lunes, 28 de junio de 2010

Parashá Pinjas

Resumen Parashá Pinjas


Las últimas bendiciones de Bilam se transformaron en una terrible maldición, este personaje, con toda su oculta maldad, y a pesar que por momentos Hashem le hizo sobreponerse sobre si mismo y subir a niveles de profecía nunca antes conocidos por él mismo, cayó nuevamente en las redes de la corrupción y de la enemistad que siempre tuvo contra el pueblo de Israel. Antes de separarse de Balak, el frustrado rey de Moav, le dio un consejo para poder golpear a Israel de una manera definitiva:

"El Dios de ellos odia la lujuria" (Sanhedrín 93ª)

El Creador del mundo, le explicó Bilam, entrega su protección al pueblo de Israel, mientras ellos cuiden las normas del recato y el pudor. La ley bíblica por excelencia dice que libertinaje en las relaciones humanas es la causa de los fracasos en el campo de batalla y las bajas que se producen en los combates militares, por lo tanto si los haces tropezar con comportamiento licencioso – la victoria estará en tus manos.

Y ciertamente tuvo éxito en este complot, leemos en las últimas líneas de la parashá anterior como las jóvenes de Moav salieron a terreno...

"Comenzó el pueblo a fornicar con las hijas de Moav" (Bemidvar 25,1).

Y como consecuencia de este primer paso en el alejamiento del camino enseñado por Hashem, la fornicación llevó a la idolatría:

"Y se convocó el pueblo delante de los sacrificios de sus dioses y comió el pueblo de ellos y se prosternaron a sus ídolos" (ibíd. 2).

La consecuencia de estas desviaciones no se dejó esperar y la ira divina cayó sobre Israel, y de entre los jóvenes del pueblo murieron en una epidemia veinticuatro mil.

Los hechos relatados son el marco y fondo del actuar de Pinjás, por medio que él eliminó al líder de una de las tribus causó que la mortal epidemia se detuviera, desde un punto de vista superficial podemos contemplar un acto de esta tipo como un asesinato de corte puritano, y tal vez en circunstancias distintas y bajo otro liderazgo hubiéramos esperado una reacción que pusiera al agente tras gruesas rejas, sin embargo Pinjás, el hijo de Elazar, el hijo de Aharón el Kohén, no solo que no recibe castigo sino que Hashem le otorga su "pacto de paz".

Frente a la discusión que se formó por la naturaleza de su actuar, y frente a las opiniones que criticaron lo que hizo bajo el prisma de un ascendiente no hebreo (algunos resaltaron el hecho que su abuelo paterno haya sido Yitró), se lanza la propia Torá y lo define como un héroe, un símbolo de celo divino que llevó a que un decreto grave como la epidemia se detuviera, todo gracias a su temple interno que le llevó a enfrentar un profanamiento del nombre de Hashem.

En este relato se encuentra una paradoja, ya que el paso a la pregunta sobre la aplicación de la justicia en el actuar de Pinjás, la recompensa recibida por él, el "pacto de paz" parece extraña frente a un hecho de suyo violento y nos lleva a cuestionarnos si para lograr alcanzar la anhelada "paz" es posible aplicar los métodos empleados por un celoso irreconciliable.

Para poder comprender el marco y fondo más en profundidad, y no quedarnos en una comprensión superficial del tema, debemos analizar a fondo los acontecimientos, entenderlos del principio al fin. El secreto de estos acontecimientos nos revela el propio Bilam cuando dice su famosa frase:

"¡Cuán bellas son tus tiendas Yaakov, tus moradas Israel!" (Bemidvar 24.5)

Rashí siguiendo al Midrash sobre este versículo nos enseña que la belleza que Bilam distinguió en las tiendas y moradas de Israel fue "que vio las puertas de sus tiendas, que no estaban unas frente a las otras". Bilam distinguió la cualidad tan enraizada del recato y el pudor que definía al campamento de Israel, una sociedad cuyas puertas no se enfrentan es una sociedad más pura y más sana.

