lunes, 28 de febrero de 2011

Parasha Pekudei

Los Cómputos del Mishkán

El Mishkán y sus santas vasijas estaban completados. Moshé por tanto les dijo a los Ben el Israel, “Dejádme presentáros una descripción exacta de cómo usé los materiales que vosotros donásteis.”

La frase de apertura de esta parshá, “Ele fekudé hamishkán / Estos son ¡os cómputos del Mishkán,” implica que Moshé se sentó frente al pueblo para presentar un cómputo de cómo había empleado toda onza de oro, plata, y cobre que habían sido contribuidas. Luego Moshé dio sus cálculos a una segunda persona, Itamar ben Aharón, para verificación.1

Moshé computó que veintinueve kikar (talentos) y 730 shekel de oro habían sido donados, y cien kikar y 1775 shekel de plata (Shemot 38:24- 25). Mientras estaba tratando de determinar, sin embargo, para qué objetos la plata había sido usada, permaneció con la suma de 1775 shekel de plata inexplicados. Tanto como sondeó su mente, no pudo recordar qué había hecho con ellos. El tuvo miedo de que alguien pudiera sospecharlo de malversación.2

Finalmente, una Voz Celestial apareció y proclamó, “Con estos 1775 shekel, los ganchos para los pilares (vavím) fueron construidos.


Los pilares que rodeaban el patio tenían ganchos de plata adosados a ellos que sostenían las cortinas en su lugar entre los pilares.

Moshé estaba aliviado. Los Benei Israel se regocijaron de que todas sus donaciones habían sido aceptadas por Hashem para el propósito santo del Mishkán.4

¿Por qué fue que Moshé, quien fue llamado neemán, digno de confianza, por el Todopoderoso Mismo (Bamidbar 12:7), encontró necesario justificar sus acciones ante el pueblo?5

Moshé había oído casualmente comentarios entre el pueblo. Algunos de ellos comentaron “¡Ultimamente, el cuello de Ben­Amram está muy gordo!” Y él había escuchado la respuesta, “No es extraño; ¡está a cargo de todo ese dinero para el Mishkán!” Moshé entonces se había jurado a sí mismo, “¡Tan pronto como el Mishkán esté construido, presentaré una descripción exacta del modo en que usé el dinero!”6

Estos eran ciertamente los comentarios de individuos pecadores. K’lal Israel en conjunto confiaban en Moshé como el veraz agente que había sido seleccionado por Hashem para transmitir la Torá a Su pueblo. Algunos individuos, no obstante, estaban perplejos acerca de la súbita riqueza de Moshé. No sabian que Hashem le había permitido guardar el zafiro que quedó después que labró las lujot. El así se había hecho rico.7

Moshé mismo sabia que había sido un leal depositario en administrar los dineros del Mishkán. No obstante, presentó una descripción exacta de sus acciones porque no quería que nadie lo sospechara equivocadamente. Es correcto para una persona clarificarse ella misma de toda sospecha a los ojos de las personas y no satisfacerse a si misma diciendo, “Di- s sabe la verdad.”8

La persona que colectaba el dinero para el fondo del Beit Hamíkdash no vestiría una vestidura con doble doblad illo (en la que pudiera esconder dinero), un cinto hueco, o aún pantalones. Si se volviera rica más tarde, la gente no podría alegar, “El se volvió rico del tesoro comunal.” Al igual que una persona debe comportarse en una manera que Hashem consideraría sin tocha, así debería ver que todas sus acciones la dejen libre de sospecha a los ojos de otros.9

La frase, “Moshé cumplió el mandamiento de Hashem como Hashem le ordenó” se reitera a lo largo de esta parshá. Es repetida un total de dieciocho veces. Correspondientemente, los Hombres de la Gran Asamblea instituyeron que la tefilá de shemoné esré contenga dieciocho bendiciones.10

De tal modo aludieron al hecho de que en nuestros días, cuando nosotros ya no tenemos un Mishkán o un Beít Hamikdash, nuestra tefilá se erige en lugar de los korbanot.

La Torá enfatíza que Moshé construyó el Mishkán “como Hashem le ordenó” para fijar en nosotros el hecho de que Moshé lo construyó en todo detalle de acuerdo con el mandamiento Divino. Esto fue cierto no sólo en el simple sentido material. Moshé también aprehendió los pensamientos y alusiones Divinos simbolizados por los varios componentes del Mishkán.12

Finalmente, el nuevo edificio de la Ieshivá estaba completado. Había sido diseñado por un experto arquitecto para satisfacer todas las necesidades de los jóvenes estudiantes de Torá. Incluía un Beit Hamidrash espacioso, aireado e iluminado. El sofisticado trazado del otzar hasefarím (cuarto de biblioteca)- proveía un lugar para serena concentración tanto como rápido acceso a todos los volúmenes necesarios para aprendizaje. Todo cuarto había sido equipado en una manera que permitiría a los estudiantes ahondar en el estudio de Torá sin molestias o disturbio indebido. Los constructores fijaron una placa a cada cuarto. Portaba la inscripción, “Como por las instrucciones del famoso arquitecto XY” Esto haría conscientes a todo estudiante y visitante del hecho de que cada detalle de este edificio había sido construido con un plan, el propósito del cual era el facilitar el estudio de Torá.13

Similarmente, en esta parshá, la cual concluye la narrativa de la construcción del Mishkón, una “etiqueta” fue fijada a la descripción de cada objeto. La Torá añade a cada detalle, “Fue construido como Hashem le ordenó a Moshé.” Nosotros por medio de ello somos hechos comprender que toda particular instrucción con respecto al Míshkán fue llevada a cabo por Moshé de acuerdo con el plan y propósito Divinos.

La Shejiná (Divinidad) Retorna a Esta Tierra

El Mishkán fue completado después de tres meses de labor. Fue finalizado en el 25 de Kislev, de 2449.14 Moshé pensó que debería ser erigido e inaugurado inmediatamente. Hashem, no obstante, dijo, “El Mishkán no será consagrado hasta el mes de Nisán. Ese mes fue encontrado digno para su inauguración. Es un mes en el cual la shejrná ilumina el mundo, y es la tarea del Mishkán traer luz al mundo.” Dado que Kislev fue pasado por alto y no fue honrado como el mes en el cual el Mishkón sería consagrado, fue escogido en vez de ello como el mes para la fiesta de Janucá que comienza el 25 de Kislev.16

El pueblo vino a Moshé, cada uno trayendo la pieza que había construido para el Mishkán. Uno dijo, “Aquí está mi tabla,” y otro, ‘~Aquí está mí viga.”17

Cuando Hashem ordenó a Moshé “No erijas el Mishkán sino déjalo plegado por otros tres meses, hasta Nisán,” los burlones de entre el pueblo observaron, “¿Vosotros creéis que la shejiná realmente morará sobre la obra de Ben- Amram?”19

En el primero de Nisán, Hashem ordenó que el Mishkán finalmente fuera erigido. Aquellos mismos burlones trataron de armarlo, pero no se mantuvo. Entonces todos los hombres sabios de la generación se esforzaron para erigirlo pero fueron incapaces de hacerlo. Finalmente, Moshé erigió el Mishkán sin ayuda. El meramente tocó las vigas, y milagrosamente se colocaron ellas mismas en sus posiciones apropiadas.19

La Ceremonia Inaugural (miluím) del Mishkán duró ocho días. Hashem le enseñó a Moshé en qué lugar establecer cada vasija, cómo realizar la avodá, cómo ofrendar el ketoret, cómo preparar los candiles para la menorá, cómo ungir todas las vasijas a fin de consagrarlas, cómo ofrendar korbanot, cómo vestir a Aharón y a sus hijos en los bigdei kehunó, y cómo ungirlos.20

El octavo día de la Inauguración fue el primero de Nisán. Los grandiosos eventos de aquel día especial son relatados en detalle en parshát Shemini. (Ver Sheminí, bajo el título “Los Sucesos en el Octavo Día de la Inauguración del Mishkán. “)

Aquel día, el ketoret fue ofrendado, y luego, finalmente, la Nube de la shejiná descendió sobre el Mishkán y lo llenó con su presencia 21

Hashem creó al mundo de tal forma que Su shejiná pudiera residir en él.

No obstante, Adám pecó. La shejiná entonces se retiró al Primer Cielo.

Cuando la Generación de Enosh pecó, la shejiná partió al Segundo Cielo.

La Generación del Diluvio con sus crímenes causó a la shejiná retroceder al Tercer Cielo.

La malvada Generación de la Dispersión hizo a la shejiná retroceder al Cuarto Cielo.

La corrupción de los egipcios en el tiempo de Abraham echó a la shejiná atrás al Quinto Cielo.

A causa de la maldad de Sedom y sus ciudades vecinas, la shejiná partió al Sexto Cielo.

Finalmente, la depravación de los egipcios en el tiempo de Moshé hizo a la shejiná retirarse al Séptimo Cielo.

Siete tzadikím restituyeron la shejiná al mundo.

Abraham la devolvió al Sexto Cielo.

Itzjak regresó la shejiná al Quinto Cielo.

Iaacov causó a la shejiná descender al Cuarto Cielo.

Leví la devolvió al Tercer Cielo.

Kehat la atrajo de regreso al Segundo Cielo.

Amram restituyó la shejiná al Primer Cielo.

Cuando Moshé erigió el Mishkán, la shejiná descendió del Primer Cielo y una vez mós reto rnó a la Tierra.22

A pesar de que la shejinó estaba centrada en el Mishkán, la Gloria de Hashem radiaba de allí al mundo entero.23

Mientras la Nube de Gloria descansaba sobre el Mishkán, Moshé no entró, por respeto a la shejinó. Hashem por lo tanto lo distinguió convocándolo en la presencia de todo K’lal Israel (Vaikrá 1:1).24

La Grandeza del Mishkán

En el primer pasuk de parshát Pekudei, el Mishkán es llamado “mishkón haedut/el Mishkón del testimonio.”

Llevaba este nombre dado que sirvió como un testigo para todas las naciones de que Hashem había perdonado al pueblo judío por el jet haeguel (pecado del becerro de oro).25

El Mishkán era tan grandioso que sus santas vasijas nunca cayeron en manos no judías. Cuando el Beit Hamikdash fue construido, ellas fueron transferidas allí, y antes de la destrucción del Templo, ellas fueron escondidas en sus cámaras subterráneas.26*

La construcción del Mishkán fue más querida a Hashem que la Creación del universo entero. El universo emergió por meros pronunciamentos emanando de los labios de Hashem. El Mishkón fue más preciado, no obstante, porque entró en existencia por medio del esfuerzo manual de los grandes tzadikím, Moshé, Betzalel, Aholiav, y de todo K’lal Israel que participó en su construcción.

Hashem también intervino en la construcción, como está dicho, “El santuario, Oh Hashem, que Tus Manos establecieron” (Shemot 15:17).27

Concerniente al Mishkán está dicho,

/ Sal y ve, K’lal Israel, al Rey a Quien toda paz pertenece

/ corona que K‘lal Israel hizo para El (el Creador)”.

¿Qué corona es ésta? Es el Mishkón que estaba adornado con oro, plata y diamantes, lo mismo que una corona (Shir Hashirím

3:11).

¡Cuán grande era la felicidad del Creador! A pesar de que el cielo y la tierra no pueden contener Su Gloria, El confinó su shejiná al Mishkán.

Ma tovu ohaleja Iaacov /¡cuán buenas son tus tiendas, Iaakov­el Mishkón de la shejiná y la tienda de Moshé,

mishkenoteja Israel / todos los mishkanot (lugares de residencia para el Todopoderoso) que vosotros construisteis, el Mishkán del desierto, de Shíló, de Nov, y de Guivón!”

La Nube de Gloría descansaba sobre el Mishkán de día, y una Nube de Fuego por la noche, visible por K‘lal Israel entera durante todos sus viajes en el desierto.28

“¡Cuán afortunado el pueblo que experimentó esto, cuán afortunado el pueblo cuyo Di- s es Hashem” (Tehilím 144:15)!

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 327 a 333

sábado, 19 de febrero de 2011

Parasha Vaiakel

Moshé Congrega a K’lal Israel para Enseñarles las Leyes de Shabat

La parshá de Vaiakhél describe cómo el Mishkán fue construido. Es precedida, no obstante, por una advertencia de observar las leyes de Shabat.

En el día siguiente a Iom Kípur,1 Moshé congregó a K’laI Israel2 íntegro y les dijo, “Trabajo puede ser realizado durante los seis días de semana. No obstante, en el séptimo, ustedes deben abstenerse de toda labor.”

Moshé les enseñó a los Benei Israel las detalladas halajot de las treinta y nueve labores principales (avot melajot) cuya realización está prohibida en Shabat.3 Moshé concluyó con la advertencia, ''Quien viole el Shabat a pesar de haber sido advertido y en la presencia de dos testigos incurrirá en el castigo capital. Aún si el Beit Din está imposibilitado de ejecutarlo porque una de las dos condiciones precedentemente mencionadas no es cumplida, él ciertamente no escapará a la retribución Divina.”4

¿Por qué Hashem le ordenó a Moshé exhortar al pueblo a guardar los preceptos del Shabat antes de instruirlos acerca de construir el Mishkón?

El rey estaba planeando construir él mismo un nuevo palacio. Convocó a los mejores arquitectos y se asesoró con ellos por horas y horas. Les dio instrucciones detalladas sobre cómo planear el magnífico edificio que él tenía en mente, los espaciosos cuartos, el techo como torre, los portales a la entrada, y el lujoso diseño interior. La reina advirtió con desagrado que él pensaba sobre su nuevo palacio día y noche. Durante una de sus sesiones con los arquitectos, ella se introdujo dentro del cuarto y se quejó, “¡Vos estáis tan absorbido en vuestros planes que ya no me concedéis un solo pensamiento!”

El rey reconoció la verdad de su argumento. Inmediatamente ordenó que al día siguiente, una fiesta debería ser celebrada en honor de la reina.5

Similarmente, el Shabat se quejó a Hashem, “Tú me santificaste durante los Seis Días de la Creación.¡Ahora los judíos probablemente están por profanarme a causa de su gran amor por el Mishkán que están erigiendo para Ti!”

