sábado, 29 de mayo de 2010

Parashá Sh´laj L´jah

Resumen Parashá Sh´laj L´jah

¿Extraer sus Propias Conclusiones?

Algunas conclusiones son más obvias que otras. A veces la conclusión más obvia no es necesariamente correcta. Extraer sus propias conclusiones a veces puede ser un negocio riesgoso.

Tomen el caso de la Parashá de esta semana. Los espías enviados por Moisés retornan de su misión de reconocimiento de la Tierra Prometida con un atemorizante informe acerca de las feroces y guerreras naciones de Canaan. El Pueblo Judío está desanimado, asustado y hasta llora ante el pensamiento de su inminente invasión, convencidos de que será una suicida misión imposible. El Todopoderoso está enojado, el pueblo es castigado por su falta de fe en Su promesa y los espías se hunden en la historia como los villanos del cuento.

¿Por qué? ¿Cuál fue en realidad su pecado? Moisés pidió un informe de la tierra. Ellos volvieron e informaron exactamente lo que habían visto. No dijeron mentiras. La tierra era formidable. Sus habitantes eran altos y poderosos. Los frutos eran extraordinariamente grandes. Hasta trajeron ejemplos para probarlo. Si todo era verdad ¿por qué fueron castigados?

La respuesta se encuentra no en el informe sino en su conclusión. Los hechos que los espías presentaron eran completamente exactos. El pecado fue su conclusión "No podremos vencer a esa gente, pues son demasiado fuertes para nosotros". Moisés los envió en una misión para determinar hechos. Su trabajo era traer información. Nadie les pidió sus opiniones personales. Todo el objetivo de su misión era reunir los datos necesarios para que los israelitas encontraran la mejor manera de conquistar la tierra. Que ellos lo hicieran era un hecho. Di-s les había prometido la tierra, les había contado de sus bellezas naturales y les había asegurado el éxito.

El mismo Di-s que milagrosamente los liberó de Egipto, el más imponente superpoder en la tierra, partió el mar para ustedes y Se les reveló en toda Su gloria en Sinaí, ha dicho ahora que la Tierra Prometida está ahí, esperando por ustedes. Y después de todo lo que hizo por ustedes; ¿Ustedes se dan vuelta y públicamente dudan que Su poder los ayude a triunfar? Esto no es sólo un error de juicio. Es vergonzoso, pecaminoso y desleal. El informe de los espías fue correcto, pero sus conclusiones fueron desastrosas.

Un profesor de escuela secundaria decidió demostrar a su clase los peligros del abuso del alcohol. Por lo tanto realizó un experimento. Tomó un vaso con agua y un vaso con whisky. Luego tomó un pequeño gusano y lo puso en el vaso con agua. El gusano nadó tranquilamente, y luego el profesor lo sacó ileso. Luego puso al gusano en el vaso con whisky. En un instante el gusano murió. Luego se volvió a la clase y preguntó que probaba el experimento. Al instante un muchacho sabio gritó "Señor, esto prueba en forma concluyente que si usted toma suficiente whisky, ¡nunca sufrirá por los gusanos!"

Los hechos están ahí para que todos los veamos. La cuestión es cómo los interpretamos. Si tenemos una posición preconcebida y luego manipulamos los datos para extraer conclusiones adecuadas para nosotros, podremos ser inteligentes al principio, pero finalmente seguiremos el camino de los espías. Sin fe aun la información más exacta puede llevar a una conclusión equivocada.

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Tres Desafíos

Cada uno debe transformar su entorno en una "Tierra Santa"

La Parashá nos cuenta como Moisés seleccionó doce emisarios y los envió en una misión vital para averiguar la fuerza y la debilidad de los cananeos, como preparación para cumplir el mandamiento de Di-s de conquistar Canaán. Caleb y Josué fueron fieles a su misión, pero los otros diez trajeron informes distorsionados en un intento para desanimar a los judíos de seguir hacia la Tierra Santa. Presentaron tres objeciones básicas al intento de conquistar la tierra:

La primera fue una objeción general —la avasalladora fuerza de los cananeos. A pesar que Di-s les había mostrado milagros en el pasado, ¿sería la ayuda Divina lo suficientemente poderosa para vencer a esas fuertes naciones? Segundo, ¿era Israel merecedor de milagros? Los espías señalaron la presencia de los amalequitas, que previamente habían atacado a Israel cuando los judíos demostraron una inadecuada falta de fe. Tercero, aunque Di-s mostrara milagros en la conquista misma de la Tierra Santa, ¿lo haría en las etapas preparatorias de la conquista, al aproximarse a la tierra en la cual los hititas, jebuseos, etc., esperaban?

