sábado, 30 de enero de 2010

Parashá Itro

Resumen Parashá Itro

Mientras Moshé llevaba a cabo su misión en Egipto, su familia regresó a Midián. Ahora que los b´nei Israel estaben en el desierto, el suegro de Moshé, Itró, llevó a su hija Tzipora y a los hijos de aquél a Refidim. Moshé dio la bienvenida a Itró en forma afectuosa y le contó todo lo que HaShem había hecho por los judíos.

Su suegro reconoció totalmente el poder de D-s y Le ofrendó sacrificios. Observando que Moshé estaba sobrecargado de tareas judiciales, Itró le aconsejó que nombrara jueces para ayudarlo y que él se concetrara sólo en los casos más difíciles. Moshé actuó conforme a este sabio consejo e Itró regresó a Midian.

El primer día del tercer mes (Siván) después de su partida de Egipto, los b´nei Israel llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente a la montaña. Moshé se aproximó a ella y oyó la voz del Señor que lo instruía para que recordara al Pueblo cómo El los había liberado de Egipto. Si ellos Le obedecían, se transformarían en "un reino de sacerdotes y una nación santa".

Moshé descendió de la montaña y repitió las palabras del Señor a los ancianos y a todo el pueblo. Como una nación unida respondieron todos a una: "Nosotros haremos todo lo que nos ha dicho el Señor". Moshé informó de estas palabras a HaShem y sele comunicó que D-s aparecería en una densa nube y le hablaría delante de toda la congregación de judíos. De esta forma, nunca se dudaría otra vez de Su divina comisión. El pueblo debía prepararse durante tres días para el gran suceso de la aceptación de la Torá. No debían tocar los límites de la montaña so pena de muerte.

Despues de que transcurrieron esos tres días, el seis de Siván, se produjeron truenos y relámpagos, y una densa nube descendió sobre la montaña. Se oyó el llamado de la trompeta y Moshé llevó al pueblo hasta el pie de la montaña. El monte Sinaí estaba envuelto en humo y el Señor convocó a Moshe a la cima. Luego le ordenó que advirtiera al pueblo que no debía contemplar la Manifestación Divina y Moshé cumplió la orden.

Después llegó el momento supremo de la historia del mundo. La voz del Señor fue oída por todo hombre, mujer y niño, mientras formulaba las bases de la conducta moral y religiosa de todos los tiempos:


1 - Yo soy el Señor, tu D-s, que te saqué de la tierra de Egipto...
2 - No tendrás otros dioses delante de Mí...
3 - No pronuncies el nombre del Señor, tu D-s , en vano...

4 - Acuérdate del shabat para santificarlo...
5 - Honra a tu padre y a tu madre...
6 - No matarás
7 - No cometerás adulterio
8 - No robarás
9- No levantarás falso testimonio contra tu prójimo
10- No codiciarás la casa de tu prójimo...

Los judíos estaban atemorizados por todo lo que habían presenciado que se alejaron de la montaña y rogaron a Moshé que les hablara en lugar de HaShem,por temor a morir.

Entonces Moshé se acercó a la densa oscuridad y recibió una serie de leyes. Los primeros cuatro preceptos trataban de aspectos importantes del culto divino: la prohibición de la idolatría, la erección de un altar de tierra para ofrendas de sacrificios, más solo donde HaShem ordenara que se lo construyera con roca no tallada ni modelada con instrumentos de hierro, y la ley que establece que el sacerdote debe ascender al altar por una rampa y no por escalones.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Resumen de Haftarat Itro

Ieshaiahu (Isaías) 6:1-13 (sefaradim)

Ieshaiahu (Isaías) 6:1 - 7:6, 9:5-6 (ashkenazim)

En la haftará de esta semana leeremos una conmovedora profecía dirigida al pueblo de Israel, donde el profeta Ieshaiahu los reprende por no hacer teshuvá (arrepentirse). Sin ningún lugar a dudas, el lector que desee sentirse identificado con el mensaje de la misma, encontrará en las palabras del Rav Mendel Hirsh en su libro "Séder Hahaftarot" algo más que un simple comentario del texto.