Desde varios aspectos el hecho de la privacidad da una dimensión de extensión en la vida familiar, las relaciones humanas adquieren un tono más rico y más íntimo; por sobre el deseo de hurgar en la vida del otro, le levanta una cualidad de vida mucho más constructiva y familiar.

Este estilo de vida no era conocido por Bilam en las culturas de las que provenía, el mundo pagano se definía como hedonista en un grado que aun hoy percibimos de su cultura, siendo los restos de estas civilizaciones ejemplos palpantes de un pensamiento estético más que ético, material más que espiritual, político más que familiar.

Observó Bilam el campamento de Israel, y puso atención del respeto profundo que cada uno tenía con respecto a la vida privada del otro, de tal modo nadie agita la vida del prójimo, no lo envidia, no murmura de él, no desea su casa, su mujer o sus éxitos.

Esta es la decencia en su sentido más amplio, en su más alta expresión, esto lo percibió Bilam cuando se paró frente a ellos en uno de los montes de Moav. Esta visión cualitativa le causó declarar asombrado:

"¿Quién puede tocar a estas personas, que conocen a sus padres y a sus familias?" (Bemidvar Rabá 2.4).

No existe una fuerza en el mundo que pueda atacar a este pueblo, mientras que los pilares de sus casas y familias estén basados sobre los valores que mencionamos. Esta ley es como una de las leyes de la naturaleza.

El consejo que entregó, por lo tanto, Bilam a Balak fue romper este sistema de valores, dañar la pureza de la familia israelí por medio de despertar la provocación de los malos instintos humanos siempre presentes, de tal modo se igualará este pueblo al resto de los pueblos – entonces se podrá contra ellos de manera militar, pues la protección divina habrá dejado lugar a las circunstancias. De tal modo cumplieron las jóvenes de Moav muy bien a esta misión, y como nuestros maestros nos han enseñado en pocas pero precisas palabras "rompieron la decencia del mundo", la armonía cualitativa y espiritual del pueblo fue rota. La locura se hizo presente...

Este colapso ético alcanzó también a algunos de los dirigentes del pueblo, cuyos corazones se vieron presos de este libertinaje, en especial sobresale aquí el líder de la tribu de Shimón que casi causó una anarquía total dentro del campamento, y así se expresan los hechos:

"He aquí un varón de los hijos de Israel vino y presentó a sus hermanos a la midianita, frente a los ojos de Moshé y delante de toda la congregación de los hijos de Israel, y ellos comenzaron a llorar en la puerta del Tabernáculo" (Bemidvar 25.6)

Este versículo concentra dentro suyo una gran drama, el varón de Israel que se acercó donde Moshé era Zimrí Ben Salú, el líder de la tribu de Shimón, este varón no solamente rompió con los límites de la decencia y de la moral hebrea, sino que también se enfrentó a Moshé con argumentos capciosos, queriendo insinuar que el supremo maestro que demanda comportamiento decente no es mejor que él mismo:

"Hijo de Amram" preguntó el licencioso indicando a su preferida... "Hijo de Amram: ¿Esta está permitida o prohibida? Moshé le respondió: está prohibida; entonces le replicó Zinrí: Y aquella que tu tomaste ¿Acaso no es midianita? (se refería a Tzipora, la esposa de Moshé). El Midrash agrega que inmediatamente se debilitaron las manos de Moshé y no respondió, todos comenzaron a llorar. (Bemidvar Rabá 20.24). Esta es la fuerza de la bufonería, este tipo de reacciones triviales suele acarrear falta de fuerzas, debilita la conducción... hasta el llanto; así en este caso la pregunta irrelevante de Zimri llevó a que la paradoja se asentara en Moshé y no pudiera responder con la ley precisa en esta situación.

Frente a este drama social y particular se alza la figura de Pinjás, con un acto atrevido, matando a los fornicadores purificó el ambiente perturbado, como premio a su labor en pro del equilibrio, el Creador de todos los hombres le concedió un "pacto de paz", a él y solamente a él, como testimonio permanente que su actuar fue particular y puntual, fruto de una profundidad en la valorización de Israel, de sus familias y de sus individuos.