Hashem por consiguiente le ordenó a Moshé enfatizar al pueblo que las leyes de Shabat no debían ser descuidadas a causa de la construcción del Mishkán.

Moshé les enseñó a los Benei Israel entre muchas otras halajot que estaba prohibido encender un fuego en Shabat. (Los Kohaním fueron permitidos encender un fuego en el Mishkán con el fin de ofrendar los korbanot de Shabat. Fueron, no obstante, prohibidos de realizar aquella precisa misma labor para propósitos privados.)6

El malvado emperador Adriano desafió a R. Iehoshúa ben Jananiá, diciendo, “Yo soy más grande que vuestro maestro Moshé.”

“¿Cómo es eso?” interrogó R. lehoshúa.

“Muy simple,” replicó Adriano. “Yo estoy vivo, y él está muerto. ¿No dicen vuestros libros, ‘Mejor un perro vivo que un león muerto’ (Kohelet 9:4)?”

R. Iehoshúa le dijo, “Yo reconoceré la verdad de vuestras palabras si vos podéis cumplir una condición.¡Decretad que vuestros súbditos, como regla de una vez, no pueden encender ningún fuego por tres días consecutivos!”

“¡Nada más fácil que eso!” consintió Adriano, y emitió una orden a aquel efecto.

En la noche, ellos dos permanecían sobre la terraza del techo de Adriano.

R. Iehoshúa miraba a las casas de la ciudad y advirtió humo elevándose de la chimenea de una casa a la distancia.


“¿No prohibisteis encender un fuego?” él preguntó al emperador.

Un mensajero fue enviado a aquella casa. Retornó con el reporte que un hombre noble vivía allí, y su facultativo le había ordenado beber bebidas calientes para curar su resfriado. El había encendido el fuego para aquél propósito.

“Vos véis,” R. Iehoshúa ben Jananiá se dirigió a Adriano, ‘vuest ros súbditos no hacen caso de vuestras órdenes aún mientras vos estáis vivo. Este hombre podía fácilmente haber esperado otro día para encender el fuego. Nuestro rebe, Moshé, nos advirtió a nosotros dos mil años atrás, ‘¡No encendáis un fuego en Shabat!’ ¡Hasta el día de hoy, ningún fuego es encendido en ninguna casa judía en el Shabat!”7

En lugares donde las personas son negligentes con las leyes del Shabat, incendios son frecuentes. Si el pueblo judío no está atento a

la prohibicio´n del Todopoderoso de encender un luego en

ellos son castigados teniendo que ser testigos de sus propias casas elevándose en llamas.8

Por Qué la Torá Da Repetidas y Prolongadas Descripciones de la Construcción del Mishkán

La Torá da una quintuple descripción del Mishkán y sus santas vasijas:

Hashem le dio a Moshé los detallados mandamientos en parshát Teruma.

Los mandamientos son explicados de una manera más general en parshát Ki Tisá (Shemot 31:1- 11).

Moshé transmitió los lineamientos generales de las instrucciones a K’lal Israel en esta parshá, Vaiakhél, diciendo que todo hombre sabio debería participar en la construcción.

La Torá relata una cuarta vez cómo los mandamientos de Hashem fueron cumplidos, mencionando separadamente que cada vasija fue construida (36:8- 39:2).


Finalmente, la Torá nuevamente enumera las vasijas del Mishkán después de que fueron completadas y llevadas a Moshé (39:33- 43).

¿Por qué Hashem dedicó tantas parshiot de la Torá al tema del Mishkán? La respuesta es que estas repeticiones están destinadas a despertar en nosotros la comprensión de la importancia del Mishkán y de su grandeza en los ojos de Hashem.

Nosotros encontramos instancias paralelas en la Torá. Por ejemplo, Hashem repite el nombre de K’lal Israel cinco veces en un pasuk (Bamidbar 8:19). El por medio de ello desea hacernos conscientes de Su gran amor por Su pueblo.

Después que el príncipe heredero regresó de su primer estada en la escuela, él fue el objeto de la atención incesante de su padre. Por el resto del día, el rey no pudo abstenerse de expresar interés por el príncipe heredero que había dado sus primeros pasos fuera del palacio. Continuamente repetía, “¿Ha regresado ya mi hijo de la escuela? ¿Ha comido ya el almuerzo mi hijo? ¿Se ha retirado mi hijo a descansar?”

Una repetida narración de un evento en la Torá es una expresión del interés de Hashem y la importancia que El atribuye a la materia. Similarmente, la descripción del encuentro de Eliezer con Rivká es narrada dos veces en parshát Jaié Sará, demostrando que las conversaciones de los sirvientes de nuestros ancestros son preciosas para Hashem.9

A pesar de que los mandamientos concernientes al Mishkán no se aplican a nosotros hoy en la práctica, somos prometidos con una inmensa recompensa por aprender las parshiot que versan del Mishkán. Somos recompensados por estudiar el esquema del Mishkán y sus vasijas y ciertamente por ahondar en su íntima significación simbólica.

Nuestros jajamím declaran que alguien que estudia las leyes relativas a los korbanot es considerado por el Cielo como si hubiera realmente ofrecido un sacrificio. Similarmente, quien aprende los capítulos concernientes al Mishkán es equiparado con quien ayudó en su real construcción.¡Con el mérito de su estudio, causará que la shejiná retorne a Tzión una vez más!10

La Construcción del Mishkán Comienza

Moshé llamó a una reunión e instruyó a los Benei Israel erigir el Míshkán. Su asamblea con fines sagrados expiaba por su anterior reunión irreligiosa en la cual ellos habían demandado el eguel.

Cuando el pueblo escuchó que la shejiná de Hashem residiría en el Mishkán como una señal de perdón por el Pecado del Becerro de Oro, su júbilo no conoció limites. Las donaciones inmediatamente comenzaron a afluir. Ellos donaron no sólo oro y plata, sino aún sus joyas personales. Con ello hicieron enmienda por la culpa en que incurrieron habiendo contribuido ornamentos para hacer un eguel. Las mujeres quienes habían rehusado entregar cualquiera de sus joyas para el Becerro de Oro fueron ahora las primeras en ofrecer voluntariamente y donar todas sus joyas al Mishkán.

En sólo dos días, aún más que una cantidad suficiente de abastecimientos fue traída. A pesar de ello las donaciones continuaron llegando en abundancia. Los recolectores de fondos se paseaban de un lado al otro del Campo, dirigiendo una llamada al pueblo para cesar de dar. 12

Los Benei Israel, contribuyendo tan arrolladoramente para el Mishkán, manifestaron su natural rasgo de generosidad.*

El pueblo judío está caracterizado por tres cualidades innatas:

Ellos son compasivos.

Ellos son vergonzosos.

Ellos practican jesed (ayudar a otros con caridad y buenas acciones).

Puede ser asumido que un judío que carece de los rasgos arriba mencionados no proviene de onces tros que estuvieron de pie en Har Sinaí.13


Moshé proclamó que todo hombre y mujer temerosos de Di- s estaban invitados a ayudar hilando y tramando los tapices y construyendo partes para las paredes del Mishkán con sus propias manos.

Ambos los hombres y las mujeres respondieron. Ellos trabajaron y trajeron a Moshé muestras de su trabajo. La especialidad de las sabias mujeres era hilar el pelo de cabra para los tapices. Puesto que el pelo era fino y duro, era una tarea difícil.15

Quienquiera que ayudó en la construcción del Mishkán fue dotado de especial sabiduría por Hashem. Cuando Moshé examinó las muestras que le fueron traídas, él encontró que todas conformaban con la descripción de Hashem, y estuvo muy feliz)6

No sólo fueron las personas que ayudaron a construir el Mishkán inspiradas con sabiduría Divina, sino incluso a los animales usados para su construcción les fue concedido sentidos especiales.17 Por ejemplo, los animales domésticos que tenían que transportar las vigas sabían por si mismos qué ruta tomar, y las bestias salvajes cuya piel era requerida para los tapices vinieron a los Benei Israel espontáneamente.18

Ambos Betzalel y Aholiav fueron inspirados con entendimiento Divino a fin de posibilitarles moldear las vasijas para el Mishkán exactamente como Hashem había ordenado y cincelar aún los más intrincados diseños.19

Parece extraño, no obstante, que ni Aholiav ni ninguna otra persona temerosa de Di- s que ayudó a construir el Mishkán sean citados por la Torá por los roles que ejecutaron. Betzalel, parece, es reconocido todo el mérito porque los pesukím reiteran constantemente, “y él lo hizo,” una aparente referencia a Betzalel solamente 20

La razón para esto es que Betzalel no sólo se empeño él mismo en la construcción material. También se afanó en el reino espiritual. Esforzó su mente al extremo para comprender el significado profundo detrás de cada objeto. Puesto que invirtió tanto esfuerzo espiritual en la construcción, él fue recompensado por Hashem. Fue consecuentemente concedido el más grande nivel de ruaj hakodesh (inspiración de Di-s) y fue capaz de desentrañar la significación de cada implemento. La Torá atribuye la construcción íntegra del Mishkán a Betzalel dado que, imbuyendo a cada vasija con sus santos pensamientos, él se convirtió en su hacedor espiritual, colocando el sello final sobre cada objeto.21


La Construcción del Mishkán Revela el Verdadero Carácter de Belleza Espiritual de K’lal Israel

K’lal Israel proclama, “Shejorá aní venavá / Yo soy negra, no obstante hermosa” (Shir Hashirím 1:5).

Esta afirmación parece ser contradictoria; ¿no son negrura y belleza dos extremos opuestos?

Cada uno de estos dos atributos, no obstante, se refiere a una etapa diferente en la historia de K’lal Israel. Los Benei Israel proclaman,

“Yo soy negra, cuando mis propias acciones son tomadas en consideración, pero hermosa considerando las acciones de mis ancestros.”

La princesa una vez cometió una transgresión y fue desterrada de la corte real. Fue forzada a ganarse la vida recolectando la cosecha de los campos junto con los granjeros com unes.

Investigación posterior de su mal acto trajo a la luz el hecho de que no tenía que ser culpada por el crimen. Más bien, fue una de las criadas en el palacio quien había causado todo el problema.

La princesa fue por lo tanto convocada para retornar a la corte real, pero ella ya no era la hermosa doncella que había sido anteriormente. Su delicada piel había sufrido de la exposición al sol abierto en los campos. Estaba ahora bronceada por el sol y parecía negra y feo. Cuando las mujeres nobles llegaron al palacio para visitar, se burlaron ante la vista de la negra princesa.

“¿Por qué vosotras me contempláis con desdén? la princesa les preguntó. “Yo sólo necesito un buen bálsamo y algunos baños para curarme. Estos me harán tan hermosa y blanca como solía ser. Pero vosotras todas nacisteis con piel oscura.¡Todos los cosméticos y baños en el mundo entero no tornarán vuestra piel blanca!”22

Similarmente, K'lal Israel posee la kedushá innata que heredaron de sus grandes ancestros. Aún a pesar de que su belleza pueda a veces ser ensombrecida por la influencia del ietzer hará (el impulso que lleva a hacer el mal) y de las naciones, su negrura es sólo superficial. Tan pronto como ellos se esfuerzan a si mismos un poco, son capaces de hacer teshuvá (arrepentimiento) y recobrarán su natural belleza espiritual.

K‘Ial Israel afirma además:

“Yo fui negra en Egipto, pero hermosa al pronunciar naasé ven ishmá en Har Sinai.”

“Yo fui negra cuando me rebelé en el Iam Suf, pero hermosa cuando yo exclamé allí, ‘Este es mi Di- s, y yo lo giorificaré a El.

“Yo fui negra en el incidente del jet haeguel, pero hermosa en la construcción del Mishkán.”

Los Benei Israel fueron conducidos a hacer el Becerro de Oro a causa de las persuasiones del Satán. Tan pronto como Moshé regresó, sin embargo, ellos voluntariamente accedieron a la eliminación del eguel y al castigo de muerte de los pecadores. Su gran anhelo de expiación y la restitución de la shejiná a su medio fue probado por sus vastas donaciones para el Mishkán. De tal modo manifestaron el verdadero carácter de K‘lal Israel el carácter de belleza espiritual, natural.23

El Error de los Nesiím en Donar para el Mishkán

Tan pronto como los nesiím (líderes de las Tribus) escucharon que Hashem quería que un Míshkán fuera erigido, le sugirieron a Moshé, “Nosotros solos suministraremos todos los materiales para el Mishkán. No es necesario para K‘lal Israel donar nada.”24

Los nesíím creían que la shejiná preferiría residir en un Mishkán construido con sus presentes antes que en un Mishkán construido con las donaciones del pueblo. Por lo menos, ellos no habían estado comprometidos en el jet haeguel en absoluto. Además de eso.donarian con un corazón puro puesto que eran sobresalientes en sabiduría y carácter. Un Míishkán construido por ellos, ellos creyeron, poseería por consiguiente un valor espiritual más grande25

Moshé, no obstante, respondió, “¡Hashem me ordenó aceptar donaciones de todo el que esté deseoso de dar!” Los nesiím entonces decidieron, “Antes que donar junto con K‘lal Israel, nosotros suministraremos todo lo que esté faltando al final. “26

Razonaron que si sus obsequios completaran el Mishkán, Hashem lo consideraría como si hubieran construido el edificio integro 27

Pero subestimaron la generosidad de los Benei Israel, quienes dieron ansiosa y amorosamente. Los judíos llegaron a Moshé en multitudes, ambos hombres y mujeres, adelantándose dando empujones en su ansiedad por cumplir la mitzvá.28

Después de dos días, ningún material más fue necesitado, y los nesiím llegaron demasiado tarde.