Mediante la revelación de la entrega de la Torá en el monte Sinai, D'os nos mostró el camino que nos llevará directamente hacia una Divinidad que retornará al seno de la humanidad, comenzando a través del pueblo de Israel. Israel deberá ser un pueblo consagrado a D'os mediante la realización y el cumplimiento de la Torá. Uno de los caminos para esa concretización es la construcción de un Santuario, del que saldrá la enseñanza y la influencia espiritual para acercar al pueblo de Israel a su tarea. De esa forma, D'os no sólo residirá en el Mishkán (Tabernáculo) sino que también lo hará en el seno del pueblo, en cada uno de ellos.

El profeta Ieshaiahu nos muestra la Gloria de D'os que se aleja del Templo. Las personas erróneamente pensaron que si ellos se esmeraban en construirlo a la perfección y con todo lujo de detalles, eso alcanzaría para cumplir con la Voluntad del Creador. Pero se negaron a recibir una dosis de santidad para ellos y para sus vidas. Y no sólo eso, sino que además encaminaron sus vidas en sentido opuesto a ese ideal.

Por cuanto que el pueblo de Israel en su mayoría se negaron fuertemente a escuchar, vio el profeta - al comienzo de su misión como tal - que la Divinidad se alejaba. Él vio que los ángeles estaban expectantes, y luego proclamaron la santidad del Creador:

"Y llamó uno al otro y dijo: Santo, Santo, Santo es D'os, llena está toda la tierra de Su Gloria" (6:3)

La santidad es la intención constante de cumplir con la Voluntad Divina sin conflictos y con alegría, y este es un nivel muy elevado en el proceso de perfeccionamiento de la humanidad. Este ideal exige de nosotros inclusive la elevación de nuestra parte material y corpórea hacia el terreno de lo eterno, mediante la autodependencia de nuestros sentidos al régimen de lo obligatorio.

"Y se movieron los parantes de los pórticos a causa de lo voz que llamaba, y el lugar se llenó de humo" (6:4)

Mientras los ángeles proclamaban la santidad de D'os en los cielos y en toda la tierra, el profeta vio que el lugar se estremecía. Todo temblaba pues el Templo, que tendría que haber sido el lugar que D'os eligió para hacer reposar su Divinidad en la tierra sirviendo de intermediario y mensajero, para que sea la primera parte del plan Divino que se concretizaba, no cumplía su función. Por eso el Santuario no podía soportar aquel llamado. A causa de eso, el profeta vio que el fuego del altar se estaba por apagar.

"Y dije: ¡Oh de mí que seré acallado, pues un hombre de labios impuros soy yo, y en medio de un pueblo de labios impuros yo resido, pues al Rey, a D'os, vieron mis ojos!" (6:5)

En ese momento se partió su corazón dentro de él. El no podía decirle al pueblo enceguecido lo que había visto, ya que seguramente no lo entenderían.

Todo pensamiento, toda forma de raciocinio está influenciada en mayor o menor medida por la degeneración, hasta tal punto que es obvio y "natural" que el hombre se encierre en sus deseos, ya que para él las palabras tienen otro significado y los conceptos, otro contenido.

Pero, he aquí que un ángel acerca a los labios de Ieshaiahu una braza que fue tomada del altar y que parece estar apagada y le hace sentir que todavía una parte de la braza está encendida y para reencenderse necesita el soplido y la respiración del profeta, es decir, su palabra.

"Y escuché la voz de D'os que dice: ¿a quién enviaré y quién irá por nosotros?…" (6:8)

En el momento que él comprendió eso y decidió erguirse lleno de seguridad en D'os para obrar con el objetivo de revivir y mantener la llama sagrada, se fue su debilidad, ella simplemente se alejó de él. En ese preciso instante el profeta Ieshaiahu escuchó el llamado de D'os, al que respondió igual que Abraham Avinu:

"…y dije: Heme aquí, envíame" (6:8)

Perla de la Parashá Itro

"Y escuchó Itró el sacerdote de Midián, el suegro de Moshé, todo lo que había hecho D'os…" (Éxodo 18:1).