El atrevimiento de Pinjás devolvió el peso que tenía el campamento de Israel como imagen de la presencia de Hashem en el mundo, para que esta imagen sea verídica se necesita un marco que lo define la pureza, solamente en este caso una comunidad de Israel puede definirse como el trono de Hashem en el mundo.

Resumen de Haftarat Pinjas

Las haftarot que son leídas en los shabatot posteriores al 17 de Tamuz y hasta después de Iom Kipur, no han sido seleccionadas por tener alguna relación con la parashá de la semana, como generalmente es el criterio que rige para su elección, sino que ellas tienen una relación con la época del año en la cual nos encontramos.

Este cambio de criterio en la elección de las haftarot está legislado en el Shulján Aruj (Oraj Jaim 428:8) y tiene su origen en el Midrash Pesiktá que nos enseña que en los tres sábados que hay entre el ayuno 17 de Tamuz hasta el día del 9 de Av deben ser leídas tres haftarot cuya temática sea las advertencias de desgracia y destrucción de Jerusalem a causa de los pecados del pueblo de Israel. Luego, desde el 9 de Av hasta Rosh Hashaná deben ser leídas siete haftarot de consuelo para el pueblo de Israel, y por último después de Rosh Hashaná deben ser leídas dos haftarot de arrepentimiento (a veces hay un sólo shabat entre Rosh Hashaná e Iom Kipur).

Comentario

Irmiahu (Jeremías) 1:1 - 2:3

En los años en los que las parashot Matot y Masé se leen el mismo shabat, esta haftará es leída en el shabat que se lee parashat Pinejás, pero si las parashot Matot y Masé se leen en sábados separados, entonces esta haftará es leída en el shabat que se lee parashat Matot, y ese es el motivo por el cual en los distintos jumashim (cada uno de los cinco libros de la Torá) esta haftará está impresa después de parashat Matot.

"Palabras de Irmiahu hijo de Jilkiahu de los sacerdotes que había en Anatot, en la tierra de Biniamín" (1:1)

En los primeros pesukim (versículos) de nuestra haftará, vemos como D'os lo llama por primera vez al profeta y trata de convencerlo de que acepte la misión de profetizar para los pueblos, pero a pesar de esto, Irmiahu se niega a hacerlo.

De todas formas, dice el texto que "la mano de D'os" tocó su boca y a partir de ese momento la palabra de D'os estuvo en la boca de Irmiahu, e inmediatamente después, aparece la primer profecía que Irmiahu recibió para el pueblo de Israel.

"Y fue la palabra de D'os a mí diciendo: '¿Qué estás viendo, Irmiahu?' Y dije: 'Una rama de almendro yo estoy viendo'. Me dijo D'os a mí: 'Bien has visto! Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla'" (1:11-12)

D'os quería que Irmiahu le advierta a los hijos de Israel que si ellos no revertirán sus acciones, D'os destruirá a los judíos, y a su más preciado y sagrado lugar, el Templo de Jerusalem. Para ello, D'os le mostró un makel shaked (rama de almendro).

Nótese que la raíz hebrea de la palabra almendro está compuesta por las letras shin, kof y dalet, y estas letras también pertenecen a la raíz del verbo lishkod que también puede significar "apresurar". Es por eso que cuando Irmiahu le contestó a D'os: : "makel shaked aní roé - una rama de almendro yo estoy viendo", D'os le dijo: "ki shoked aní al debarí laasotó - Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla". D'os utilizó la misma raíz idiomática para interpretar la profecía que Irmiahu había tenido.

Sin embargo, los comentaristas del Tanaj (Biblia) entendieron que la interpretación de esta profecía no se relaciona con la visión en sí, a través de una raíz lingüística solamente. Rashí y Radak, entre otros, entendieron - seguramente basados en el midrash citado también por Rashí - que el mensaje de esta visión es que así como el almendro es un árbol que florece mucho más rápido que otros árboles, asimismo D'os está apresurando Su palabra, para cumplirla.