La Torá omite la letra lud de la palabra nesiím (35:2 7 ) para indicar que ellos fallaron. A pesar que tenían buenas intenciones, estuvieron equivocados en posponer el cumplimiento de una mitzvá.29*

Cuando los nesiim vieron que ya no era necesario más material, donaron las preciosas gemas para el efod y el joshen 30**

Más tarde, los nesiím estuvieron particularmente ansiosos y rápidos para ofrendar los sacrificios inaugurales (korbanot miluim) a fin de corregir su error de haber demorado sus donaciones para el Mishkán.31

El Kior / Aguamanil es Hecho de los Espejos de Cobre de las Mujeres

Además de muchos otros obsequios, las rectas mujeres trajeron sus espejos de cobre personales para ser usados como materiales de construcción. Cuando Moshé vio a estos, él pensó, “¿Cómo puedo yo aceptarlos? Son herramientas del ietzer hará.”

“No desprecies los espejos,” Hashem corrigió a Moshé. “Debido a estos espejos, los Benei Israel se multiplicaron en Egipto. Las mujeres judías los usaron leshem shamaim, para embellecerse ellas mismas a fin de continuar dando a luz niños a pesar de la tortura egipcia.”32

Hashem ordenó a Moshé, “Toma estos espejos para la construcción del kior. Las mujeres judías usaron estos espejos sólo con fines de kedushá. Por consiguiente. en el futuro, las sotot serán examinadas con el agua del kior. Serán expuestas a la prueba para determinar si son puras y santas como lo fueron sus madres.”33

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 317 a 326

domingo, 13 de febrero de 2011

Parasha Ki Tisa

Después del Pecado del Becerro de Oro, Benei Israel Son Contados

Hashem le ordenó a Moshé contar a Benel Israel.

La mitzvá de contarlos fue realmente dada a Moshé en una fecha más tardía, después del Pecado del Becerro de Oro. No obstante, está registrada en la Torá antes de la narrativa del pecado.1

Esta fue la tercera vez que Benel israel fueron contados:

El primer censo fue tomado cuando viajaron a Egipto. La familia de Iaakov entonces contaba setenta almas.

Fueron contados una segunda vez cuando abandonaron Egipto. La Torá relata que entonces contaban 600.000 hombres.2

Ahora, el día después de Iom Kipur en su primer año en el desierto,2 estaban siendo contados una tercera vez.3

Muchos judíos hbían muerto eri la plaga que siguió al jet haeguel, y Hashern deseó determinar el número de sobrevivientes.

Un granjero atesoraba su bien cuidar y hermosa manada. Pero un día una pestilencia afligio las ovejas, y muchas de ellas perecieron. Después que la devastación hubo aquietado, el propietario ordenó a sus pastores, “¡Contád mis ovejas para ver cuántas sobrevivieron!”4

A pesar de que Hashem ciertamente sabía el número de sobrevivientes y por consiguiente no necesitaba un censo, El emitió la mitzvá para el beneficio de K‘ial Israel. Después del jet haeguel las naciones se burlaron, “¡Mirad a esta nación que, cuarenta días después de pronunciar ‘naasé venishmá’ en Har Sinai, fabricó un Becerro de Oro! Su pecado es imperdonable; ¡Hashem nunca más los aceptará como Su pueblo!”5

A fin de refutar aquella pretensión Hashem comandó, “Seú et rosh Benei Israel / ¡Cuenta las cabezas de los Benei Israel!” Hashem empleó la palabra hebrea seú, la cual verdaderamente significa, “¡Levanta las cabezas!” El le explicó a Moshé que por su contribución con una moneda al tesoro del Mishkán (por medio de la cual serian contados), Benei Israel con eso rescatarían sus vidas, las cuales habían sido perdidas en el jet haeguel. De tal modo, el procedimiento de contar por medio de monedas donadas realmente “levantaría sus cabezas” - eso es, les ganaría expiación por el Becerro de Oro.6

Cuando Moshé escuchó la orden de Hashem, se volvió aprehensivo. Asumió que cada judío tendría que contribuir una moneda muy valiosa.

“¿Cuánto dinero es necesitado para redimir la vida de uno?” meditó. “Hashem podría demandar por cada judío un completo kikar de plata, equivalente a tres mil monedas de plata. O El puede demandar la cantidad que la Torá impone sobre un hombre que difama a su esposa (cíen monedas de plata), porque nosotros difamamos el Nombre de Hashem cuando exclamamos, ‘¡Estos son vuestros dioses, Israel!’ O Hashem puede querer una moneda que vale cincuenta piezas de plata, que es el pago que un seductor debe entregar al padre de la muchacha. De igual modo, nosotros fabricamos ídolos a despecho del precepto Divino, ‘¡Vosotros no tendréis otros dioses!’ El pago más pequeño que Hashem podría posiblemente requerir es una moneda que vale treinta shekalím, dado que el propietario de un buey que hiere con sus cuernos es multado con treinta shekalím, y nosotros trocamos la Gloria de Hashem por la semejanza de un becerro.”

“No es como tú piensas, Moshé,” Hashem le aseguró. “Vosotros no necesitáis pagarme a Mi monedas por valor de cíen, o cincuenta, o incluso treinta piezas de plata. ¡Todo lo que Yo pido de cada judío es que done una pequeña moneda valuada en medio shekel!”7

Hashem produjo una moneda de medio shekel de debajo de Su kísé haca bod, mostrando a Moshé su tamaño y forma. El lo instruyó, “¡Este es el tipo de moneda que ellos entregarán!”8

Las monedas de medio shekel de este censo fueron fundidas y reconstruidas como cuencas de plata, que fueron usadas para sostener las vigas del Mishkán.9

Las cuencas abarcaron la fundación del Mishkán. El uso de los medio shekel para su fabricación indicó que las contribuciones del pueblo proveyeron una nueva base para la residencia de Hashem en su medio después de su pecado.10

¿Por qué Hashem ordenó que un medio shekel fuera donado antes que un shekel completo? Para demostrar que los judíos fueron perdonados por el jet haeguel. Hashem dijo, “Ellos pecaron después de un medio día (en la tarde), cuando Moshé no retornó. Que por consiguiente logren expiación con un medio shekel. Además, medio shekel es equivalente a diez guerá. Expiará así por haber transgredido los Diez Mandamientos, lo cual sucedió cuando adoraron ellos al Becerro.”11

La donación del medio shekel de todo judío no fue una mitzvá de una vez, precipitada por el jet haeguel. Fue instituida como una donación caritativa anual, permanente.12 De estas colectas los animales para los korbanot tzibur (sacrificios comunales) eran comprados, para que todo K’lal Israel pudiera tener una parte en las ofrendas.13*

Cuando el Beit Hamikdash estaba en existencia, una proclamación era emitida anualmente en el primero de Adar en todas las ciudades en Eretz Israel, recordando a todos preparar un medio shekel para el Beit Hamikdash. La colecta real ocurría entre el 15 de Adar y Rosh Jodesh Nisán.

¿Por qué fue el mes de Adar escogido como el tiempo para colectar shekalím de K’lal Israel?

Hashem previó que el malvado Hamán entregaría al Rey Ajashverósh 10.000 kikares de plata, a cambio de permiso para exterminar a los judíos en Adar. Dijo Hashern, “Que las donaciones de Mis hijos precedan la suya, para que puedan ser salvados de sus manos. 14

Hoy, es costumbre leer el comienzo de parshat Ki Tísá, la cual es llamada “Parshat Shekalim,” después de la lectura de la Torá en el Shabat precediendo Rosh Jodesh Adar. De tal modo, nosotros somos recordados del procedimiento usado en el tiempo del Beít Hamikdash.

Los shekalím sirvieron a un doble propósito: como ingreso para el Mishkán / Beit Hamikdash, y como medio de tomar censos, porque Hashem había prohibido contar a los judíos directamente. El le dijo a Moshé, “No cuentes a los Benei Israel directamente, no sea que una plaga sobrevenga.”

Una plaga debe resultar, porque la bendición Divina no descansa sobre algo que es contado o medido.15

Cuando los reyes de Israel acostumbraban tomar un censo de la población, hacían caso de la prohibición en contra de contar al pueblo directamente. El Rey Shaúl (al comienzo de su reinado, cuando era pobre) los contó por medio de piedras. Más tarde, cuando el reino se volvió rico, sustituyó una oveja por cada judío.

El Rey David dejó de hacer caso a esta mítzvá:

Le ordenó a su general Ioav, “¡Sal y cuenta al pueblo!” Ioav rehusó llevar a cabo esta diligencia. Ella estaba en contra de los preceptos de la Torá la cual prohibe el contar al pueblo directamente. David, no obstante, insistió. “¿Quién aquí es el rey, y quién es el general?” dijo. “¡Yo soy el único que da las órdenes!” Bajo coacción, Ioav emprendió su misión en una manera deliberadamente lenta, esperanzado en que una de las Tribus de K’lal Israel protestara. Primero fue a contar a la Tribu de Gad, dado que ellos eran fuertes guerreros y él pensó que se levantarían en protesta. Pero los Beneí Gad y todo el resto de los Beneí Israel le permitieron contarlos. Como resultado, una plaga le sobrevino a K’lal Israel.16

El Mandamiento de Hacer un Kior / Aguamanil

Hashem ordenó que una especial, amplía vasija de cobre con picos fuera construida y puesta en el patio del Mishkán, entre el Ohel Moed y el mizbéaj. Era llenada con agua todas las mañanas para que los Kohaním pudieran verter agua sobre sus manos y pies antes de comenzar su avodá.17 La falta por parte del kohén en no cumplir con la mitzvá de rejitzar idaim veraglaim (lavado de manos y pies) le ocasionaba el castigo Celestial de muerte.18

El cumplimiento del mandato de Hashem de construir el kior es descripto al fin de parshat Vaiakhel (bajo el titulo “El Kior / Aguamanil es Hecho de Espejos de Cobre”).

El Mandamiento de Preparar el Shemen Hamishjá / Aceite de Unción y el Ketoret / Incienso

El shemen hamishjá fue preparado por Moshé en la siguiente manera: Hashem le dictó una lista de especias superiores, especificando su altura y peso. Cada especia fue machacada separadamente. Luego las especias eran mezcladas y remojadas en agua para que su aroma fuera absorbido por el agua. Aceite de oliva era añadido a aquella agua, y la mezcla era hervida hasta que el agua se evaporaba y sólo el aceite especíado quedaba. 19 Aquel aceite, el shemen hamishjá (aceite de unción) era preservado en un frasco para ser usado para el propósito de ungir a los Kohaním guedolím y a los reyes de la dinastía de David. En la consagración del Mishkán, todas sus vasijas fueron también ungidas con el shemen hamishjá.

A pesar de que Moshé preparó solamente una cantidad de doce log (aprox. 8 litros) de aceite, aquella cantidad milagrosamente bastó para todas las generaciones venideras. El frasco conteniendo shemen ham ishjá fue ocultado un tiempo antes de la destrucción del primer Templo. Nos será restituido en el tiempo del Mashíaj.20

Moshé también preparó el ketoret (incienso> mezclando once de las mejores especias, nombradas por Hashem. Sólo una de las especias entre ellas, la Jelbená, emitía un olor ofensivo. Hashem con eso aludía a que K’lal Israel , en sus ayunos y tefilot, debería también incluir a los transgresores entre nuestro pueblo.21

Las especias para el ketoret tenían que ser machacadas y mezcladas, y un puñado de ellas era quemado diariamente sobre el mizbaj haketoret.22

Estaba prohibido producir una mezcla de especias en las exactas mismas proporciones como en el ketoret sí la mezcla tenía como propósito el uso privado.


La familia de Avtinas eran expertos en la preparación del ketoret para el Beit Hamíkdash. Ellos insistieron, no obstante, en que el secreto de aquel arte permaneciera en su familia, rehusando iniciar a extraños en el método que usaban para machacar y mezclar las especias y lograr una perfecta mezcla.

Los Sabios, quienes también querían entrenar a otros en su preparación, trajeron a un grupo de expertos de Alejandría,Egipto, para hacerse cargo del ketoret. Aquellos artesanos no obstante, fueron incapaces de hacer ketoret que pudiera producir un pilar de humo que se elevara derecho hacia arriba al cielo. Dado que es un requerimiento halájico que su humo ascienda al Cielo en la forma de un pilar, los jajamim fueron forzados a volverse nuevamente a la familia de Avtinas.

Comprendiendo que sus destrezas eran indispensables, ellos demandaron que sus salarios fueran doblados.

¿Por qué es que vosotros inicialmente rehusásteis instruir a otros en el arte de hacer el ketoret?” los Sabios los reprendieron.

Ellos explicaron, “Nuestra familia sabe que el Beit Hamíkdash será eventualmente devastado. Nosotros tuvimos miedo de que si transmitíamos el conocimiento de su preparación a personas no merecedoras, ellas pudieran mal emplearlo para la adoración de ídolos después de la destrucción del Templo.”

Los jajamím no aceptaron su explicación porque su comportamiento indicaba que habían guardado el secreto para sí mismos para aumentar su propia gloria y ganar salarios más altos.

No obstante, los Sabios alabaron a la familia de Avtinas por otro aspecto de su conducta: Ni una sola novia de aquella familia se aplicaría nunca perfumes. Ellos no querían personas que alegaran que usaban las especias del ketoret para sus propósitos personales. De hecho, cuando sus hombres se comprometían, harían una condición con las mujeres a punto de entrar en su familia que ellas se abstendrían de usar perfume.

De tal modo cumplieron la máxima que una persona debería conducirse a si misma en una manera que no motive sospecha.

R. Ishmael relató, “Después que el Beít Hamikdash fue destruido, una vez encontré a un hombre que era un miembro de la familia de Avtinas. Le observé, “Vos véis, vuestros padres retuvieron información concerniente a la preparación del ketoret de otros con el fin de ganar prestigio para sí mismos. Ellos quitaron mérito al honor del Todopoderoso demandando un salario más alto a expensas del público. ¡Ahora los roles están revertidos! Desde la destrucción del Templo, vuestra familia ha perdido su posición especial. El honor del Todopoderoso, no obstante, permanece intacto, porque Su Gloria llena el mundo.”