Este versículo nos relata que cuando Itró escuchó las cosas que hizo D'os por el pueblo de Israel, él decidió convertirse al judaísmo abandonando sus creencias anteriores. Sin embargo, el versículo no nos explica detalladamente qué es lo que Itró había escuchado, pero el comentarista Rashí citando las palabras del Midrash nos dice que Itró había escuchado dos cosas que fueron relatadas en la parashá anterior: la partición del Mar de los Juncos y la guerra de Amalek contra el pueblo de Israel.

La pregunta es: ¿Por qué Itró se impresionó precisamente por la guerra de Amalek, y no por la victoria que el pueblo de Israel obtuvo en aquella batalla, que fue algo más grande?

El Rav Iejiel Mordejai Gordon, Rosh Ieshivat Lomze, nos responde que en realidad lo que lo hizo reflexionar a Itró no fue la victoria del pueblo de Israel sino la guerra en sí.

Al ver que el pueblo de Amalek demostró una desfachatez increíble cuando fue a pelear en contra del pueblo de Israel, como si nada hubiera ocurrido, a pesar de que el versículo en el canto del mar dice: "Entonces se estremecieron los jefes de Edom…" y Amalek era uno de los jefes de Edom, Itró entendió que los demás pueblos vivían entre mentiras cegadoras en lugar de ver la verdad. Y esa es la razón por la cual Itró decidió alejarse del resto de los pueblos y apegarse al pueblo de Israel.

domingo, 24 de enero de 2010

Parashá B’shalaj - Shabat Shira

Resumen Parashá B’shalaj

Cuando los israelitas salieron de Egipto, HaShem no los condujo a Canaán por la ruta directa, a través de las tierra de los filisteos, con el objeto de queno se toparan con ejércitos hostiles y lamentaran la partida. En lugar de ello, el pueblo viajó en dirección opuesta, guiado por una columna de nubes durante el día, y de fuego por la noche.

Moshé no olvidó transportar los restos de Iosef, como éste había pedido. Los israelitas ya habían llegado a Etam, en el límite del desierto, cuando recibieron orden de regresar y acampar junto al Mar Rojo. Allí Paró los persiguió pensando que estaban atrapados en el desierto, pero el Señor nuevamente proveyó a su salvación

Tan pronto como el pueblo judío hubo partido, el faraón se lamentó de haberle permitido salir. Reunió a todo su ejército, que consistía de muchos soldados y carros, y persiguió a los israelitas. Muy pronto los egipcios estuvieron pisándoles los talones a los judíos, que fueron dominados por el pánico y se quejaron amargamente a Moshé: "Habría sido mucho mejor para nosotros servir en Egipto que morir en el desierto", clamaban.

Pero Moshé les aseguró que D-s lucharía por ellos una vez más. La columna de nubes que los guiaba se movió hacia la retaguardia, creando un velo oscuro que obstaculizó el avance egipcio. Por orden del Señor, Moshé extendió la mano sobre el Mar Rojo. Un fuerte viento sopló, entonces, del Este y dividió las aguas.

Esto permitió a los israelitas cruzar el mar con el lecho seco. Los egipcios los siguieron dentro del mar pero fueron sumidos en un estado de confusión por HaShem. Las ruedas de sus carros se atascaron en la arena húmeda. Entonces Moshé extendió nuevamente su mano sobre el mar y las aguas se cerraron sobre los egipcios y sus caballos, ahogándolos.

Moshé y los hijos de Israel entonaron una canción de triunfo, en la cual alababan el infinito poder de D-s, que había destruído al enemigo. El guiaría a Israel sin peligro a Canáan, cuyos habitantes se aterrorizaron al enterarse del aniquilamiento de los egipcios.

Los judíos marcharon continuadamente en dirección al Sur, a través del desierto de Shur, hacia Mará (amargor), llamado así por el sabor de sus aguas. Abrasado por la sed, el pueblo comenzó a murmurar contra Moshé.Entonces fue mostrado un tronco que al ser arrojado a las aguas, las endulzó. Los israelitas se refrescaron y continuaron su camino hacia el oasis de Elim.