"Y fue la palabra de D'os a mí, por segunda vez, diciendo: '¿Qué estás viendo?' Y dije: 'Una olla hirviendo yo estoy viendo, y lo hace por el norte'. Me dijo D'os a mí: 'Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra'" (1:13-14)

Esa olla hirviendo que vió Irmiahu tenía una particularidad, ella no hervía como cualquier otra olla. En una olla común y corriente, se puede apreciar a simple vista que el fuego está ubicado por debajo de ella ya que la ebullición es pareja en todos los bordes de la olla. Sin embargo, en esa olla ésto no ocurría. Irmiahu notó que las burbujas no eran parejas en todos los costados de la olla, de tal manera que parecía ser que en esa olla, la fuente de calor no estaba dispuesta debajo de ella en el centro, sino a un costado, del lado norte.

Rabí Moshé Alshej (1508 - 1593) en su comentario al libro, llamado "Marot Hatzobeot", nos dice que a través de estas dos visiones, D'os quiso demostrarle a Irmiahu que él es el hombre más indicado para cumplir con la función de profeta.

Dice nuestro autor que D'os le quiso demostrar a Irmiahu que si Él le hubiera preguntado a otra persona: "¿Qué estás viendo?" y ese hombre vería una rama sin frutos ni hojas, sólo una rama seca - así como vió Irmiahu - él no hubiese prestado atención a la especie de la cual provenía aquella rama, si la rama era de almendro u otra especie. Él sólo hubiera dicho: "una rama yo estoy viendo" y por cuanto que la intención de la profecía es mostrar que D'os está apresurando Su palabra para cumplirla, la interpretación de la profecía no hubiera podido tener lugar, pues si la persona no hubiera dicho: "makel shaked aní roé - una rama de almendro yo estoy viendo", D'os no hubiera podido decir: "ki shoked aní al debarí laasotó - Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla".

Pero Irmiahu sí observó y prestó atención de qué especie era la rama, y es por eso que D'os le dijo: "Bien has visto!" y es por eso que fuiste elegido como profeta para las naciones.

Y de manera similar D'os lo probó a Irmiahu por segunda vez, en la visión de la olla hirviendo. Él le preguntó: "¿Qué estás viendo?", y de haberle preguntado esto a cualquier otra persona la respuesta hubiera sido: "una olla hirviendo", sin prestar atención al detalle de que un lado tenía más ebullición que los demás, ya que ese detalle no fue preguntado, y D'os no hubiera podido interpretar la profecía.

Sin embargo Irmiahu sí vió que las burbujas provenían del lado norte de la olla y es por eso que D'os le contestó: "Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra", para demostrarle que también esta vez vió bien. Y de esta forma D'os lo apresuraba a Irmiahu y le demostraba que no había otra persona que entendiera como él las visiones proféticas, y es por eso que no debía negarse a cumplir su misión sino que la debía aceptar de buen grado.

Sin embargo, sin contradecir este magnífico comentario de Rabí Moshé Alshej, si estudiamos estos versículos desde otro punto de vista, podemos aprender otras enseñanzas. Se puede decir que estas dos visiones que D'os le hizo ver a Irmiahu no sólo tuvieron como objetivo tratar de convencerlo de que acepte su misión, sino que también quisieron enseñarle a Irmiahu el "oficio de profeta".

Por supuesto que no todo el que desee ser profeta lo conseguirá, ya que eso no depende de la persona solamente, sino de la voluntad de D'os que es, sin ningún lugar a dudas, la fuente de la profecía. Pero por otro lado, Nuestros Sabios nos enseñaron que para que alguien pueda llegar a ser profeta, debe cumplir con ciertos requisitos mínimos, como ser justo, sabio, etc. y si tiene estas condiciones, se pueden hacer intentos "técnicos" para que D'os se comunique con él, y D'os en definitiva decidirá si querrá hacerlo o nó. (Véase en la haftarat Vaierá el término que utiliza el versículo: bené haneviim - los alumnos de los profetas).