Nuestros Sabios relataron una historia similar concerniente a la familia Levita de Garmo que estaban a cargo de hornear el lejem hapaním. Ellos rehusaban impartir sus secretos de horneado a extraños. Los Sabios por consiguiente importaron un grupo de panaderos profesionales de Egipto. Estos extranjeros fueron capaces de hornear las hogazas como era requerido. No obstante, no sabían como removerías del horno caliente sin que su frágil masa se desuniera. Por tanto no las horneaban en el horno sino en un lugar caliente fuera del horno. Más aún, sus hogazas se volverían rancias mientras aquéllas horneadas por la familia de Garmo se mantenían frescas.

Los jajamím, por consiguiente, tuvieron que regresar a los panaderos originales a su anterior posición, después de lo cual ellos demandaron que sus salarios fueran doblados antes de que aceptaran transmitir sus métodos a otros. Alegaron que habían guardado el arte de hornear un secreto para que ninguna persona indigna pudiera mal emplearlo para la adoración de ídolos. A pesar de que los Sabios no aceptaron totalmente sus palabras, los escogieron para alabarlos especialmente en una materia diferente. A ninguno de sus hijos les sería dado nunca pan blanco para que no pudieran ser sospechados de derivar beneficio personal del lejem hapaním.

La Guemará concluye, “Una persona no necesita temer que algún otro se inmiscuya en la parnasá o la posición que fue destinada para ella por el Cielo. Nadie pierde un trabajo a causa de otro, porque nadie puede tocar algo que fue preordenado para algún otro.”

Los profesionales de Egipto no fueron capaces de duplicar los resultados de las familias de Avtinas y Garmo porque estas dos familias habían sido destinadas por el Cielo para ocupar estas posiciones en el Beit Hamikdash.22

Betzalel es Designado como el Constructor del Mislikán y Aboliav como Su Asistente

Cuando a Moshé, durante su estadía en el Cielo, se le cantó acerca de la futura construcción del Mishkán, tuvo la impresión de que a él le era mandado construirlo con sus propias manos. Cuando estaba a punto de abandonar el Campo Celestial, Hashem le reveló, “A pesar de que Yo te exhibí el diagrama del Mishkán y la estructura de todos sus componentes, tú no eres el artesano que lo construirá. ¡Tu tarea es ser un líder no un artífice!”

“¿Quién entonces será el constructor del Mishkán?” inquirió Moshé.

“A Betzalel ben Un ben Jur le fue asignada aquella tarea,” Hashem le informó.23

Betzalel era el hijo de Jur quien había sido asesinado durante el incidente relacionado con Becerro de Oro. La construcción del Mishkán por medio del hijo de Jur expiaba por la culpa de la muerte de Jur.24 Betzalel era el bisnieto de la hermana de Moshé Miriam. Ella fue recompensada con un sabio y comprensivo descendiente que supo cómo construir el Mishkán como recompensa por su temor de Hashem el cual la impulsó a ella a desobedecer la orden del Faraón de asesinar a los recién nacidos judíos en Egipto.25

En aquel tiempo, Betzalel tenía solamente trece años de edad. Moshé por lo tanto se preguntaba cómo a alguien tan joven en años le podía ser otorgada la inmensa tarea de erigir un Mishkán.26

Hashem, no obstante, mostró a Moshé aquel mismo libro que El había también mostrado al primer hombre, Adám. En él estaban registrados los nombres de todos los reyes, líderes y profetas judíos hasta el tiempo del Mashíaj. El nombre “Betzalel” estaba registrado como el constructor del Mishkán.

“El fue destinado para esta tarea desde la Creación,” Hashem le reveló a Moshé.27

A ningún líder le es conferido alguna vez cargo de una comunidad a menos que fuera previamente designado por el Cielo.28

De acuerdo con la regla de que es correcto consultar a la comunidad antes de designar a un líder sobre ellos, Hashem preguntó a Moshé, “¿Te parece Betzalel digno para esta empresa?”

“Si él es digno en Tus Ojos,” replicó Moshé, “ciertamente lo es en los mios.

Cuando Moshé más tarde presentó a Betzalel al pueblo como el arquitecto del Mishkán, él a su vez les preguntó, “¿Accedéis a que Betzalel se convierta en el constructor?”


“Si él es digno a los ojos de Hashem y a los vuestros,” respondieron los Benei Israel, “ es ciertamente bueno a los nuestros. “29

Betzalel fue inspirado por Hashem con sabiduría y comprensión Divina para poder tener éxito en su misión. El supo el código Divino por el cual el cielo y la tierra habían sido creados. Fue de tal modo capaz de crear el Mishkán, una tarea que era equivalente a la creación del universo.30

Al igual que Moshé fue mostrado una visión de la detallada estructura de cada vasija del Mishkán, así fue Betzalel concedido una visión Celestial de la forma y diseño de todo objeto.31

Betzalel fue un leal artesano que se esforzó a si mismo al extremo para cumplir las instrucciones de Hashem. La Torá por consiguiente lo recompensa vinculando su nombre a cada objeto particular en el Mishkán en toda esta parshá.32

Moshé ordenó a Betzalel, “Primero construye el arón, luego las otras vasijas, y finalmente la tienda del Mishkán.”

“Mi rebe, Moshé,” objetó Betzalel, “si alguien construye una casa, ¿no construye primero su estructura exterior para proteger su moblaje? Si yo construyo al arón primero, ¿dónde subsecuentemente lo ubicaré una vez que sea completado? ¿No os ha dicho Hashem que yo debería primero construir el Mishkán mismo, y luego el arón, y los otros accesorios?”

“Tienes razón,” admitió Moshé.* “Vos podéis ser llamado uno que está a la sombra de Hashem, porque poseéís la sabiduría para desentrañar el significado secreto tras Sus palabras.” De aquí el nombre “Betzalel,” compuesto de las palabras “betzel kel - él que estuvo a la sombra del Todopoderoso.

Hashem le ordenó a Mpshé designar como asistente de Betzalel a Aholíav de la Tribu de Dan. Aholiav no hizo trabajo independiente, sino ayudó a Betzalel con cada fase de la construcción.34 Hashem unió como artesanos a Betzalel, un miembro de la Tribu de Iehudá, y a Aholíav, de la Tribu de Dan. Iehudá era la más exaltada de las Tribus y Dan la más humilde. Uniéndolos, Hashem les enseñó a los judíos no despreciar a la Tribu de Dan porque a los ojos de Hashem el grande y el pequeño son iguales.35

Una persona más pequeña que sirve a Hashem con todas sus capacidades está al mismo nivel de una más dotada, porque Hashem juzga a un hombre de acuerdo con las intenciones de su corazón. 36

Después de Cuarenta Días en el Cielo, Moshe Recibe Dos Lujot (Tablas) de Zafiro

Después de matán Torá Moshé permaneció en el Cielo por cuarenta días, aprendiendo la Torá directamente de Hashem.

Hashem le enseñó a Moshé las reglas de la interpretación (de la Torá), para que él pudiera derivar el cuerpo integro de la halajá de las palabras y letras de la Torá.37 A pesar de que Moshé estudió diligentemente, su mente no retuvo ninguno de los principios que había escuchado de Hashem. Después de cuarenta días de estudio intensivo, su mente estaba todavía en blanco. Posteriormente, Hashem le concedió, como don Divino, el poder para retener su aprendizaje 38

La inhabilidad de Moshé para recordar sus estudios se debió al hecho de que todavía no se había transformado él mismo de un ser físico a uno espiritual. Sus cuarenta días en el Cielo fueron un renacer espiritual, paralelo al periodo de cuarenta días cuando el embrión es formado en el útero de la madre. Solamente al fin de aquel período Moshé logró la capacidad espiritual requerida para retener la Torá.39

La perseverancia de Moshé sirve como una lección para aquéllos que usan a la pobre memoria como una excusa para no esforzarse ellos mismos en el estudio de Torá. Deberían aprender de Moshé, quien persistió en sus estudios a pesar del fracaso de su memoria. El fue por consiguiente recompensado con la capacidad para retener todo su conocimiento de Torá.40

Al fin de los cuarenta días, Hashem le entregó a Moshé dos lujot (tablas) de zafiro de idéntica forma y tamaño.41 Sobre ellas, El había grabado los Diez Mandamientos.

¿Por qué les fue entregado a Benei Israel los Diez Mandamientos inscriptos sobre lujot, antes que un Rollo de Pergamino Divino conteniendo la Torá íntegra?

Cuando un joven niño comienza la escuela, su maestro le presenta el Alef- Bet escribiendo las letras sobre el pizarrón. Sólo más tarde, cuando está familiarizado con el Alef- Bet, le serán dados libros para estudiar.42

Hashem, para decir así, presentó a los judíos la Torá poniéndolos en conocimiento de los Díez Mandamientos (los cuales contienen los conceptos básicos de Torá), y sólo más tarde El ciertamente les entregó un rollo de pergamino de la Torá entero.

Hashem eligió inscribir los Diez Mandamientos sobre un mineral duro (zafiro) para enseñar a Benei Israel que la omisión de observar las mitzvot de Hashem resultaría en el castigo de lapidación (skilá) por el Beit Din.43

Antes que inscribir todos los Díez Mandamientos sobre una única tabla, Hashem los escribió sobre dos lujot separadas, para simbolizar:

cielo y tierra

(Para enseñarnos que el cielo y la tierra fueron creados solamente por consideración al estudio de Torá y su cumplimiento.)

jatán (novio) y kalá (novia)

(La primer tabla contiene los mandamientos relativos al hombre y su Creador, que es llamado el jatán de K’lal Israel. La segunda tabla representa la kalá, K’lal Israel, dado que versa sobre los mandamientos gobernando la relación del hombre con su semejante.)

dos shusvinim (ujieres)

(Las dos tablas simbolizan los dos ujieres que presentaron al pueblo judío a la Torá: Moshé, quien sobresalió en los mandamientos entre el hombre y su Creador; y el bondadoso y amante de la paz Aharón, quien cumplió perfectamente los mandamientos entre el hombre y su semejante.)

olam hazé (este mundo) y olam habá (mundo por venir)

(El que cumple lo que está inscripto en ambas lujot adquiere ambos mundos.)44

Las letras no estaban grabadas superficialmente sobre las tablas, sino estaban esculpidas a través del espesor integro de la piedra. Así, podían ser leídas en ambos lados. Las letras Mem y Samej forman un cuadrado y círculo completos, respectivamente. Dado que sus secciones más internas estaban totalmente sin sostén, ellas deberían haber caído. No obstante, fueron sostenidas en su lugar milagrosamente .45

Por Que Benei Israel Tropezaron en el Jet Haeguel (Pecado del Becerro de Oro)

La grandeza de la Generación del Desierto no puede ser subestimada. Después de pronunciar naasé uenishmá,” en Har Sinai, ellos parecían ángeles antes que humanos. Habían recobrado el nivel de Adám antes de que pecara, y Hashem los declaró libres del poder del Angel de la Muerte.46

El Rey David proclamó acerca de aquella generación, “Felices son aquéllos cuyo camino es perfecto, quienes caminan en la Torá de Hashem” (Tehilím 119:1). Hashem escogió a la Generación del Desierto por sobre todas las otras para recibir Su Torá, sabiendo que ellos eran tzadikím.47 Eran fuertes en espíritu y controlaban su íetzer hará. 48

Sí es así, ¿por qué tropezaron en el Pecado del Becerro de Oro?¿Por qué Hashem no los protegió del pecado, como El usualmente escuda a Sus tzadikím?

Hashem permitió el pecado del eguel puesto que sirvió como un signo de esperanza y aliento para K’lal Israel por todas las generaciones futuras. El incidente del Becerro de Oro probaría que no importa cuán lejos una comunidad judía se descarríara fuera de la senda de Torá, ella nunca estaría más allá de la teshuvá. Si después de un pecado tan severo como el jet haeguel los Benei Israel fueron reaceptados por Hashem, ninguna comunidad podría alguna vez alegar que ella había caído demasiado bajo para retornar a Hashem .49

Debe ser también tenido en mente que la dificultad de una prueba está en proporción a la grandeza de la persona (o de la generación). Más grande el nivel espiritual, más severa la prueba.

Al igual que Adán, el primer hombre, fue probado para determinar si sometería sus propios cálculos a la finalidad de la voluntad de Hashem (y fue por consiguiente confrontado a la inmensa tentación de la Fruta Prohibida det etz hadaat), así fueron una prueba mayor. Ellos fueron requeridos de abandonar el razonamiento humano y seguir la palabra de Hashem. (Fueron probados para ver si pondrían su fe absoluta en las palabras del proeta de Hashem, Moshé. El les había prometido que retornaría, y ellos fueron requeridos creer, a pesar de sus lógicas razones para asumir que no lo haría y su aparente justificación en buscar un sistituto.)50

La subsecuente condena de Hashem del pecado de aquella generación fue relativa a sus grandes capacidades. Hashem cupó a la comunidad entera por su omisión de protestar contra el mal y su contribución de oto para hacer una imagen. En realidad, solamente los Erev rav (tres mil personas, o medio prociento de la población) activamente adoraron al Becerro de Oro.51

Jet Haeguel / El PecaDO DEL BECERRO DE ORO

Antes de ascender al Cielo para recibir las lujot, Moshé aseguró al pueblo, “Yo regresaré en cuarenta días, antes del mediodía.”52 Mientras tanto, él designó a su hermano Aharón y al hijo de Miriam Jur para estar a cargo de los.Benei Israel.53

Ahora era el dieciséis de Tamuz, el último de los cuarenta días, y el mediodía había pasado.¿Dónde podía estar Moshé?

Cuando Moshé no retornó al mediodía, los Benei Israel supieron que ya no podía ser esperado en aquel día, porque ambos sus ascensos a la montaña tanto como sus descensos de allí siempre tuvieron lugar en las tempranas mañanas. De acuerdo con sus cálculos, los cuarenta días ya habían pasado dado que incluyeron en el total el día de la partida de Moshé. En realidad, aquel día fue excluido dado que no era un período completo de veinticuatro horas (porque Moshé había aún estado en el Campo durante la noche precediendo aquel día). Dado que Moshé había partido el siete de Siván, debería haber retomado, de acuerdo con la opinión del pueblo, el dieciséis de Tamuz. En realidad, no obstante, debía llegar solamente el diecisiete de Tamuz.54

Los Benei Israel, un pueblo de 600.000 hombres, y también mujeres, niños, y pequeños bebés se encontraron ellos mismos en el gran y terrible desierto, el hábitat de bestias, culebras, y escorpiones, sin su gran líder quien servia como su vínculo a Hashem.