Marchando hacia el interior, entraron en el desierto del Sinaí un mes después de su partida de Egipto. Pronto la falta de alimentos les hizo decir que mejor hubieran vivido en medio de los lujos de Egipto. HaShem les comunicó que haría caer pan del cielo y los sometería a una prueba para saber si obedecían Su ley.

Por la noche venían al campamento aves migratorias, codornices, y de este modo el pueblo recibió provisiónde carne. En la mañana el terreno estuvo cubierto cubierto de man (maná), el cual tenía el sabor que deseara cada consumidor. Se ordenó a los israelitas que recogieran no más de un ómer (medida de 4 litras, aproximadamente) de man por persona cada día. Empero, el sexto día debía juntarse una porción doble para disponer de alimento tambien en shabat, día en que está prohibido trabajar. Un ómer de man era colocado en una vasija de arcilla delante del Arca en el Mishcán, como testimonio de la bondad de HaShem.

El Refidim, ubicada más hacia el sur, el pueblo disputó nuevamente con Moshe, quejándose de la falta de agua. Por orden de D-s, Moshé golpeó una roca en el cercano monte Jorev con el bastón que había utilizado en Egipto, y brotó una corriente de agua que permitió a la gente beber a voluntad. El lugar en que ocurrió este milagro fue llamado Masá-Merivá.

La tribu de Amalek atacó a los israelitas en Refidim y éstos se defendieron bajo el mando de Iehoshúa. En el fragor de la batalla, Moshe ascendió a la cima del collado, llevando su bastón. Fue acompañado por Aharon y Jur. Estos sostenían sus brazos cuando se cansaba, pues Israel sólo vencía cuando Moshé mantenía en alto las manos orando a D-s.

La batalla duró hasta la puesta del sol y Amalek fue derrotado. Moshé recibió orden de registrar este incidente e inculcar su importancia en Iehoshua, quien conduciría a los israelitas en Canaán. Por su traición al atacar a Israel, la tribu de Amalek debia ser totalmente destruida y su recuerdo borrado de la faz de la Tierra.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Resumen de Haftarat B’shalaj

Shofetim (Jueces) 4:4 - 5:31 (ashkenazim)

Shofetim (Jueces) 5:1-31 (sefaradim)

En la haftará de esta semana leeremos lo que se denomina la shirat Devorá (la canción de victoria de la jueza - profetiza Devorá). Nuestra haftará nos puede enseñar, entre otras cosas, que no existe para el judaísmo ningún prejuicio entre los dos sexos, y siempre que alguien esté debidamente preparado y se den las circunstancias apropiadas, puede ocupar incluso el cargo de dirigente espiritual de los judíos de la generación, así como lo hizo la profetiza Devorá.

El último pasuk (versículo) de la haftará, nos muestra la diferencia sustancial entre los enemigos de D'os y los que Lo aman:

"Así se destruirán todos tus enemigos, D'os; mas los que Lo aman, serán como la salida del sol con toda su fuerza…" (5:31)

El libro "Cojav Miiaacov" nos trae las palabras de Rabí Azariá Figo (f. 1647) quien nos explica este versículo basado en las palabras de Nuestros Sabios del Talmud:

"Rabí Shimón Ben Iojai dice: Una piedra preciosa colgaba del cuello de Abraham Avinu y toda persona enferma que la observaba inmediatamente se curaba. Cuando falleció Abraham Avinu, el Santo - bendito es Él, la colgó del sol" (Babá Batrá 16b).

Comentando este pasaje del Talmud, el Rashbá nos dice que mediante este ejemplo Nuestros Sabios quisieron explicarnos que muchos alumnos y estudiantes se encaminaron detrás de Abraham Avinu por sus palabras, sus ideas y su elevado razonamiento. Abraham les enseñaba a ellos el camino de D'os e ideas verdaderas y lógicas.