Como vemos en los versículos, D'os quiso enseñarle a Irmiahu cómo se debe profetizar, quiso educarlo. Deteniéndonos en ciertos detalles del texto podremos aprender algunos secretos sobre el díficil oficio de educar. Citaremos los versículos nuevamente:

"Y fue la palabra de D'os a mí diciendo: '¿Qué estás viendo, Irmiahu?' Y dije: 'Una rama de almendro yo estoy viendo'. Me dijo D'os a mí: 'Bien has visto! Pues Yo estoy apresurando Mi palabra, para cumplirla'. Y fue la palabra de D'os a mí, por segunda vez, diciendo: '¿Qué estás viendo?' Y dije: 'Una olla hirviendo yo estoy viendo, y lo hace por el norte'. Me dijo D'os a mí: 'Desde el norte se abrirá la maldad sobre todos los habitantes de la tierra'" (1:11-14)

El RIosef Kleiner explicó que el lenguaje de estos pesukim es extraño. En la primera visión, D'os lo felicitó a Irmiahu por haber visto detalles que aparentemente carecen de importancia, diciéndole: "Bien has visto!", sin embargo en la segunda visión, a pesar de que Irmiahu también observó correctamente, D'os no lo felicitó por su aguda visión, sino que directamente interpretó la profecía, para que Irmiahu entienda el mensaje.

(A sus palabras, se puede agregar que en la primer visión, al preguntarle lo que veía, D'os le dijo: "¿Qué estás viendo, Irmiahu?" pero en la segunda visión, sólo le preguntó: "¿Qué estás viendo?" sin recordar su nombre propio, utilizando un lenguaje más directo).

Dice el Rav Kleiner, que este cambio en el lenguaje nos viene a enseñar que en el campo de la educación, no todo debe ser "caricias y alabanzas". Hay veces que debemos ser muy directos con nuestros hijos diciéndoles las cosas de una manera dura.

Podemos ver con mucha tristeza que sus palabras encierran una gran verdad. Solamente alcanza con salir a la calle y ver a la gente, para darse cuenta que en muchos casos los "descarrilados" - en el más amplio sentido de la expresión - no son sólo quienes en su niñez y adolescencia fueron sometidos por parte de sus padres o maestros, a una disciplina demasiado rígida.

Vemos con nuestros propios ojos, que la falta total de disciplina así como también una disciplina deficiente, pueden provocar en la personalidad del hombre daños no menos severos que el exceso de la misma.

En nuestra época más que en las anteriores, creemos que es bueno tener estos conceptos bien frescos en nuestra conciencia, ya que desgraciadamente estamos viviendo una época de enfermiza permisibilidad. Muchos tienden a creer que todo está permitido, tanto en el mundo de la secularidad como en el del judaísmo, y a través de ese pensamiento incurren en toda clase de errores que no tienen parangón, y a veces, hasta son irreparables.

Es por eso que debemos aprender de nuestra Sagrada Torá la fórmula del éxito. Ella nos enseña que debemos encaminarnos por el camino intermedio, sin desviarnos, en general, hacia los extremos. Si seguimos Su consejo podremos cumplir nuestro deber como judíos, y nuestra obligación como los educadores de nuestros hijos.

Perla de la Parashá Pinjas

"Pinjás hijo de Elazar, hijo de Aharón - el Cohen, hizo que cese Mi Furor de sobre los hijos de Israel, al celar Mi celo…" (Bamidvar 25:11).

Aquí, el versículo alaba a Pinjás por haber "celado el celo de D'os", es decir por haber matado a Zimrí y a la mujer midianita con la cual estaba cometiendo un gran pecado, y gracias a su acción D'os aplacó Su enojo de con el pueblo.

Sin embargo, es raro que el texto resalte solamente el hecho de que Pinjás celo el celo de D'os y no el hecho de que al matarlos él se estaba exponiendo a un gran peligro, pues su vida corría peligro ya que los hombres cercanos a Zimrí querrían matarlo.

La respuesta es que en la situación que se encontraba el pueblo de Israel el honor de D'os estaba en juego, y por cuanto que el objetivo final de la abnegación al entregar la vida por las causas justas debe ser buscar la santificación del Nombre de D'os, aquí la Torá no recalcó esa abnegación que profesó Pinjás, sino precisamente el hecho de que Pinjás celó el celo de D'os, alabándolo por ello.

Cuando realizamos buenas acciones no debemos realizarlas pensando que ellas son un fin en sí mismo, sino que debemos tener la intencionalidad de engrandecer la gloria de D'os sobre la tierra.

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