El Satán se presentó a los Benei Israel, inquiriendo, “¿Dónde está Moshé?”

“El está en el Cielo,” los Benei Israel le respondieron.

“Pero el mediodía ya ha llegado y él no ha retornado,” el Satán los desafió. Ellos pasaron por alto sus palabras.

“¡Moshé ha perecido!” el Satán se mofó. El pueblo, no obstante, no prestó atención a sus palabras.55

El Satán entonces comenzó a mostrarles espantosas visiones, evocando una imagen del ataúd de Moshé. Todos previeron el cadáver de Moshé suspendido entre el cielo y la tierra. Era una imagen de tal inequívoca claridad que pudieron señalarla con sus dedos 56*

Los judíos, entonces, se encontraron a si mismos en una difícil posición de falsos profetas. Mientras eran confrontados con una aparente visión real de Moshé muerto, fueron requeridos de desecharla como una falsa profecía dado que contradecía la promesa de Moshé de que él retomaría a ellos.57

Los erev ray, la multitud de egipcios que se habían unido a los Benei Israel en el Exodo, se debilitaron rápido. La ausencia de Moshé les proporcionó la deseada oportunidad para demandar un cambio en el statu quo. Bajo el liderazgo de Moshé, ellos no viajaban dentro de las Nubes de Gloria (puesto que no eran merecedores de aquella especial protección), sino acompañaban a los Benei Israel caminando fuera de las Nubes, como los animales. Los erev rav tampoco recibían porciones individuales de man, como lo hacían los judíos de nacimiento, sino eran compelidos a comer los sobrantes.58

Por consiguiente exclamaron, “¿Quién sabe si Moshé retornará alguna vez? Hashem podría mantenerlo en el Cielo para comprometerse en discusiones de Torá con él, ¡o los ángeles podrían haberlo dañado!”59

Ellos abordaron a Aharón, Jur, y los Setenta Ancianos, demandando. “¡Puesto que Moshé desapareció hacia las elevadas alturas, la congregación entera está destinada a morir! ¡Dádnos un sustituto!* ¡Nosotros queremos un líder que nos conceda igual estatus que los judíos nativos!”60

Jur reprendió al pueblo con duras palabras.. “¡Vuestros cuellos merecen ser separados por tal demanda!” él tronó. “¿Es ésta vuestra gratitud por todos los milagros que Hashem realizó para vosotros?”

Jur explicó al pueblo que era innecesario buscar un nuevo medio sobre el cual la shejiná de Hashem descansara puesto que K’Ial Israel, diferente a todas otras naciones, era guiada por Hashem personalmente.

Por lo tanto, algunas personas de uno de los más bajos elementos se levantaron y lapidaron a Jur, matándolo.61

Hashem no protegió a Jur de la muerte como castigo por las agudas palabras que él había lanzado al pueblo.62

Hashem dijo a Jur, “Puesto que tú sacrificaste tu vida por kidush Hashem, todos tus descendientes adquirirán un gran nombre en el mundo. Tu nieto Betzalel se convertirá en el artesano que construirá el Mishkán. 63

Los erev rav se volvieron a los Ancianos, demandando nuevo líder, pero ellos rehusaron.64*

Los erev rav finalmente dirigieron la palabra a Aharón con la demanda, “¡Dádnos un líder, porque nosotros no sabemos qué le sucedió a este hombre Moshé!”

Su intención era hacer una imagen sobre la cual la shejiná de Hashem residiera.65

(Similarmente el Rey Iarovám más tarde descarrió al pueblo a adorar ídolos declarando inicíalmente, “Yo erigíré dos becerros sobre los cuales la shejiná de Hashem descansará, al igual que descansó sobre los keruvím que Moshé hizo en el Mishkán. ''66)

Ellos desearon la imagen de un buey, evocando anhelantemente una visión en Har Sinai en la cual habían visto al Todopoderoso rodeado por las cuatro criaturas de la mercavá (Carroza Celestial), una de ellas en la semejanza de un buey.67

A pesar de que Aharón sabía que Moshé eventualmente retornaría, razonó, “Si ellos me asesinan a mi también, su crimen estará más allá del perdón, porque habrán cumplido el pasuk (Ejá 2:20), ‘un Kohén y un profeta son asesinados en el santuario de Hashem,’ (puesto que yo soy tanto un kohén como un profeta). ¡El pecado de fabricar una imagen es menor comparado a un crimen de tal severidad, puesto que para el anterior, teshuvá es posible!”68

Hashem sabia que Aharón consintió leshem shamaim, por su gran amor por K’lal Israel, a fin de salvarlos de la destrucción. El consecuentemente lo recompensó con veinticuatro matnot kehuná (regalos otorgados a los sacerdotes).69

A fin de aplazar y demorar su plan, Aharón ordenó, “Traédme los pendientes de oro de vuestras esposas e hijos,” El supuso que las mujeres estarían renuentes a separarse de sus joyas. Discusiones sobrevendrían entre marido y esposa, y, entretanto, tiempo precioso seria ganado.70

Las mujeres, de hecho, rehusaron separarse de sus joyas, no porque estaban apegadas a ellas sino porque rehusaron dedicarías a la formación de una imagen.

Su lealtad a Hashem fue recompensada. A pesar de que todos los hombres de la generación que hicieron el Becerro fallecieron en el desierto,y nunca alcanzaron Eretz Israel, todas las mujeres sobrevivieron y entraron a la Tierra Santa. Además, a las mujeres les fue otorgado Rosh Jodesh (primer día del mes) como un Iam Tov de su propiedad, para ser celebrado por ellas a lo largo de las generaciones)”

Es costumbre para las mujeres abstenerse de trabajar en Rosh Jodesh, y éste es un apropiado minhag.72

Además de las mujeres, la Tribu íntegra de Leví se abstuvo de contribuir todo oro al eguel, y así hicieron los nesiím y los tzadikím de K’lal Israel.73

A pesar de la negativa de las mujeres, el plan de Aharón falló porque los hombres estaban muy ansiosos por contribuir con oro. Los hombres se quitaron sus propios aretes tan prestamente que parte de sus orejas salieron junto con los aretes. (Los hombres usaban aretes de acuerdo con la costumbre de los egipcios quienes la habían adoptado de los árabes.)74

Aharón aceptó el oro de ellos. Esto fue descuidado de su parte, porque por tomarlo directamente de sus manos, los magos subsecuentemente tuvieron poder sobre él. El preferentemente les debió haber solicitado depositarIo primero sobre el suelo.75

Aharón arrojó el oro dentro del fuego para fundirlo y tomó una herramienta de grabar para formar una imagen.*

Los dos hechiceros egipcios, Ianus e Iambrus (los hijos de Bílám), ahora pusieron su poder de magia a trabajar. Uno de ellos tomó dos tercios del oro, y el otro, el tercio restante. Por medio del ruaj hatumá, fueron capaces de atraer el resplandor de la imagen del buey de la mercavá (Carroza Celestial) hacia ellos.76 Otro hombre, Mijá (quien como un niño pequeño había sido cementado dentro de un muro en Egipto y fue salvado por Moshé), ayudó lanzando dentro del fuego una tabla conteniendo la inscripcíón “alé shor, emerge buey.” Esta era la precisa tabla que Moshé había lanzado dentro del río Nilo para hacer subir el ataúd de Iosef.77

Posteriormente, un becerro vivo emergió del fuego, gimiendo y moviéndose alrededor.78 Hashem le dio al Satán permiso para tentar a los Benei Israel.


Hashem le dijo a Aharón, “¡Tú tropezaste a causa de las acciones de los dos malvados, Ianus e Iambrus; por consiguiente, las vidas de tus hijos serán tomadas!”79

A pesar de que Aharón tuvo buenas intenciones, fue más tarde castigado por Hashem por su acción. Su posición puede ser comparada a alguien que ayuna en Shabat (para expiar por un mal sueno). A pesar de que su intención es encomiable, está necesitado de expiación por haber convertido al Shabat en un día de ayuno. Similarmente, a pesar de que Aharón fue recompensado por Hashem por su intento puro, fue castigado por la acción exterior de participar en el eguel. Puesto que Aharón era un tzadik, el severo castigo de muerte para sus hijos fue decretado sobre él en aquel momento, de acuerdo con la máxima que más justa la persona, más exacta la retribución Divina.80

En adición a la imagen original que fue declarada públicamente la principal, los erev ray fabricaron otros doce becerros, uno por cada Tribu. Señalándolos, los erev rau gritaron, “¡Estos son vuestros dioses, Israel, que os sacaron a vosotros fuera de Egipto!”81

Las reacciones de los Benei Israel al eguel variaron. Algunos lo consideraron un intermediario sobre el que la presencia de Hashem descansaría. Otros tuvieron la intención de adorar al Becerro mismo. Algunos le dieron la bienvenida como una oportunidad de librarse de la estricta disciplina moral de la Torá y usar esta imagen como un pretexto para el libertinaje. Hashem más tarde castigó a cada uno de aquellos grupos con un castigo distinto de acuerdo con sus pensamientos e intenciones individuales.82

El pueblo quiso construir un mizbéaj sobre el cual korbanot pudieran ser ofrendados, y ellos se propusieron orar a Hashem el que un fuego Celestial debería descender sobre él. Aharón, no obstante, demandó que la construcción del mizbéaj fuera dejada a él solamente. Proclamó, “¡Será un honor más grande para el mizbéaj si yo mismo lo construyo!” En realidad, sus pensamientos fueron, “Si ellos lo construyen, cada uno traerá una piedra, y será pronto completado. Yo, sin embargo, demoraré su construcción hasta esta noche para que ningún sacrificio pueda ser ofrendado hasta mañana. ¡Para entonces, Moshé habrá retornado!83 Aharón sabía que la shejiná no moraría sobre este mizbéaj. No obstante, accedió a su construcción porque sintió que él aceptaría la culpa sobre sí mismo antes que permitir a los Benei Israel ser castigados más tarde por el pecado de construirlo.84

El declaró en una voz triste. “¡Mañana habrá un festival para Hashem!” Declaró claramente que el festival era en honor de Hashem y no para el eguel.85 Las palabras de Aharón también contenían una triste profecía. Habría ciertamente “un festival para Hashem” el próximo día - el festival de exterminar los pecadores de en medio de K’lal Israel.86

A la mañana siguiente, los erev ray se levantaron temprano. Bebieron vino y en su estado de ebriedad alabaron al eguel como un dios.87 Ellos ofrendaron al eguel el man que cayó aquel día. De tal modo enemistaron al Todopoderoso con la precisa bondad que El les había conferido.88*

“Lejá Hashem hatzedaká velanu boshet hapanim- ¡Oh Hashem, la rectitud pertenece a Ti pero a nosotros la vergúenza!” Al preciso momento que el pueblo adoraba ídolos, Hashem en el Cielo estaba ocupado grabando los Diez Mandamientos para ellos sobre dos lujot de zafiro, como un regalo para Su pueblo para concederles vida eterna.89

Los erev ray indujeron a los primogénitos de los Benei Israel a sacrificar también al eguel. Los primogénitos de allí en más perdieron su derecho a realizar la avodá de Hashem. Aquel privilegio fue transferido en cambio a la Tribu de Levi.90

La adoración del eguel condujo a la frivolidad y al libertinaje.91

A pesar de que fueron los erev ray quienes adoraron al eguel, todos los Benei Israel fueron no obstante incluidos en el veredicto culpable de Hashem puesto que fallaron al no protestar contra los pecadores.92

Tan pronto como los Benei Israel hubieron erigido el eguel, las Nubes de Gloria partieron. Ellos de tal modo quedaron despojados de protección Divina. 1.200.000 ángeles descendieron y removieron de ellos las joyas Celestiales que les habían sido concedidas en matán Torá, las dos coronas Divinas que cada judío había recibido por pronunciar las palabras “noasé venshmá. Estas coronas espirituales les habían garantizado inmunidad del Angel de la Muerte. Cuando pecaron y abandonaron su grandeza espiritual, otra vez se volvieron mortales.94

Hashem hubiera destruido a la entera K’lal Israel en aquel momento si no hubiera sido por la memoria de Abraham, Itzjak, y Iaakov.95

La Defensa de Moshe en Pro de K’lal Israel

Después del Pecado del Becerro de Oro, Hashem se dirigió a Moshé en el Cielo con duras palabras. “¡Bája!” El le ordenó, “¡Tú ya no puedes retener tu exaltada posición como un líder! Yo te elevé a ti por el bien del pueblo.96 Ellos pecaron, no obstante, cuarenta días después de matán Torá. ¡Cuán desdichada es la kalá que se volvió corrupta mientras todavía está bajo la jupá!”97

Este reproche hirió a Moshé. Su rostro se oscureció. El quiso abandonar los cielos pero estaba tan perplejo por su pena por K’lal Israel que no pudo encontrar su camino hacia afuera y anduvo a tientas como un hombre ciego. Los ángeles se regocijaron. Pensaron que ahora serian permitidos matar a Moshé (quien estaba a punto de llevar su preciosa Torá y entregarla a seres humanos), pero Hashem le ordenó a Moshé asirse a su kisé hacabod y ser salvado de los ángeles. El extendió Su talit sobre Moshé para protegerlo.98*

Hashem censuró a Moshé, diciendo, “Cuando los Benei Israel abandonaron Egipto, tú querías que los erev ray fueran junto con ellos. Yo aconsejé en contra de ello, pero tú eres bueno y modesto y me rogaste a Mi aceptarlos a pesar de su indignidad.99 ¡Ahora estos mismos erev ray han fabricado un Becerro de Oro e inducido a los Benei Israel a pecar!”

“Ellos pudieron haber hecho un Becerro,” respondió Moshé, ¡pero ciertamente no se inclinarían ante él!”