Y todo aquel que tenía sus ideas confundidas y a causa de ello su mente no podía distinguir la verdad, al ver la piedra preciosa en el cuello de Abraham Avinu, es decir, cuando escuchaba sus enseñanzas y la Torá de la verdad que estaba en su boca, inmediatamente se curaba de su enfermedad espiritual y reconocía quién era el Creador del mundo.

Pero cuando Abraham Avinu falleció D'os tomó esa piedra preciosa y la colgó del sol, es decir, que después de su muerte, no había en toda la tierra nadie que pudiera ocupar su lugar. Sólo quedó aquella promulgación que él difundió entre todas las personas: "el mundo tiene un Creador, un Conductor y un Supervisor". Y es por eso que después de la desaparición física de nuestro patriarca, de todas maneras podemos aprender toda esa enseñanza observando el comportamiento del sol y del resto de los astros celestiales, que son un verdadero testimonio de la increíble creación de D'os.

Y a esto se refirió el Rey Shelomó al decir: "¿Cuál es el excedente que tiene el hombre de todo su trabajo que trabaja bajo el sol?" (Kohelet -Eclesiastés- 1:3). En este versículo notamos que por un lado, las palabras "que trabaja" parecen estar repetidas, y por otro lado, nos preguntamos por qué no están en tiempo pasado: "que trabajó bajo el sol".

La explicación es que la ganancia y el excedente más grande que puede tener el hombre es trabajar y esforzarse tajat HaShemesh - bajo el sol, es decir, en lugar del sol ("tajat": bajo, en lugar de), ejerciendo la misma influencia que éste ejerce. Pues así como el sol (y el resto de los astros celestiales) le enseñan a la humanidad el conocimiento de D'os, así también el hombre no debe disminuir sus esfuerzos para enseñarle al resto de las personas el conocimiento del Creador, conduciendo a toda su generación por un camino correcto, así como lo hizo Abraham Avinu.

Y a esto se refirió la jueza Devorá en nuestra haftará, al decir: "mas los que Lo aman, serán como la salida del sol con toda su fuerza…", puesto que los que verdaderamente Lo aman y son fieles a Él, se asemejan realmente al sol cuando sale con toda su imponencia difundiendo y divulgando la existencia y el poder de D'os sobre la faz de toda la tierra.

Perla de la Parashá B’shalaj

"Retornó el mar al amanecer a su vigor" (Éxodo 14:27).

El Midrash comenta:

Dijo Moshé a D'os: Tú has decretado al comienzo de la creación: "Que se reúnan las aguas en un solo lugar", entonces, ¿cómo Tú me pides que yo parta el mar? Yo no puedo hacer que haya tierra seca en el medio del mar!

Le contestó D'os: Yo soy el que le puse como condición al comienzo que Yo lo partiré. Es por eso que está escrito: "Y retornó el mar al amanecer a su vigor". La palabra leetanó - "a su vigor", suena muy parecido a la palabra litnaó - "a su condición", es decir a la condición que D'os le había impuesto cuando lo creó.

Pregunta Rabí Jaim Ben Atar en su comentario "Or Hajaim": Si era una condición explícita desde el comienzo de su creación que el mar se debía partir, entonces ¿por qué el mar no aceptó partirse en primer instancia alegando delante de Moshé que él no tenía porque aceptar su voluntad, ya que Moshé era un ser humano que fue creado en el sexto día de la creación cuando el mar fue creado en el tercero, como dice el midrash? Además, encontramos que los ríos se partieron delante de los grandes justos del pueblo de Israel, como cuenta el Talmud acerca de Rabí Pinjás Ben Iair, y este hecho es difícil de entender ya que el midrash nos enseña que el tnai, es decir, la condición que D'os le impuso a las aguas, era solamente que se abran cuando los judíos salieran de Egipto!

Es por eso que contesta el Or Hajaim, que en realidad, la condición que fijó D'os al crear el mar fue una condición no sólo con el mar, sino con toda la creación: toda la creación estaría supeditada a la Torá y a las personas que la estudien y la cumplan, y todos lo que ellos decreten sobre ella sería como si D'os lo hubiera decretado. Y es por eso que Rabí Pinjás Ben Iair pudo decretarle al río que se parta delante de él para poder pasar. Pero aquí el pueblo de Israel todavía no había recibido la Torá y es por eso que el mar no quería partirse delante de ellos, hasta que D'os le obligó hacerlo delante de Moshé, como nos enseña el Midrash, porque en verdad, Moshé sí estaba en el nivel de aquellos justos y piadosos.

