domingo, 17 de octubre de 2010

Parashá Vaiera

La verdadera personalidad


"Y fue cuando destruyó D-s las ciudades de la llanura, se acordó D-s de Abraham, y envió a Lot de la destrucción... "

(Bereshit Cap. 19: 29)

Es sabido que todos los actos que el hombre realiza durante su vida, como asimismo sus cualidades y su comportamiento, son el fruto de la educación que recibió. El concepto "educación" no se limita sólo a lo que le enseñaron e inculcaron sus padres sino que también abarca un factor muy importante, y este es la "imitación". El hombre imita a todo lo que lo rodea, pero especialmente a su padres, maestros y compañeros. Todo sin excepción influye sobre él, desde los más allegados hasta los más lejanos, como asimismo los libros, periódicos, etc.

Esta influencia que el ser humano percibe desde su temprana edad influye en él tanto para el bien como para el mal. Todo depende de cuáles sean sus ambiciones y metas a alcanzar en la vida: si su objetivo es sublime y enaltecido, buscará un medio ambiente ideal a su anhelo, buscará vivir rodeado de gente que lo ayude a obtener su finalidad. La influencia que el hombre puede percibir de sus allegados es tan vigorosa que hasta puede inducir al hombre a realizar actos heroicos, incluso hasta el grado de estar dispuesto al sacrificio.

Por lo mismo, si vemos que una persona se conduce con su prójimo y en todos sus asuntos conforme a la ley y la justicia, y aún más allá de la justicia, obrando con filantropía y haciendo caridades, no significa que ésta sea su verdadera personalidad, puesto que es posible que su conducta sea producto del hábito o de la imitación. ¿Cómo es posible entonces conocer su verdadera personalidad y sus auténticos valores? Esto solamente se puede inferir de los actos que fluyen desde la profundidad de su ser, de los actos que para llevarlos a cabo debe imponerse a sus fuertes instintos y a sus poderosos intereses. Si tiene éxito y vence, entonces se sabrá a ciencia cierta de su verdadera personalidad y del nivel espiritual que alcanzó.

Este principio fundamental se deduce de nuestra Perashá, a raíz de un fuerte interrogante.

La virtud que caracterizaba a Abraham, nuestro patriarca, era la gracia, como está escrito: "Darás... la gracia a Abraham..." (Mijá 7-20). El dedicó toda su vida a la benevolencia y la ayuda, buscaba a los necesitados y se ofrecía incondicionalmente a ellos. Su entrega a esta virtud era tan vigorosa que toda persona que se hallaba en su derredor recibía la influencia de esta cualidad que emanaba de él. Era suficiente estar en su cercanía, para sentir la necesidad de hacer gracia con el prójimo.

Entre las personas más allegadas a Abraham se encontraba Lot. Lot vivió con su tío durante mucho tiempo, y tanta fue la influencia que recibió de él, que hasta se la transmitió a sus hijas. Ellas también estaban dispuestas a entregar sus vidas y no renunciar a ser benevolentes con el prójimo. Aconteció con una de sus hijas en Sodoma que por dar de comer a un huésped la aprisionaron, la maltrataron, y finalmente la mataron con una muerte atroz (untaron su cuerpo con miel y la expusieron a las abejas, que las aguijonearon hasta que murió). (Sanhedrín 109-2, Zohar).

Y no solamente sus hijas, también él expuso su vida por recibir huéspedes, como se narra en la Torá, que insistió mucho ante los ángeles para que aceptaran pernoctar en su casa, dice el versículo: "E insistió ante ellos mucho, y se dirigieron hacia él y vinieron a su casa..." (Bereshit 19-3). Y si la Torá testifica que "insistió mucho", es porque realmente quería y anhelaba que fueran sus huéspedes. El estaba consciente del peligro al cual se exponía, y realmente así fue: la gente de Sodoma rodeó su casa y quiso romper la puerta, y si no fuese por la oportuna intervención de los ángeles que los castigaron con ceguera, seguramente lo hubieran matado. Vemos de aquí la grandeza de Lot en cuanto a hacer gracia con el prójimo, él estaba dispuesto hasta sacrificar su vida por ello.

Al final del tema de la destrucción de Sodoma está escrito: "Y fue cuando destruyó D-s las ciudades de la llanura y se acordó D-s de Abraham y envió a Lot de la destrucción...... Pregunta Rashí, "¿Cuál fue el recordatorio de D-s hacia Abraham en favor de Lot? Y responde: Recordó que Lot no reveló a los egipcios que Sará era esposa de Abraham (cuando la llevaron al palacio del Faraón)".

Lot se distinguió por su gracia en una medida tal, que estaba dispuesto a entregar su vida por la misma, y no renunciar a ella. No obstante ello, esta hermosa virtud ni siquiera fue tomada en cuenta, en nada contribuyó para su salvación de la destrucción de Sodoma. ¿Qué fue lo que sí le ayudó? ¡No haber delatado a su tío, y entregado en las manos de quienes lo hubieren asesinado sin misericordia!