“Ellos lo hicieron,” dijo Hashem.


“Entonces deben haberse inclinado sin sacrificarle,”persistió Moshé.

“Ellos le sacrificaron, también” Hashem le dijo.

“En ese caso, no pudieron haberlo aceptado como una deidad,” Moshé discutió.

“Los erev ray dijeron, ‘¡Estos son vuestros dioses, Israel!”’ Hashem lo contradijo.101

Moshé estaba en un estado de shock ante esta revelación. No sabia cómo era esperado reaccionar a la faz de tal destrozantes nuevas y no encontraba palabras.102

Fue Hashem Mismo el que indicó a Moshé cómo proceder reprendiéndolo, “¡Déjame a Mí tranquilo, y Yo los destruiré!” De las palabras, “Déjame a Mí tranquilo” (a pesar del hecho que Moshé todavía no había pronunciado una sola palabra a favor de K’lal Israel), Moshé entendió que él tenía que suplicar por K’lal Israel.

El emperador estaba enfurecido ante la mala conducta de su hijo. Se paseaba de un lado al otro en el palacio en ira, lanzando acusaciones al tonto príncipe. El amigo del emperador estaba visitando el palacio en aquel momento. Intimidado por las criticas del rey, él no se atrevía a interrumpir con siquiera una palabra. Se hubiera retirado silenciosamente si no hubiera de repente escuchado al rey pronunciar súbitamente, “¡Si no fuera por la presencia de mi querido amigo, yo hubiera ejecutado a mi hijo en este preciso momento!” Ante aquéllo, el amigo comprendió que estaba en posición de levantar la voz y de tal modo salvar la vida del príncipe. El se levantó y comenzó a argumentaren defensa del real joven. 103

Simílarmente, Moshé se dejó guiar por las palabras de Hashem. Cuando Hashem dijo que Moshé debería dejarlo a El tranquilo para destruir K’lal Israel, él comprendió que estaba destinado a impedir su exterminio intercediendo a su favor.

Hashem le dijo a Moshé, “¡Ellos merecen destrucción; Yo he visto que son un pueblo terco!”

Los Benei Israel son una nación terca. Su rasgo de obstinación,sin embargo, es una ventaja si es empleado en el servicio de Hashem. Un judío no se mueve de los dictados de la Torá por ninguna razón en el mundo, se ase a ellos aún cuando es amenazado con tortura o muerte.

Nuestros Sabios dijeron, “El más obstinado entre los animales es el perro, entre las aves, el gallo, y entre las naciones, el judío. 104*

Hashem ofreció hacer a Moshé una gran nación en lugar de K’lal Israel, que sería destruida. Hashem inmediatamente despachó cinco Angeles Destructores para borrar al pueblo judío. 105

La razón por la que l-lashem lanzó severas acusaciones y amenazas contra K’lal Israel fue a fin de despertar a Moshé a rezar lo más sinceramente a su favor. De hecho, Moshé presentó una magistral defensa para K’lal Israel y sus argumentos expian y nos protegen a nosotros hasta este mismo día.106

Moshé rehusó la oferta de Hashem de convertirse en el ancestro de una nueva nación judía. El arguyó, “Señor del Universo, si una silla de tres patas se volvió tambaleante. ¿cómo puede una silla con sólo una pata permanecer firme? Si los méritos de sus tres ancestros, Abraham, Itzjak, y Iaakov, fueron insuficientes para escudar a K’lal Israel de Tu furia, ¿cómo podría entonces yo, una sola persona, esperar protegerlos a ellos? ¡Si mis descendientes pecaran en el futuro, mi mérito ciertamente no sería suficiente para salvarlos de la muerte! Más aún, yo no puedo aceptar Tu oferta, porque estoy avergonzado delante de Abraham, Itzjak, y laakov. Ellos pensarían, ‘¡Qué líder de la comunidad egoísta! ¡Utiliza la situación para elevarse a sí mismo antes que implorar por misericordia en pro de su comunidad!’ ¡Desiste de llevar a cabo Tu plan de exterminio!”107

Aún a pesar de que por medio de sus tefilot Moshé salvó a K’lal Israel de inminente destrucción, él descendió del Cielo sin haber logrado perdón por su pecado.

Fue solamente más tarde, después de la destrucción del eguel, el castigo de los pecadores, y otros cuarenta días de tefilá empleados por Moshé en el Cielo, que Hashem perdonó a Benei Israel.108*

Moshé abandonó el Cielo en un estado de terror. Uevaba en una mano109 las maravillosas lujot de zafiro las cuales, a pesar de su tremendo peso (cuarenta seá), eran ingrávidas en su mano y se transportaban ellas mismas.110

Moshé Rompe las Tablas

Cuando Moshé retornó al pie de la montaña, encontró a su leal discipulo Iehoshúa acampado allí. Iehoshúa había esperado allí por él cuarenta días. Juntos se aproximaron al Campo y oyeron los tumultuosos sonidos de celebraciones en derredor del eguel.

“Estos sonidos se asemejan al clamor de guerra,” Iehoshúa observó.

“Tú me desilusionas, Iehoshúa,” Moshé le respondió. “Tú, el futuro líder de 600.000 ¿no deberías ser capaz de distinguir entre un sonido y otro? Este no es el grito de victoria ni el lamento de derrota.¡Nosotros estamos oyendo himnos de alabanza a un ídolo!111

Ellos entraron al Campo y vieron al Becerro de Oro y el gozo y danza que lo acompañaban. La ira de Moshé fue encendida. “Yo no puedo entregarles las lujot,” pensó. “La Torá consigna que un apikoros no puede cumplir la mitzvá de participar del korban Pesaj. Todo Israel se han separado ahora de Hashem y se han vuelto apikorosim. Ellos ciertamente no son dignos de recibir las lujot que contienen todas las mitzvot. “112

Moshé se dio la vuelta para regresar las lujot a Hashem, pero los Ancianos lo habían advertido y corrieron tras él. Ellos tomaron las lujot. Moshé intentó apartarlos, y una pelea sobrevino. La fuerza de Moshé fue más grande que la fuerza combinada de todos los Setenta Ancianos. El arrebató con violencia las lujot de sus manos.113 Cuando miró a las lujot, sin embargo, notó que la escritura sobre ellas había desaparecido. El percibió las letras, el alma y contenido espiritual de las lujot- volando hacia lo alto en el aire. La kedushá de las letras no podía entrar al Campo que era ahora tamé (impuro). Las lujot que permanecían en las manos de Moshé eran meras piedras pesadas, sin vida.114 Moshé las alzó, y con su tremenda fuerza, las hizo añicos contra el suelo y las destrozó.

Varías consideraciones movieron a Moshé a actuar en esta manera.

Una, él tenía miedo que el juicio de Hashem a K’lal Israel fuera mas duro si ellos estaban en posesión de las Iujot. Si ellos no tuvieran las lujot, su castigo seria más leve.

Un corto tiempo después de la boda de un famoso hombre de estado, rumores circularon de que su esposa no le era leal. El casamentero inmediatamente hizo pedazos el contrato matrimonial, pensando, “¡Es mejor para ella ser juzgada como si fuera todavía soltera antes que como una mujer casada!”115

Similarmente, Moshé razonó que las lujot, que permanentemente establecían el lazo entre Hashem y K’lal Israel, los pondría en la posición de una mujer casada. Hashem condenaría su deslealtad mucho más sí ellos poseyeran las Iujot que sí nunca las recibieran.

Además de eso, después de quebrar las lujot, Moshé tenía intención de discutir con Hashem, “Yo estoy en falta al igual que ellos lo están. Si Tú los perdonas, entonces perdóname a mí también por haber quebrado las lujot. Pero si Tú rehúsas perdonarlos, entonces ¡no me perdones a mi tampoco!”116

¿Por qué Moshé no había destrozado las lujot tan pronto como Hashem le había dicho en el Cielo que los judíos habían hecho una imagen? Moshé esperó hasta que él realmente fue testigo del crimen para enseñarle a un juez que él no puede basar su veredicto en el reporte de solamente un testigo, por más confiable que pueda ser.117

Hashem aprobó el acto de Moshé de destrozar las lujot. El exclamó, “¡Iasher koaj! ¡Tú hiciste bien en romper las Iujot!”118


El rompimiento de las lujot fue un sustituto del rompimiento del pueblo judío.119

En el tiempo cuando las lujot fueron destrozadas, fue decretado que K’lal Israel debía en lo sucesivo estudiar Torá en medio de condiciones de pobreza, dolor, esclavitud, y exilio. Pero por sus esfuerzos en mantener la Torá a pesar de todas sus dificultades, su recompensa será doblada y triplicada en el tiempo del Mashíaj.120

Moshe Castiga a los Adoradores del Eguel con Muerte y Prueba a K’lal Israel con el Agua de la Sotá

Cuando Moshé miró al pueblo, él advirtió que la shejíná los había abandonado. Tzaraat (lepra) había brotado sobre las frentes de todos los adoradores de ídolos.121

En el momento en que Moshé entró al Campo, su hermano Aharón estaba parado junto al eguel con un martillo levantado en su mano. Estaba listo para dar a la imagen el toque final con unos pocos golpes más de martillo. La intención de Aharón era decir al pueblo que el eguel no estaba todavía completado, de tal modo impidiéndoles adorarlo todavía. Sin embargo, ante la vista de su hermano parado con una herramienta para ayudar a construir la imagen, Moshé interpretó mal la situación.122 El montó en cólera, listo para matar a su propio hermano.

“¿Qué te hizo este pueblo a ti?” tronó ante él, “¿que tú les has causado este gran pecado?” Aharón se defendió él mismo. “Por favor que la ira de mi maestro no se encienda en contra mio,” rogó. “Tú sabes que el elemento más bajo del pueblo está en el hábito de probar constantemente a Hashem. Ellos demandaron de mí darles un sustituto tuyo, no sabiendo que tú estabas todavía vivo. Yo les pregunté si alguno tenía oro, y ellos apresuradamente me entregaron todo el oro en su posesión. Entonces lo arrojé dentro del fuego- ¿debería haber sabido que este eguel emergería?” 124 A pesar de que de la autodefensa de Aharón, Moshé comprendió las nobles intenciones de su hermano, él se dio cuenta de que el curso de acción de Aharón había sido erróneo.125*


Moshé inmediatamente tomó el eguel, lo quemó, tríturó los restos y mezcló el polvo con agua. El obtuvo el agua de un río el cual, por milagro especial, comenzó a fluir hacía abajo desde la montaña.126 A esta mezcla líquida le fue dada por Hashem la cualidad del agua amarga de la sotá. (La sotá era una mujer casada que era sospechada por su marido de adulterio. Su integridad era probada teniendo ella que beber agua especialmente preparada la cual le causaba perecer si era culpable.> Puesto que los Benei Israel habían sido casados a Hashem en Har Sinai y después de ello le habían sido desleales a El, ellos fueron probados por medio del agua de la sotá para determinar sí eran todavía puros. Moshé actuó en el rol del Kohén que da el agua amarga a la mujer y le lee las maldiciones de la Torá que le sucederían si se había deshonrado a si misma. Al igual que el Kohén formula preguntas a la sotá, así Moshé preguntó a los Benei Israel, “¿Sois vosotros culpables de idolatría, y cumpliréis vosotros la Torá en el futuro?” Al igual que la sotá solía responder al Hohén, “Amén, yo soy pura ahora; amén, yo no me deshonraré a mí misma en el futuro,” así los Benei Israel respondieron a Moshé, “Amén, nosotros no adoramos al egu el; amén, nosotros observaremos la Torá en el futuro.” Luego el pueblo entero tuvo que beber el agua. En la mañana siguiente, los pecadores entre ellos fueron encontrados muertos, sus vientres dilatados del agua de la sotá. A aquéllos que eran inocentes, Moshé concedió una bendición especial para compensarlos por haber tenido que ser sometidos a este humillante procedimiento. El prometió, “¡Vuestros hijos seguramente entrarán a Eretz Israel!” El así los trató como a la sotá que, si ella es encontrada inocente, es compensada por Hashem con una bendición para su descendencia.127

Incluso Aharón él mismo recibió un castigo similar a aquél de la sotá porque participó en la producción del eguel. Hashem dijo, “¡Al igual que el adúltero y su descendencia son castigados por pecar con la esposa de algún otro, asi vuestros hijos morirán!”128

En aquel momento, fue decretado por el Cielo que todos los cuatro hijos de Aharón deberían perecer. Más tarde, Moshé salvó a dos de ellos con su tefilá, y el castigo de muerte fue cumplido solamente sobre Nadav y Avihú (como es relatado en parshát Sheminí.)129

Moshé emitió una declaración, proclamando, “¡Quienquiera que su corazón esté totalmente dedicado a Hashem, que venga a mí!” Moshé necesitaba personas que pudieran formar un Beit Din a fin de ejecutar a los pecadores. 130

Una mujer noble romana interrogó a R. Eliezer, “¿Por qué los adoradores del eguel fueron castigados con tres clases diferentes de muerte?” El no deseó responderle, temiendo que ella no entendería su réplica. Pero cuando ella partió, sus estudiantes le insistieron por una respuesta, y explicó,

Un adorador del eguel que fue observado por dos testigos, advertido previo a su pecado, y no obstante cometió la transgresión de todos modos, fue muerto por el Beit Din de Moshé (de leviím).

Aquéllos que habían sido observados por testigos pero no habían sido advertidos fueron probados con el agua de la sotá.

Aquéllos que pecaron sin haber sido observados o advertidos por testigos murieron en una plaga.131

Sólo la Tribu de Leví respondió al llamado de Moshé puesto que las otras Tribus habían contribuido con joyas para el eguel 132 (excepto por los nesiím de las Tribus y tzadikím individuales).