* * *

Y presenció Israel el poder grande que ejerció D'os en Egipto. Y veneró el pueblo a D'os y tuvieron fe en D'os y en Moshé Su siervo” (Shemot 14:31).

El hecho de que la primer parte del versículo dice que el pueblo de Israel vio los milagros de D'os, y la segunda parte recalca que el pueblo tuvo fe en D'os y en Moshé a causa de esos milagros, tal vez nos quiera enseñar que la fe en D'os no necesariamente deriva de los milagros.

Mucha gente en nuestros tiempos dice que si verían milagros realizados ante ellos, comenzarían a creer en D'os y a cumplir Sus mitzvot.

Sin embargo, en la vida real hay innumerables ocasiones en las cuales las personas han experimentado u observado milagros, y si al principio el efecto de éstos fue muy poderoso, con el tiempo su intensidad disminuyó.

Como ejemplo clásico tenemos las 7 guerras que el Estado de Israel ha tenido contra los árabes. En cada una de ellas ocurrieron milagros que fueron admitidos explícitamente por los mismos jefes del Ejército, sobre todo en la guerra de los 6 días. Pero al final de cuentas, sólo un número pequeño de personas retornaron a la Torá a razón de estos milagros.

Como dato curioso, muchos Sabios han comentado que el milagro más grande desde la Creación del mundo hasta nuestros tiempos, es la subsistencia del pueblo judío, a pesar de la persecución que ha experimentado por todos los siglos. “AM ISRAEL JAI”.

lunes, 18 de enero de 2010

Parashá Bo

Resumen Parashá Bo

Después que Moshé advirtiera a Paró que al día siguiente una plaga de langostas destruiría las cosechas de Egipto, los cortesanos lo instaron a que permitiera la partida de los israelitas varones. Sin embargo, Moshé y Aharón insistieron en que se autorizara a salir también a las mujeres, los niños y los rebaños. Como resultado, fueron expulsados del recinto de Paró.

Al día siguiente, Moshé extendió su bastón y un viento del Este trajo a Egipto una plaga de langostas que devoraron la vegetación del país. Después de presenciar este desastre el faraón admitió su error y rogó a Moshé y a Aharón que rezaran por la eliminación de la plaga. Así lo hicieron y un fuerte viento retornó una vez más a su obstinada negativa.

Entonces Moshé produjo la plaga siguiente: una total oscuridad que envolvió la tierra de Egipto durante seis días. Durante tres de ellos los egipcios ni siquiera pudieron moverse. Sólo los israelitas tenían luz en sus viviendas. El caos resultante de esa pesadilla fue demasiado para el faraón, quien ofreció dejar que partieran los israelitas -hombres y niños- siempre que dejaran los rebaños como garantía de que regresarían.

Moshé rechazó esta condición y Paró le prohibió que apareciera de nuevo ante su presencia. Moshé replicó que habría una plaga final de efectos devastadores: ella le costaría la vida a todos los primogénitos egipcios. Moshé y Aharón partieron entonces por última vez.

D-s informó a Moshé que la redención estaba próxima y que de allí en adelante el año comenzaría en el mes de la liberación (Nisan). El décimo día de este mes cada jefe de familia debía apartar un cordero macho sin defectos, para mantenerlo hasta la noche del día decimocuarto, ocasión en la que debía ser sacrificado.

Parte de la sangre sería salpicada sobre el marco de la puerta de toda casa judía como señal de que sus habitantes eran israelitas. Esa noche, la carne del sacrificio debía ser comida, cuando estuvieran asadas, con pan sin leudar y hiervas amarga. Todo lo que quedara en la mañana debía ser quemado.

Más aún, era menester comer apresuradamente y los comensales debían estar preparados para iniciar un viaje. Aquella sería la noche en que HaShem eliminaría a todos los primogénitos de Egipto, con excepción de los que estaban en casas salpicadas con sangre de cordero.

