domingo, 25 de abril de 2010

Parashá Emor

--------------------------------------------

Resumen Parashá Emor

Vivir Reflejando Su Nombre

Continuando y complementando el pedido de la Torá del comienzo de la parashá pasada el cual dice: "Santos serán pues Yo Soy Santo…" (Vaikrá 19:2), en esta parashá encontramos que D'os nos ordena: "Y cuidarán Mis preceptos y los harán; Yo soy Hashem.Y no profanarán Mi Sagrado Nombre, y seré Santificado en medio de los hijos de Israel; Yo soy Hashem que os santifica" (Vaikrá 22:31,32).


La intención de estos versículos es enseñarnos que sólo podremos lograr santificar realmente el Nombre de D'os a través del exacto cumplimiento de los preceptos.


El Rab Shimshón Refael Hirsch explica:


"El Santuario de D'os se encuentra dentro de cada judío, y tiene por objetivo conseguir que el Nombre de D'os resida dentro de cada uno.Si logramos hacer esto, el Nombre de Hashem se verá reflejado en nosotros".


La única manera que tenemos para lograr esto, es mediante el cumplimiento de los requisitos que están citados en la Torá, ya que sólo a través de ellos podremos conseguir que el Nombre de D'os resida en nuestro propio santuario interior.


Ese valor tan importante será considerado por nosotros como "santo", cuando coordinemos cada movimiento que hacemos en base a él. Si cumpliremos cada requisito que cita la Torá lograremos llegar a la finalidad, mas si no los cumplimos nos alejaremos de la meta y estaremos profanando el Nombre de D'os.


Esta idea ha sido manifestada en el versículo que dice: "Y verán todos los pueblos de la tierra que el Nombre de Hashem se refleja en ti" (Devarim 28:10).


Si viviésemos de la manera que la Torá nos pide, los demás pueblos verían una conducta especial en nosotros. Pero de momento que dejamos de lado el deseo de D'os, para preocuparnos por hacer solamente el nuestro, el Nombre de Hashem que está dentro de nosotros es profanado.


Esta es la equivocación de quienes piensan que alcanza con ser un buen judío en el sentimiento, aunque ese sentimiento no se vea reflejado en sus acciones.


Quien quiera ser judío nada más que en el sentimiento, técnicamente tendrá dificultades para santificar el Nombre de D'os, por el simple motivo de que nadie puede saber qué es lo que él siente, pero quien practica ese judaísmo que siente, manifiesta que lo hace por D'os, logrando así santificar Su Nombre.


Y esto es lo que ocurrió con Bilam cuando se propuso maldecir al pueblo de Israel diciendo: "Pues desde la cima de los montes lo veo y desde las colinas lo diviso; un pueblo que reside solitario y no es considerado entre los demás pueblos" (Bamidbar 23:9).


Rashí explica que la intención de Bilam al comienzo del versículo fue decir: "Yo observo su inicio y el comienzo de sus raíces, y los veo bien asentados y fuertes como los montes y las colinas, mediante sus patriarcas y matriarcas".Consecuentemente, ellos logran mantenerse apartados, sin asimilarse entre los demás pueblos.


Luego de esa primera impresión, Bilam agrega: "Que muera mi alma una muerte de justos, y que sea mi final como el de ellos" (versículo 10). Es decir que al ver que el pueblo judío era un pueblo especial, Bilam deseó morir como ellos.


Vemos que el pueblo judío mediante su conducta logró santificar el Nombre de D'os, hasta tal punto que alguien que los odiaba tanto como Bilam pudo llegar a ver la gran virtud del pueblo, y por eso tuvo admiración de ellos .Pero la equivocación de Bilam fue que pidió morir como un judío ejemplar - y no vivir como tal.


La grandeza de los judíos no reside solamente en el hecho de que durante toda la historia de nuestro pueblo entregaron su vida para morir como judíos fieles, sino que a pesar de todas las persecuciones lucharon por vivir cada instante según los preceptos de la Torá, a pesar de que el costo era, a veces, muy alto.


Uno de los desafíos más grandes que tenemos en nuestra generación es poder vivir aferrados a nuestras raíces, sin ser arrastrados por la fuerte corriente que nos rodea. Esta cualidad la encontramos en Abraham Avinu, como lo atestigua el versículo: "Y Abraham era anciano; entrado en años" (Bereshit 21:1).

Nuestros Sabios explican que la intención de la Torá al decir que Abraham había "entrado en años" es enseñarnos que cada día de su vida fue aprovechado al máximo, para llegar al objetivo final que quería alcanzar: vivir cada instante según el deseo de D'os, y de esta manera darle a Él satisfacción.


Si hemos decidido tomar la decisión correcta, podremos santificar el Nombre de D'os que está en nuestro corazón. Consecuentemente Su Nombre también será santificado a ojos de los demás pueblos y habremos logrado demostrar por qué somos el pueblo elegido.

Resumen de Haftarat Emor

"Los sacerdotes - que provienen de los levitas - los hijos de Tzadok, que han cuidado la observancia de Mi Santuario mientras el pueblo de Israel se desviaba de Mí, ellos serán los que se acercarán a Mí para servirMe…" (44:15).

Con estas palabras comienza la haftará de nuestra semana. Tzadok fue el primer Cohén Gadol (Sumo Sacerdote) que sirvió en el primer Templo de Jerusalem, en los días del rey Shelomó - constructor del mismo.