Moshé les ordenó, “Formad un número de Batei Diním para juzgar al pueblo. Quienquiera sea encontrado habiendo servido al eguel después de una advertencia y en la presencia de dos testigos será ejecutado por el Beit Din en Nombre de Hashem.”133

A pesar que Moshé no había recibido tal mandato de Hashem, él entendió que era correcto ejecutar a los pecadores. Infirió la necesidad del castigo capital de la regla general, (Shemot 22:19)


“Quien sacrifico a todo dios excepto a Hashem solamente será destruido. ''134 Los leviím ejecutaron a tres mil personas por la espada, todos de los erev rav.135

Hashem subsecuentemente envió una plaga para castigar a todos aquéllos que habían adorado al eguel pero no eran punibles por el Beit Din por falta de evidencia y a aquéllos quienes no lo habían servido realmente pero aprobaron el eguel en sus corazones.136

A la mañana siguiente, Moshé informó al pueblo que retornaría al Cielo para rogar a Hashem perdonarlos. Moshé, en su gran sabiduría, primero elimínó el eguel y sólo entonces pidió a Hashem perdonarlos.

Un hombre perdió a un pariente cercano en una súbita tragedia. Sus amigos corrieron a consolarlo mientras el cadáver de su amado estaba todavía yaciendo frente a él.137

“¿Cómo puedo aceptar consuelo mientras el difunto está todavía ante mí?” les preguntó.

Moshé razonó similarmente que sería inapropiado pedir a Hashem perdón mientras el eguel estuviera todavía en existencia.

“Yo primero lo destruiré,” pensó, “y luego suplícaré a Hashem perdonar su pecado.”

Al pueblo él dijo, “¡Vosotros habéis pecado grandemente! (¡Todos vosotros sois culpables por no haber protestado contra el eguel!138) ¡Dejádme retornar a Hashem; quizá yo logre expiación para vuestro pecado!”

Moshe Salva a K’lal Israel de la Destrucción

El diecinueve de Tamuz, Moshé ascendió al Cielo una vez mas. Permaneció allí por cuarenta días, hasta el veintinueve de Ay, para suplicar a Hashem perdonar a los Benei Israel.139

Moshé presentó su defensa con un explícito vidui (confesión) del gran mal que los Benei Israel habían cometido.140 Sólo después de ello él mencionó los varios puntos que podrían amenguar su culpa.

Rezó, “Señor del Universo, Tú Mismo les causaste a ellos pecar puesto que Tú los colmaste de oro y plata durante ietziat Mitzraim. Un león sólo patea si un comedero completo de carne es colocado próximo a él.” 141


Moshé luego presentó sus argumentos a favor de K’lal Israel con tal intensidad y fervor que el sintió que su cuerpo completo estaba febril. El estaba realmente enfermo de preocupación acerca del jet haeguel y la furia de Hashem.142

“¿Por qué, Hashem,” él rogó, “debería Tu furia arder contra Tu pueblo a quien Tú has sacado de la tierra de Egipto? Ellos nunca tuvieron la intención de que el Becerro fuera un ídolo. Lo hicieron a fin de proveer un intermediario sobre el cual Tu shejiná pudiera descansar (al igual que todas las otras naciones que reciben Tu reflejo vía un sar y mazal). Aún cuando hicieron el eguel, no te abandonaron a Ti. Querían reemplazarme a mí.143

“Además, considera que ellos solían vivir entre los egipcios que fueron adoradores de ídolos.”

Un padre decidió que era tiempo para su hijo de ganarse la vida. Rentó para él un negocio en una vecindad indecorosa y le trajo las existencias necesarias para con vertirse en un vendedor de perfumes y cosméticos. Cuando él inquirió un tiempo mas tarde sobre el bienestar de su hijo, fue informado que su hijo se había asociado con las prostitutas de la vecindad. La furia del padre no conoció ataduras. “¡Yo lo mataré por eso!” exclamó. Pero un amigo de la familia suplicó, “¿Cómo podía él haber hecho de otra manera? Es joven e inexperto.¡De todas las profesiones posibles, vos elegisteis para él aquélla de un comerciante de perfumes y lo colocásteis en un medio ambiente corrupto!”144

Similarmente, Moshé imploró a Hashem, “No estés enojado, Tú acabas de sacarlos de Egipto, una tierra donde todos adoraban corderos. ¡Ellos estuvieron meramente imitando las costumbres de Egipto!”

Las palabras de Moshé incluyeron una defensa adicional que es explicada por la siguiente parábola:

Un granjero tenía un campo vacio y ordenó a su trabajador aprovecharlo para cultivar vides. El trabajador plantó sobre él y pronto recogió la primera cosecha. Pero fue una desilusión las uvas eran ácidas.

“¡Derribad aquellos arbustos otra vez!” ordenó el granjero. “¿De qué me sirve una vid que produce uvas ácidas?”

“Tened paciencia,” el trabajador rogó a su señor. “Nosotros invertimos tanto en términos de dinero y labor en aquella tierra estéril. Vale la pena esperar todavía. Esta vid es aún joven y no pudo por consiguiente todavía madurar dulces uvas. ¡No la derribéis antes de que tenga siquiera la oportunidad de desarrollarse!145

Así, Moshé arguyó, “Tú recientemente acabas de sacar a los Benei Israel de la idólatra tierra de Egipto.¡Ellos todavía están acostumbrados a los ritos de aquel país y no están aún habituados a Tus modos! Espera un poco, y ¡ellos seguramente producirán acciones que Te sean gratas a Ti!”

Moshé también sostuvo, “Si Tú los destruyes, los egipcios creerán que sus astrólogos predijeron la verdad cuando declararon que la estrella raá se cernería sobre los Benei Israel en el desierto y les causaría perecer. ¡Deja que Tu gran ira se abata y revoca el mal decreto contra Tu pueblo!”146

Moshé estaba preparado para perder su vida por K’lal Israel, suplicando a Hashem, “Sí Tú no los perdonas, extíngueme de Tu Libro de los Vivos.''147*

Finalmente, Moshé tomó ayuda de la más fuerte arma de defensa, el mérito de los ancestros.148 El se volvió en la dirección de la Cueva de Majpelá y exclamó a los ancestros, “¡Asistídme en esta hora cuando vuestros hijos están a punto de ser masacrados como ovejas!” Los ancestros se levantaron y se pararon frente a él.149

Dirigiéndose a Hashem, Moshé oró, “Recuerda a Abraham, Itzjak, e Israel, Tus sirvientes a quienes Tú juraste por Tu Santo Nombre, ‘¡Yo multiplicaré vuestra semilla como las estrellas del Cielo!’ ¡Recuerda a las doce santas Tribus, Tus sirvientes, y salva a los Benei Israel en su mérito! Aún sí ellos transgredieron los Diez Mandamientos sirviendo al eguel, recuerda que su ancestro Abraham fue probado con Díez Pruebas y todavía no fue recompensado por ellas. Que su recomensa sea que su descendencia sea perdonada.”


El rey tenía un viejo amigo quien era el propietario de diez exclusivos e invaluables diamantes. El pidió al rey un favor, salvaguarda ríos para él en la bóveda real. Después de la muerte de su amigo, el rey casó a su hija y en el día de la boda, le obsequió a ella un collar de diez magníficos, valiosos diamantes. Un corto tiempo mas tarde, él escuchó que la reina había sido descuidada con su regalo y había perdido los diamantes. En su cólera, el rey inmediatamente buscó divorciaría. El casamentero se apresuró hacia el palacio y le suplicó cambiar de opin ion. Ningún argumento, sin embargo, sirvió para calmar su intensa cólera. Finalmente, el casamentero pensó acerca de una efectiva defensa para la reina. El dijo, “Cierto, ella perdió el collar que le obsequiásteis. ¡Mas recordad que antes de que muriera, su padre depositó en vuestra caja fuerte diez preciosos diamantes!¡Que aquéllos diez tomen ahora el lugar de los extraviados!” Cuando el rey escuchó esto, abandonó su decisión de divorciar a su esposa.150

Similarmente, Moshé mencionó el mérito de las Díez Pruebas de Abraham, en la esperanza de que éstas protegieran a K’lal Israel del exterminio que ellos merecían por haber transgredido los Díez Mandamientos.

Moshé además argumentó, “Si ellos merecen muerte por la quema, recuerda a Abraham quien, por Tu Gran Nombre, estuvo listo para ser quemado en la caldera de Ur Kasdim. Que su disposición a ser quemado los proteja de una muerte similar. Si deben ser muertos por la espada, eximelos a causa de ltzjak quien inclinó su cuello para ser sacrificado sobre el altar. Si ellos incurrieron en el castigo de exilio, evoca que Iaacov fue al exilio a Laván a fin de cumplir el deseo de sus padres. Permite que su exilio expíe por ellos y salve a los Beneí Israel de ser desterrados. 151

¿Por qué deberías Tú juzgar a los judíos más severamente que a los habitantes de Sedom?”

“Verdaderamente, Yo aplicaré a K’lal Israel la misma regla que Yo apliqué a Sedom,” Hashem respondió. “Si existen díez tzadikím entre ellos (cuya grandeza sea tal que proteja a la comunidad entera), Yo no los destruiré.”

“Yo Te proporcionaré los nombres de diez tzadikím”, Moshé respondió. ´´¡Yo mismo, Aharón, Elazar, Itamar, Pinjas, Iehoshúa, y Kalev!”

“Aquéllos son solamente siete”, Hashem respondió. Moshé no

sabia qué decir. El inquirió, “¿Serán los muertos restituidos a la vida?”

“Ellos lo serán,” respondió Hashem. “¡Si es así, une a Abraham, Itzjak, y Iaakov, para completar el número!” rogó Moshé.152*

Después de cuarenta días de plegaria incesante, Hashem finalmente accedió a perdonar a K’lal Israel- no en su propio mérito, sino a causa de sus grandes ancestros. El ordenó a Moshé, “¡Levántate ahora y conduce al pueblo a Eretz Israel! Mi ángel, no Mi shejiná, irá delante tuyo. Yo he decidido que, antes que destruir K’lal Israel de una vez, Yo removeré los efectos de su pecado gradualmente a lo largo de las generaciones. Cuandoquiera que un castigo sobrevenga al pueblo judío a causa de sus pecados, Yo incluiré en él algo del castigo por el jet haeguel. “153

En el último día de Ay, Moshé retornó al pueblo. A pesar de que él había evocado la misericordia de Hashem, de tal modo salvando a K‘ial Israel de la destrucción, Moshé no había obtenido perdón por su pecado. 154

Después del Jet Haeguel, Moshe Muda su Tienda fuera del Campo

Después del jet haeguel. cuando Moshé escuchó que la shejiná (divinidad) de Hashem ya no permanecería en el medio de K’lal israel para conducirlos, razonó, “El estudiante debe seguir el ejemplo de su rebe. Hashem está enojado con los Ben el Israel, se aparta El Mismo de ellos, y los trata como individuos extraños. Por consiguiente, yo debo hacer lo mismo.”155

Moshé por lo tanto tomó su tienda y la acampó dos mil amot fuera del campamento. (El no la mudó más lejos que esta distancia puesto que éste es el tejum shabat, la máxima distancia que los Ben el Israel serían permitidos caminar fuera del Campamento en Shabat. Ellos entonces podrían venir y buscar instrucción de él en Shabat también.) 156

Cuando Moshé abandonó el Campamento, la shejiná lo siguió y se asentó sobre su tienda. Quienquiera que buscaba a Hashem tenía que llegarse hasta la tienda de Moshé. Siempre que Moshé caminaba fuera de su tienda, el pueblo se levantaba por respeto a él, exclamando admirativamente, “¡Ved a este gran hombre quien está seguro que dondequiera que se mueve, la shejiná lo sigue!”157

Siempre que los Benei Israel percibían la Nube de la shejiná descendiendo sobre la tienda de Moshé, se prosternaban ellos mismos ante ella. Después que Hashem hubiera completado sus instrucciones a Moshé, Moshé retornaba al Campamento a enseñar a los Ancianos. 158

Por la manera deferente en la cual todo el pueblo se prosternaban a sí mismos ante la shejiná, Hashem vio cuán grande era su anhelo por el retorno de la shejíná.159 El le dijo a Moshé, “Si ambos el rebe y el discípulo despliegan enojo hacia K‘ial Israel, ¿cómo ellos sobrevivirán? ¡Retorna al Campo!”

“Yo no retornaré,” respondió Moshé.

“¡Si es así, tu discípulo Iehoshúa tomará tu lugar!” Hashem le dijo.

“¡Tú sabes que mi ira ante ellos fue por Tu Honor!” replicó Moshé. No obstante, retornó a él, movido por la amenaza de que Iehoshúa pudiera ser designado en su lugar. 160

El intentó, no obstante, revocar el decreto de Hashem de que la shejiná ya no conduciría a los Benei Israel. “Yo no acepto Tu decisión de que un ángel nos conduzca,” le dijo a Hashem. “Si es así. ¡yo prefiero no viajar alejándome de aquí en absoluto!”

El oró, ´´¿No prometiste conducirnos a nosotros personalmente, a pesar de que Tú sabías acerca del futuro Pecado del Becerro de Oro? No obstante, Tú nos garantizaste, ‘Yo Mismo descenderé para salvarlos de Egipto, y Yo los llevaré a ellos a la Tierra.’ ¿Cómo entonces puedes Tú ahora decir que Tú enviarás un mensajero frente a nosotros? Sí Tú tratas con nosotros en esta manera, ya no seremos distinguidos de todas las otras naciones. Ellas tienen profetas, y nosotros tenemos profetas también. Ellas son guiadas por un sar (ángel guardián), y ahora Tú propones que nosotros también seamos conducidos por un sar. ¿Cómo puedo yo aceptar este cambio de liderazgo?” 161

El punto de Moshé era que ietziat Mitzraim y los subsecuentes milagros habían establecido una relación especial padre / hijo entre Hashem y ¡<‘Ial Israel. Enviando a un emisario para conducir a los Benei Israel en lugar de Hashem anularía el propósito de ietziat Mitzrairn.162

Hashem aceptó la tefilá de Moshé, demostrando que un tzadík posee la grandeza para anular el decreto de Hashem.163 El accedió a ambos puntos elevados por Moshé:

Hashem pospuso Su decreto de enviar a un ángel delante de los Benei Israel hasta el tiempo del sucesor de Moshé, lehoshúa.