Desde entonces esa festividad ha sido observada anualmente como Pésaj y es un permanente recordatorio de la liberación de Egipto. Durante siete días se comería pan ázimo y los días primero y séptimo de la festividad debían ser observados como una asamblea sagrada, con la prohibición de hacer cualquier trabajo. El sacrificio de las ofrendas de Pésaj debía ser observado en Canaán después de la conquista, y su significación debía ser explicada a las generaciones siguientes.

Exactamente a medianoche, D-s eliminó a todos los primogénitos egipcios, tanto hombres como animales. Paró y sus compatriotas se levantaron en mitad de la noche para lamentarse amargamente por las pérdidas de vidas. Pidió entonces a los israelitas que partieran, no ya como una orden real, sino con un dejo de sometimiento, tal como HaShem lo había anticipado.

Los israelitas partieron con tal apresuramiento, quela masa del pan con levadura no tuvo tiempo de leudar (desde entonces y para conmemorar este hecho, los judíos han estado comiendo pan ázimo o matzá, en Pésaj). Eran seiscientos mil hombres los que comenzaron el viaje y llevaron con ellos a sus esposas e hijos.

También transportaban una gran cantidad de oro y plata que los egipcios les habían entregado. Los judíos recibieron orden de llevar un Korbán Pésaj el catorce de Nisán de cada año. También se les ordenó que redimieran a sus hijos primogénitos varones en todas las generaciones futuras, y que usaran Tefilín (filactelias) "como señal en tu mano y como recordatorio entre tus ojos", para que no olvidaran la salvación de los judíos en Egipto.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Resumen de Haftarat Bo

Yirmiyahu (Jeremías) 46:13-28

La haftará de esta semana, es de alguna manera, la continuación temática de Haftarat Vaerá. En haftarat Vaerá habíamos visto la queja de D'os contra el Faraón de la época del profeta Iejezkel, por haber abandonado al pueblo de Israel en un momento en el cual debería haberlos ayudado, cuando el rey Nabucodonosor de Babilonia atacó al reino de Israel. En esta profecía, Irmiahu preconiza para Egipto la destrucción, a manos del emperador babilonio.

Sin embargo para Israel el destino será mejor. D'os le asegura que jamás quedará desprotegido:

"Y tú, no temas Mi servidor, Iaacov, ni te horrorices Israel pues he aquí que Yo te salvaré desde lejos, y a tu descendencia desde las tierras de su apresamiento; y retornará Iaacov y estará tranquilo y pacífico, y no habrá atemorizador" (46:27)

El pueblo de Israel puede confiar en su Salvador. A pesar de que aparentemente se vea desprotegido, nuestro pueblo siempre será redimido desde las lejanas tierras de su apresamiento. Ese retorno no será efímero pues ellos se asentarán en su tierra sin temores, sin tener que estar pendientes de sus enemigos.

Los sabios de distintas épocas han entendido las palabras "pues he aquí que Yo te salvaré desde lejos" como haciendo referencia a otro aspecto de la redención, además del mero aspecto geográfico.

Rabí Alejsander Zusha Fridman en su libro "Maaianá Shel Torá" nos recuerda las palabras de Nuestros Sabios en el Talmud (Sanhedrín 98a) comentando el versículo: "El pequeño será numeroso y el joven será un pueblo poderoso, Yo soy D'os, en su tiempo la apresuraré" (Ieshaiahu -Isaías- 60:22):

"Dijo Rabí Alejsandri: 'Rabí Iehoshúa Ben Leví pregunta: Por un lado está escrito: "en su tiempo (vendrá la redención)", pero por otro lado también está escrito: "la apresuraré (a la redención)"! ¿Cómo estos conceptos se explican? Si tuvieren el mérito - "la apresuraré (a la redención)" y si no lo tuvieren - "en su tiempo (ella vendrá)"".