En nuestra haftará nos encontramos con una profecía en la cual el profeta - en nombre de D'os - nos muestra una imagen de lo que será el servicio a D'os en las épocas del tercer y definitivo Templo de Jerusalem - que sea reconstruido rápido y en nuestros días - y nos dice que los descendientes de Tzadok, es decir los sacerdotes, serán los que en él servirán, ya que ellos no se desviaron del servicio a D'os cuando muchos de los hijos de Israel se desviaron en pos de la idolatría

El Rav Naftalí Maskil Leetán en el libro "Cojav Miiaacov" nos dice que existen tres parámetros que deben ser tomados en cuenta al juzgar las acciones de los hombres, si son buenas o malas

El primero de ellos es considerar quién realiza la acción. Por ejemplo, si dos personas dan la misma cantidad de dinero como tzedaká (caridad) a un pobre, de todas maneras puede ser que a uno se le considere que hizo una gran mitzvá pero no así al otro, ya que no es lo mismo si un millonario dá cien dólares de tzedaká que si los dá un judío de clase media.

Lo mismo ocurre respecto del pecado. D'os es más riguroso en el juicio con el judío piadoso y justo que con un judío simple, a pesar de que el pecado cometido haya sido el mismo. En el ejemplo, si alguien entrara a una escuela y vería que el maestro está hablando con dos de sus alumnos porque ellos no estudiaron bien la lección, y a uno lo castiga y al otro no, ese hombre le preguntaría al maestro por qué hace diferencias entre sus alumnos reprendiendo a uno más duramente que al otro, a pesar de que la falta de ambos es similar. El maestro le respondería que en realidad el nivel de entendimiento de estos dos alumnos no es similar, y al que sí estaba capacitado para comprender la lección él reprendió y no al otro, ya que su falta no fue tan grave.

El segundo de los parámetros a considerar es el lugar donde la acción es realizada - ya que no se asemeja quien peca en privado a quien peca en un lugar en el cual él es conocido, o a quien peca en público.

Y el tercer parámetro a tomar en cuenta es el tiempo en el que la acción es realizada, como dijeron Nuestros Sabios respecto de Noaj (Noé). Refiriéndose al versículo: "Estas son las acciones de Noaj, Noaj era un hombre justo, íntegro era en sus generaciones…" (Bereshit -Génesis- 6:9), el Talmud nos comenta: "Dijo Rabí Iojanán: 'en sus generaciones' - y no en otras generaciones y Resh Lakish dijo: 'en sus generaciones' - y seguro que también lo hubiera sido en otras generaciones" (Sanhedrín 108a). Vemos que ellos trataron de entender las acciones de Noaj midiendo en la teoría el alcance que las mismas hubieran tenido en tiempos distintos.

Y es por esta razón que el pecado del becerro de oro fue tan grave, porque no sólo que los hijos de Israel cometieron el pecado de la idolatría en aquella oportunidad, sino que también lo hicieron inmediatamente después de la entrega de Torá.

También encontramos en el texto de haftarat Vaijí (Melajim I -I Reyes- capítulo 2) que el rey David antes de morir le pidió a su hijo Shelomó que haga bondad con los hijos de Barzilai el guiladí:

"Y con los hijos de Barzilai - el de Guilad - harás benevolencia y estarán entre quienes comen en tu mesa, pues ellos se acercaron a mí cuando yo escapaba de Abshalom, tu hermano" (2:7).

¿Por qué es que su acción fue tan importante para David si ellos hicieron algo simple y no hubo una demostración especial de bondad en su acción? Porque lo recibieron a David cuando se estaba escapando de su hijo Abshalom, en el momento en que hizo una rebelión en contra de David su padre, y es por eso que la acción de ellos fue tan importante, pues el momento en el que la hicieron fue trascendental para el rey David.

Y a este último criterio se refiere el primer versículo de nuestra haftará al decir: "Los sacerdotes - que provienen de los levitas, los hijos de Tzadok, que han cuidado la observancia de Mi Santuario mientras el pueblo de Israel se desviaba de Mí, ellos serán los que se acercarán a Mí para servirMe…" (44:15), pues si ellos hubieran hecho esa buena acción en otro momento su acción no hubiera sido tan grande, pero por cuanto que ellos cuidaron el servicio a D'os justo cuando todos se desviaron en pos de la idolatría, su acción fue considerada muy importante.

Perla de la Parashá Emor

"Habla con los hijos de Israel y dile a ellos: Estos son las festividades de D'os… Seis días harás labores y en el día séptimo será shabat, día de descanso" (Vaikrá 23:2-3).

La Torá comienza el capítulo que habla acerca de las fiestas de nuestro calendario hablando del shabat, para mostrarnos que las enseñanzas que extraemos tanto de las fiestas como del shabat son igualmente esenciales para la fe del judío. El shabat es el testimonio de que D'os creó los cielos y la tierra, y las fiestas nos recuerdan los milagros del éxodo de Egipto, testificando que D'os controla la naturaleza y puede cambiarla cuando desee.

Estos dos conceptos son fundamentales pues es hereje pensar que D'os creó el universo pero después se retiró y lo abandonó dejándolo a la suerte de las leyes de la naturaleza o de los ángeles o las constelaciones. Asimismo, es hereje creer que el mundo comenzó a existir por alguna causa casual y D'os comenzó a conducirlo después.


Basado en el libro "Darash Moshe

No hay comentarios:

Publicar un comentario