¡Esto es terrible y espantoso! ¿Este es el mérito que le encontraron a Lot, para salvarlo de que no muriera en la destrucción de Sodoma? ¡Cualquier hombre, aún hasta el más simple, no hubiera revelado que Sará era la mujer de Abraham! ¿El no haberlo delatado, fue el único mérito con el cual contaba Lot para que D-s se apiadara de él y lo salvara? ¿Y qué hay con su gracia?

De aquí pues se funda el principio que citamos anteriormente. Todo lo que el hombre hace porque lo aprendió de otros, aún no refleja su calidad humana, puesto que no es mas que una imitación, aunque sea capaz de sacrificarse por ello. ¿Cómo demuestra su verdadera calidad y su auténtica personalidad? Cuando debe luchar contra sus propios e indomables instintos y los somete, en un asunto que no fue influenciado por nadie.

La gran prueba a vencer por Lot era sobreponerse a la codicia por el dinero. La riqueza y el materialismo eran su lado débil, como está escrito: "Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Yardén, que toda estaba bien regada..." (Bereshit 13-10). La codicia fue la causa de que se haya separado de Abraham, el justo más prominente de su generación, e ir a vivir en un ambiente pernicioso como lo era la ciudad de Sodoma.

Siendo esta su codicia y su anhelo principal en la vida, cuando llegaron a Egipto y Sará fue llevada al palacio del Faraón, constituyó para Lot la gran prueba a vencer. Puesto que bastaría la más leve indiscreción de su parte, para que Abraham fuera asesinado por los egipcios. Y si ello sucedía, toda la fortuna de Abraham pasaría a sus manos, puesto que él era su único heredero. Lot resistió la tentación, calló, ni siquiera insinuó, no reveló absolutamente nada; salió airoso de la prueba.

Solamente D-s sabía lo que ocurría dentro del corazón de Lot; solamente El sabía de la lucha interna que se desarrollaba en su persona, nadie ni remotamente lo sospechaba. Esta prueba reveló la calidad humana de Lot y su verdadera personalidad. Y esto constituyó el mérito más grande con el cual contaba. Este mérito colapsó todos sus otros méritos, incluyendo la virtud de la gracia, a la cual era muy propenso.

Por esta misma razón falla Maimónides en las Leyes del Conocimiento (Cap.V ley 1): "Es la naturaleza del hombre ser arrastrado en sus ideas y en sus actos por sus amigos y compañeros, y se comporta de acuerdo a la gente de su país. Por eso necesita el hombre adherirse a los justos y estar siempre en el ambiente de sabios, para aprender de sus actos. Y que se aleje de los impíos que andan en las tinieblas para que no aprenda de sus actos... y asimismo, si se encuentra en un país que sus costumbres son malas, y su gente no anda por el camino recto, que vaya a un lugar donde la gente es justa y sus hábitos están encauzados por la senda buena... y si son malvados y pecadores que no le permiten vivir en el pais, salvo que se mezcle con ellos y que se conduzca conforme a sus malos hábitos, que se vaya a vivir en cuevas, matorrales y desiertos, y no se conduzca por la senda de los pecadores".

La influencia tiene sus ventajas y desventajas. Le corresponde al hombre escoger qué quiere recibir de ella, y su auténtica personalidad lo inclinará a decidir.

www.tora.org

“Seguramente no hay temor de D-s en este lugar y me matarán” (Bereshit 20:11).

Cuando el Rab Eljanán Wasserman – el alumno más grande del Jafetz Jaim – visitó el seminario para maestros en Berlin en el año 1935, dijo lo siguiente: Puede ser que exista un país con grandes adelantos en los campos de la ciencia, el arte, etc. pero si no tienen temor de D-s pueden llegar hasta lo más bajo posible.

No pasaron muchos años desde ese comentario, para ver que las palabras de Reb Eljanán Wasserman se cumplieron, ya que Alemania, una de las naciones más cultas del mundo, cometió las atrocidades más indescriptibles a la cuales el hombre ha llegado en toda la historia de la humanidad.

* * *

"D'os develó sus ojos y ella vio un pozo de agua, y fue y llenó su cantimplora con agua" (Génesis 21:19).

Los Sabios nos enseñaron que Hagar, la sirvienta de Abraham, tenía una fe empequeñecida pues ella se preocupó en llenar con agua su cantimplora para tener agua para el día siguiente.

El Rav Eliahu Lopian, en su libro "Lev Eliahu", pregunta: Si ella estaba en el desierto donde no hay agua, y sabemos que está prohibido confiar en que D'os hará con nosotros milagros, ¿por qué es que los Sabios criticaron a Hagar?

Dice nuestro autor que de aquí podemos aprender, que cada uno de nosotros debe comportarse de acuerdo con su nivel de conocimiento de D'os. Hagar vivió en la casa de Abraham Avinu, y hablaba con ángeles. Hagar vio que D'os le hizo un milagro cuando se le terminó el agua que tenía en su cantimplora, creando para ella un manantial de agua. A ella el ángel le aseguró en nombre de D'os que su hijo se convertiría en un gran pueblo.

Ella viajaba en el carruaje del Rey de Reyes, sin embargo, se bajó de ese carruaje para llenar su cantimplora con agua, y eso significa que ella tenía una fe pequeña.

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