Si el pueblo de Israel hace teshuvá arrepintiéndose de sus malas acciones, entonces se adelantará la redención y vendrá antes del tiempo previsto, fijado de antemano. A eso se refieren las palabras "la apresuraré", pero si ellos no harán teshuvá, la redención sólo vendrá en el tiempo que D'os dispuso para ella. Y a eso se refieren las palabras "en su tiempo".

Es por eso que D'os les dice a los hijos de Israel a través de Su profeta que no deben temer, pues Él los redimirá incluso "desde lejos", es decir incluso si estuvieren alejados del judaísmo sin haberse arrepentido, Él los liberará, llegado el momento.

Por otro lado, nuestro autor nos recuerda que Rabí Leví Itzjak de Berdichov (1740 - 1810) ya había expresado una idea similar a ésta, él solía decir:

Señor del Universo: Redime a Tu pueblo mientras sean judíos, pues si no haces esto, te verás obligado a redimirlos incluso cuando sean como los goim (el resto de los pueblos)!

Perla de la Parashá Bo

"Dijo Moshé: Con nuestros jóvenes y nuestros ancianos iremos…" (Shemot 10:9).

Después de que Moshé Rabenu previno al Faraón de la plaga de las langostas que cubrirían toda la tierra de Egipto, los servidores del Faraón le pidieron a él que deje que los hijos de Israel vayan por tres días a servir a su D'os como le había pedido Moshé, porque ellos ya no podían soportar más todo el sufrimiento que les causaba mantener a los hijos de Israel en cautiverio.

En ese momento el Faraón había aceptado el consejo de sus servidores, pero le preguntó a Moshé: "¿Quiénes irán?", entonces Moshé le contestó que ellos irían también con sus jóvenes y sus ancianos, es decir que todo el pueblo en su conjunto irían a servir a D'os.

La pregunta es: ¿por qué Moshé nombró en primer lugar a los jóvenes y luego a los ancianos, si lo lógico hubiera sido que recuerde primero a los ancianos, que siempre fueron recordados antes que el resto del pueblo pues eran los más importantes?

Rabí Iosef Tzví Haleví contesta diciendo que esto viene a enseñarnos que principalmente la discusión entre Moshé y el Faraón se centraba en los jóvenes. El Faraón realmente estaba dispuesto a dejar que los ancianos vayan a servir a D'os, pero él quería que los jóvenes se quedasen en Egipto y así poder aprovechar su fuerza para seguir construyendo la tierra de Egipto, así como también para prevenir que Israel use la fuerza de ellos para combatir contra el pueblo egipcio.

Pero Moshé se preocupó principalmente por los jóvenes, y es por eso que primero le pidió al Faraón por ellos y luego por los ancianos. Moshé no quería que los jóvenes del pueblo de Israel se dejen llevar por toda la corrupción espiritual y física que imperaba en Egipto, pues ellos tenían que utilizar todo su vigor y todas sus fuerzas para construir el futuro del pueblo de Israel en el camino del servicio a D'os.

De aquí podemos aprender que no debemos dejar que nuestros jóvenes queden en manos de las malas influencias, desviándose del camino verdadero que los llevará a cumplir con sus funciones reales como parte de nuestro pueblo.

Por Rabí Moshé Itzjak Botbol

* * *

"Y habrás de narrar a tu hijo en aquel día diciendo: por causa de esto (las mitzvot) D'os ha hecho (milagros) para mí al salir yo de Egipto" (Shemot 12:8)

Respecto de la salida de Egipto encontramos que la Torá enfatiza que una de las funciones más importantes que los padres judíos poseen es la de educar a sus hijos enseñándoles la tradición judía.

Nuestros antepasados tuvieron el mérito de ser redimidos de la esclavitud egipcia gracias a que no quisieron cambiar los nombres que usaban, ni la lengua que hablaban, ni la clase de ropas que vestían - cosas que los diferenciaban claramente de sus vecinos egipcios. De esto debemos aprender que si nosotros también cumpliremos con nuestra responsabilidad como padres/eslabones del pueblo judío, transmitiendo nuestra cultura y tradición sin cambios, también seremos merecedores de ser redimidos nuevamente y para siempre mediante la llegada del Mashíaj.