Al oír las afirmaciones de los diez espías, los judíos comenzaron a agitarse en una actitud de rebeldía. Entonces Caleb les recordó que Di-s había 1) partido el Mar de las Cañas, 2) les había traído las codornices y 3) les había dado el Maná. En esas pocas y simples palabras ¡yacen profundas respuestas para los tres desanimadotes reclamos!

Mar de las Cañas: En el Mar de las Cañas la posición de los atrapados israelitas parecía desesperada ante las fuerzas superiores de los egipcios. Sin embargo Caleb les recordó, "Moisés partió para nosotros el Mar de las Cañas" y no hubo guerra; Di-s mismo peleó por ellos. Él puede hacer lo mismo con los poderosos habitantes de Canaán.

Codornices: Con respecto al "reclamo de Amalek" de la falta de merecimientos por parte de los judíos, Caleb les recordó que aun cuando caprichosamente le pidieron carne a Moisés, y simplemente "buscaban problemas"; sin embargo Di-s milagrosamente los abasteció con las codornices. Ahora también Di-s les mostraría milagros aunque no fueran merecedores.

Maná: El viaje de los israelitas a través del desierto fue sólo en preparación e incidental con su entrada en la Tierra Santa. Sin embargo el Todopoderoso realizó para ellos el milagro diario del Maná, refutando la afirmación de los espías de que Di-s no efectuaría milagros en su aproximación a Canaán.

Cada uno de nosotros es un emisario de Di-s para transformar su entorno en una "Tierra Santa". También nosotros enfrentamos los desanimadotes "informes" de nuestra propia Mala Inclinación. De alguna manera induce el temor de que su entorno es particularmente materialista, más que en cualquier otro lugar; su entorno es por lo tanto particularmente adverso a la difusión de la Torá ("Los habitantes de la Tierra son poderosos").

En otros la inclinación evoca un sentimiento de indignidad para llevar a cabo la sagrada misión ("mencionando a Amalek"), mientras que una tercera inclinación hace parecer que hay impedimentos para evitar aun la aproximación al objeto de su misión en la vida.

Nuestra respuesta a la Mala Inclinación está claramente indicada en la respuesta de Caleb. A pesar que el entorno es fuertemente materialista, a pesar que no somos perfectos y hemos pecado, a pesar que hay distracciones e impedimentos extraños, el Todopoderoso sin embargo nos da, individual y colectivamente, la fuerza para quebrar todas las barreras, vencer todos los obstáculos y cumplir la misión en la vida.

Resumen de Haftarat Sh´laj L´jah

Iehoshúa (Josué) 2:1-24

"Y envió Iehoshúa Bin Nun desde Shitim dos hombres espías - en secreto - diciendo: 'Vayan, vean la tierra e Ierijó'. Fueron y llegaron hasta la casa de una mujer que vendía alimentos que su nombre era Rajav, y pernoctaron allí" (2:1).

En la haftará de esta semana, encontramos un relato bastante parecido al tema de la parashá, ya que vemos que Iehoshúa - el conductor del pueblo de Israel después de la muerte de Moshé Rabenu - envió espías para que inspeccionen la tierra de Israel antes de su conquista, así como lo había hecho en su momento el mismo Moshé.

Sin embargo, el Malbim (Rabí Meir Levush Ben Iejiel Mijal, 1809 - 1879) nos hace notar que aquí el texto nos aclara que esta vez los hombres fueron enviados "en secreto" y sólo Iehoshúa sabía sobre el asunto, a diferencia de como había ocurrido con los otros espías, que cuando ellos fueron hacia su misión todo el pueblo sabía lo que estaba ocurriendo. Tal vez esa diferencia fue la que provocó que la misión de la época de Moshé fracasó y esta tuvo éxito.

Rajav - la mujer que los hospedó - sabía que ellos eran espías de los hijos de Israel y hasta expuso su propia vida para protegerlos, escondiéndolos, para que el rey de Ierijó no los descubra. Ella sabía que D'os había prometido la tierra de Quenaan a los hijos de Israel y por eso, antes de que los hombres se vayan de la ciudad, ella les hizo un pedido:

"Y ahora júrenme por favor a mí por D'os, pues hice con ustedes benevolencia, que harán también ustedes con la casa de mi padre benevolencia, y me daréis una señal verdadera: Dejarán con vida a mi padre y a mi madre, y a mis hermanos y a mis hermanas y todo lo que ellos tienen, y salvarán nuestras almas de la muerte. Le dijeron a ella los hombres: Nuestra alma estará en lugar de ellos para morir si no revelaréis esta señal, y será que cuando D'os nos entregue la tierra haremos contigo benevolencia y verdad" (2:12-14).