En réplica a la queja de Moshé de que si Hashem fuera a designar profetas de entre las naciones gentiles también, K'lal Israel no tendría ninguna distinción especial, Hashem dijo, “Yo aceptaré tu tefilá puesto que tú encontraste favor en Mis ojos.”

Posteriormente, aún el más grande profeta entre las naciones, Bilám, no recibió una visión directa de Hashem, sino su profecía le vino a través de un medio. 164

Moshé Solicita Entender los Modos de Hashem

Cuando Hashem aceptó la tefilá de Moshé, él comprendió que era un tiempo de benevolencia Celestial. Por consiguiente tomó la oportunidad de presentar una solicitud adicional a Hashem.165

“Por favor muéstrame el plan por el cual Tú manipulas los asuntos del mundo,” oró. “¿Por qué existen tzadikím (justos) quienes llevan una vida de sufrimiento? ¿Y por qué existen reshaím (malvados) cuyas vidas son tranquilas? íMuéstrame la recompensa futura que está guardada para los tzadikím!”166

Hashem estaba renuente a conceder esta revelación a Moshé, amonestándolo, “Cuando Yo Me presenté a ti en el arbusto espinoso y te quise revelar Mi gloria, tú rehusaste. Ahora que tú deseas verla, Yo no quiero mostrártela.167

Sabe que ningún ojo humano, ni siquiera aquél del más grande profeta, puede contemplar la recompensa final en el mundo por veniri 168 Yo, sin embargo, te mostraré un débil reflejo de los placeres espirituales de la seudá (comida) en el Gan Edén. Yo también te indicaré tanto como tú seas capaz de comprender del castigo de los reshaím.169 Mientras Mi Gloria pase, Yo te escudaré con Mi Nube.’70 Tú verás una fracción de Mi Gloria, pero no podrás ver Mí Gloria completa mientras estés vivo.”

Moshé fue concedido una visión de los diferentes tesoros preparados para los tzadikím en el Gan Edén. Ellos pasaron frente a los ojos de Moshé. Señalándolos, Hashem le explicó, “Este es el tesoro reservado para aquéllos quienes dan tzedaká (caridad); éste es para aquéllos quienes crían huérfanos, y así sucesivamente. Finalmente, Hashem mostró a Moshé un vasto tesoro.

“¿De quién es éste?” preguntó Moshé.

“Este es el tesoro de aquéllos quienes carecen de méritos pero sobre los que Yo confiero Mi favor, puesto que Yo soy misericordioso. ‘171

Aquel tesoro era inmenso porque la mayoría de las personas no son merecedoras de la recompensa que Hashem conferirá sobre ellas. 172

Hashem le explicó a Moshé las reglas generales que gobiernan Su conducta en los asuntos del mundo:

Algunas personas disfrutan una buena vida en el mundo presente porque son perfectos tzadikím. Son recompensadas en ambos mundos, en olam hazé y olam habá.

Puede haber un tzadik que sobrelleva sufrimiento en este mundo. El carece de perfección y es castigado por sus pecados en olam hazé a fin de poder disfrutar su recompensa completa más tarde en olam habá.

Puede haber reshaím cuyas vidas son tranquilas porque no son totalmente malvados. Son recompensados en el mundo presente a fin de que puedan ser privados de una porción en olam habá.

Algunas veces un rashá sufre en este mundo. El es totalmente malvado y por consiguiente es castigado en ambos mundos. 173

lud Guimel Midot shel Rajamim / Los Trece Atributos Divinos de Misericordia

En el tiempo cuando Moshé le pidió a Hashem revelarle Su Gloria, Hashem le enseñó cómo el pueblo judío debería rezar a fin de lograr perdón por sus pecados. Hashem le dijo a Moshé, “Si tú no hubieras mencionado el mérito de los ancestros después del jet haeguel, Yo los hubiera consumido. Yo por consiguiente te enseñaré Mis Trece Atributos de Misericordia. Siempre que los Benei Israel apelen a Mí por estos, sus tefilot encontrarán una respuesta.” 174

Hashem, como si así fuera, se envolvió El Mismo en un talit, funcionando como un jazán (cantor),’75 y enseñó a Moshé Sus Trece Atributos de Miserícordía:*

Hashem / Di- s de Misericordia, antes de que una persona pecara.

Hashem / Di- s de Misericordia, aún después de que la persona pecara. El es el mismo compasivo Di- s antes de que la persona cometiera el pecado y después que pecó e hizo teshuvá (arrepentimiento).176

Kel/Di- s de Misericordia. El nombre kel es uno de los Atributos de Misericordia de Di- s.’177

Rajum / Compasivo

Vejanún/y benevolente

Erej Apaim / Tolerante; Hashem no sólo demora el castigo de tzadikím sino aún aquél de reshaím. El espera y aguarda por aún el rashá para hacer teshuvá.178

Verav Jesed/y abundante en misericordia Veemet/y verdad

1. La precedente expresión implica que aún si los pecados de una persona pesan mas que sus méritos, Hashem no obstante lo perdona a causa de Su Atributo de Misericordia. 179

2. Al juzgar a una persona, Hashem une Su Atributo de Misericordia a aquél de Verdad a fin de demorar o mitigar su castigo. Esta cualidad Divina es ilustrada por la siguiente parábola:

Un hombre debía al rey mil dólares. El rey envió a un mensajero para demandar el reembolso de la deuda. El prestatario, sin embargo, no poseía la suma que debía. El rey le envió a un segundo y tercer mensajero, demandando, “¡Pagad al rey de inmediato!” Pero el hombre no tenía los medios por los cuales pagar El rey comprendió que la situación del prestatario era abrumadora. El despachó a un mensajero secreto en el medio de la noche para arrojar una cartera conteniendo mil dólares dentro de la ventana del deudor. El hombre la encontró en la mañana y rebosó de alegría. Tan pronto como el mensajero del rey arribó, él devolvió el dinero que debía.180

Similarmente, visto por el Atributo de Verdad, una persona puede algunas veces ser merecedora del Celestial castigo de muerte. Pero Hashem une Su Atributo de Misericordia a aquél de Verdad. Antes que traer inmediatamente el castigo, El lo demora hasta que la persona está casada y tiene hijos. Entonces Hashem recibe al alma de uno de sus hijos devuelta, permitiendo al hombre reintegrar su deuda a Hashem en esta manera.

Notzer Jesed Laalafim /Guardando misericordia por miles

Si alguien cumple las mitzvot de Hashem por amor a El, el mérito de aquellas mitzvot protegerá a sus descendientes hasta al menos dos mil generaciones después de él.181

Nosé avón/Soportando pacientemente la rebelión,

Vafesha / transgresiones intencionales,

Vejataá/y pecados inintencionales.

Hashem perdona pesha pecados cometidos en un espíritu de rebelión contra El, avón transgresiones intencionales, vejataá- y pecados inintencionales.182

¿Cómo perdona Hashem las transgresiones de una persona?

Si las acciones de una persona están igualmente balanceadas entre el bien y el mal, Hashem disminuirá el peso de sus pecados de tal modo que las balanzas toquen ligeramente a su favor y sea entonces perdonada. 183

Una interpretación adicional de la frase precedente es, “Una persona que ignora la angustia o insulto que otras le han causado (y las perdona) será tratada de igual modo por el Cielo. El Todopoderoso no la tratará con el Atributo de Justicia sino ignorará sus faltas en lugar de ello. 184

R. Huná ben R. Iehoshúa cayó enfermo, y R. Papá vino a visitarlo. El advirtió que la condición de E. Huná era grave. El parecía estar en la agonía de la muerte, ¡Preparád sus tajrijím (mortajas)!” ordenó R. Papá. Mas tarde, R. Huná se recuperó, y R. Papá estaba avergonzado para visitarlo otra vez. R. Papá fue preguntado cómo fue que las mortajas de R. Huná habían sido ya preparadas, y a pesar de ello él se había recuperado más tarde.

“Muerte fue realmente decretada sobre él,” explicó R. Papá.

“Has hem, no obstante, cambió el decreto en el mérito de su fino carácter. El nunca se ofendía cuando alguien lo agraviaba o lo insultaba. “185

Venaké lo ienaké / y no considera a los malvados libres de culpa

La aparente contradicción de ven aké (El considera libre de culpa) y lo ienaké (El no considera libre de culpa) implica que Hashem castiga a aquéllas quienes rehúsan hacer teshuvá. No obstante. El libera de culpa a aquéllos que hacen teshuvá.186

Pokéd avón avot al banim vea1 bené banim al shileshím veal ribeim / recordando la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.

Hashem castiga a los hijos por las iniquidades de sus padres si los hijos persisten en los malvados modos de sus padres (pero no si los hijos hacen teshuvá).187*

Es aparente de la Torá que la recompensa de Hashem grandemente excede la medida de Su castigo. Como nosotros vemos aquí, El recuerda los pecados de sus padres sobre los hijos no más allá de cuatro generaciones. Por otra parte, si una persona realiza mitzvot, la Torá expresa que sus descendientes son recompensados hasta al menos 2000 generaciones más tarde. La recompensa de Hashem, entonces, es al menos quinientas veces más grande que Su castigo.’88

Después de que Hashem le hubo enseñado a Moshé los Trece Atributos de Misericordia, Moshé los repitió, clamando a Hashem, “¡Perdona a K’lal Israel por el jet haeguel!”189

Moshe Permanece en el Cielo Cuarenta Días para Recibir las Segundas Lujot -Tablas de la ley

­Hashem ordenó a Moshé labrar un segundo par de lujot. “Dado que tú rompiste las primeras lujot,” El le dijo, “es tu deber labrar las segundas.”190

Hashem le reveló que había una cantera de zafiro en la tierra debajo de su tienda. Moshe usó ese zafiro para labrar las segundas lujot. El materia] restante, Hashem dijo a Moshé, le pertenecería. Moshé emergió rico. El no había recolectado ninguno de los despojos de Egipto en el tiempo de ietziat Mitzraim, sino en vez de ello en aquel tiempo se había ocupado a sí mismo en localizar el ataúd de Iosef y prepararlo para el viaje al desierto. Como consecuencia fue recompensado con riquezas por Hashem.191

El descubrimiento de riquezas de Moshé precisamente en su propia tienda fue una Divina enseñanza para todas las generaciones. Demostraba que quien se dedica a si mismo completamente al estudio de Torá encontrará su fuente de parnasá dondequiera que esté. El no será compelido a buscar negocios en lugares a lo lejos.

Hashem dio una promesa a este efecto a Iehoshúa, diciendo, “Y vosotros meditaréis en ella (la Torá) día y noche, porque entonces vosotros seréis exitosos en todos vuestros caminos” (Iehoshúa 1:8)192

Hashem le ordenó a Moshé ascender sólo a la cima de Har Sinaí temprano en la mañana. “Las primeras lujot fueron entregadas ostentosamente, en medio de una gran demostración pública. Ellas fueron por consiguiente rotas,” dijo Hashem. “Estas segundas lujot serán entregadas en una manera calma y discreta. “193

Moshé ascendió a Har Sínai en Rosh Jodesh (primer día del mes de) Elul y permaneció en el Campo Celestial por cuarenta días.194 Esta fue su tercera estadía en el Cielo (sumando el total de días pasados allí 120 días). El ni comió ni bebió durante los cuarenta días enteros. Recibió su alimentación del esplendor de la shejiná y de su aprendizaje de Torá. Su comida era de una naturaleza espiritual, similar a aquélla de los ángeles.195

Moshé no se recostó a dormir siquiera una vez, razonando, “¿Cómo puedo permitirme perder esta oportunidad de una vez para estudiar Torá?”

El rey le reveló a su ministro, “Esta noche yo abriré la cerradura de la puerta de mi bóveda. ¡Todo el dinero o los valores que vos podáis llevaros hasta mañana a la mañana al amanecer será vuestro!”

¿Piensan que el ministro fue a dormir aquella noche? ¡El hubiera sido un tonto para perder esta única chance de volverse rico!196

Moshé razonó similarmente. “Sí yo duermo, ¡cuántas perlas de sabiduría de Torá perderé!” él pensó. Utilizó las horas de la noche para repasar la Torá que Hashem le había enseñado de día.

Durante estos cuarenta días en el Cielo, Hashem le dictó la entera Torá, Neviím, y Ketubim y le enseñó su Explicación Oral.197 Como recompensa por privarse a sí mismo de alimento físico o sueño por el amor al estudio de Torá, Moshé fue recompensado con mas revelaciones de conocimiento de Torá que durante sus estadías previas en el Cielo.*

El diez de Tishreí, Hashem perdonó a K’laI Israel por el jet haeguel. El le entregó a Moshé las segundas lujot sobre las cuales El había escrito. Hashem designó este día como un día de perdón para todas las futuras generaciones, el día de Iam Kípur.198

Los Rayos de Gloria sobre el Rostro de Moshe

Cuando Moshé descendió con las segundas lujot, su cara brilló con el reflejo de los Divinos Rayos de Gloria.’99 Moshé él mismo, sin embargo, no era consciente de ello. La luz emanando de su rostro era de tal brillantez que los Benei Israel tenían miedo de aproximársele. Su temor era debido al jet haeguel; antes de su pecado, ellos habían sido capaces de prever el Fuego de Gloria de Hashem en Har Sinai sin temor. Una vez que pecaron, no obstante, temblaban aún ante los Rayos brillando del rostro de Moshé.200

Hashem concedió estos brillantes Rayos a Moshé después del jet haeguel a fin de demostrar a los Benei Israel que no existía ningún otro que se asemejase a Moshé, y que ellos erraron en buscar un sustituto para él.201

Moshé fue forzado a cubrir su brillante rostro con un velo. El lo descubría sólo cuando le hablaba a Hashem o cuando les enseñaba a los Benei Israel las palabras de Hashem.202

Cuando los Benei Israel estaban comprometidos en el estudio de Torá, ellos estaban imbuidos con la fuerza para soportar la vista de los Rayos de Gloria. Esta es una demostración de la grandeza a la que el estudio de Torá eleva a una persona.203

Fuente: El Midrash Dice – Libro de Shemot – Editorial Bnei Sholem – Páginas 275 a 315