetito por la palabra de D'os, podrán acercarse a los profetas para escuchar sus palabras - que valen más que el vino y la leche - sin tener que pagar por esas enseñanzas que encierran la gran sabiduría de la Torá.

"¿Por qué pagarán dinero sin (recibir) pan y se esforzarán sin que sea para saciar; escúchenme a Mí, y coman lo bueno, y se deleitará con manjares vuestra alma" (55:2)

Ieshaiahu le pregunta al pueblo por qué es que ellos pagan dinero para concurrir a toda clase de cursos, charlas y mesas redondas, donde se estudian o debaten distintas materias que nada tienen que ver con el judaísmo, y que en definitiva no sacian al oyente, ni calman su apetito espiritual. Ellos tienen un alimento sabroso y nutritivo que verdaderamente sacia a la persona, colmando todas sus expectativas y necesidades espirituales: la Torá de Israel.

"Presten oído y vengan a Mí, escuchen y vivirá vuestra alma, y concertaré con ustedes un pacto eterno: las bondades de David, que son firmes" (55:3)

Si el pueblo de Israel se acercaría a la Sagrada Torá, entonces D'os concertaría con ellos un pacto de amor eterno. Él haría que retorne el reinado de la dinastía de David ininterrumpidamente, hasta la venida del Mashíaj (Mesías), y así le retribuiría al rey David por todas las buenas acciones que él había hecho respecto de D'os.

Rabí Iosef Jaim (1834 - 1909) en su libro "Adéret Eliahu" nos explica que generalmente los alimentos son digeridos completamente por el cuerpo después de seis horas, y para quien los compró pagando dinero por ellos, es de alguna manera, como si no hubiera comprado nada, pues después de algunas horas ese alimento ingerido desaparece por completo. Por eso, en el versículo anterior, el profeta Ieshaiahu les dijo:

"¿Por qué pagarán dinero sin (recibir) pan", pues un alimento es algo efímero.

Pero alguien le podría preguntar al profeta: "¿Cómo es que tú dices que el pueblo gastó dinero sin recibir nada a cambio, si ellos en realidad sí recibieron pan?". Y es por eso que Ieshaiahu se adelantó y les dijo: "se esforzarán sin que sea para saciar", pues el profeta les explicaría que su intensión es decirles que ellos se esforzaron trabajando duramente para ganar dinero para comprar alimento que no trae una saciedad permanente, ya que ellos nunca podrán saciarse más que algunas horas solamente.

Pero esto no es así con el alimento espiritual, es decir, la Torá y las mitzvot, ya que ese alimento sí es eterno, y por eso el mejor consejo que Ieshaiahu puede darles en nombre de D'os es: "escúchenme a Mí, y coman lo bueno" - es decir la Torá - "y se deleitará con manjares vuestra alma" - en el mundo venidero.

"Presten oído, y vengan a Mí, escuchen y vivirá vuestra alma" - una vida eterna. Entonces, como recompensa por esto "concertaré con ustedes un pacto eterno: las bondades de David, que son firmes", pues la futura redención final, no será parcial y temporaria al concluir en otra esclavitud, sino que será una libertad eterna.

Shabat Shalom.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Perla de la Parashá -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

"Vosotros sois hijos de D'os…" (Devarim 14:1).

Comentó Rabí Shelomó de Karlín:

El pecado más grande de todos, es cuando un judío se olvida de que es hijo del Rey.

(Basado en el libro Meir Ené Hagolá)

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