Rajav les pidió que cuando los hijos de Israel invadan la ciudad mantengan con vida a toda su familia y ellos le aseguraron que incluso expondrían sus propias vidas, en caso de ser necesario, para cumplir con su voluntad. Lo único que le dijeron es que ellos le darían una señal para que los soldados de Israel los reconozcan al conquistar la ciudad, y ni Rajav ni su familia debían revelarla a nadie para que de esa manera puedan reconocerlos fácilmente.

Sin embargo, llaman nuestra atención las palabras de Rajav, que les dijo: "Y ahora júrenme por favor a mí por D'os, pues hice con ustedes benevolencia, que harán también ustedes con la casa de mi padre benevolencia, y me daréis una señal verdadera".

Para entender la profunda intencionalidad de las últimas palabras de este versículo, el gaón Rabí Eliahu de Vilna (1720 - 1798) nos explica en el libro "Divré Eliahu" que esto se asemeja a un comerciante que viajaba por su camino y por algún motivo le terminó faltando una suma determinada de dinero que él necesitaba para llegar a su casa.

Él escuchó que en esa ciudad vivía una persona muy rica y benefactora, y se encaminó hacia su casa para pedirle un préstamo de dinero. Después de ser recibido por aquel filántropo, este comerciante le contó lo que le había sucedido y el adinerado se comprometió a prestarle la suma que necesitaba para que pueda regresar a su hogar. Después de que el comerciante retornó a su hogar le envió por correo a aquel benefactor el importe que éste le había prestado.

Después de mucho tiempo ocurrió que aquel benefactor que le había prestado el dinero al comerciante fue a la ciudad donde éste vivía, y también se encontró en una situación donde necesitó dinero. Él fue hasta la casa del comerciante al que él le había prestado dinero una vez, y después de que el comerciante lo vió, se apresuró a prestarle el dinero y a ayudarlo en todo lo que necesitaba.

Si nos preguntáramos si el comerciante le retribuyó a aquel filántropo como verdaderamente correspondía después de que éste le había prestado dinero una vez, contestaríamos en forma negativa. Nosotros diríamos que el comerciante todavía no hizo con el hombre adinerado una buena acción acorde con la buena acción del otro, pues el hombre rico cuando le prestó el dinero no tenía con el comerciante ninguna obligación ni ningún compromiso ético que lo obligaba a prestarle dinero a un hombre que no conocía, y es por eso que lo que hizo ese filántropo se debe considerar un "jésed gamur" (benevolencia absoluta).

Pero por el lado del comerciante, diríamos que sólo le devolvió el favor a ese benefactor al prestarle dinero, ya que tenía la obligación ética y moral de hacerlo. Pero si ocurriera que el nieto del benefactor viniera a la ciudad del comerciante y éste hiciera el bien con él, así como lo hizo su abuelo con él, entonces estaríamos hablando de una acción parecida en su magnitud a la de su abuelo, ya que para el comerciante el nieto del benefactor era un desconocido que nunca le hizo ningún favor y de todos modos éste no se abstuvo de prestarle dinero.

Y a esto se refirió Rajav cuando le dijo a los espías: "Y ahora júrenme por favor a mí por D'os, pues hice con ustedes benevolencia". Ella les quiso decir que por cuanto que hizo con ellos benevolencia sin que ellos hubieran hecho algo por ella con anterioridad, su acción debe considerarse como una benevolencia absoluta. Y por eso les pidió que le retribuyeran de una manera parecida al decirles: "y harán también ustedes con la casa de mi padre benevolencia y me daréis una señal verdadera", pues por cuanto que su familia no hizo con los espías ninguna bondad, si ellos harán el bien con su familia, su acción será similar a la benevolencia que hizo Rajav con los espías, y también el acto de ellos será considerado una benevolencia absoluta.

Perla de la Parashá Sh´laj L´jah

"Y hablaron mal de la tierra que exploraron…" (13:32)

En esta parashá vemos que los "merraglim" (espías) que había enviado Moshé para explorar la tierra de Israel, a su regreso, hablaron mal de ella. Todo el pueblo creyó en sus palabras y se lamentaron - pues creyeron que si entrarían a la tierra para conquistarla morirían en el intento.

El castigo que recibió el pueblo fue que deberían deambular por el desierto durante cuarenta años para que mueran todos los hombres de esa generación en el desierto, antes de que sus hijos puedan entrar a la tierra prometida.

Todo esto ocurrió sólo por haber hablado lashón hará de piedras y arboles. Con más razón si uno habla lashón hará sobre personas.

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